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Os cuento historias (8 min): Lugares de vida que creen que son utopía, para animarnos un poco y apoyar lo bueno que generamos!

CUIDAR LA COMUNICACIÓN Y PERPETUACIÓN DE SISTEMAS DE OPRESIÓN. Una forma de identificar(se) el superiorismo es notar si contestamos o no según a quién. Esta forma de clasismo se disfraza con encubridores como «No tengo tiempo», «Pensé que se lo envías a todo el mundo», «No entendí» y lo indicativo de que la actitud es más respetuosa o empática hacia cualquier persona es que sea tarde o pronto, haya respuesta positiva o no, se dice algo, o se pide o explica algo. Esto da libertad a ambas partes para seguir o no seguir comunicándose. El victimismo ideológico patriarcal, cuya otra cara es el afán continuado de forzar a otras personas a cosas, es muy feo y pesado, y lo practican y transmiten también las buenas personas, como el machismo y la misoginia, el racismo, el antigitanismo, el anti-identidades humanas, sean corporales, sexuales o de formas de ser y comprender… la lista es larga.

Personalmente, acepto bien escuchar de alguien que no quiere recibir comunicaciones mías, duela o no, porque respeto mucho la libertad, no sólo la mía, también la de otras personas. Sin embargo, creo que hay muchos silencios que a menudo no dicen nada bueno de las personas ni de las relaciones. Lo triste, lo que me preocupa al escribir esto, es cómo por nuestra tara ideológica patriarcal, tanta gente concluye dejar los lugares que son en realidad lugares que nos empoderan.

Sé que está el factor del volumen. Todo es tan masivo que es imposible atender. Pero se pueden establecer criterios más empáticos.

Acabo de terminar un análisis del tema para un libro que espero subir en como mucho un mes, a Clases y talleres de mujerpalabra.net para descarga gratuita en español e inglés, y que se titula Recursos para Talleres sobre lucha noviolenta, adnv, y autodefensa feminista.

Esto se puede difundir citando autoría y fuente en mujerpalabra.net, pero no para fines comerciales.

Versión corregida (formato, no texto):

Anónima en mundo de culturas de violencia-prevalencia (pensamiento al despertar, anoche escuchaba a Cristina Morales en la librería La Pantera Rosa de Zaragoza, maravilla de tecnología, vídeos e internet! Esto no es en respuesta a nada de lo escuchado, sólo una reflexión propia)

El problema de no cobrar cuando aportas a la construcción de la cultura, desde la transformación de la cultura que investigamos y ensayamos a diario, es que ni fuera ni dentro de tus mundos valoran o apoyan o cuidan el aporte, aunque les sirva para pensar, ofrezca palabras, enfoques, ideas, conocimientos, base emocional para abordar acciones, caminos abiertos… En el peor de los casos, suponiendo que lo que aportes no les valiera, no hay consciencia de que se atiende a un trabajo, un esfuerzo procedente de esa masa anónima que soporta y mueve el mundo, y que por tanto, a no ser que todo sea el dios dinero, a nivel humano, a nivel comunidad, debe verse, atenderse, que es decir, valorarse, darle existencia porque lo miran otras miradas, debe no usarse a escondidas digamos, ocultándose (fase que no obstante nos deja la libertad que usamos), distorsionarse (fase que puede esclavizar al imponer tener que dar respuestas a la agresión), o destruirse (como hace el genocidio, o lo intenta). Lo que internet nos ha dado es extraordinario, porque hemos multiplicado las huellas de realidad, los rastros de no-enajenación, atendiéndonos se ve de dónde salen las cosas valiosas en este infierno que son las culturas de violencia-prevalencia patriarcales. No sorprende que los documentos de derechos humanos individuales y de pueblos no sean respetados en las naciones-estado, porque esas ideas nacen de las poblaciones, de su impacto, aunque sean los partidos políticos y esas estructuras de gobierno que usan, la mediación, mediadores fagocitadores y distorsionadores, también, que ayudan a borrar la realidad de los hechos de nuestra evolución, para protagonizar.

Las problemáticas que impone el dinero y sus estructuras de destrucción, sufrimiento y muerte, es que nadie puede escapar a necesitarlo, aunque reduzca cuánto necesita para vivir. Y cómo tanto si lo consigues como si no, el dinero se interpone en las relaciones, a quién valoras, cuánto te interesa lo que otra gente comunica. Si compartes tu dinero, te conviertes en una fuente de dinero, deshumanizada automáticamente. Si no cobras el aporte, te conviertes automática en un cuerpo a explotar, sin dar siquiera las gracias. Nadie tiene tiempo ni gratitud para quienes comparten, para quienes no ven que “mis intereses” o “mi familia” sean eso, porque su marco mental-emocional es mucho más empático.

Por otro lado, me parece mejor, dada la existencia de internet y de tecnologías que nos permiten plasmar nuestros mundos, el anonimato. Como creadora y pensadora, no ya como activista quiero decir, y tampoco como humana en un mundo de violencia-prevalencia misógino, de inferiorización absoluta y radical de media humanidad por razones de prevalencia para determinar si podemos o no gestar, como creadora y pensadora, esto de tenerlo que levantar todo con el apoyo que yo pueda darme consiguiendo las máquinas necesarias (el ordenador, la impresora, el papel, la conexión, el software), sabiendo hacer de todo, para crear mis libros, y sacándolos al foro público donde estarán anónimos, es lo menos malo, y al tiempo, muy bueno, aunque la educación que nos damos como culturas humanas de violencia-prevalencia te ubique en momentos de debilidad mental en los que puedes llegar a pensar que no eres si no te reconocen afuera, que no has tenido impacto. Son los espejismos de estas culturas de violencia. La historia de la humanidad no está escrita, sólo cuentos que dan una imagen desempoderante, para tenernos enajenadas de la realidad. Como animal humano, soy de la saga que sabe que el odio y esta demencialidad de destrucción e injusticia, no son lo único que la especie puede generar, que lo que nos ha permitido sobrevivir a diario y durante milenios, no ha sido ese odio, esos “mis intereses-mi familia”, sino la imaginación y la empatía, y sus mundos asombrosos de vida y de construcción de soluciones.

Culturas humanas

Soy de las personas que mientras otras duermen
sabe que el alimento es para compartir
y toma lo que necesita, esa comprensión.
En mi sociedad me consideran estúpida.

Soy de las personas que abre su casa
aun consciente del peligro: para mi sociedad amar
y proteger es poseer, acumular, atrincherarse.
Si no lo ves o vives así, acusan:
No valora lo que tiene,
No protege a “los suyos”,
¡Se cree mejor!
El castigo de justicia es el expolio.

Soy de las personas que sienten
el sufrimiento de cualquier otra
como algo que quiero escuchar:
valiosa compañía mutua,
semilla que lo transforma todo,
aporta sin generar carga.

Soy persona que imagina soluciones y canciones,
mi lenguaje un músculo,
amando no hay tiempo para temer a la muerte,
viviendo no cabe la guerra.

Mi sociedad me considera loca,
y a las locas, ya se sabe,
nos ignoran, nos violan.

Nacer en una cultura de violencia
no deshumaniza a las que no encajamos,
resistimos desde hace milenios.
Yo no me dejo, soy más, soy humana.

A través del océano, te escucho respirar,
allí donde the wild things are,
allí donde tu cultura no acata
la construcción de la destrucción,
donde existen comunidades que crean
palabras como naw’qinwixw.

Notas: Todas las mujeres que hay aquí…

Este poema escrito y traducido por mí, michelle renyé, ha recibido maravilloso feedback para su mejora de Pippa Marriott y Margarita López López, las mishermanas sisters, con quienes además trabajo el libro que escribimos, Sisters. Workshops with Poems, que está lleno de mujeres llenas de vida.

“Culturas humanas” lo escribí como imaginando hablar con dos autoras que aparecen en Sisters… también, en la parte 1/5: Million con un poema, “The Housing Poem” (el poema de la vivienda), y LaDuke porque la cito en relación al activismo por la naturaleza que es consustancial a la visión cultural de su pueblo de que nuestro papel en la naturaleza es cuidarla y protegerla, no como se cree en los estados nación, tan propietarios, explotadores y dominadores.

Winona LaDuke, del pueblo Anishinaabeg de White Earth, Indian Country, en el estado de Minnesota, Estados Unidos, dijo: I live where the wild things are (vivo donde están las cosas salvajes). Actualmente leo su To Be a Water Protector, sobre luchas indígenas por proteger la naturaleza, además de estar terminando el taller en español e inglés basado en su Ogichidaakweg, o Sociedad de las Guerrera, una narración de su Last Standing Woman, sobre siete generaciones en White Earth, una narración histórico-literaria. El taller aborda lo que pacifismo y feminismo no quieren hablar para ayudarse a pensar mejor estos temas tabú: la lucha noviolenta y la autodefensa feminista.

Dian Million, del pueblo Tanana Atabascano (Alaska, EEUU y Canada), residente en el estado de Washington (EEUU), me inspiró revisar mi taller de derechos humanos para incorporar los derechos humanos de los pueblos indígenas, y como ya no estoy en la pública, eso no podré darlo en clase pero sí va en Sisters, por si hay profes por ahí que se… ¿atrevan? No pasa nada, lo juro, yo di clases libremente 24 años! Leyendo su Therapeutic Nations: Healing in an Age of Indigenous Human Rights recomendaba una entrevista a Jeannette Armstrong, de la nación Okanagan Syilx en Penctinton, territorio indio, en British Columbia, Canadá. En esa entrevista explica lo que significa naw’qinwixw.

Tengo que decir que me sentí más próxima a lo que ella decía que a mi comunidad. Pienso que el modelo cultural humano de las naciones estado, fronteras que se apropian de la tierra y atrapan a poblaciones diferentes para hacerlas una patria, cuando no practican la guerra genocida y el expolio, es una destructiva plaga para la humanidad, y que las poblaciones deberían dedicar tiempo a implicarse en reconducirlas a algo más humanizante.

Incluiré “Culturas humanas” en Camino descalza. Poemas políticos. Creo que lo haré bilingüe el libro.

Human Cultures

I am the kind of person who while others sleep
knows that food is shared
and takes only what she needs, this understanding.
In my society I am considered an idiot.

I am the kind of person that opens her house
well aware of the danger: for my society love
and protection is property, accumulations, trenches.
If you can’t see it or live that way, you are accused:
She doesn’t value what she has,
She doesn’t protect “her people”,
She believes she is better!
Plunder is punishment for justice.

I am the kind of person that feels
any other person’s suffering is
something I need to listen to:
valuable mutual company,
a seed that transforms it all,
a contribution, no burden.

I am someone who imagines answers, songs,
my language a muscle,
loving leaves no place to fear death,
living has no room for war.

My society considers me a madwoman,
and madwomen, everybody knows,
are ignored, are raped.

Being born to a culture of violence
does not dehumanize misfits,
we have resisted for millennia.
When I don’t yield, I am more, I am human.

Across the ocean, I hear you breathing,
there where the wild things are,
where your culture refuses
the construction of destruction,
where there exist communities that create
words like naw’qinwixw.

¿CULTURA DE PAZ? CUANDO EN LOS CENTROS EDUCATIVOS SE HABLA DE PAZ
¿SE HABLA DEL DERECHO DE OBJECIÓN
DE CONCIENCIA?
SIEMPRE HAY PERSONAS PEQUEÑAS Y ADULTAS QUE SERÍAN OBJETORAS DE CONCIENCIA
¿SE AYUDA A COMPRENDER EL DERECHO HUMANO DE QUIEN NO QUIERE MATAR, VIOLAR, TORTURAR O DESTRUIR Y ROBAR EN UNA GUERRA?
LA GUERRA ESTÁ TAN JUSTIFICADA QUE SE VE COMO CUESTIÓN IDEOLÓGICA LO QUE ES DERECHO HUMANO
LA GUERRA ES UN CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD

(Perdón, a toda velocidad, si eso me paso otro día y lo mejoro. Vuelo!)

Escribir en primera persona

Yo empecé a escribir en primera persona en los años noventa del siglo 20, por lo mismo que un montón de gente, y un montón de mujeres que hicieron y hacen lo mismo: no porque consideráramos si eso era correcto o conveniente para ser consideradas escritoras, o para que se valorara nuestra obra. Me asombra el bajísimo nivel de consciencia que hay sobre esta cuestión, pues nunca se menciona lo evidente: escribimos en primera persona porque tenemos sed de REALIDAD, de EXISTENCIA, porque somos de culturas de la DISTORSIÓN por OMISIÓN y DIFAMACIÓN, culturas que no nos reflejan en sus mandatos de vida. SED de esa realidad no contada durante siglos por el violentísimo sistema de exclusión de todo lo que no fuera la Realidad del Patriarca, esos cuentos y mitos que nos quieren condenar a vidas de injusticia y violencias sin fin. Y si la sociocultura prevalente piensa que la primera persona es sub-literatura, que atiendan y superen su tara ideológica patriarcal.

Bueno, de hecho, acaban de darle un Nobel de literatura (2022) a una escritora que tiene todo (creo) escrito en primera persona, Annie Ernaux, y además, en temas fuera del vetusto canon patriarcal, claro, eso que condenaban a lo inferior con el nombre tramposo de «literatura confesional». Yo llevo desde que descubrí que en toda mi vida educativa no había echado de menos a las mujeres, que no aparecieron para nada (porque no éramos nada, no habíamos hecho nada, nada que aportar de valor para la historia o la Cultura), desde 1989, leyendo a las mujeres, publicadas o en internet, y he encontrado que es muy común y poderoso que quienes no detentamos Poder Establecido escribamos en primera persona. Cuestión de diferentes cosas, claro, y en infinitas diferentes combinaciones y grados, pero hay temas de honestidad, sed de realidad, necesidad de descubrirse, nombrarse, nombrar lo que la cultura prevalente se empeña en borrar, destruir, distorsionar, necesidad de hablar sin mediación, directamente… REBELIÓN, vaya. Por y para ti misma y para quien te quiera leer.

Hace pocos años, como profesora de la pública cerca de la jubilación, vi un curso de Escritura Creativa que me salía gratis por profa, y me animé a apuntarme por eso de no morirme sin probarlo, ya que se me presentaba la posibilidad. Soy muy de montarme en el tren que pasa. Lo daba una escritora española que me descubrió la vida de otras mujeres, cosa que a mí me genera siempre agradecimiento sin que eso me signifique que todo lo que diga esa persona sea lo mismito que pienso yo (en el patriarcado nos educamos a hacer saltos así de ridículos y dañinos para nuestra preciosa mente humana, el absurdo «click patriarcal» que nos forma en la perpetuación de la guerra). Yo llevaba ya décadas de ayudar a la gente en academias y luego en clase a aprender a lidiar con los textos escritos, y como escritora sin saberlo y luego sabiéndolo, escritora de la rama «asilvestradas», cosa muy del arte y nada tolerada en la Cultura patriarcal de la RAE y las editoriales con ingresos masivos, bueno, y también las pequeñas, porque la ideología patriarcal hace mucho daño y la llevamos encima más de lo que creemos).

Según resolvíamos las tareas, veíamos los vídeos de la escritora, y tanto en eso como en lo que me dijo la profesora que se encargaba de atendernos, «aprendimos» que no se debía escribir en primera persona. No el por qué, que no quedó nada claro, sino EL MENSAJE, la prohibición: que si quieres publicar, si quieres aspirar quizá a ser considerada una buena escritora (aunque fijo que tú no, porque no estás en el círculo, si acaso cuando te mueras y otras personas puedan hacer dinero con tu obra o dárselas de voz autorizada, perraflauta), no escribas en primera persona punto.

Así es el mundo de las editoriales y la cultura esa de la RAE de Madrid (tan nada menos que universal, bip), ese pequeño mundo que sigue perpetuando el masculino porque no tolera que se nombre a las mujeres. Y cómo han innovado: se han inventado que el masculino las incluye, las nombra también. Pero ya ven, no han podido parar el cambio lingüístico, no van a parar tampoco el cambio cultural, aunque sentimos que se sientan humillados, no es para humillar, es para existir, porque somos. Ya ves, se puede escribir en primera persona y no pasa nada, quizá lo prefieras, y quizá eso no signifique que hayas «literatura menor».

Lógico, la lengua refleja quiénes somos y el cambio social. Pero hay quien cree en la RAE como una fe, y no puede atender a ideas sencillas razonadas, de estas que no taran la inteligencia. Así es ese mundo de mando-y-ordeno, el prescriptivista. Con las barbaridades que sigue transmitiendo sobre la «corrección» en el lenguaje. Que por cierto, nada tiene que ver con lo que muchas profes que leemos lingüística y sociolingüística como poco explicamos en clase sobre corrección: que dependerá del tipo de texto oral, escrito, oral-escrito, el registro, el tono, la situación, las personas y su relación, el canal, digamos WhatsApp o un papel de examen, las intenciones comunicativas…

Así es el mundo prescriptivista que nos traumatizó con las lenguas durante 40 años de dictadura, enseñándonos a odiar las lenguas, y a despreciar de forma clasista y por geografía las variadades del español y las otras lenguas de España. Y mira qué sigue la cola, cómo se empeñan en seguir forzándonos a mantenerlos, esa RAE que nos metió a fuego en la cabeza que había un español mejor, el de Salamanca, Valladolid, o Castilla, y que la gente andaluza ¡NO SABÍA HABLAR SU LENGUA! RAE la ignorante. RAE negacionista. Distorsionadora ahora además de los logros de la investigación científica, que fuerza sin ton ni son en su marco mental vetusto. Que tienen el efecto ese tan conocido (más popular antes y menos ahora gracias a las profes del mundo de la lingüística, y contra las perversiones de la RAE) que nos ha ilustrado recientemente un cocinero de un programa de concurso, hablándole con total falta de respeto a una concursante con acento cerrado de alguna región, diciéndole ¡que haga el favor de hablar español! Ignorante tú, bestia.

Las personas sí sabemos hablar nuestra lengua materna, y sabemos usarla para expresar afecto y hacer reír, no sólo para dar discursos aburridos y llenos de trampas, o para hablar de nuestros mundos, no sólo como mandan el establishment de la Cultura, y nuestro dominio del lenguaje no tiene límites por nuestra creatividad lingüística, viva a cada paso porque somos lenguaje y evolucionamos.

Llevamos décadas explicando en clase por qué es brutal decir que una variedad de un idioma es «mejor» que otra y recomendando diccionarios descriptivistas, explicando que todo el mundo habla bien su lengua materna, y que lo que se puede aprender si se estudia es a desarrollar o enriquecer la cantidad de «idiomas» diferentes que creamos con nuestra lengua materna según dónde y con quién. Y sin duda, seguiremos explicando que para escribir literatura lo importante es explorar y buscar dar expresión a lo que llevas dentro, y que en el proceso se generará una voz, la tuya, y no que no se puede escribir así o asá.

Por qué retraso la publicación de Sisters. Workshops with Poems for Lifelong Learners of English. Ha sido meses investigar temas de copyright, pedir permisos, para luego

1. tener que no poder usar las actividades que durante tres décadas diseñé con obra de mujeres para las clases de inglés, en secundaria y en Escuelas Oficiales de Idiomas,
2. que investigar en mis libros (p.e. Daughters of Africa. An International Anthology of Words and Writings by Women of African Descent from the Ancient Egyptian to the Present; or Reinventing the Enemy’s language. Contemporary Native Women’s Writings of North America, entre otros) y en internet el dominio público, que está también lleno de obstáculos surrealistas
3. tener que crear talleres que no contaba con tener que crear: sin escritoras para las que había diseñado actividades que llevé al aula, y con nuevas escritoras de las que no tenía actividades diseñadas

Para alegría mía, en un impulso sororo por haber vuelto a internet y poder digamos juntarme con gente que me hace sentir parte de una comunidad, activistas sociales, creadoras, decidí además ampliar las tres escritoras en español que iban en la sección «Our World into English» (dos andaluzas, una Gata Cattana y Noelia Cortés y yo, que estoy adoptada en Andalucía ahora pero que soy mezcla y de cultura bilingüe con inglés) a hermanas centroamericanas, primero (mi muy querida Patricia Toledo, de Honduras, Silvia Ethel Matus Avelar, de El Salvador, ambas con webita muestra de obra en mujerpalabra.net, Silvia Monzón de Guatemala, con webita en construcción), y a otras hermanas de España (ambas con webita en MP: mi hermana de leer poemas en la calle y cafés en el siglo pasado, Pilar Escamilla Fresco, que sigue escribiendo y publicando con editoriales, y la mihermana bilingüe Silvia Cuevas-Morales con quien pude quedar y conocer en persona además en Lavapiés, Madrid, un día precioso tomando algo con Jana Ramos, expresidenta de Transexualia, y persona muy querida por mí, y Elvira Siurana, de Vindicación Feminista) y Sudamérica (mi muy querida ggf y Jeannette Núñez Catalán, ambas con webita muestra de obra en mujerpalabra.net).

Esto hizo que el número de autoras anglófonas se equiparara con el número de autoras hispanohablantes, algo que podría ser un poco raro para un libro para aprender inglés! 😀 Pero soy una born problem-solver, y he resuelto eso rebien!!! 😀 en resumen, solucioné así: entendí que desarrollar talleres para cada una de las autoras hispanohablantes multiplicaría las páginas del libro a alturas imposibles, y sería un trabajo ingente, así que estas escritoras en español van con el único taller de: se presenta un poema suyo traducido al inglés, para que quien usa el libro para aprender inglés (de manera autónoma y feliz, aprendiendo del mundo de las mujeres además, de su historia y luchas, que siempre han influido en la sociedad aunque hayamos sido borradas) pruebe a traducirlo al español y luego compare con el original, aprendiendo muchas cosas sobre el inglés, el español y la poesía, sus lenguajes. Incluye también los audios en inglés y español, publicados en mujerpalabra.net (esto me supuso hacer webita a quien no la tenía para poder subir los audios, lo que ha sido una alegría y belleza, aunque, claro, ha representado un mes de demora añadida al plan del libro, más o menos)

Sobre las escritoras anglófonas, quedó igual: Emily Dickinson, Ella Wheeler Wilcox, Mina Loy, Edna St Vincent Millay, pero añadí (dado que sólo conseguí poder incluir a una escritora negra por el tema derechos y búsquedas de hereders y no contestas, etc.) a autoras del Harlem Renaissance (ahora tengo cinco, pero quizá tendré que reducir, por volumen; no obstante, he hecho una intro al movimiento) y Sojourner Truth, talleres en eso, así mi amadísima June Jordan (que me inspiró un taller añadido sobre Cultura de la violación) no iría sola y podría crear la sección Black Writers.

La siguiente sección incluye a escritoras americanas originales de los países anglófonos, lo que se nombra Native American Writers (USA) or First Nations writers (Canada), que quedó igual porque están vivas y me dieron permiso, y la única que murió encontré a su gente: mi primera escritora indio americana, Muscogee, de ciudadanía estadounidense, Joy Harjo, que me abrió el mundo a muchas otras. En Sisters: Tiffany Midge, lakota y estadounidense, Dian Million, tanana athabascan estadounidense, y Connie Fife, Cree canadiense). Y cierran el libro la otra mitad con escritoras hispanohablantes.

A esto se añaden talleres sin autora concreta, para que las autoras que sean se puedan combinar con éstos. Por ejemplo, he sacado el taller Cultura de la Violación a esta sección de Talleres en general, porque June Jordan ya contiene varios talleres y era mucho. Inspirada en el poema de Silvia Ethel Matus Avelar El Espejo, rescaté dos talleres míos con juegos surrealistas y dadaístas y con cuaderno de sueños, Tu Espejo, y como las hispanohablantes no iban a contener más talleres que el de su poema, lo saqué a esta sección. Igual se puede usar con Silvia o cualquier otra escritora.

Resulta que hoy se me ha generado un GRAN TALLER, sobre lenguaje, porque empecé a hacer un glosario, y al escribir sobre «American», que ha evolucionado fuera de Estados Unidos a otros significados o usos, se me ha empezado a conectar todo lo aprendido en una vida de lingüista, profe de lengua, y activista observadora del y luchadora por el lenguaje, y tengo secciones sobre lenguaje inclusivo de las mujeres en el patriarcado, de los temas afectados por el racismo y antigitanismo, no sólo tipo «que ya no se dice Freshman sino First Year student»; o «que S + V significa syntaxis de sujeto más verbo».

En fin, que si desaparezco, que sepáis que estoy en esto. Por desgracia, esta obra, importante, al ser de una escritora anónima, podrá no ser vendida aunque la edite y la suba a Amazon, el sitio que tenemos las anónimas sin recursos económicos. Espero que no sea así, espero que se venda primero por la importancia de la obra, y segundo porque no podré aguantar más de dos años de los ahorros. Y donde vivo no hay movimiento social, y hay mucha precariedad. Así que espero poder vender este libro un poco, para combinar con alguna traducción o corrección de textos a lenguaje no brutal. 😀 😀 😀

Si me pasara algo 😀 😀 😀 que conste que me siento una privilegiada, por poder dedicarme a escribir, contra todo pronóstico de mi vida, así, cada día, feliz, feliz, feliz, y que ya no me odio ni maltrato por inepta, porque además de todo lo aprendido en la vida, me consta que mi creatividad y amor a la vida buena me ha permitido convertir situaciones que podrían destruirte en situaciones de felicidad y libertad para mí. Lo que escribo ahora, aunque tenga el objetivo de ganar algún dinero de mi obra, que he compartido en mujerpalabra.net desde 2001 abiertamente y siempre desvinculada del dinero porque tenía empleos de profe de inglés, y sí tenga la visión de que efectivamente soy una escritora con obra y esto puede tener un lugar de reconocimiento en la sociedad, superando el anonimato, lo escribo sobre todo porque creo que es valioso para la construcción de un mundo menos violento e injusto, y sé que está informado de realidades, no de distorsiones.

Yo he practicado el igualitarismo desde siempre porque soy una rebelde y ni de pequeña (y eso que estaba aterrorizada por el mundo humano) podía acatar el mandato (bueno, no sin que ejercieran recursos fulminantes). Pero he de decir que sin que se comprenda la diversidad de las asombrosas mentes-corazón humanos, el igualitarismo, el trato entre iguales, se sigue viviendo en la obediencia al mandato de homogenización o negación identitaria.

            Hubo un tiempo en que sospeché que lo que pasaba era que si para tu desgracia (como persona igualitaria nata, pues además de animales culturales, somos especie humana) se podría identificar en la sociedad prevalente, e incuso en la contrasociedad (esa parte grande que no practica la autocrítica de su Ser animal cultural por más buenas ideas que trabaje), que una persona tuviera lo que en la investigación se ha llamado capacidades para “liderazgo ético”, lo que pasaba era que llegado un punto (al inicio se da esa arma de destrucción selectiva que es la admiración, idea que he desarrollado en mi hipótesis “Estrellas en el jardín”) no se perdona que esa persona no asuma “la obligación” de liderazgo.

            Ahora no lo veo así. Creo que la gente está en cuerpo y mente entera, por educación cultural, activamente cotidianamente por la homogeneización radical, lo que se puede comprobar a diario en las relaciones humanas. La versión de igualitarismo aquí es saber de entrada o antes de atender, lo que la otra persona piensa, lo que la mueve, lo que significan sus palabras que en realidad te son nuevas, al menos en esa versión particular, que es lo mismo que sabes tú, y así se perpetúa la guerra ideológica patriarcal contra la escucha, la expresión significativa, el diálogo y el aprecio (que esto está muy prohibido culturalmente porque todo ser no homogeneizado es desprecio al resto). Y esta creencia es implacable en el contexto de una cultura que construye las identidades a costa de otras identidades porque no permite (y así, no se entiende) que construir tu propia identidad se puede hacer sin que eso sea a costa de nadie, que no tienes, para ser tú, que negar, forzar, ni destruir a nadie.

            Por la poesía, por ejemplo, se pueden saber muy bien estas cosas, porque un poema nace de un detalle o momento de lucidez o emoción de una particular persona en cuya identidad se ha dado una combinación única por todo su estar viva y sin embargo, centrada en eso tan pequeño, puede transmitir algo que comparten muchas personas de la especie. Su fuerte, claro, el poder de eco, de evocar sin nombrar directamente, pues la palabra más literal está cargada de interpretaciones que funcionan como distorsiones y construcción de un mundo ficticio, enajenado de lo que nos hace humanas a las personas. No me extraña que la poesía tenga un afán de belleza, yo lo llamaría rescate vital.

La AUTODETERMINACIÓN IDENTITARIA individual (igual que la autodeterminación colectiva de las comunidades) ayuda a que superemos el primordial sistema de opresión patriarcal, el sistema de opresión identitaria llamado «de sexo-género«, que establece como inferiores al inmenso grupo de las mujeres (concebidas como objetos reproductores, de trabajo y de abuso “sexual”), que niega sus diferentes identidades (incluso como reproductoras), que niega toda existencia de identidad humana (que siempre han existido y se evolucionan con menos sufrimiento sin ser forzadas o destruidas), incluidas las formas de ser hombre, y también las de ser persona.

            Los avances hacia comprender y respetar el derecho a ser buscar, decidir, expresar, construir tu identidad ayudan a que superemos la tara ideológica patriarcal, y repercuten en otros subsistemas de violencia patriarcal, por ejemplo, sistemas de organización de recursos y relación, como los que nos imponen pobreza, «guerra», destrucción de la vida en el planeta… Porque respetando la diversidad identitaria humana se genera menos sufrimiento y destrucción, aunque en nuestro superar el patriarcado, para hacer eso tan básico que es convivir, haya que abordar y resolver ahora problemas muy complejos por todas las estructuras de violencia desarrolladas.

            La extensión de respeto hacia toda identidad humana nos está ayudando a comprender mejor cómo rectificar la noción de los derechos humanos, y esto es decir poder pensar y actuar mejor, para poder convivir sin este terrorismo cultural autodestructivo. Nos ayuda a reemplazar en la práctica el uso de la Razón patriarcal por el uso de la racionalidad empática, mucho más de soluciones noviolentas, verdaderamente inteligentes, pues hacen posible la convivencia en libertad.

michelle renyé

mujerpalabra.net

La Real Academia del Español (RAE) debería de una vez por todas, a la luz de las investigaciones de las ciencias sociales, particularmente de la Lingüística (que es decir del descriptivismo), dejarle los diccionarios de la lengua a estas personas dedicadas al estudio científico de la lengua y la comunicación, y dedicarse a los diccionarios etimológicos, que nos cuentan cuándo y cómo surgieron las palabras y ofrecen información sobre la evolución de sus significados a lo largo del tiempo, y usos. Porque está claro que el prescriptivismo que preconizan –que para nuestra desgracia resurge ahora notablemente en los concursos de la televisión (dado que la gente prefiere usar diccionarios descriptivistas de internet, diccionarios más fieles a que consultemos el significado y uso de las palabras en nuestros días), dejándonos a todas las personas patidifusas con sus «respuestas correctas»–, está cargado de errores que obstaculizan la comunicación y el conocimiento de lo que significan y de cómo se usan las palabras, es mera distorsión interesada y claramente hostil a muchas realidades humanas, por ejemplo, misógina, en su negación del uso del femenino en nuestros días. Cambio social es cambio lingüístico, desde siempre, y sus «defensas» de cosas que no son en la realidad lingüística y la evolución lingüística son barbaridades y anacronismos.

michelle renyé, mujerpalabra.net

Aprender inglés ampliando mundos. Estoy trabajando en una publicación, Sisters. Workshops for Lifelong Learners of English, que publicaré como tarde a inicios de abril por los copyrights que tengo que conseguir (y si posible o no, implica abandonar a algunas autoras, a Audre Lorde por ejemplo, ayyyyy cómo duele, y buscar otras en el dominio público, o que practiquen la sororidad, como Tiffany Midge y Joy Harjo, pues soy una escritora anónima para el mundo de editoriales y cultura sancionada). La base es partir de aprender poemas con sus audios, claro, para practicar la música del idioma, de la poesía, y pronunciar y entonar bien, pero de ahí se sigue un recorrido que es como viajar, explorando y descubriendo además de usando la lengua de todas las maneras posibles. Sigo la metodología que he creado tras décadas de exploración e investigación en el aula, y que tan buenos resultados dio en tantos sentidos, prácticos y revolucionarios, aunque al fin libre del todo, escribiendo y proponiendo como si la gente tuviera más interés que aprobar un examen o sacar un título. Y como soy de hacer lo que propongo, y para acompañar a quienes compren el libro (quizá nadie, lo sé, pero da igual, yo hago lo que quiero y puedo hacer), acompaño a la gente compartiendo mi trabajo. Esta cíberpostal es mi trabajo creativo con ese poema de Emily Dickinson. Tras leer y leer y aprendérmelo y hacer que salga en mis sueños, finalmente he logrado hacer lo que mejor refleja mi relación personal con el poema. No quita que haya otras, pero tampoco que quizá la mía se aproxime a la intención de la escritora. En cualquier caso, es tan buena escritora que supo usar lo no poder hablar abiertamente de las cosas para multiplicar el eco de los poemas, y sin duda, aquí habla de un tema de ecología que al fin comprendemos, pero también de cosas íntimas.

UNA SIEMPRE SABE

I

Que las mujeres se llamen Hombre es síntoma

de irracionalidad y violencia, del odio del Sistema a nombrar

la realidad humana. Es cultura de violación de tu nombre,

un dejarse, para salvar una vida secundaria.

Aceptar la falta propia de respeto: no nombrarse

perpetúa tu boca manchada, tu voz estrangulada,

las magulladuras del cuerpo siempre feo o incapaz.

Es ningunación de una vida de cosa que se usa.

II

Aceptar ser enemiga de tu palabra es aceptar

la insignificancia a que te condena la jerarquía de la tara;

siglo tras siglo, no desarraiga la raíz de distorsión,

no hace visible el esfuerzo y la visión titánicas, nuestros hechos.

Aparecer en la foto del homenaje de la hilera, los cinco minutos,

sostener unos segundos el micrófono, descomprimirte un poco

al ocupar tu asiento, pagarte tú la ropa que es disfraz

es promoción –de renuncia, mutilación, genocidio.

Sin nombre, el espejo está velado, no puedes mirarte, re-conocerte,

el mundo se agolpa de palabras ajenas, reingresas, Sísifa,

al claustrofóbico lugar del Eterno Emparedamiento

tras el actor principal de esta obra falsa, torcida, malsana.

III

Sin poder nombrarte, no cambian las conexiones neuronales,

no se hace trizas la forma y el rumbo, no entra la luz,

el aire no se renueva, el universo no se expande.

¡Nómbrate de acuerdo a tu imaginación y semejanza!

¡Limpia tu mirada y contempla lo que te rodea!

¡Busca nuestra memoria, ahí está!

(Camino descalza. Poemas políticos, de michelle renyé)

Michelle’s quotes

«La poesía tiene que ser escuchada con lo que traiga, y eso implica ponerse inocente, tierna, como si se escuchara música, como si se viera un sueño, como si se oliera un aroma.

Poetry needs to be listened to with whatever it brings, and this means listening with all your innocence, tenderly, as if you were listening to music, as if you were journeying in a dream, as if you were smelling a scent.»— Michelle Renyé

Goodreads Quotes

Recordando a Roberto Echevarría

No le conté a mi amigo (o hermano, feminista) Roberto, de Ecuador, la broma de los gordidedos, porque la reservaba para cuando nos viéramos aquí en España. Aunque trasladáramos el escenario de la terraza de Galdós del Retiro en Madrid (aún no habían aislado la escultura de la terraza) a un chiringuito de Fuengirola en compañía, esta vez, posiblemente, de nuestras parejas (a quienes no conocíamos), pensaba bromear con la tontería de que por qué a él le ponían cientos de gordidedos si posteaba “gatitos” y a mí, una pensadora de la racionalidad empática, la acuñadora del concepto “desarrollar inteligencia feminista” que tanta ayuda a evitar debates muertos, guerras, callejones sin salida, sobre todo en coeducación con personas adultas, la mayoría lectora mía no dejaba rastro alguno de haberme leído, esa pequeña mezquindad –más puzzling o inquietante para el caso de hermanas feministas.

            Roberto sí había expresado su aprecio con un gordidedo, como hago yo (esté yo o no de acuerdo con el contenido), a mi aportación de ideas en la lucha “por la construcción de un mundo menos violento e injusto”, como decimos en mujerpalabra.net, y era una opinión valiosa para mí, por la cabeza-corazón de Roberto y porque Roberto leía habitualmente, mucho, enterándose, no como yo, que no soy una buena lectora desde el punto de vista académico-de-lo-que-existe. Cuando empiezo a leer enseguida entro en diálogo creativo. Roberto leía ensayo feminista. Aparte de fotos de animales y de la naturaleza en general, un descanso y un recreo visual del día, posteaba libros feministas, y obras de escritoras.

            Aquel día del Retiro me regaló un libro de Beatriz/Paul Preciado, porque le interesaba mi opinión (que enseguida le medio di porque había leído la mitad, que es mucho para mí tratándose de ensayo). Me regaló también un CD de jazz, lo tercero que posteaba y nos unía como hermanos. Se trataba de un músico que yo no conocía y cuyas composiciones él veía como un mundo musical parecido al mundo de palabras que yo creaba.

            El regalo de jazz, al escucharlo, me dejó muy impresionada, porque más o menos hasta cerca de los cuarenta yo pensaba que mi inteligencia tenía severas carencias y deficiencias. En mi casa, mi madre siempre la había apreciado, aunque no la tuviera en cuenta para sus decisiones de vida, pero fuera de casa, en el sistema educativo, en el mundo del activismo, en las relaciones de amistad, salvo fundamentales y maravillosas excepciones que no siempre supe usar para crecer en su medida, las personas que no toleran la convivencia con quienes no acatan y repiten, esa mayoría aplastante de autoproclamada “normalidad” o “verdad” (para otros casos), hizo lo que siempre hace, sin querer o queriendo: presionar por todos los medios para tu asimilación por esa masa de acción cultural prevalente, o contribuir a tu destrucción (ese parque temático del horror), por decirlo imitando el estilo de Jo cuando leía sus primeras obras a sus hermanas, en la Little Women (1868) de Louisa May Alcott, que yo conocí por el cine (dirigida por Mervin LeRoy en 1949).

            Roberto, sin duda, ha sido una de las personas hermanas en la vida cuya amistad me ayudó a verme más allá de toda la mierda autodestructiva que la cultura te echa encima por ser una mujer en una sociedad patriarcal. La lucha por limpiar la mirada (otro concepto que él identificó como propio de mi trabajo de escritora) la llevamos cada cual, nadie puede hacerte ver, comprender, es un proceso interno. Pero podemos ayudarnos, acompañándonos de formas noviolentas, eso es una forma de apoyarse. Las cosas más importantes son sencillas en realidad (igual que las cosas más placenteras son “gratis”, para horror del Mercado). Hay gente cuya compañía facilita la tarea de vivir y hacer en la vida, y es que la mera compañía en este mundo brutal tiene un valor y un efecto extraordinario. Fijaos cómo dibujaba y pintaba Van Gogh al mínimo signo de vida de contacto, comunicación, reconocimiento de alguien, y mira que enfrentó mucha mezquindad, pero todo depende de todas las partes, y cómo recibía, con qué extraordinaria amplitud mental. Camille Claudel, sin embargo, al estar encerrada y torturada, sólo pudo responder no volviendo a hacer aquello por lo que de hecho dio su vida, crear esculturas. Además de encerrada y considerada loca, esa atrocidad indescriptible, inasumible, revientacabezas, nadie estuvo a su lado (y mira que su cuerpo la tuvo allí no sé si tres décadas o más). MiCamille.

            En venganza noviolenta por esa arma de destrucción selectiva que es la envidia ejecutada cotidianamente por “buenas y malas personas”, quería hablar un poco de mi vivencia de la envidia, y de por qué importa el tema socialmente, unas pinceladas.

            Aunque he vivido lo de ser objetivo de las personas envidiosas que no solo lo sienten, piensan o imaginan, he tenido un contexto más favorable que me ha ayudado a resistir, y poder ser y crecer por mis caminos. Aunque, como Van Gogh soy muy responsive, creo que si no tengo la obra que ciertamente podría tener como escritora o el impacto en el sistema educativo per se como docente, no ha sido sólo porque mi vida de ideales anarquistas me llevara a trabajar apasionadamente por mi comunidad (la que tenía delante, literalmente), como cuando vivimos en tiempos de guerra convencional, sin una idea del protagonismo del yo y su reconocimiento (nunca me ha sobrado tiempo para presentar proyectos a premios o subvenciones, no sé cómo eso se consigue cuando se coordinan, crean, informan proyectos, no hay tiempo material, y sólo los formularios son una camisa de fuerza y un molde desvirtuadora, porque quienes los elaboran no comprenden, pienso, la innovación, o no tienen tiempo de revisar su trabajo en relación a la realidad).

            Mi comentario de los gordidedos nacía del humor, no de la envidia. ¡Ay, el humor, que se usa tan a menudo nada menos que como coartada de la envidia! Aunque la sabiduría popular en España dice que la envidia es el deporte nacional (de hombres y mujeres, aunque se asocie junto al cotilleo, al mundo femenino, presentado como menor incluso en las democracias del 21), creo que ese sentimiento lo sentí en un par de ocasiones, y muy flojito. Debí de procesarlo en seguida para descartarlo como modo mío de relación o asimilación. Creo que hago esas cosas desde pequeña y no sé si le pasa a más personas. Elijo. Asumo la responsabilidad de mi vida. Va con el amor a la libertad. A los seis años ya lo sabía. Y se ve que cuando experimenté la envidia no me gustó, que no estaba en mí como pasión, porque no la he vuelto a sentir.

            Me pasó algo así con los celos. Los sentí, un vendaval destructor, en algunos momentos de la juventud, al punto en una ocasión de perder la voluntad, el habla, tres días, después de gritar y llorar como una verdadera posesa unos cuantos días antes, y luego ya, si te he visto no me acuerdo. Tengo la suerte de que mi cuerpo trabaja a mi favor, y cuando mi cabeza no me salva de algo malo para mí porque me vence la autodestrucción aprendida o el desánimo, mi cuerpo viene al rescate. Me ha salvado ya de varias destrucciones certeras, la última haciéndome pedir la excedencia voluntaria en la pública para salvar mi salud (aunque en otra esfera, también fue determinante la opinión de mi pareja), precisamente debido a los hechos de personas envidiosas y de ese grupo humano, uso una pintada de Rafael Sánchez Ferlosio, “Tolerante, piel de elefante”. Cero interés en los celos, en el mundo que incluye los celos. En la juventud, puedes llegar por accidente a esos mundos, porque desconoces muchas vivencias, pero luego ya sabes cosas y puedes elegir no entrar ahí. Esto lo pienso y lo he experimentado en mi vida.

            Del mundo de la envidia, he observado a lo largo de la vida cómo se emplea a niveles de complicación y violencia extremos (por eso no debe verse como una emoción “menor”, fea sí, y como el alcohol, con capacidad destructiva potencial), al punto de pretender destruir las vidas de las personas, o intentarlo, claro. Introduzco un punto para subrayar esto: Intentarlo porque para destruir necesitas a todas las partes, ¡también a la que es objeto del afán destructor! Y a veces les sale muy mal, porque la persona no se deja destruir, no está en su naturaleza, a pesar del adoctrinamiento patriarcal a las mujeres, que afecta, pero no a ese punto. Cuántas personas admirables ha habido resistiendo esa brutalidad… Y ciertamente, la especie se ha quedado sin todo lo que podrían haber aportado, que es mucho más de lo mucho que ya es que resistieran y existieran.

            Los movimientos social y artístico deberían abordar el tema de las personas que operan por envidia, siquiera para que seamos conscientes de todos los obstáculos y daños que generan, el espacio que le quitan a la sororidad y la solidaridad, a la colaboración y el apoyo mutuo, que son las cosas que nos ayudaron a sobrevivir en la prehistoria, cuando como especie éramos poca cosa frente a grandes peligros a nuestra supervivencia.

            Como educadora a nivel profesional remunerado, pienso también que hay labor en plantear el tema en el sistema educativo, para ayudar a comprender que vivir en la envidia no es sólo malgastar la vida propia, si sólo se piensa en sí: es vivir cada día así, míseramente, una vida pequeña y mezquina, sin capacidad de mirar al frente y mucho menos contemplar el mundo y respirar. Y es hacer un daño importante a nuestra evolución hacia mundo más justos y menos violentos. Porque en la envidia se practica a diario con el lenguaje, la actitud, los hechos, los sentimientos, las ideas, todas las violencias patriarcales que justifican este sistema de violencias, siempre la sacrosanta violencia, forzar, imponer, juzgar, condenar, por identidad, por la libertad humana creativa y de pensamiento, esa sustancia de ser y estar.

            Creo que el modelo de elegir pasiones (por ejemplo, la de despertar con la resolución de la alegría, por más difícil que lo pongan las personas y sistemas, y aunque a veces se tropiece y falten fuerzas y visión, contando con todo ello, la compleja realidad) tiene que crearse conscientemente como un modelo humanizante que dé más a cada persona y a la comunidad, porque hay una conexión íntima, igual que en toda vida cotidiana se rastrean las grandes guerras.

            Con Roberto, no pudimos reírnos con mi broma de los gordidedos y los gatitos, que amamos con espontaneidad y resolución. Su Thelonius, y por aquí, quienes nos han adoptado y nos traen locatis, la Osipanda Gorgorita Porfavor y el Negrito Marramiaú, que son quienes reciben visitas, no de gatas y gatos callejeros como nos pasaba antes de que llegaran, en las madrugadas (que somos de acostarnos a las tres), sino de gatos vecinos, sobre todo de Totó el Destructor, que viene a descansar y nos bufa cuando le peta, como un poseso, porque lo educaron personitas y no se atreve a hacerlo en su casa por si lo castigan.

Levantarse con la resolución de la alegría es estar ahí con tu cabeza

Nos faltan palabras, visión: afinar en las narraciones y conceptos. A raíz de reflexiones sobre feminismo académico y de partido político ante la inteligencia feminista

Que haya mujeres y personas feministas en el mundo de estructuras de poder reconocidas como los únicos centros, lugar de generación, de cultura y política es indudablemente positivo, vital para la evolución a sociedades racionales empáticas, o noviolentas y libres. Que estas personas olviden o no quieran ser conscientes de que esos centros de cultura y política son sólo unos, porque está todo el pensar y accionar de millones de personas en la vida, esa saga minoría que aún combate la cultura patriarcal prevalente, no tendría que ser, hay opciones. Ser feminista no implica que te desaparezca el marco conceptual patriarcal, como sabemos, aunque a veces nombremos como si no lo supiéramos, sin acotar, «universalizando». Ante la crítica al «feminismo blanco», yo como blanca entendí que debía ampliar mi marco mental porque al nombrar mi identidad estaba generando, perpetuando un objetivo patriarcal de exclusión y violencia. Quise protestar, porque duele, claro: luchar por mi identidad no tendría que hacerte sentir que te excluyo. Pero la realidad de lo que nombramos y pasa al imaginario colectivo consciente, y a la historia, a la memoria consciente, está ahí, con sus injustas y distorsionantes narraciones desde los lugares con más recursos para perdurar en la memoria colectiva consciente, o llegar a más personas. Así pues, hay que narrar libremente y al tiempo, acotando muy bien que tu realidad no es «global» (quizá hoy aún se entienda mejor «universal», pero esta palabra es un clásico ejemplo de las cotas ridículas a las que lleva la arrogancia conceptual patriarcal y ¡hay que abandonar esa palabra!)

El propio mundo académico dice que para escribir (pensar) sobre algo habría que conocer todo lo anterior. (Esto es locura, porque ni aceptando que lo único que existió humano es lo que cuentan en la Historia patriarcal, tan seleccionada y violenta, se puede estar leyendo y estudiando todo para decir lo tuyo. Ahí hay una tara en la universidad española que ha llevado a mucha gente que habría hecho un trabajo intelectual interesante a no estar en la universidad.) Así pues, que personas que (discúlpeseme, no pretendo ofender) siguen esa máxima (por razones de estatus y poder establecido) escriban ignorando lo que otras feministas y personas con inteligencia feminista han hecho, para nombrar según el marco mental patriarcal, del poder establecido, de lo que se reconoce que existe y con ello, se niega existencia al resto, esa manera tan patriarcal de nombrar, pura violencia, no tiene sentido. Por qué lo hacen. Ahí debería haber una autocrítica que no puede darse por razones de poder establecido, aunque como en todo lo humano, siempre hay personas que lo hacen, aunque les lluevan violencias. Porque les ha costado mucho estar ahí, tienen que aguantar mucho, luchar contra mucho, y alcanzado el lugar no se va a poner en peligro por algo incierto, que aún no se comprende lo suficiente.

Visualizando el problema más concretamente. Desanima cómo se cuenta la historia del feminismo en una época además en que ya, gracias a «debates internos»*, sabemos que hay buenas razones para generar otra forma de narrar lo de cada cual. Sabemos ya que para nombrar nuestra particular identidad y lo de nuestro particular contexto o colectivo, no hace falta presentarlo como «universal», genérico de la especie, como hace la Historia patriarcal con la vida, darle una tajo a un trozo, y presentarlo como el todo. Está claro que estamos en transición, porque en los propios textos académicos se encuentra la contradicción en la narrativa: se cuenta algo excluyendo una realidad, pero luego se dedica algún texto a constatar que existió esa realidad, o algo de esa realidad. Es escandaloso respecto a dos temas: la lucha noviolenta (que ni saben nombrar estos textos) y el hecho de que la noción de derechos humanos y su consecuente lucha noviolenta en el movimiento social le debe existencia a mujeres y personas de todos los tiempos que han transmitido ideas a través de la palabra o los hechos de su vida que han dejado clara esta idea crucial de que las personas, todas, no son objetos para que otras personas las exploten, lo que por ahora llamamos «derechos humanos» aunque sin terminar, pienso, de comprender lo que encierra. Y encierra que se entienda lo que el sufragismo encierra (por centrarme en un tema): no sólo luchar las mujeres de posición social que permite opciones, mayoritariamente blancas y de la sexualidad que fuera (porque no se ve cuando vas a votar), por su derecho a votar. Está todo lo que ese sufragismo que sí pasa a la historia, el blanco etc., le debe a ideas y experiencias de la lucha contra la esclavitud de las personas negras, por ejemplo, que por ahora se menciona, si acaso, en un aparte, pero no se integra en la comprensión o la narrativa general con la normalidad de los hechos de la vida, sino que, si acaso, se fuerza como un pegote debido en un lugar, siendo su ausencia de otros lugares más visible, por suerte (así vamos dando pasos en este eterno tener que educarnos a ver mejor, para superar la tara patriarcal y rescatar lo humano, lo que como personas podríamos generar respecto a sociedades y culturas noviolentas guiadas por la racionalidad empática). Igual pasa con la lucha noviolenta, desde el feminismo institucional (académico y de partido político) no se sabe ni el lenguaje que usamos en el movimiento social que presta atención al tema de la violencia y la noviolencia como modos de resolución de conflictos, al pacifismo feminista (no digo «antimilitarismo feminista» por unas razones sobre las que también tendría cosas que anotar), o la ADNV feminista (Acción Directa Noviolenta). A mí me ha sacado los colores leer a filósofas hablar de pacifismo, pues para quien conozca el tema de la lucha noviolenta está muy claro que están hablando de algo que no conocen lo suficiente como para hablar así. Pero ahí está la arrogancia inconsciente patriarcal de personas feministas: se perpetúa el desprecio, la subestimación a existencias que no son la tuya, en este caso, en el ámbito del estudio y la comprensión del tema violencia y noviolencia.

Hay algo que aún no tenemos claro: que las ideas no nacen sólo en la universidad. Si bien la universidad nos ofrece vital material con sus investigaciones para rescatar la verdadera historia de las personas, las ideas que han movido el mundo a mejor, a que no nos autodestruyamos aún por seguir en un tipo de sociedad de la violencia en todo siempre justificada, las han tenido todo tipo de personas, no sólo quienes han podido realizar un trabajo intelectual para el bien de la comunidad, o comunidades, ¡o de la especie! Soujourner Truth, con su «Ain’t I a Woman?» (¡¿Es que yo no soy una mujer?!) no es para un epígrafe dedicado sino para estar integrada como señal de mucho más en una narrativa que no desvirtúe o distorsione las luchas humanas por un mundo menos brutal. Ella dijo eso en una época en que en el movimiento sufragista de Estados Unidos prevalecía que las «verdaderas» sufragistas/feministas digamos eran las blancas, por ejemplo, ellas debían encabezar las manifestaciones** . Ayudó, ayudaron a que se corrigiera un error brutal conceptual, pero a día de hoy, se sigue contando como tema aparte, no integrado en esa historia del feminismo. Igual pasa cuando se menciona en una historia del feminismo la cuestión del feminismo romaní. Y en esos propios textos se ve ya la contradicción: cómo sí hay una sección para nombrar a tal o cual, cómo incluso en la narrativa general se pudiera mencionar, pero no se termina de integrar en la comprensión, en el marco conceptual general, y se nota. Lo que quiero decir es que aunque ya tenemos la información, otra cosa muy distinta es conseguir que eso haga evolucionar nuestro marco mental, nuestra emoción, nuestra cabeza-corazón.

En clase, el 10 de diciembre, siempre intento plantear (y no genera análisis ni debate, sino una especie de estupor que, espero, al menos ayude a «ablandar» la ceguera que impone la ideología patriarcal, conmover para limpiar la mirada) que la noción de derechos humanos ha sido construida por muchas personas, una saga crítica con la cultura prevalente, a lo largo de los siglos, personas que han podido o no estar en posiciones de poder establecido, y la mayoría no lo ha estado, porque no pudiera estarlo o porque rechazaran estar ahí o las dos cosas. Que no es un hecho concebido y redactado por nuestros patriarcas. Que, aunque positivo, no fue sólo por la lucidez y la fuerza de Eleanor Roosevelt, que también. ¿No habría una manera más amable, más realista, de contarnos las cosas? Por lo pronto, siguen faltándonos palabras. Cuando nombramos la historia del «feminismo ilustrado» al «feminismo de clase» falta todo lo relacionado con las cuestiones del mundo no blanco. Nombramos el mundo blanco disidente pero sigue siendo el que llega a las estructuras reconocidas de poder, digamos. Sigue siendo desde la mentalidad compartimentalizadora patriarcal, con sus ideas nefastas sobre lo que es diversidad y lo que representa. La diversidad humana no puede ser selectiva o excluyente, aunque podamos cada cual hablar de nuestra identidad y construirla contra ese todo que es la cultura patriarcal.

Las ideas nacen, se transmiten y generan realidades no sólo en lo que renoce la cultura prevalente. Hay universitarias, intelectuales, pero también todo tipo de personas en todo tipo de lugares que han movido el mundo hacia otro rumbo, un rumbo no patriarcal, artistas, activistas, mujeres constreñidas por su explotación total en un contexto o situación… Yo dudo que la historia del feminismo, como cualquier otra historia humana, nazca en un momento histórico, siquiera porque no conocemos la historia de la humanidad. Tiene que haber espacio para esa duda. Y así, abrirse ese marco conceptual de que logros sociales vienen de muchas cosas, de mucha gente tendiendo a algo diferente, que cuestiona la cultura prevalente. Quienes sean la persona que hizo tal o cual, ¿pueden ser nombradas así sin que eso implique esa mitología de Primeras (y Únicas, es la implicación) Personas que Hicieron? Es todo muy complejo, pero hay que seguir mejorando las narraciones, para que nombrándose algo invisible, no se invisibilicen otras realidades, sino sencillamente se nombre una realidad.

Este texto está escrito tal cual, sin tiempo a elaborarlo y organizarlo. Espero que se entienda o que aporte algo para seguir avanzando en comprender y nombrar con más racionalidad empática.

Notas

*Debates internos: esos que en general se ignoran en el feminismo de las instituciones educativas o de gobierno, por ejemplo; aunque luego se aprovechen, el eterno modus operandi del poder establecido patriarcal, del que no se libra ningún movimiento por transformador que sea si no se mantiene una afinada consciencia o también autocrítica.

**Manifestaciones (lucha social): ese modo de ADNV que si bien no inventaron, sí lograron transmitirnos como herramienta de lucha noviolenta para la sociedad que no tiene acceso a los micrófonos y textos publicados. Digo «no inventaron» porque que masas de gente se lancen a la calle a intentar frenar al poder establecido se ha hecho con toda probabilidad en la historia de la humanidad, aunque no lo sepamos. Lo que no quita valor al hecho de que las sufragistas, desconocedoras además, como la mayoría hoy también, de la historia no contada en las sociedades patriarcales, dieran con la forma de lucha noviolenta de la «manifestación» y la popularizaran — que como siempre además borráramos de nuestra memoria o consciencia colectiva que nos vino el ejemplo de ellas es un caso más del terror de género patriarcal, su poder de aniquilación incluso a través de la omisión, convertida en arma de destrucción masiva en el patriarcado.

LENGUAJE MACHISTA Y EDITORIALES. Es pesadísimo encontrar libros y ver que a las escritoras les hacen la ficha en masculino. ¿Por qué aceptan esto? Es si se quiere falsedad documental, además de falta de respeto, porque nombrar es respetar. ACABAMOS DE ENVIAR un email a una editorial, Clave intelectual, porque viendo libros de maternidad analizada se hacía grotesco realmente leer la info sobre «El autor». Por si os animais a hacer cosas así como lectoras o escritoras.

A Clave Inlectual: «Por si es de su interés. No comprendemos cómo a estas alturas del cambio lingüístico, las editoriales continúan llamando «autor» a las autoras, «lector» a las personas lectoras, como si no hubiera mujeres, usando el lenguaje concebido desde el Hombre como medida de todas las cosas, como ordena la tradición, y en claro rechazo a la realidad social, que tiene nombre, e incluye los femeninos. El derecho a ser nombradas es el mínimo respeto. La tara patriarcal sólo se comprende el respeto al Hombre y a los estatus del poder («Damas y caballeros»), pero desde la segunda mitad del siglo 20 la progresión a comprender que todo el mundo tiene derechos ha sido veloz y está generalizada, le pese a quien le pese. Usar el masculino singular como genérico es un despróposito que fomenta la Real Academia en su desesperada lucha por sobrevivir, un anacronismo, excesivo e injusto. No va a poder cambiar el estado de las cosas. Publicar a las autoras no basta. Hay que nombrarlas.»


Es como el DRAE, admiten términos 60 años después! Cuánta paciencia hay que tener. Cuánto tiempo necesitan para nombrar con respeto a las mujeres? Al menos a las que no son reinas, ni damas…


El editor de Perrito Rojo Picture Books nos ha desamigado, supongo que porque hace poco escribimos cuando nos pidió ayuda a difundir el nuevo proyecto editorial y le planteamos lo que os planteamos cuando salió el de Simone de Beauvoir, que no obstante apoyamos, comprando ejemplares y difundiéndolos y contándoselo. Pero consideramos que el apoyo tendría que ser mutuo, y sólo proponíamos se considerara lo que dice este otro post a otra editorial. La respuesta por privado no fue Gracias, siquiera, que sería algo lógico y amable. Por más que se nos trate así, hay razón y racionalidad en lo planteado, y sobre todo, una realidad social diferente a cuando se hablaba en masculino sólo. Triste que se atrincheren en la tradición de exclusión, de negación del hecho que no debería ser combatido a existir en el lenguaje las mujeres.

Lo que nos ayuda a rescatar nuestra humanidad son nuestras diferencias

Según lo comprendo yo, el desencuentro dentro del feminismo respecto al tema de la identidad se encuentra en que hay personas con inteligencia feminista que creen que la distinción Hombre-Mujer es biológica, como lo cree la cultura patriarcal, sólo que conciben la superioridad de forma contraria: la “naturaleza femenina” sería superior a la “naturaleza masculina” por las mujeres están vinculadas a la vida y el amor/construcción y los hombres a la muerte y la violencia/destrucción. Ambos pensamientos emplean para su comprensión del mundo lo que llamo los binomios contendientes donde uno debe prevalecer sobre el otro porque ideológicamente se considera superior, es decir, donde uno representa el Bien o llamémoslo ya (que ayudará a evolucionar, pienso) El ideal y el otro el Mal o bien Los peligros.

Matices aparecen en los feminismos respecto a cuántas identidades humanas son “naturales” e incluso entre personas feministas que no se identifican claramente con la visión del feminismo de la diferencia se produce la desconfianza respecto a que la identidad humana, natural y cultural, pueda ser más diversa que una idea algo más borrosa que la patriarcal pero muy parecida sobre que las personas somos Hombres y Mujeres.

El encuentro de los feminismos respecto al tema de la identidad está en el rechazo al sistema sexo-género patriarcal, que define la identidad humana restringida a una versión de lo que es ser mujer y ser hombre, donde la mujer es vista como inferior al Hombre.

La cuestión es, sin duda alguna necesitamos ser conscientes de los puntos donde podemos aunar esfuerzos, para fomentar eso, y no tanto la no comunicación y la perpetuación de la idea patriarcal que lo diferente es el enemigo.

Son ya siglos de patriarcado, y realmente, esto tiene que superarse ya, esta tara ideológica de la que somos objeto culturalmente, que es decir, conceptual, verbal, psicológica, físicamente también.

En los hechos pequeños de la vida cotidiana se puede rastrear el afán de violencia respecto a la identidad humana, y esto no nos ayuda a evolucionar. Por eso en el movimiento social del feminismo (o los feminismos) otro punto de encuentro es saber de la importancia de las palabras y las ideas para transformar acciones y actitudes del mundo de la violencia, porque la violencia física o última se construye, es posible por la existencia de todos estos otros tipos de violencias posibles: ideológica o cultural, sentimental, emocional, psicológica, verbal sin duda alguna (véase la misoginia tolerada por el mundo oficial de la cultura de la Real Academia de la Lengua Española, que no puede soportar que a las mujeres se les deba el mínimo respeto de nombrarlas si te diriges a ellas, buscas su apoyo, hablas de ellas o de la humanidad o las personas).

(Para mí el feminismo pacifista incluye todos los temas que el pacifismo patriarcal obvia, todos los tipos de violencia que el pacifismo patriarcal, espiritual-religioso o ético-político ignora, incluido el hecho de los siglos de lucha noviolenta de las mujeres, con todas las ideas de lucha que nos han proporcionado y no vemos, no se las atribuimos.)

Sobre mi postura personal, por un lado vital, intelectual-vital, yo no puedo entender bien la cuestión de la superioridad como tampoco puedo entender bien la admiración, si no fuera algo así como la superioridad ética, de racionalidad empática, pero no podría llamarse así porque desde esa racionalidad empática no sería éste el mejor nombre, “superioridad”, tendría que existir otro. Y por el lado de observación de la vida humana (esa pasión, ese miedo y esa necesidad de conocer), lo que yo llevo visto en medio siglo de vivir intensamente, me ha conducido a pensar en personas, intentando ver más allá, con más inocencia o libertad, de nuestro adoctrinamiento de cultura patriarcal en los binomios identitarios base a todos los sistemas de violencia patriarcales, de Ser Hombre y Ser Mujer. Aunque entiendo que la cultura prevalente haga que nuestra maleable mente desarrolle más las cualidades que se nos dice tener culturalmente, porque queremos que nos ayuden, o quieran, o admiren, o teman… Yo he visto rasgos y ausencia de rasgos supuestamente correspondiente a un género sólo en los dos, e incluyo la fortaleza física (que además puede concebirse desde muchos enfoques muy diferentes, curioso que sólo se hable de uno) o la capacidad de comprender cosas.

“We can best help you prevent war, not by repeating your words and repeating your methods, but by finding new words and creating new methods” Virginia Woolf (Como mejor podemos ayudaros a evitar la guerra no es repitiendo vuestras palabras y reproduciendo vuestros métodos sino hallando nuevas palabras y creando nuevas formas de hacer las cosas. Citado en Petra Kelly (1983), p. 35, Fighting for Hope, Chatto & Windus. The Hogarth Press, 1984)

Si los genitales nos especializaran en capacidades no habría tantas excepciones como encontramos día a día; y cómo nos pasamos los siglos sobre todo hablando y actuando para juzgar y condenar las “excepciones”. No deberíamos perpetuar esta especie de fe, que no conocimiento, en la identidad de género humana porque ponemos muy difícil poder colaborar en la construcción de un mundo humano donde los valores de respeto/amor, solidaridad/cooperación, honestidad-sinceridad, y noviolencia prevalezcan.

El pensamiento, la ciencia, el lenguaje, las emociones…, son productos humanos, y pueden llevarnos a todo tipo de hechos, constructivos y destructivos en infinitos grados. No creo que los genitales tengan mucha influencia, con su química incluida, dado que la mente humana tiene capacidades como la imaginación.

Termino con una idea que expresó, probablemente entre muchas otras personas a lo largo del tiempo, Einstein, y que yo leí en un artículo de Petra Kelly, del citado libro Fighting for Hope: “Everything has changed except our way of thinking” (Todo ha cambiado excepto nuestra forma de pensar / marco mental).

A la gente curiosa, con afán de aprender y mejorar, se la malinterpreta mucho. Sencillamente, culturalmente, no se puede creer que algo pueda hacerse por eso tan fundamentalmente humano como es la curiosidad, el afán de aprender y mejorar.

Lo malo no es la malinterpretación: eso podría corregirse preguntando, escuchando, confiando en la respuesta, que no es tan difícil de entender ese tríada de afán, tan humana. Lo malo es que esa malinterpretación está asociada en las culturas patriarcales a ejercer automática algún tipo de violencia, la más invisible, la que educa en que no se tenga curiosidad, ni ganas de aprender ni de mejorar.

Hoy por azar al releer a Mina Loy y mirar mi traducción de inicios del siglo 21 (2000 y poco, si no 1999) he visto que no comprendí bien una cosa, así que aquí está la traducción que considero más fiel a lo que ella dijo y a cómo lo diría en español. Así que esta tradu es del 2018. 😀

 

No hay Vida ni Muerte

sólo actividad

y en lo absoluto

no hay declividad.

No hay Amor ni Deseo

sólo tendencia a

Quien pretenda poseer

es una no entidad.

No hay Primero ni Última

sólo igualdad

y quien pretenda dominar

es todo vulgaridad.

No hay Espacio ni Tiempo

sólo intensidad

y lo dócil

no tiene inmensidad.

https://soundcloud.com/michellerenye/no-hay-vida-ni-muerte-poema-de-mina-loy-traducido

A ver si me sale… Pongamos el hip hop, el blues, los jazzes, el flamenco… (no menciono otras músicas, para que no se me escape esta reflexión, porque el tema de la música es increíble) hay comunidades que han aportado a la raza humana un tipo de música de extraordinario valor artístico. Como músicas que han llegado a personas de cualquier comunidad, pueden gustar a gente de fuera de esa comunidad a puntos pasionales, tanto como agentes de la música o como personas que la disfrutan.

Pues bien, se dice que esa música suena mejor cuando la tocan o cantan personas de la comunidad que la originó, como si esa comunidad fuera un ser con esa característica, y como si pertenecer a una determinada comunidad diera una cualidad que no puede tener ninguna otra comunidad humana.

¿Pero no es la música una cualidad humana? Y cuando una comunidad da con un tipo, dan con ese tipo las personas artistas que lo generan, no todas las personas de esa comunidad. Análogamente, le gustará a personas de fuera de esa comunidad, y no a todas. Es arte. Arte es dar expresión a una realidad, pero la realidad tiene enfoques, formas, desarrollos incontables en su narración. Si otras personas de otras comunidades han compartido vivencias/sensibilidades/ideales… similares, como la música, el arte, no tiene fronteras, mal que pese a quien sea, podrán crear de ese arte, o disfrutarlo.

Y luego está el tema de poder imitarlo, ahí se verá la diferencia entre una actuación artística y una imitación excelente. Se puede imitar y se puede crear y hacer cosas que son híbridas de esto. Son cualidades humanas.

Temas aparte son que se reconozca quién aporta qué, que se aprecie.

Pero eso no es decir, no creo que pueda ni deba decirse que sólo las personas de las comunidades originarias creadoras de un tipo de música serán las únicas que puedan crear arte con esa música, porque la música, el arte, son hechos humanos, y nuestras mentes, que según desarrollo de su amor a la libertad, pueden no optar por tener las fronteras que imponen los colectivos, en su definición de lo que son, o lo peor, en la defección de lo que son por quienes no pertenecen a ellas, pueden verse conmovidas por cualquier obra humana.
La opresión, explotación, represión ha generado incontables crímenes contra la humanidad, y algunos no podemos explicarlos bien, y al nombrar hacemos cosas que los sostienen o perpetúan.

Por eso pensar, comunicarse, pueden ser ACCIÓN, como el arte, y revolucionarias.

Saber nombrar las cosas importa mucho para el análisis, pero para eso tenemos que comprenderlas (ese arduo proceso) con cierta profundidad –no sólo es cuestión de diferencias por puntos de vista de los que se parta.

En la ideología patriarcal es más importante usar las ideas como armas para «destruir al oponente» que conocer el mundo a través de la puesta en común de ideas y desarrollar conocimiento en procesos colectivos conscientes.

Podemos decirlo de muchas formas.

En el vídeo de abajo sobre Petra Kelly, Alicia Puleo lo dice de una forma. Al explicar el ecofeminismo nos cuenta (y su opinión está ciertamente informada) que el ecofeminismo se encuentra más asociado a una corriente feminista llamada «feminismo de la diferencia», que es esencialista, es decir, que cree en una diferencia identitaria fundamental entre dos géneros, y nos dice que en cierta forma esta corriente enfrenta dos géneros –como lo hace el esencialismo patriarcal (añado yo), aunque en un sentido diferente, y en un sentido contrario según matizaciones, cuando se plantea con el mismo esquema de superioridad de un género sobre otro en un sistema de dos. Y nos cuenta que la corriente feminista prevalente hoy es aquella que se centra en combatir la discriminación machista y misógina o del Hombre hacia la mujer, y que el ecofeminismo ampliaría eso para incluir la lucha contra la discriminación de otros animales y la explotación del planeta. Dice que por tanto en algún sentido el feminismo (la corriente prevalente) se ha especializado en el tema igualdad entre hombres y mujeres.

Yo creo que esta visión está condicionada por la comprensión del feminismo occidental, de su importancia en la lucha por la igualdad entre sexos, y que tenemos que nombrar o comprender el feminismo de una forma más amplia y eficaz porque explica muchas cosas más y su impacto es mucho más amplio y profundo: el feminismo cuestiona la ideología patriarcal, esa cultura humana de sistemas de violencia (por sexo, sexualidad, piel, estatus social, económico…), y por eso sin desarrollar inteligencia feminista no se puede abordar la evolución a la superación de este tipo de cultura. La construcción de una cultura abarca todo lo humano, y condiciona cómo pensamos, hablamos y nos relacionamos, qué valores prevalecen en comunidad, las prioridades.

Consideremos las luchas de las personas feministas por el lenguaje.

La idea de un lenguaje que nombre la realidad –y no un lenguaje empleado dogmáticamente para invisibilizar la realidad que no se quiere aceptar culturalmente en una sociedad dada (invisibilizar que no destruir, porque siempre hemos existido y aportado las personas denostadas por la cultura prevalente)– en la práctica y teoría de diferentes personas feministas nos ha aportado culturalmente más que la sola cuestión de nombrar a las mujeres. Nos ha descubierto la falta de inocencia en la cultura, en el mirar desde la cultura; cómo vemos lo que creemos, lo que la cultura/sociedad dice que hay que creer, en lugar de comprender (ver, entender que existe) la realidad existente; y cómo viendo así hacemos daño intencionada y no intencionamente, inconsciente y conscientemente, porque juzgamos injustamente, agredimos verbal y conceptualmente, y omitimos o invisibilizamos, que es, ya lo sabemos bien, una forma de matar, obstaculizar y hacer sufrir.

Estoy hablando sólo del mundo del lenguaje humano, que parece un tema solo y que es en realidad un tema transversal a todo nuestro mundo porque constituye nuestra herramienta cotidiana para transformarnos y transformarlo, justamente por eso, porque en él se refleja todo lo que concebimos, sentimos, creemos, soñamos como colectivo –aunque eso no haya podido eliminar nuestra capacidad para el lenguaje individual o no prevalente socialmente, como esta forma de nombrar empática propuesta por el feminismo porque sabemos del daño que hacen las palabras a quienes excluyen o difaman, lo pretendamos o no; cómo las palabras más usadas son culturalmente reguladoras de la inclusión y exclusión, del reparto de funciones en una comunidad, la construcción de la identidad de los papeles admitidos por una sociedad determinada.

2017 Homenaje a Hypatia

Así, el que haya corrientes feministas prevalentes (en el sentido de mayoritarias) en determinado lugar que se centren a la lucha por «la igualdad ¿con el Hombre?» (así lo mal-interpreta mucha gente), o dicho mejor: que se centren en la lucha por la igualdad de derecho de todas las personas a una construcción de su identidad propia y a poder elegir su papel en su comunidad en función de sus decisiones y no de sus características físicas o genitales en el contexto de una sociedad patriarcal (que parte de la deshumanización fundamental que es una definición limitada y distorsionante de lo que es ser persona, asignando dos papeles, «Hombre» y «mujer» a todas las personas, papeles asociados a funciones en la sociedad), no es decir que el cuestionamiento del patriarcado que realiza el movimiento social feminista sólo implique el tema «Hombre-mujer» (ya se ve en mi reformulación, pienso) pues cuestionar la base dogmática fundamental de la cultura patriarcal no es para que las mujeres estén mejor, sino para evolucionar a sociedades menos violentas e injustas, donde se respete la identidad de las personas y se apoye una evolución individual y colectiva hacia realidades más humanas, más fieles y respetuosas con el potencial y la diversidad humana, pues la cultura patriarcal es autodestructiva –y si tras siglos de patriarcado aún no nos hemos autodestruido eso ha sido sencillamente porque la realidad humana no ha podido ser transformada por la ideología patriarcal en el sentido buscado, y ha seguido existiendo y cuestionado el sistema todos estos siglos; por eso hoy tenemos cosas buenas que en realidad no nos vienen del patriarcado sino de lo que esta cultura ha, digamos, robado a mucha gente anónima, y también y sobre todo, de lo que esta cultura ha recibido como impacto de la existencia de esas otras realidades a lo largo de los siglos, que enfretándose al sistema o sencillamente siendo han tenido un impacto como una hoja seca o una piedra que cae al río, en ondas expansivas.

Con todo esto intento explicar que yo no creo que el feminismo sea el feminismo de clase media blanco y de izquierdas, ni tampoco que el feminismo se haya centrado en la lucha contra la discriminación de sexo no trabajando la conexión con otras discriminaciones o sistemas de violencia. Todo va íntimamente ligado porque es complejo, como la vida. Cada persona, grupo, red, como cada sociedad y comunidad, claramente elige temas de trabajo y prioridades, pero como movimiento, el feminismo es una de las razones fundamentales por las que comprendemos la discriminación y asociamos su superación a un cambio de valores y modos de ser y de relacionarnos. De hecho, como movimiento social, en todas partes del planeta, no sólo en España o Europa occidental donde estamos (pero nuestras poblaciones son heterogéneas, aquí vive mucha gente variada en situaciones materiales muy distintas, y que es feminista también), lo que nos hace ingresar en este movimiento, digamos, es un afán de lucha por rescatar nuestra humanidad que va a asociada a un rechazo visceral y racional empático por el uso de la violencia como forma de resolver problemas y conflictos, o como forma de relación en la especie y con la naturaleza, siquiera porque es el planeta donde vivimos, siquiera porque en él encontramos nuestro alimento para poder vivir y no morir.

Así, si bien es cierto que aún no hay palabras, teorías, ideas comprendidas más ampliamente sobre la conexión inevitable de feminismo, noviolencia y ecologismo, según vemos y nombramos las cosas, puede comprenderse legítimamente que todo se contiene en el feminismo como movimiento social que cuestiona la ideología y la sociedad y cultura patriarcal, por ser una cultura basada en sistemas de violencia que parten del sistema primario de reducción de la identidad humana a dos papeles con funciones específicas que se excluyen y que se nombran falsamente como «complementarias».

Volviendo al lenguaje, en mi viaje personal para humanizarme a través de cómo nombro y por tanto de cómo pienso y por tanto de cómo me relaciono, no sólo he aprendido a mirarme a mí misma desde un enfoque diferente (siempre en peligro hasta que llegas a décadas de práctica en resistencia y lucha!, por la presión indescriptible de que sigamos en ceguera), uno que me permita pensar que soy inteligente, fuerte, valiente, creativa, genia, capaz de ofrecer ideas valiosas a la sociedad, capaz de tanto, con mi pequeña vida de minoría en mi sociedad que cuestiona la tradición. Ocurre que al hacerlo, al hacer este viaje, me he humanizado, he rescatado mi racionalidad y empatía como persona, y con racionalidad y empatía no puedes ejercer injusticia y violencia fácilmente, no puedes obedecer el mandato de violencia e injusticia de los sistemas impuestos en la cultura patriarcal, al menos no tan fácilmente o defendiéndolos contra toda razón o sin sentirte autocrítica y con un conflicto ético y vital. Los reproduces por ser un animal cultural, pero por ser humana en evolución, los criticas e intentas superar.

El feminismo como movimiento social que lleva siglos en escena aunque sin siquiera un nombre, es muy joven respecto a la fase actual en que está (la de encontrar nombres y pegarnos), sólo tiene algún siglo, y quizá por eso todavía hay tantas tortas, tantas luchas que nos podríamos ahorrar, y que en realidad nacen de que por más que sepamos que la violencia es negativa y evitable a menudo, la cultura patriarcal nos constituye ideológicamente, y muchas veces usamos la lucha por cuestionar algo para justamente perpetuar algo: el poder de ubicarnos en posiciones que discriminan, no respetan y desprecian a otras personas, por ejemplo. Porque no es fácil concebir algo que socialmente no existe, aunque a nivel individual te conste que sea real, humano. No es fácil nombrarlo. Y sin embargo, tenemos la palabra para pensar, comunicarlo y comunicarnos, entendiendo que todo será como siempre una evolución hacia la comprensión y hasta llegar a un poder nombrar de forma más fiel a la realidad, con mejor conocimiento.

El otro día un periodista español entrevistaba a un científico español en Estados Unidos, creo, y decían algo terrible y terrorífico, como si eso lo dijera el Conocimiento que cimienta nuestras sociedades. Preguntaba el periodista sobre, p.e., hombres embarazados, al tratar el tema de los límites éticos de la ciencia (en el patriarcado), y respondía el científico (cuya inteligencia feminista no parecía muy desarrollada) que la naturaleza era práctica, con una sonrisa de sobresuficiencia patriarcal estremecedora, con un significado muy preciso: era práctica y no iba a permitir cosas raras! Estremecedora porque al no tener inteligencia feminista este científico no se daba cuenta de la brutalidad y la falsedad de lo que decía: «práctica» desde la ideología patriarcal no es «práctica» desde la naturaleza, que en realidad no puede tener nada que ver con la idea humana «práctica» ya que la naturaleza sencillamente es vida. La naturaleza, señor científico, EXPLORA TODA POSIBILIDAD y se caracteriza por su DIVERSIDAD, por eso hay incontables formas de vida, y dentro de éstas, incontables formas o identidades o modos o relaciones. Lo sabemos muy bien las personas cuya identidad no se conforma o explica con el sistema identitario milenario de las sociedades patriarcales, y no hablo sólo de personas con cuerpos o sexualidades diferentes a los del mandato patriarcal, sino también a gente con vidas movidas por valores no prevalentes, por ejemplo. Por eso, porque la naturaleza es VIDA, la sociedad humana genera CULTURA, para acotar, entender, organizarse y poder ubicarse en el mundo de la vida, y por eso las culturas son diversas y van cambiando, evolucionando.

La cultura la creamos, y nos rige el pensamiento y la vida en un casi total porcentaje, en comparación con cómo nos condiciona lo biológico. En el mundo humano, tener ciertos órganos no implica desear o no desear lo que la cultura establece como asociado a esos órganos: hay varones con una maravillosa mente humana que no usan más que para perpetuar la violencia; hay mujeres con útero gestor que no desean gestar vida como única y primordial función identitaria de su vida; hay personas que se enamoran de personas y no entienden por qué si el resultado no es una relación monoparental heterosexual ese hecho es anormal y censurable. No hay nada menos práctico que la violencia para resolver conflictos, por todo el horror, sufrimiento y destrucción a tantos niveles que genera, y sin embargo, la cultura patriarcal nos enseña que en ideas, actitudes, sentimientos, palabras, y otras acciones, debemos ejercer violencia a diario para mantener el sistema social, los valores y los modos de la cultura patriarcal.

Es fácilmente comprensible que si en lugar de ver a otras personas como amenazas constantes a nuestra existencia nos viéramos como una comunidad, capaces de mutuo apoyo, la vida sería más grata, interesante y positiva para todo el mundo y el planeta no estaría amenazado. Y esto no tiene nada que ver con la idea expresada por el científico mencionado arribo de lo que es «práctico» para la naturaleza. Para la naturaleza humana en la sociedad patriarcal lo práctico ha sido la guerra, porque operan unos determinados valores o ideas, pero no es nuestra única opción. Ampliar el marco identitario humano para reflejar la realidad identitaria humana no se puede ver como algo «práctico» o «no práctico», ni como algo anormal, sino justamente como algo que, si se respetara la realidad de diversidad de la vida, nos permite construir una cultura más evolucionada, capaz de superar los sistemas de violencia que nos tienen sumidas a las personas en una especie de Edad Oscura. Esperemos nuevamente, que ya hayamos entrado en la era en que conseguiremos superar la tara ideológica de esta cultura represiva, explotadora, destructiva.

BONDAD. MALDAD. EL PROBLEMA. Vale, todo el mundo es capaz de actuar con de forma bondadosa o no tanto, da cosa llamarlo “maldad”, por eso se mal-llama “egoístamente”. Digo que se llama mal porque el egoísmo no tiene necesariamente que ser maldad. Por ejemplo al hacer el amor, si eres una mujer en el mundo patriarcal, pensar en conseguir tu placer es siempre bueno para ti y el conjunto, porque como mujer tienes que compensar la mierda de educación que te da la cultura patriarcal para aprender a respetarte y tener tu criterio sobre tu placer, porque si no, importa una mierda si es con un hombre, 50%-100% patriarcal se entiende. Y hacer el amor, dos personas o las que sean darse placer, implica que todas estén contentas, y ayuden a compartir información sobre lo que les gusta, y por eso tienes que pensar en tu placer, aunque no como el Hombre patriarcal, que olvida que importa la subalterna esclavizada, sino sabiendo que la cosa va de labor de equipo. Es un gran momento para la práctica del equilibrio de lo que es pensar en ti y pensar en quienes te rodean. Y como es sábado y he cenado espagueti con… sí! lambrusco, que es absolutamente irresistible, porque emborracha sí o sí, quiero intentar volver al tema, porque aún recuerdo que quería hablar de portarse bien o mal con la gente. Veréis, pensé una idea y tenía la esperanza de que sirviera para orientarse, pero según la pensaba ocurrió lo de siempre: que me pareció una idea poco útil. En fin, allá voy: pensé que quizá lo fundamental en las relaciones humanas, y observable a diario en todas las relaciones, es saber cómo se porta la persona con otras personas, no sólo las queridas, que también, porque está claro que mucha gente, en el patriarcado, trata como mierda a las personas queridas. No creo yo que sea algo “biológico” o “humano”, es algo de la cultura patriarcal, algo que alimenta que aprendamos a tratarnos así de mal, justificándonos siempre, siempre justificando la violencia, esa pesadilla y ese aburrimiento, ese crimen contra la humanidad, que hace que nuestras vidas no puedan crecer, porque siempre estamos teniendo que contener, frenar, combatir la violencia. Pero sí pienso que vale esto, que si alguien a quien quieres trata mal a otras personas, y quieres elegir si relacionarte con esa persona, en lugar de justificarlo, tendrías que ver lo que hay: que alguien cree que es justificable pretender hacer daño a otra persona porque ha “amenazado sus intereses”. Hip. Bueno, Tengo suerte de estar en contacto con personas que me quieren bien, pero me asombra la cantidad de gente “normal” y “extraordinaria” que es incapaz de sentir la mínima empatía, que no puede desengancharse de lo que pueda darle el saber que pueden hacer daño a alguien y quedarse tan frías y fríos, incluso contentxs, y siempre cargados de razón, justificando como si fueran de una secta de normalidad sus brutalidades. La gente no ya de cultura patriarcal, que lo somos todo el mundo y por eso tenemos tanto curro para rescatar nuestra libertad y humanidad, la gente que encaja en la ideología patriarcal bien, sostiene sus sistemas de violencia sin pestañear, creyendo que “así funciona el mundo”, siempre justificándose. Pero las personas podemos saber bien desde dentro cuando actuamos mal, para hacer daño, y también podemos saber bien desde dentro que eso nunca está justificando, a no ser que sean casos muy claros de autodefensa (tema peliagudo en sus incontables grados). En fin, que para romper la cultura patriarcal y liberarnos, podríamos trabajar la idea de que una clave para elegir relaciones es ver comportamientos nobles, sinceros, honestos con las personas queridas, y en realidad, con cualquier persona. Quizá eso nos ayudara como especie a respetar a las personas que aportan no querer hacer daños, que no imponen precios, que hay que ver cuánto desprecio idiota impera y desata cuánta violencia innecesaria.

SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CRÍTICA SIN TARA PATRIARCAL

Para hacer crítica, no hace falta despreciar o destruir “al contrario”, según ordena la ideología patriarcal. La crítica implica un conocimiento más profundo y certero de las cosas que ocurren y se sienten o piensan, y abre caminos para la evolución.

Hay cosas que puede hacer todo el mundo para superar la tara ideológica patriarcal, que condiciona incluso a las personas que han dado con buenas ideas, ya que la cultura está en nuestras cabezas más de lo que concebimos.

Basta limpiar la mirada para ver el claro objeto del pensamiento crítico: la construcción del conocimiento colectivamente, por eso da igual quién dice la idea crítica, aunque esto no es decir que haya que invisibilizar a nadie: está bien saber quién dice qué, por justicia o empatía, siempre, y también para seguir la pista a lo largo del tiempo y aprovechar además esa otra fuente de conocimiento.

Esta idea, como todas las ideas inteligentes noviolentas, es despreciada y también combativa por la cultura patriarcal, que tiene siglos de práctica en hacerlo, lo que se constata en que incluso personas que dan con buenas ideas pueden estar reproduciendo modos que critican en otros ámbitos.

Yo así lo identifico:

Quien al hacer la crítica desprecia o maltrata. No es necesario, a no ser que no se pretenda la crítica sino hacer daño a la persona. La crítica plantea el análisis de una idea que se cree mal construida: si es injusta o errónea basta con refutarla, si es procedente, basta con agradecer haberla podido escuchar o leer; si no es la clave pero plantea otras preguntas, también es bueno saber agradecerla.

Así lo identifico, como pensadora crítica con algunas décadas de experiencia en la lucha social:

Cuando lo que dices genera un ataque personal. La ideología patriarcal nos ha enseñado a cerrar filas ante la crítica, y linchar a la persona. Desviar la atención para que no se escuche lo que dice, armándose de sentimiento de indignación que justificará (sobre todo porque se unirá mucha gente a sentirse indignada, aun no sabiendo qué lo ha provocado) el que se haga daño a esa persona.

Por desgracia, las reacciones de la ideología patriarcal a la crítica dan mucho miedo por su violencia incuestionable (la legitimidad que tienen “las soluciones de violencia” en la cultura patriarcal es estremecedora), y lo excepcional es encontrar a personas que luchen por controlar ese miedo (que sean críticas, además, desde la consciencia de que necesariamente tienen que ser autocríticas, vigilarse, para no caer en los esquemas de violencia patriarcal al pensar; porque el patriarcado enseña que “si tienes razón, tienes que machacar al contrario” y no sencillamente refutar la mala idea).

Lo excepcional es encontrar personas que luchan por desarrollar la capacidad de aprender y rectificar para crear procesos que escapan a los esquemas imperantes culturalmente, evitando por ejemplo confundir CRÍTICA A UNA IDEA con HACER DAÑO A UNA PERSONA (p.e., falacia contra la persona: fijaos bien en cómo opera esto), protegiendo así que el objetivo de la crítica (identificar un error, sea idea mal construida, injusticia, violencia) y superarlo no quede perdido o distorsionado a la función de violencia de PRESERVAR EL ORDEN CONCEPTUAL DEL MUNDO PATRIARCAL (pensar/sentir/imaginar/soñar, la vida mental humana, las palabras y las relaciones van unidas, por eso de nada sirven los dogmas para la construcción de un mundo noviolento). Digo “función de violencia” porque en la ideología patriarcal de los binomios contendientes, todo es guerra, una de las dos partes debe necesariamente prevalecer a costa de la otra. Es una concepción IRREAL de la vida basada en la metáfora LUZ-OSCURIDAD/BIEN-MAL (útil para otras cosas, e incapaz de explicarlo todo, pues la vida es PROCESO) que se fuerza allí donde no procede usarse porque LIMITA LA DIVERSIDAD DE LA VIDA. Y forzando esta ideología reduccionista y violentísima por tanto, desde ahí, se pretende silenciar a quienes plantean críticas y preguntas (críticas planteadas a menudo siquiera por modo autodefensa sin saber siquiera que con tu vida planteas una crítica: EXISTO Y NO LO VEO ASÍ/ENCAJO AHÍ) usando difamación y el ataque a la persona, metiendo mucho ruido para que no se escuche la idea que cuestiona algo, que posibilitaría la evolución a la superación de algo injusto o violento, validando comportamientos patriarcales donde son quienes menos escrúpulos tienen a la hora de imponer ideas quienes deben necesariamente ser personas apoyadas, protegidas con la vida, obedecidas.

Y es que la ideología patriarcal es radicalmente irracional y violenta. Y a estas alturas parece mentira que tantas personas en la lucha social piensen que por estar en la lucha social esa ideología no nos afecta. Sería mejor trabajar en equipo, aprender a decir lo siento cuando nos salta el resorte patriarcal de querer callar a alguien haciéndole daño, aceptar disculpas porque partimos de que la mierda que combatimos fuera la llevamos dentro, saber rectificar, aceptar que quizá no nos habíamos dado cuenta de algo por mucha experiencia o sabiduría que hayamos atesorado en la vida.

Realmente pensar fuera de la ideología patriarcal no es un absoluto, como nada en la vida, sino un proceso de desarrollo de inteligencia feminista, noviolenta, constructiva…

En los debates internos, hay que ser críticas no déspotas o bélicas: tratar con amabilidad a la persona que participa en el debate no equivale a no ser crítica, porque la crítica no está en desacreditar a la persona, sino en desmontar la idea mal concebida o violenta. Y sin hacer esta diferencia fundamental, se cae en la violencia. Es decir, por natural que sea la noviolencia, por deseable que sea en el mundo animal, también el humano, dada la tara ideológica de siglos de estas culturas humanas tan violentas, lo “natural” es que queremos destruir. Tenemos que aprender a abandonar ese barco, y esto implica control del miedo o valentía, desarrollo de criterio, de capacidad de diálogo, que viene con aprender a confiar que con quien hablas pretende hablar (y si no es así, que eso no te desvíe a ti de tu objetivo, seguir tú con el objetivo del diálogo sin entrar a saco a la distorsión del personalísimo destructor que nos enseñamos), fomentarte y fomentar la honestidad y la autocrítica, para no ponerte por encima de nadie, y al tiempo saber valorar las buenas cosas que ofreces o aportas.

Bueno, es un borrador de nuevo, un fragmento, del ensayo que siempre estoy queriendo escribir, sobre violencia y noviolencia desde la inteligencia feminista!

CLAUDIA MV me añade que faltaría el tema de las preguntas capciosas: aquellos/as que en medio de un debate o discusión hacen trampas intelectuales para desacreditar lo que dijiste en vez de ir de frente con su postura y ya. A esoas personas no les doy oportunidad de que se sigan burlando y to.ando » examen» desde sus pretendidas alturas

Introducción

(p. 8) Tanto el feminismo como el ecologismo nos permiten desarrollar una mirada distinta sobre la realidd cotidiana, revalorizando aspectos, prácticas y sujetos que habían sido designados como diferentes e inferiores. En esta nueva visión, la toma de conciencia sobre la infravaloración de las prácticas del cuidado, así como la crítica a los estereotipos patriarcales, que han sido generadas por la teoría y la praxis feministas, pueden constituir [constituyen] una aportación de enorme valor para el ecologismo.

(p. 9) (…) Crisis ecológica, economía y etilos de vida etán profundamente ligados. (…) se habla de «desarrollo sostenible» para aludir a un modelo de equilibrio entre crecimiento, innovación tecnológica, imperativo ecológico, creación de empleo y protección social [de las personas]. Pero (…) La irracionalidad del complejo economómico-tecnocientífico se hace patente (…)

(p. 10) El documental del demócrata noreteamericano [estadounidense] Al Gore, Una verdad incómoda (An Inconvenient Truth, 2006), marca un hito en el reconocimiento internacional de la crisis ecológica y en el afianzamiento y popularización de la propuesta de un capitalismo verde. (…) el cuidado del medio ambiente es presentado como promesa y proyecto de mayores ganancias ecnómicas, como fuente de enriquecimiento más moderna y menos destructiva.

[Otro documental de gran relevancia: Story of Stuff, de Annie Leonard (10 años de investigación), Historia de las cosas, traducido a muchos idiomas, de 20 minutos, del mismo año (yo lo uso en clase de inglés desde entonces con niveles intermedio alto y avanzado), dirigido a todo el mundo de las sociedades de consumo, explicando el sistema lineal de producción y que falta el cuidado a las personas y el medio ambiente, cómo y por qué fue diseñado, que podemos intervenir y lo estamos haciendo para neutralizarlo y transformarlo, y que necesitamos un sistema circular que se sostenga. Este documental generó un movimiento mundial y en su web ahora hay más documentales.]

(p. 11) Actualmente (2011) (…) El debate sobre el modelo económico reaparece en torno a los límites del ecosistema. (…) El Green New Deal implica asumir los límites del ecosistema y la lucha contra la explotación social a través de cierto decrecimiento de los países desarrollados y un crecimiento sostenible mesurado de los demás.

De acuerdo con las estadísticas, las mujeres somos las primera perjudicadas por la contamiento medioambiental y las catástrofes «naturales» [Conferencia de la Mujer de las Naciones Unidas, 2000]. Sin embargo, por lo general, no se visibiliza la relación entre la estratificación de género y los problemas medioambientales. (…)

El impulso general hacia la igualdad (…) en las sociedades occidentales en las últimas décadas ha tenido también su influencia en el movimiento ecologista. En algunas de sus organizaciones, se está replanteando el tratamiento de ciertos temas como el del trabajo doméstico y se cuida el lenguaje y las ilustraciones de su material de información para no incurrir en sexismo. En otros grupos, en cambio, aunque no se reconozca abiertamente, existe desconfianza y poca disposición a reflexionar críticamente sobre los roles de género como factores de desigualdad. He podido observar que el feminismo encuentra en los medios ecologistas dificultades de aceptación similares a las que suscita en el conjunto de la sociedad. Muchas veces, ecologistas de ambos sexos, muy bien intencionados, no perciben los estereotipos masculinos y femeninos que venimos criticando desde hace muchos años en la teoría y la práctica feministas.

(p. 12) En todo el mundo, son muy numerosas las mujeres que participan como activistas en los grupos ecologistas y en los partidos verdes. Pero la conocida pirámide de género de empresas e instituciones -con la base feminizada y la cúspide ocupada por varones- también se reproduce en muchos grupos ecologistas. A menudo, la militancia de base está mayoritariamente compuesta por mujeres y, sin embargo, predominan los hombres como dirigentes.

He llegado a sentir vergüenza ajena viendo algunos documentales de concienciación ambiental que presentaban una sucesión ininterrumpida de expertos y pensadores, todos varones. Como en tantas otras ocasiones y temas, el nuevo campo del pensamiento ambiental se masculiniza en la medida en que va adquiriendo importancia. (…) tenemos que ser conscientes de este problema y señalarlo. La solidaridad (…) no debe impedirnos practicar la (…) crítica feminista. (…) el feminismo ha sido una de las señas de identidad del ecologismo. Los partidos Verdes fueron pioneros en la aplicación de la paridad.

(p. 13) Desgraciadamente, las mujeres no sólo pertenecemos a un colectivo afectado en todo el mundo por una desigualdad de orden social y político que se manifiesta en el techo de cristal, las diferencias salariales, la escasa representación femenina en puestos de decisión y la violencia de género, sino que también nos vemos más afectadas por la contaminación medioambiental (…). Las sustancias tóxicas se fijan más en el organismo de las mujeres. Con una alimentación que no provenga de la producción ecológica, se puede llegar a consumir hasta cincuenta variedades de pesticidas por día. La Red Medioambiental de Mujeres, con sede en Londres, ha llamado la atención sobre la pasividad institucional ante el alarmante aumento de cáncer de mama en los últimos cincuenta años debido principalmente, a la contaminación medioambiental con xenoestrógenos, sustancias químicamente similares al estrógeno femenino natural que se encuentran en los pesticidas organoclorados, las dioxinas de las incineradoras, las resinas sintéticas, las pinturas, los productos de limpieza, los envoltorios de plástico y otros obejtos de uso cotidiano. Las mujeres deberíamos reclamar políticas medioambientales que nos tengan en cuenta.

Los productos químicos han mejorado nuestras vidas en muchos aspectos. [Pero no se puede ignorar que] La cara amable del desarrollo moderno tiene también una cruz (…)

(p. 14) Poco a poco se filtran datos inquietantes sobre los compuestos nocivos de la industria petroquímica que están presentes en nuestro hogar, en los rincones aparentemente más inofensivos y seguros de la cocina, el baño, los dormitorios, los suelos, en la ropa, en nuestro plato. [ver Greenpeace, informe «La casa química», año …]. Los enormes intereses económicos en juego dificultan la eliminación de productos perjudiciales y su remplazo por soluciones que, muchas veces, son más senicillas y menos costosas. Hoy sabemos que las mujeres se ven afectadas en una proporción más elevada que los hombres por el síndrome de hipersensibilidad química múltiple (SHQM) que la mayoría de los médicos todavía tribuyen a trastornos psicosomáticos o diagnostican como alergia provocada por un animal doméstico. Por cierto, a menudo, éste termina en la calle (…) Se acusa a la Naturaleza (…) De hecho, «somatización» es el concepto que ha reemplazado a «histeria» en la psiquiatría. Es difícil que se sospeche de ambientadores tóxicos, de pinturas venenosas o de las toneladas de pesticidas y herbicidas arrojadas a las tierras cultivadas, a los parques públicos y a los jardines privados. En definitiva, no suele ponerse en duda elmodelo de buena y «limpia» vida del industrialismo insostenible.

(p. 15) La crítica ecofeminista también nos ayuda a cuidar nuestros cuerpos frente a una confianza excesiva en el desarrollo de la tecnociencia (…) Valgan como ejemplo las píldoras para la supresión de la regla, la cirugía etética de senos en la adolescencia, los duros tratamientos de reproducción asistida y las terapias hormonales sustitutorias para la menopausia.

En el Tercer Mundo [Mundo Superexplotado], gracias a las denuncias de la pensadora y líder ecofeminista Vandana Shiva y de otras activistas del Sur, sabemos hasta qué punto se han deterioriado las condicones de vida de las mujeres pobres por el «mal desarrollo» (…) que acaba con el cultivo de las huertas de subsistencia femiliar, arrasa los bosques comunales, las obliga a caminar kilómetros para buscar la leña que antes encontraban junto a su aldea y las enferma con nuevas dolencias provocadas por la contaminación. Antes tenían una vida pobre; ahora su vida es mísera. El «mal desarrollo» tiene muchas caras: la riqueza insultante, la multiplicación de distracciones basadas en la tecnología, una sutil confusión informativa promovida por intereses transnacionales, la miseria de las grandes urbes creciendo sin cesar al ritmo de la destrucción rural, la aniquilación de los animales silvestres y la apropiación y destrucción de su hábitat. Una de las caras siiestras del «mal desarrollo» es la deslocalización de las poblaciones rurales, arrojadas a las chabolas de las grandes metrópolis del Sur. La desaparición de la biodiversidad está acompañada de la pérdida de la soberanía alimentaria propia de los agrosistemas locales y de la desaparición de la diversidad cultural de los pueblos del mundo. El poder de las grandes multinacionales de pesticidas, abonos y semillas transgénicas está acabando con la auonomía campesina y generando hambre donde nunca la había habido.

Las mujeres no somos solamente víctimas. También somos sujetos activos [sujetas activas] en el cuidado medioambiental y en la construcción de una nueva cultura con respecto a la Naturaleza.

(p. 16) la crítica feminista tiene mucho que aportar a una cultura ecológica de la igualdad (…) algo debería cambiar en nuestra relación con la Naturaleza, sea ésta nuestro propio cuerpo censurado y controlado, los animales torturados por diversión, los que nunca verán el sol en los criaderos industriales, los bosques originarios talados, los campos envenenados, los mares contaminados…

Es hora de ecofeminismo para que otro mundo sea posible, un mundo que no esté basado en la explotación y la opresión. Esta sociedad del futuro se vislumbra ya en la lucha contra todas las dominaciones, las antiguas y las nuevas, las de los antiguos patriarcados de coerción y las del patriarcado de consentimiento que impone sus mandatos en la desmesura neoliberal. Transformar el modelo androcéntrico de desarrollo, conquista [dominación] y explotación destructivos implica tanto asumir una mirada empática sobre la Naturaleza como un análisis crítico de las relaciones de poder.

(Pensando) ECOFEMINISMO, PATRIARCADO Y FEMINISMO DE LA DIFERENCIA

Si “ecofeminismo” significa como otros nombres compuestos con “eco”, tendrá que ver con una preocupación por la ecología y también del feminismo, por el cuidado o respeto a la vida en un planeta donde prevalecen violentas culturas patriarcales y su modo de comprender la realidad, y con el respeto por los grupos oprimidos en las culturas patriarcales, y por tanto la construcción del rescate de lo humano. Tendrá que ver, en otras palabras, por un modo de concebir, abordar, pensar, resolver la realidad humana desde un escenario de cómo mejorar conceptos, valores, actitudes, palabras, acciones, todo ese Ser persona que construye identidades, sociedades (relaciones humanas) y tiene un impacto en el lugar que habitamos, el planeta, que considera fundamental propuestas de protección a la vida en el planeta (ecologistas) y a las personas (fin a la discriminación de las mujeres en el patriarcado, lo que contribuye a la destrucción y superación de la imposición identitaria del sistema sexo-género patriarcal). Y tendremos que saber que para pensar fuera del condicionamiento cultural (patriarcal, en nuestro caso), tendremos que revisar incluso lo que defendemos, pues puede verse distorsionado por la ideología patriarcal. Por ejemplo, defender una visión de Ser mujer o Ser hombre no debería necesariamente llevar a que se desvaloricen, estigmaticen o nieguen otras formas de ser, a que otras formas de ser persona, mujer, hombre sean consideradas inferiores o desviadas; ser minoría, no poder entrar en el saco de la generalización no debería tener un precio al nivel identidad.

Es increíblemente complejo llegar a lo más sencillo cuando se piensa y se escribe, cuando se construye conocimiento, porque partimos de lo que somos como seres culturalmente patriarcales desde hace siglos. La cultura patriarcal, con todo su sistemas y subsistemas de violencia no ha podido con la naturaleza humana, pero nos ha hecho mucho daño. Una de las taras ideológicas que yo me identifiqué hace años (y no digo que no se pueda concebir así, pero sí que no se puede usar la idea para crear sistemas de violencia) de la ideología patriarcal es lo que me he llamado “pensar en los binomios contendientes donde una parte debe necesariamente imponerse a la otra”, en corto, “pensar en binomios patriarcales”.

La ideología patriarcal de los binomios contendientes (y no sé si el feminismo de la diferencia haría algo así, es posible que no, o que en parte, pero sí sé qué y cómo hace el patriarcado porque es cultura humana desde el neolítico, al parecer) es la que reduce la realidad a dos bloques para imponer un sistema de clasificación y un sistema de valoración que ignora, omite, invisibiliza la realidad, diversa. Pongamos la noche y el día: está muy bien tener símbolos, pero usarlos para que no veamos que luz y su ausencia son procesos es tararnos ideológicamente, impedirnos concebir la vida de modos más fieles a la realidad. No tener en cuenta la realidad, es, en el patriarcado, condenar a la no existencia o al estigma a toda una expansión de realidad. La realidad de la luz y la oscuridad, así como la realidad identitaria humana, es mucho más variada en el propio vivir (notamos el proceso de la luz a la oscuridad y viceversa, hay como mínimo estados de transición que implican cambios sustanciales) y puede ser conceptualizada desde distintos puntos de vista o aproximaciones. Por ejemplo, cuando decimos que las mujeres son madres y los hombres son guerreros, por naturaleza, estamos recogiendo el mandato ideológico patriarcal de ver lo que hay que ver, y a causa de este mandato, estamos, sí, recogiendo también una realidad que pudiera ser mayoritaria.

Qué necesidad hay de explicar las cosas así cuando la realidad es que existen mujeres que no quieren ni desean o que habría querido y deseado otra cosa si no se las hubiera inducido o impuesto ésta, mujeres que no paren, no pueden parir, no desean parir, hombres que sí lo desean, que sí desean ser padres y a quienes la guerra les horroriza, mujeres que prefieren ir a la guerra a dedicar su vida a la maternidad, etc. Y un montón de cosas más, porque maternidad y guerra son sólo unas de las cosas de nuestras vida, que pueden realizarse de muchas otras maneras. Sí comprendo que haya que hacer la crítica y definir la naturaleza como se ve, pero no comprendo que haya que hacerlo desde la noción de guerra que imponen los binomios contendientes, porque veo que éste nos condena al bucle conceptual de guerra en todo lo concebido (y ciertamente, el concepto “complementariedad” patriarcal es un engaño, un eufemismo de “guerra”).

Incluso cuando desde la inteligencia feminista imaginamos, por ejemplo, el origen del patriarcado, en nuestras generalizaciones, por su naturaleza ideológica de cultura patriarcal, tendemos a destruir cualquier conocimiento de la realidad al simplificar patriarcalmente, ajustándolo todo a los conceptos del sistema sexo-género (patriarcal o incluso el que también reduciendo la identidad humana a dos modelos “naturales” no ubica a la mujer en el subyugado). «Las mujeres se dedicaban a esto…, los hombres a lo otro». (Yo siempre me pregunto: «Y no hubo mujeres que se dedicaran a lo otro, aunque no fueran mayoría, e incluso a un otro 2, y hombres que…?» y la respuesta lógica es sí, se ve hoy como se vería antes). Así, el sistema sexo-género patriarcal y el llamado “esencialismo” feminista (si he entendido correctamente esto último) compartirían una reducción del mundo humano a dos identidades posibles que están necesariamente asociadas a rasgos y funciones (por esto me da tanto desánimo, por ejemplo, escuchar a Helen Fisher, por ejemplo), y ahí es dónde yo creo que se produce una deshumanización: naturaleza y cultura, hombre y mujer, luz y oscuridad, bueno y malo, son binomios contendientes en el sentido de que ciertas ideologías o modos de pensar los conciben así y conciben un bloque superior al otro.

Para mí la pregunta es: ¿por qué es tan importante reducir la realidad a binomios contendientes? Generalizar incluso en binomios puede ser útil y bueno o práctico en determinados momentos, pero no puede usarse para explicar el mundo y para lo que se usa al defender posturas que excluyen de la realidad humana da igual si mucho o poco, porque excluyen, estigmatizan, “anormalizan lo también humano”.

¿Por qué es tan fundamental saber si eres “hombre o mujer” (según los define el patriarcado al asignarles rasgos y funciones) en la construcción de la identidad? ¿No sería más lógico fijarnos en las cualidades de cada cual para apoyar a la persona en lo que necesitara para crecer? ¿No sería más fácil dejarnos estar? Si yo soy “hombre o mujer” más libremente, no veo cómo puede ser relevante este tema para todo lo que es relevante en nuestra sociedad: con quién te juntas, cómo vistes y hablas, a qué te dedicas, qué puedes o no puedes soñar, desear, querer hacer, porque la realidad es que puedo ser “hombre o mujer” de muchas maneras diversas, por ejemplo, puedo ser hombre pintándome las uñas, sin pintármelas, pintándomelas a veces; y puedo ser mujer de esa misma forma, y si pintarse las uñas tiene relación con un rasgo o función eso también podrá ser variable, según sociedad o persona. ¿No sería mejor una sociedad donde pudiéramos ocuparnos de la construcción del conocimiento, del cuidado mutuo, de los recursos y sus gestión, como personas, ignorando nuestro sexo y sexualidad, evitando construir papeles de género, dada la nefasta experiencia de siglos sobre a lo que esto lleva respecto al hecho asombroso de la diversidad de la vida, incluida la humana? ¿No se podría sencillamente usar nombres para nombrar, y no para clasificar, con vistas a crear pirámides conceptuales?

Sobre la llamada “ética del cuidado”, sobre el concepto del cuidado mutuo, el impacto de la tara ideológica patriarcal parece haber sido inmenso pero todo es un proceso y pensar fuera de la ideología patriarcal que culturalmente nos constituye es todo un esfuerzo, ahora bien un esfuerzo que libera y da alas para la construcción o reconstrucción o evolución de las identidades humanas. Ojala se esté avanzando en este sentido más humano y evitándose ese pensar desde binomios contendientes.

Leyendo Ecofeminismo para otro mundo posible, de Alicia H. Puleo (Cátedra, 2011)

En apoyo a Coeducación para personas adultas en la pública de idiomas (Escuelas Oficiales de Idiomas)

Escribir. Una máquina de S. Plath

Estoy leyendo los diarios de Sylvia Plath (regalo de A., en español) y pienso que es una gran suerte ser escritora anónima para mí, porque yo sólo quiero que me lean, si apetece, da curiosidad, gusta, e internet es la plaza perfecta.

En realidad, las editoriales son como las peluquerías (y no lo digo para ofender; es una analogía por lo que duelen por la tradición de forzar): te hacen cosas que duelen y distorsionan, crean muros de contención, zanjas dirigidas para el riego, ciegan vanos, abren boquetes en lugares sucios, añaden transparencias que median la mirada y finalmente impide ver lo que miras con esa capacidad directa… Y luego, todo lo demás, el mundo de La cultura: el cortejo de las disecciones obligatorias de quienes pueblan ese Estado, con sus buenas y malas ideas y sobre todo, ese despiece las más de las veces improcedente e irrelevante, a menudo deformante porque incluso cuando el rastro es acertado, se mira desde la expectativa de lo que se va a encontrar, desde la explicación previa construida, que impone que todo lo mirado se use, y no facilita que se conozca.

2014 Esquina de Mi Territorio con máquina de Myrtle Solomon

Que mis textos no hayan interesado a editoriales y a su marco (y soy consciente de que gracias al acceso a la expresión libre, se ve ya más claro que el genio creativo lo tenemos mucha más gente de lo que dice la historia), el mundo de la cultura sancionada (ese establishment defensor de la ideología patriarcal con sus… ¡universales! pequeños, particulares y exclusivistas, ese mundo cerrado de mandamientos), sumado a todo lo que no he hecho para buscar un lugar allí, y que he podido NO ganarme la vida con mis actividades íntimas creativas en estado puro , y sus talentos asociados (las creativas de desde dentro, y no las que nacen de la interacción y con la prioridad de la otra persona, como dar clases de un idioma), me ha ubicado en donde, de haberlo sabido todo antes, me hubiera ubicado yo. Lejos de todo eso, invisible pero con obra accesible y pública gracias a internet.

Pensándolo ahora, como somos capaces de buscar la expresión de mucho menos de lo que podemos saber, quizá es que de hecho he podido ir eligiendo. Sin duda, algo ha tenido que influir en la apertura del camino propio de mi vida las cosas que no he querido hacer y lo que he amado hacer.

Al caso: siento alivio, quería decir, explicar, dentro de lo que es la preferencia vital general de ser de la saga de personas anónimas que han compartido sus trabajos.

Qué frecuente:

a ellos llamarlos paranoicos

mientras usan su obra

(ahora que están muertos)

y a ellas,

continuamente violadas,

locas

(llamárselo, mientras estén vivas)

cuando son quienes llaman

como si llamar fuera la guerra inevitable y necesaria

quienes son incapaces

de contemplar o comprender la realidad.

Llega la primavera y de nuevo

los colores vibran y mis palabras brotan

y todo duele y respira y late

y los cimientos del mundo se mueven,

compartiendo palabras se conmueven

profundamente, pensando como si no

existiera el yo o lo nuestro,

abriendo venas y ventanas,

aullando de vida.

 

Lo diría Mina Loy,

No hay diferencia y todo es diferencia.

—–

Leonor Fini, autoretrato

Autorretrato con sombrero rojo de Léonor Fini, 1968.

ACTUAR. Nos decían «MARGARITE YOURCENAR ESCRIBE COMO UN HOMBRE». En el pasado, cuando una mujer hacía algo por ser humana que el patriarcado la prohibía por ser mujer, decían «Hace eso como un hombre». ¿No os parece una increíble violencia conceptual? ¿Un afán humillante reductor de la humanidad de esa persona? Con las ideas nos encierran también, y reducen a nada. Con la palabra también. Por eso yo pienso que pensar es Acción, y que pronunciarse es actuar también. Y me parece arrogante (en el mejor de los casos) que la gente diga: «Dejemos de hablar y actuemos ya!» La mentalidad patriarcal de que todo son binomios que se excluyen te llevan a frases tan idiotas, como si todo fuera dos bloques, y si haces una cosa, no haces la otra. No se puede actuar sin pensar y sin el lenguaje, sencillamente es imposible!

Postales creadas en la red, por diálogo entre pobladoras de mujerpalabra.net! 🙂 <3

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NO SOMOS EL LENGUAJE QUE SE USABA (gracias, Eni, haremos postal!)

A raíz de la petición de que una página, Cine para todos, de Fb se llamara «Cine para todo el mundo», y ver la falta de respeto con que se trató a quien lo propuso, la agresividad con que se le atribuyeron además cosas que no decía, comparto varias reflexiones que compartí en Fb:

AUTORITARISMO DE GENTE CON MUCHA IDEOLOGÍA Y POCA EMPATÍA. Franco, como la RAE, tenía esos vicios: nos decía que México se escribía con «j» (lo que implicaba que daba igual cómo lo escribiera la población hispanohablante mexicana), y que Dickens se llamaba Carlos, y Shakespeare, Guillermo. Es gracioso que siga habiendo profes de lengua de izquierda que se burlen de que las mujeres pidan que no se use lenguaje masculinista en textos escritos que pretenden dirigirse y nombrar a todo tipo de personas. La ideología patriarcal, tara más de lo que mucha gente sabe! La salvación: aprender, abrir la mente, que no venimos de grandes modelos de sociedad, sino de algo incluso peor. Y si hemos mejorado ALGO ahora, es por ejemplo, porque las mujeres, las personas en general, tienen alguna posibilidad más ahora que antes de poder construir su identidad con más libertad. SI NO ME NOMBRAS, NO EXISTES.

AQUí: Un buen ejemplo de cómo cuando agreden verbalmente porque pides que te llamen en femenino no es porque sea antieconómico, pérdida de tiempo decir dos palabras en vez de una (con la de otras palabras que verborrean), es porque les jode tener que ampliar el mundo conceptual para incluir a más gente. A ver si sacamos tiempo y lo subimos a la web!

Hay una página «Cine para todos» que cuando hemos pedido que la llamen «Cine para todo el mundo» nos han posteado la mierda de discurso asocial y acientífico de la RAE de que incluir el femenino es ridículo (tan importante es que volvamos a casa y nos dejemos de invadir sus sitios de siempre). Y al final ha sido muy gracioso porque como no pedíamos que metieran un femenino, lo que se ve es que no es que les moleste añadir palabras que para ellos y ellos sobran, es que les revienta que no estén ellos solos ya en todos los lados.

Abandonamos el grupo porque hemos pedido que no sólo se incluya a las mujeres en foto, sino también en el lenguaje, que se llame la página CINE PARA TODO EL MUNDO, y nos han tratado como si fuéramos unas ignorantes y unas irracionales. Contra toda ciencia y mínima educación hacia el hecho que no se puede cambiar ya: que las mujeres son personas, y si piden ser nombradas, aunque sólo sean unas y no todas, se las nombra, y listo. La mínima educación. NO ES CINE PARA TODO EL MUNDO, eso queda claro.

— Ante reacciones de mujeres que agreden verbalmente a las que piden ser nombradas:

¿MUJERES MACHISTAS? CLARO. SÍ, muchas mujeres defienden al Hombre con su vida: insultarán, vapulearán a otras mujeres que hacen una crítica a la violencia patriarcal, en el no nombrarnos, en el violarnos y matarnos, en el encerrarnos y prohibirnos ser personas, las insultarán, pegaran, matarán como Él lo hace, lo aplaudirán. Pero cada vez somos más las que conseguimos no quedarnos en ese marco cultural mental, que tenemos suficiente capacidad de pensar y analizar, y suficiente valor, como para no obedecer el mandato patriarcal. Pero sí, si Él está autorizado a cualquier violencia, a decidir incluso que nombrándole a Él basta, Ella es su sirvienta tradicionalmente, y dará su propia vida por asegurar que a Él se le obedece. Ha sido así durante siglos. Así es como se mantienen todos los sistemas de opresión, porque ningún sistema de opresión puede estar ejerciendo la violencia física directa todo el tiempo, necesita contar con la colaboración del grupo oprimido.

NATURALEZA Y CULTURA (humana). Pensaba sobre que la naturaleza, la vida, no muestra empatía, aunque, que sepamos, nuestra especie sí puede, otras especies también, incluso vegetales, pienso. Y pensaba cómo eso, la empatía en los animales de nuestra especie, es algo maravilloso y bueno, y cómo cuando estamos oscurxs o iluminadxs y hablamos de nuestra especie de inteligencia tarada (que todo lo que toca lo vuelve violencia, al menos en las formas de la organización social patriarcal y sus susbsistemas de violencia, como el capitalista), en realidad ninguneamos, ayudamos a borrar todo rastro de otra realidad humana que es excepcionalmente positiva (bueno, yo veo la solidaridad como un eje fundamental, vital, para la organización social porque soy de ideales anarquistas), incluso en la naturaleza, donde un cachorro que no pueda mantener el ritmo de una marcha o no coma lo suficiente está condenado a morir o ser engullido por otro animal. No todo en la vida, en la naturaleza, es así de crudo, por eso mismo: porque hay especies con capacidad de colaboración y empatía.

Pienso que aprender a denunciar la violencia también conlleva aprender a ver lo que también somos o podemos ser aunque no sea mentalidad prevalente en nuestras sociedades, porque si no vemos cómo puede operar la alternativa noviolenta, nos despistamos más en los caminos, por ejemplo, “pegándonos” (incluye no apreciándonos, el aporte) en lugar de conviviendo sabiendo que todo es complejo y que lo importante no es que todo el mundo haga lo mismo, pero sí que comprendamos que rechazamos las “soluciones” violentas, porque entendemos que un mundo donde la prioridad es cuidarnos y cuidar la casa que nos acoge es más realista y práctico, y bello y bueno, que un mundo humano que pudiendo usar la inteligencia para cosas verdaderamente inteligentes (racionalidad empática), lo usa todo para mantener el orden de sistemas de violencia.

La otra cosa que veo al considerar la naturaleza es su inagotable diversidad: cómo la vida prueba y explora todo, todas las posibilidades y potenciales. Y si consideramos la identidad humana allí donde hay más margen de libertad, cómo han empezado a surgir muchas más identidades de las que han reflejado que existieron durante siglos, esto no es más que radicalmente natural. Y algo que un sistema de violencia como el humano que impera nos obliga a hacer, algo increíblemente demente, absurdo, es establecer que unas identidades son “naturales” y otras no y deben ser estigmatizadas, aniquiladas.
Podríamos evolucionar de formas muy positivas si tomáramos lo bueno de la vida, de la naturaleza, y de lo que como animales somos capaces de hacer que es increíblemente positivo, como esto de sentir empatía no por “la familia/lo nuestro” como nos han dicho: es que somos capaces de sentir empatía por todo tipo de seres, seamos o no seamos madres (cuidadoras) o líderes violentos cuya familia es su masa de personas explotadas. Cuántos ejemplos hay de personas que han arriesgado su vida por ayudar a construir sociedades menos violentas e injustas, y han soportado el precio de una vida de rechazo social, cuando no tortura, o han sido asesinadas, y su memoria difamada, su existencia distorsionada para borrar así todo rastro de su asombroso bien para el mundo. Y esto se ha hecho como madre, como líder, se nota en determinados papeles, pero es que también se hace como persona todo el tiempo, más allá de funciones o roles concretos, quiero decir: es un rasgo humano.

Aprender a pensar de maneras en que aprendes a ver lo que está mal y también lo que está bien, puede llevar a una evolución positive en dos sentidos cruciales: por un lado, evitarnos estar siempre corriendo el riesgo de sentirnos aplastadxs por la realidad imperante de violencia en las culturas humanas (p.e., tristeza, depresión, desánimo), lo que es vital para que sigamos creciendo en número y en acciones que impactan el conjunto, lo que es vital para que un día esta visión más noviolenta sea prevalente en la sociedad, mayoritariamente seguida, quiero decir; por otro, nos ayudaría a evolucionar más rápido, aprovechar mejor esfuerzos y tiempo dedicado, en lo que es la evolución de lo bueno de lo que somos capaces, porque es muy pesado lo lento que esto va, y pienso que va tan lento porque no terminamos de entender las cosas más fuera del marco de la ideología patriarcal.

Si bien somos ideológicamente patriarcales, es nuestra cultura de siglos, el que esta ideología no haya reducido nuestra realidad humana ni nuestro potencial indica lo que ya sabemos: que la cultura es producto humano, nuestro, y por tanto, puede cambiar. Y que ninguna cultura puede moldear la vida contra la vida misma. Pero sí podríamos crear cultura que partiera no de la falacia patriarcal de la prevalencia del Más Fuerte (el ser más violento, nuestro líder a quien defendemos aunque nos arruine la vida) y de un sistema sexo-género demencial porque ni siquiera quienes se identifican como mujeres u hombres creen serlo por las mismas razones, esas mentiras o mitos patriarcales que distorsionan naturaleza y cultura, pero sí puede pensar, crear caminos de resolución de los asuntos que tengan en cuenta lo bueno que podemos también, que alienten nuestros mejores palabras, actitudes, comportamientos, maximizando cosas tan valiosas como la racionalidad empática (frente a la razón patriarcal) porque desde aquí se alienta la creatividad, la exploración, se comprende más profundamente la diversidad y se imagina más fácilmente la convivencia y el diálogo.

Si bien el problema de violencia es complejo y desbordante, hay que progresar en identificar que la violencia no es sólo la agresión física, dejar de justificar la violencia conceptual, verbal, actitudinal y la que se supone que no es violencia y lo es (como el hambre, como la pobreza), hay que abandonar la idea de una verdad absoluta y entender que saber que eso no existe no es nada que deba conducirnos al nihilismo, sino pura ley de vida: la vida es diversa y se puede sacar o echar luz a lo que nos diferencia para construir cosas buenas, no sólo guerras, como ordena el patriarcado. Hay una arrogancia muy estúpida (no es insulto, sino literal!) en creer que las cosas son de una manera y no pueden ser de otra. Una cosa es acordar verlo así y otra reducirlo todo a esa idea. Una cosa es convivir y relacionarse en la sociedad y otra ser y relacionarse a niveles más íntimos.

Mensaje de Helena M.:

Michelle, contribuyendo a tu reflexión sobre lo lentamente que avanzan las cosas. Quizá se nos olvida que somos infinitamente diminutas particulas del universo y que nuestro espacio-tiempo es nada en comparación.
Personalmente me apasionan estas contextualizaciones.
Además de esto, bien por enfocar la visión del ser humano. Decía el Dr Rojas Marcos tras el 11S que las personas somos esencialmente buenas y solidarias pese a todo el mal que creamos y eso es lo que nos ha hecho seguir adelante hasta ahora.
Gracias por tus reflexiones.

IDENTIFICAR BIEN LAS COSAS. Sobre «feminazi». Es un insulto horrible porque todo el mundo se apunta a usarlo (lo que ayuda a que suene y se repita) y es puramente misógino y claro, consecuentemente, antifeminista. La brutalidad de este insulto del odio radica en un clásico patriarcal: no permitirle a la gente aprender a identificar bien lo que es bueno o malo. El feminismo no se ha preconizado jamás que se le haga a los hombres lo que los hombres pueden hacerle a las mujeres en el patriarcado, desde concebirlas como inferiores en todo sentido, a violarlas, asesinarlas, no con honores del enfrentamiento entre iguales, sino como animales que no le sirven o cabrean.

PELIS Y VIOLENCIA IDEOLÓGICA PATRIARCAL. Acaban de echar una peli donde las mujeres ejercían violencia como los hombres, pero, como siempre que es así, daba mucho MUCHO más miedo, y en la escena final, ellas, sonreían, como de miedo máximo en quien lo ve (locura de las mujeres, lo más demoniaco), en lugar de lo que hace el Hombre en el patriarcado: estar ahí cargado de razón, como vencedor, al precio que sea, y siempre con toda la razón patriarcal de su lado. Por descontado, la situación se asociaría al Matriarcado, desde la ideología patriarcal, y «todo el mundo sabe» que puesta la especie a ser liderada, está claro a quién se prefiere.
Estoy intentando escribir sobre este problema de que se asocie feminismo a matriarcado en las sociedades patriarcales, cómo se usa «matriarcado» para sencillamente validar que todo lo de mujeres es «la misma mierda» y que para eso, es mejor el Hombre.
¿Qué sabéis de qué podría tener que ver el matriarcado con el feminismo que conocemos (la idea más general, que sirve de marco para corrientes diferentes, que viene sencillamente a decir que ser mujer no significa ser inferior intelectual, física y espiritualmente, que tenemos derechos, dignidad, inteligencia todo lo humano que sólo se ha presentado como rasgo del Hombre), y más, de otro modo, diferente, no desde la ideología patriarcal.


ODIAR como tema personal (SIGUIENDO EL TEMA «PELIS…» de abajo; odiar en el patriarcado es político, pero el sentimiento de odio humano cuando no está reflejado en el sistema, no se puede decir que lo sea!). Las mujeres que odian a los hombres, y las que no quieren trato con los hombres, no tienen ese sentimiento por el feminismo, precisamente. La inmensa mayoría estará ahí, imagino yo, por toda la violencia recibida: conceptual, física, de palabra. El feminismo es un movimiento social complejo, pero no preconiza el odio ni lo mismo pero al revés, como sabemos tanta y tanta gente, cada vez más. Preconiza justamente el fin a tanta violencia, la convivencia, el respeto a que inteligencia es un rasgo de la especie, no del Hombre, y que Violencia no es un inevitable biológico, pues si la naturaleza hace algo es OFRECER UNA INMENSA VARIEDAD DE «SOLUCIONES» A LOS PROBLEMAS Y A LA SUPERVIVENCIA. La estrecha idea de biología de la ideología patriarcal es sólo para ajustarla a su patético sistema sexo-género que reparte roles para limitar el desarrollo humano al sistema de violencia que desea perpetuar.
Volviendo al odio, y aunque odies o no quieras nada con los hombres, por experiencias malas que tradicionalmente se han visto «normales», puedes llegar a ver interesante el feminismo, que además te ayuda a pensar mejor, digerir emociones comprensibles, dado el mundo, y redireccionar en qué ocupas tu ánimo y tiempo y energía, tu vida y tu inteligencia.


MATRIARCADO, FEMINISMO Y ANTIFEMINISMO EN SOCIEDADES DE IDEOLOGÍA PATRIARCAL. Pues después de pensar lo de los anteriores dos posts sobre esto, creo que lo que yo quiero decir de manera sencilla para difundir la idea entre gente que tiende al antifeminismo, es que la gente que no ha leído o escuchado argumentos feministas, al oir «feminismo» saca el tema del «matriarcado» sólo para «demostrar» (desinformadamente además, aunque hay que buscar mucho para saber del matriarcado aún hoy) que «feminismo» va de sistema de organización social con sistema de clases (por género), es decir, SISTEMA donde las personas son simplificadas en dos grupos y uno es mejor que el otro y debe prevalecer. Todo esto es una distorsión increíble, que sin duda alguna no explica lo que es el matriarcado, pero a lo que voy: lo que no explica de ninguna manera es el feminismo, porque el feminismo es un MOVIMIENTO SOCIAL y no un sistema de organización social. Y este mov. social que es el feminismo (que no va de mujeres haciendo cosas, aunque haya muchas mujeres haciendo cosas, pero no es la primera vez en la historia -quizá sí a este porcentaje de seguimiento, pero ni eso sabemos-, aunque al menos nos estamos enterando porque estamos aquí) trata de superar la tara de la ideología patriarcal, que es pura violencia, a favor de un respeto a todas las personas, pero claro, dada la profunda falta de respeto general de siglos hacia las mujeres, necesariamente el feminismo aborda mucho el tema de lo que toca a las mujeres. (Que dentro del feminismo sí hay corrientes que creen en la superioridad ética de las mujeres, y física y mental, por su -según se explica, si he entendido bien- conexión con la vida, con la naturaleza, no niega que el feminsmo no sea un sistema sino sencillamente un movimiento social, un proceso, ni todo esto que une a todas las corrientes dentro del feminismo, que no sólo conviven como corrientes, sino que además enfrentan la dificultad de que la mierda que combatimos fuera la llevamos dentro, aunque gracias precisamente al feminismo, a su efecto de hacernos analizar cosas que estaban invisibilizadas por la tradición y la costumbre, las personas en desarrollo de inteligencia feminista estén más claramente evolucionadas hacia la superación de esta especie de pegajoso «universal de verdad absoluto biológica» que es la violenta ideología patriarcal.

PEGAR A LAS NIÑAS Y NOTICIARIOS que descartan como importantes datos vitales. LA IDEOLOGÍA PATRIARCAL operando hoy, como siempre. Informan que a una niña la han pegado un montón de niños. No dicen lo siguiente: que estaban jugado al fútbol y la niña linchada estaba en el equipo que ganó, y cogió el balón para dárselo al profe al final del partido (y del recreo?). No quieren ni que se nos ocurra: fíjate cómo es la ideología patriarcal de fuerte, que los niños se sienten «humillados» (no que sencillamente han perdido) porque hay una niña (o les ganan niñas) y además conectan ese sentimiento con la «solución» de darle una paliza a la niña, se les ocurre algo tan desmedido, porque hay que aleccionar al grupo ejemplarmente, será que esto de aleccionar es biológico.
Seguimos sin entender qué hacemos aquí con el feminismo: que es VITAL el DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA FEMINISTA (y Coeducación debería asumirlo, dejarse de la cobardía de no nombrar la palabra tabú que dice que las mujeres son motor de la historia: luchan, piensan, transforman la sociedad) PARA QUE SUPEREMOS ESTA TARA IDEOLÓGICA. Seguimos sin entender la profundidad del problema que combatimos, cómo contribuimos cotidianamente por activa y por pasiva al mantenimiento de la ideología patriarcal.
NIÑAS Y NOTICIARIOS 2. Ampliando: la tara patriarcal hace que cualquiera que construya su identidad creyendo que puede hacerlo libremente, o no pudiendo renunciar a hacerlo, será machacada sin contemplaciones, pero ha sido general guerra misógina con el grupo de las consideradas mujeres en el patriarcado: que una niña, una mujer muestre libertad de identidad o más inteligencia, más talento que el Hombre no será pemitido por la sociedad, según la grotesca y violenta ideología patriacal, porque no se tolerará que se cuestione al líder de la especie, hecho a imagen y semejanza de dios, no se tolerará esta «humillación» al líder (y baste considerarse desde la racionalidad empática qué pasa con la violación en el planeta, aquí y en lugares donde la hay más aún): sed libres, mujeres, pero lo justo para jamás, bajo ningún concepto, mostrar más talento o inteligencia que un varón. SIN UN PROCESO DE AUTOCRÍTICA Y COLABORACIÓN PARA PENSAR MEJOR, ¿CÓMO VAMOS A SUPERAR ESTA TARA IDEOLÓGICA? ¿Podríamos de una vez entender que necesitamos dejar de machacar las buenas ideas, esas que pueden ayudarnos a salir de la brutalidad, a aprender a sacar lo mejor que tenemos en lugar de lo peor? LA REVOLUCIÓN SERÁ FEMINISTA O NO SERÁ. El feminismo es una herramienta vital mientras sigamos con al violencia conceptual, de palabra, de actitud, de acción como medio fundamental de relación y ordenamiento del mundo.

Escultura “Hombre y mujer” de Antonio López y un dolor como un relámpago cuando estudiaba y disfrutaba un sábado de libertad (sept 2016, sin revisar aún por falta de tiempo, así que subrayo la idea principal!)

Ojeo una vez más el catálogo de Antonio López, del 2011, Museo Thyssen-Bornemisza, porque me encanta y estoy aprendiendo cosas. Veo la foto del grupo escultórico “Hombre y mujer” [cat. 49] y leo, sobresaltado dolor por lo que explicaré (ya que hay que explicar lo evidente cuando la ideología imperante (patriarcal, en este caso, y por favor, no se alarmen y lean; como siempre, no hay ánimo de hacer daño a nadie en la inteligencia feminista, sino amor a mejorar lo que lo está mal) ha endurecido y hecho invisible la percepción de parte de la realidad: “En la pareja escultórica de Antonio López, el desajuste entre el hombre y la mujer no es sólo de talla, sino de carácter, como reconoce el artista, porque la figura femenina, concluida mucho antes, presenta una forma como inhibida, mientras que el hombre tiene un carácter más ambicioso”.

Hacer y ser. La pregunta aquí (si pasamos por encima de respuestas clásicas para impedir la reflexión como que esas figuras sólo representan a personas concretas; sí, quizá el artista pintaba su ser hombre, que a su imagen, es más complejo, y como las niñas y los niños, se puede hacer mayor que otros retratos, es humano, porque no pintaba a un hombre concreto según se ve en los bocetos, y pintó a una mujer o un ser mujer; pero culturalmente el significado es representativo de los dos géneros que nos cuenta el Sistema que existen, y lo peor: cómo se supone que son) es ésta: quizá Ella está inhibida porque todo está orquestado para que lo esté y Él es ambicioso o un proyecto más ambicioso porque ocurre lo mismo. Por lo que inhibición y ambición no podrían tener la distribución de género que en esta interpretación que nos cuentan, validada por las palabras del autor en el catálogo, pues serían resultado de siglos de represión de las mentes humanas como resultado de atribuciones a las mismas por genitales, cosa que hoy en día no sólo se puede comprobar que es falsa porque hay más libertad y se ve que las personas se pueden desarrollar de todo tipo de maneras y todo tipo de cualidades si se las da la oportunidad, sino también empíricamente, descriptivamente, científicamente (ese gran refuerzo, ya que la ideología ciega e incapacita a las personas cuando le conviene, para que no puedan ver lo que existe y cuestiona ese orden social que se impone). El hecho cultural de impacto en tantas vidas es que durante siglos nos han dicho que el Hombre es ambicioso y la mujer no. Que él tiene un verdadero espíritu creativo, explorador, amor al descubrimiento, ganas de superación (versión patriarcal de las cualidades de curiosidad y valentía para explorar humanas) y ella no, salvo muy contadas excepciones que nos han presentado como tales.

Lo que yo no puedo decir siendo escuchada

Si yo fuera un hombre y más con lugar de valor reconocido en la sociedad podría decir: “Hay que joderse”. Como feminista, tendré que explicar, con paciencia infinita exactamente, y un amor inagotable, sabiendo que darán igual mis palabras, porque me explicarán a mí lo improcedente de lo que pienso, y la irrealidad de lo que denuncio.

Las malas ideas son malas aunque las aceptemos. Y la aparente calma, el aparente orden, encubre un crimen contra la humanidad: que no se nos ha echado de menos, que no se nos ha creído capaces de ser cosas que cualquier persona de esta especie puede ser o llegar a ser. El dolor que mueve a expresar análisis feminista a pesar de las violencias recibidas en respuesta, desde el desdeño, el ser ignorado no sólo las palabras sino la propia persona y su lugar en el mundo, la burla, a la “acusación inquisitorial”, las amenazas, el insulto, la agresión física, es un dolor movido por el amor a todo lo que ese orden patriarcal ideológicamente mata, desalentando su existencia, cuestionando su existencia, negándola, machacándola.

hombreymujer_antoniolopezMi interpretación antes de saber la del artista, y después

Cuando yo veía “Hombre y mujer” antes de leer esto, no me molestaba que el hombre fuera grande y la mujer pequeña porque pensaba que sencillamente eran no en función de representar el modelo de belleza tipo Barbie-Ken sino en función de representar su ser propio, es decir, yo no veía una representación que validara el orden patriarcal de que ella ES pequeña en todos los mensajes y él grande, sino a un hombre individual y a una mujer individual, con sus rasgos, que están juntos no porque vayan a representar los valores tradicionales, sino justamente demostrando la diversidad humana. Interpreté erróneamente, creyendo en que el artista podría estar construyendo realismo más allá del género. Pero realmente se ve que tenía ganas de ver lo que no estaba, porque después de leer su interpretación y mirar la foto de las esculturas, el mensaje está claro pero yo lo voy a nombrar mejor: ella, reprimida, contraída, ocupando el mínimo espacio, obediente; el libre, ocupando el espacio que su movimiento libre le hace ocupar, con gesto de iniciativa, de que hará diferencia que él esté en el mundo.

Pues no me gusta. No me importaría que eso (ambición, capacidad para aspirar a la luna) lo tuviera un hombre y aquello (represión, contención absoluta para no molestar) una mujer, pero no como representantes de un orden social, y es lo que nos dice la cultura cuando se representa “la pareja”, en la visión del sistema sexo-género patriarcal, que no es biológico (llevamos siglos demostrándolo pero es que se puede comprobar todos los días si se mira claro), sino educativo, cultural, y que ha ahogado la vida y el potencial de millones de personas durante siglos.

No se comprenderá y por eso lo menciono (que ojalá no hubiera que mencionarlo) la fuerza y la valentía que da saber esto y la libertad que refleja y multiplica saberlo, cuando la mayoría sigue insistiendo en cosas que no son. Y todo el amor y la inteligencia que nutre esta visión feminista. Pero como especie, está claro que confiamos más en la violencia, en nuestras concepciones patriarcales que establecen un orden humano violentísimo respecto a identidad y potencial, como punto de partido de todas las restantes violencias justificadas. Un orden que es producto de nuestra insistencial y que es irracional y violento.

Anécdota y ¡abrazos!

Como anécdota, comentar que no sólo aprecio, valoro y disfruto con la obra de Antonio López como artista. Guardo un buen recuerdo de una época de mi vida en que tuve trato profesional con su familia. De jovencita, viviendo mi familia por la misma zona de Madrid y ganándome ya algún dinero, con clases particulares, ocurrió que fui contratada como profesora particular para sus hijas, que además nos llevábamos las tres un año, por lo que el recuerdo es vago (mi vida se disparó a la estratosfera después de esta época) pero cálido y agradable. Vive en ese recuerdo también una semilla (recogí muchas antes de llegar a ser feminista consciente, porque sufría las limitaciones que impone la sociedad continuamente, en su operar diario de género, un operar que se niega a dejar en paz a las personas en este tema) que fue para mí la sorpresa de saber que su compañera también pintaba pero que era ella quien llevaba todo lo administrativo de los dos artistas, además –esto ya lo imagino- de la casa y la educación consciente (no la otra que construye todo el mundo en su operar diario).

Espero que se vea en esto texto que no estoy criticando al hombre, que sencillamente recojo hechos que si bien hemos aceptado o creado podrían evolucionar para incluir más libertad real y aliento a todo el mundo.

Volviendo a lo que decía, lo imagino porque aunque yo también amara el arte y supiera que eran artistas, él un artista reconocido e importante, yo allí iba a enseñar inglés y no a conseguir nada que no fuera lo acordado profesionalmente.

¡Abrazos! Por si ocurriera la cosa tan improbable de que este texto llegara a María, Carmen, María o Antonio, os mando un abrazo y espero que no os moleste mi reflexión, que es todo lo transparente en su intención como queda explicitado. Tengo aquí el catálogo de la exposición del Thyssen y una postal con un dibujo de María de pequeña. Y asombrada y disfrutante estoy siempre que me pongo a mirarlos. ¡Qué talento! Y ¡cuánto amor!

SU HEMBRA. En la canción «Libertad sin ira» (sic, sin brutalidad machista no), de Jarcha, «símbolo de la transición española a la democracia», usan el masculino «neutro» (o «masculino neutro patriarcal») que defiende la Real Academia de la Lengua Muerta: un verso habla de la buena gente que sólo quiere «su pan, su hembra» y no sé qué otra posesión legítima.

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La falta de capacidad autocrítica de la ideología por defecto que se cultiva en la Familia y que es el sostén de la ideología que sustenta el Sistema en general, esa ideología de imponer y jamás dialogar o respetar (p.e., a la persona/cultura/equipo diferente), de Nuestra Realidad es Universal y la Tuya es Irrelevante, es tan asombrosamente total que cuando se encuentran con la persona/cultura/equipo Diferente, que piensa diferente, siente diferente o que no se entrega a abrazar su orden sin hacerse preguntas, y cuando esa persona/cultura… se aparta o aleja de las violencias invisibles que ejercen cotidianamente esos grupos de «normalización», con esa falta absoluta de autocrítica, porque son Lxs Elegidos/Quienes Tienen Razón y como enseña la ideología patriarcal el mundo es Dos Bandos, y uno debe prevalecer (fobia enferma a la convivencia de diversidades, y la tolerancia, por eso en estos días están surgiendo tanto estas palabras, para ver si lo podemos cambiar), de poder ver lo que le estás haciendo a otras personas que no piensan como tú, la Familia DICTAMINA como una inquisición que la persona/cultura Diferente es un peligro social, un daño, una amenaza al Orden, y cualquier cosa que se le haga estará justificada, incluso cuando esa persona/cultura se retire, se niegue a responder con esos parámetros ideológicos, y entonces dirán de ella, para seguir ejerciendo violencia ideológica, que no se implica, que no se compromete, o si es un pueblo, que es cobarde o débil y se le ha vencido, en lugar de verse la propia violencia que se ejerce contra estas partes, y no pueden ver en su ceguera de autoritarismo que quien recibe su violencia quizá está respondiendo no con una violencia equiparable, sino intentando el perseguido diálogo, respondiendo de formas constructivas y noviolentas, y no es cobarde, ni «egoísta», sino que sencillamente aborda la cuestión de manera noviolenta.

Escuchando a ese tipo de personas de Familia, llama la atención que tienden a hablar como si odiaran a su grupo les estuviera o hubiera destruido la vida, como cuando la Familia era una imposición y no algo que se elige como hoy en esos casos. De ahí, es como si necesitaran que el resto estuviera igual, viviendo lo mismo, «igual de jodidxs» se oye; y como si fueran incapaces de comprender que las «obligaciones» para con el cuidar a otras personas (lo que en otros casos se funda en el amor o la empatía, aquí es siempre «obligación») se pueden tener de muchas maneras, también sin matrimonio, ni hipoteca, ni por vínculos de sangre. Se llama empatía, es un rasgo humano que se puede desarrollar con la Familia, sin duda, pero es un rasgo humano que lleva la gente encima toda su vida y por tanto afecta todas sus relaciones. (El afecto a otras personas sufre algo parecido a los exámenes: la gente lo equipara absolutistamente con Familia y Examen Tradicional, ese que enseña a odiar el conocimiento, a temer, y a obedecer, pero no a aprender de maneras que maximicen el potencial de nuestra inteligencia; borrando así todo un mundo de opciones humanas diferentes para esos temas.) La Familia, ideológicamente, nos educa en la versión más violenta y degradada de la empatía, que es la misma onda que la ideología de los nacionalismos, o equipos de fútbol.

Dado el hecho de que ya llevamos décadas con otros modelos: amigas y amigos que comparten piso o economía, personas con amantes, parejas monógamas (de más tipos hoy en día) que deciden libremente tener o no tener descendencia, poliamores… A ver si no pasa como cuando las parejas homosexuales empezaron a poder vivir y unas se dedicaron a reproducir el modelo de relación monógama patriarcal «Hombre-mujer». Es fundamental que en las familias no se fomente la mentalidad de que Nosotros Somos Buenxs y el Resto A No Fiarse, que no se fomente que Mentir es positivo, como hablar destructivamente de la gente, que se enseñe lo que es Manipular y no se recomiende, lo que es el Chantaje emocional, y se hable a favor de maneras noviolentas de convivir. Y que alguien se aleje, cuando la gente ejerce violencia verbal, conceptual, actitudinal, no significa necesariamente que la persona que se va sea indeseable, poco de fiar, asocial, peligrosa, una amenaza. Quizá está ejerciendo una acción directa noviolenta muy popular en la naturaleza, además: la de evitar encuentros de violencia siempre que esté en tu mano. Y para el caso humano, con el añadido de no dejarse fagocitar por la ideología imperante, que es una bella lucha por la supervivencia de cosas buenas que no se valoran y de las que sí somos capaces.

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Cuando me veo obligada a pronunciarme sobre la cuestión de las creencias espirituales, yo, la verdad, veo que mi falta de interés, sentimiento e intuición sobre el tema parece asociarme a una posición agnóstica. Realmente, no me interesa la cuestión, para mí el mundo espiritual es una no realidad, y es tal la no vinculación mía personal al tema que ni siquiera tengo interés en negar que exista un mundo espiritual; siempre y cuando no se imponga al resto a través de una religión o dogmas presentados como libertades.

Sobre la cuestión del sexo y el género me ocurre algo parecido. La diferencia está en que al vivir en un mundo patriarcal me veo obligada constantemente a luchar por espacio para vivir, pensar, sentir, intuir, relacionarme, pues el sistema de organización social que es el patriarcado no tolera que el mundo pueda operar desde lo que pienso, imagino, sospecho, intuyo, razono que es posible: un mundo donde las cuestiones biológicas sexuales no determine más que lo que pueda determinar tener manos, por ejemplo: algo directamente afectado por el tema, no toda la realidad de la persona y del mundo humano.

Yo no sé si soy una mujer en un sentido ontológico, sí sé que lo soy en un sentido social y a consecuencia de lo que la cultura impacta a las personas individualmente, que es mucho más que la biología. Sé que rechazo cosas que soy como Mujer en el patriarcado (pongamos, maneras femeninas patriarcales de hablar; que al tiempo conviven con maneras femeninas feministas y con atisbos quiero pensar de maneras humanas, de ser de la especie humana, simplemente). Sé que mi identidad y vida me demuestran que el tema del sexo y el género según se concibe en el patriarcado es relativo, y que ha fracasado como idea útil para organizar la vida humana, por toda la violencia que ha impuesto en las personas, y todas las limitaciones que ha impuesto respecto al desarrollo de su potencial, por no añadir ahora en su capacidad para la convivencia.

¿Y por qué lo sé? ¿Por qué, si ni siquiera sé si soy mujer, sé que el ser mujer según el patriarcado es una violencia contra la persona? Por el lenguaje, que es una muestra del potencial de nuestras mentes, nuestra capacidad mental para pensar, imaginar, intuir y relacionarnos con lo que está fuera de ellas. El lenguaje es un espejo de la maleabilidad de la mente humana. Es tan directamente nuestro individualmente y nuestro socialmente que en él pueden convivir todo tipo de realidades, las reconocidas como tales y las perseguidas o reprimidas. Y cuando hablo de lenguaje no hablo sólo de las palabras concretas sino de la capacidad de vivir o conocer y comunicar. El hecho de que en el lenguaje prevalezca el mundo patriarcal, con su reducción brutal de todo a dos cosas que se oponen y donde una de ellas debe prevalecer, lo que me llamo los binomios contendientes patriarcales, no elimina todos los otros mundos que el lenguaje nos ofrece, y de hecho a lo largo de la historia de la humanidad, si bien el patriarcado ha sido impuesto mayoritariamente en el planeta, por su extrema violencia o su sistema radical de violencias ejercidas, no ha podido eliminar la naturaleza humana, que tiene que ver con una visión mucho más diversa, compleja, libre de la cuestión de la identidad.

Para mí, una especie capaz de lo que es capaz el lenguaje y la comunicación humana no puede establecer un mundo de identidad tan primitivo y brutal como el que ha establecido el sistema patriarcal.

Si como feminista me paso el día hablando de hombres y mujeres, que es en realidad decir, hablando de el Hombre (con mayúscula) y lo que el Hombre ha definido que es el resto; si como feminista me paso el día reivindicando el derecho de ellas a ser nombradas, es a mi pesar, y porque no hay manera de empezar de cero, pues la vida es siempre un proceso, en lo que nos gusta, nos es indiferente, nos duele o destruye, en lo que nos hace bien, nos da felicidad, amor, consuelo, alegría y en todo lo demás hasta el extremo de desear la muerte. Es fácil comprobar que no existe el masculino genérico, que hasta el siglo veinte todo lo que nos ha llegado escrito estaba en masculino porque hablaba del Hombre y era escrito por el Hombre, y que en el siglo veinte se ha iniciado una r.evolución sin parangón, donde muchísimas personas con todo tipo de ideas han expresado realidades que nada tenían que ver con la supuesta realidad del sistema sexo-género patriarcal, que es la piedra fundacional de su cruel tipo de sociedad.

Cuando el ánimo decae, pues la historia de la identidad en el patriarcado es una pesadilla totalitaria, lo que yo pienso es que igual que el frío o el miedo extremo te impide pensar con libertad al sentirlos, o así ocurre también con la lucha por sobrevivir ante un problema mayúsculo de la naturaleza, como un tornado, por más que la ideología patriarcal haya constituido mi identidad, mi identidad es mucho más y está en mi mano ser, o luchar por ser más bien, siendo, porque andando se hace el camino.

“Si no me nombras, no existes” es una pequeña piedra de apoyo para avanzar cruzando el río. Y al tiempo, que yo defina mi identidad no implica que te excluya. Lo que está y aparece en el horizonte es mucho más, más complejo y profundo: es que consiga ver y saber yo y que le sea evidente a quien se tope conmigo que mi identidad es única y por tanto merece el mínimo respeto de la convivencia y el respeto del amor y el aprecio para quien sienta una sintonía.

La guerra de las escuelas es patriarcal. El amor al conocimiento no tiene relación con la guerra, sino con la vida. Cuando estuve en Londres, entre 1989 y 1992, en un 8 de marzo vi como una metáfora que no había visto antes: cómo cada grupo, o red, o persona hacía lo suyo, y cómo en esta celebración y conmemoración de la lucha feminista, siendo cada cual lo suyo, en ese universo de diversidad, se había generado algo: un movimiento. Tiene que ocurrir que se comprenda que todo el trabajo de investigación y pensamiento, así como toda creación y activismo, todo lo que cuestiona la ideología patriarcal forma un conjunto de vida que puede transformar lo que en el pasado prevalecía.

No hay que hacerlo todo, hay que hacer lo tuyo, y cuanta más gente haga lo suyo desde una mentalidad que aspira a superar las violencias e injusticias, desde ese afán de desarrollo de la inteligencia, que incluye la racionalidad empática (frente a la Razón patriarcal), se formará el todo que traerá esa evolución mejor.

Marzo 2016: La RAE, academia de la lengua que no existe ya, no puede hacer nada contra el cambio lingüístico, y han sacado una traducción del Quijote al español del siglo 21 porque aunque hablamos la misma lengua siglos después, ésta ha cambiado tanto como es lógico, con el paso del tiempo, con la evolución de las sociedades, que ya no hay quien se lea el Quijote en el español en que fue escrito. Salvado Cervantes, para disfrute de generaciones muy posteriores, la RAE, acorralada en su esquina de anacrónico querer imponer la lengua que conciben como correcta porque no entienden la lingüística moderna a la población hablante (¡no sólo de su país, claro, porque son hijos del imperio!), arremeten con el tema que más les crispa: el absurdo (según ellos) de nombrar a las mujeres pues (para ellos; supongo que las mujeres de la RAE no se sentirán molestas con este uso del masculino «inclusivo») nombrando al Hombre, como siempre, basta.

Omiten los datos de la realidad, claro: la exclusión de las mujeres del derecho a ser nombradas tiene relación con su exclusión de siglos, impuesta en las sociedades patriarcales, del ámbito del conocimiento, la creación, de todo lo que no sea ajustarse al papel de madre procreadora patriarcal, sirvienta, educadora patriarcal, muñeca de goma o santa; y sobre todo: que ya lo sabemos, y que ya ha empezado a cambiar. Quien entiende la importancia de tener un nombre propio, entiende la importancia de su derecho a recibir ese mínimo respeto. Ya no nombramos sólo a las damas, esposas de los hombres poderosos; ahora todas las mujeres tienen ese derecho: que si te diriges a ellas, si quieres llamar su atención, si quieres que te escuchen, si quieres pedir su apoyo, su ayuda, tienes que nombrarlas, porque la lengua española tiene (además de innumerables excepciones, como todas las lenguas humanas) un recurso gramatical conectado al género («masculino/femenino»; en español no hay sustantivos neutros): que en general el sufijo “o” indica género masculino y el sufijo “a” genéro femenino.

Y hasta que logremos construir sociedades donde esa visión tan limitada del sexo humano se supere, habrá que ir ampliando para visualizar quiénes existimos: no sólo el Hombre patriarcal, ordenando y mandando durante siglos que las mujeres deben ser dominadas por Él porque no tienen rasgos nobles ni inteligencia suficiente, además de ser más débiles físicamente, esas grandes mentiras de la Historia patriarcal sobre media humanidad. Una media humana oprimida que durante siglos ha demostrado, no obstante, tener nobleza, inteligencia, fortalezas de muchos tipos, porque eso son rasgos humanos y los puede tener cualquier persona al margen de sus genitales.

El sistema sexo-género patriarcal se basa en ideas muy primitivas y violentas sobre lo que somos las personas: los hombres no son todos como el Sistema describe, las mujeres tampoco, y también sabemos que hay más tipos de personas, que hombres y mujeres, que las personas, comparten muchos rasgos, todo el potencial, porque son de la misma especie, la humana. La maleabilidad del cerebro y la mente humanas es tan asombrosa que sencillamente cómo sea nuestra mente tendrá que ver (más que nada dada la gran importancia que le concedemos a las relaciones con otras personas) con la capacidad de aprender y, al margen de nuestros talentos individuales «innatos», lo que constituya nuestra mente viva: el desarrollo (esa oportunidad) de cómo usamos nuestra inteligencia, que viene marcado por lo que el resto espera que seamos, ese poderoso condicionante, y por eso tenemos que dejar de querer que seamos según una norma, la de género patriarcal, que nos limita el desarrollo de la inteligencia, condenándonos al barbarismo.

Es cobarde, además de todo lo expuesto, rabiar por un tema X y arremeter contra un tema Y, pongamos, el clásico «universal» del patriarcado: la estupidez, maldad, ridiculez, histeria de las mujeres, porque hay siglos de condicionamiento para que ellas siempre nos parezcan las peligrosas y violentas, las idiotas.

La RAE debería dedicarse a la elaboración, si acaso, de diccionarios etimológicos, y dejar de intentar impedir la evolución que ya se ha producido, explicándonos que es ridículo, inadecuado, erróneo lo que decimos, que hagamos lo que estamos haciendo: nombrar en femenino a las mujeres cuando están ahí y las vemos como antes no las hemos visto: como protagonistas de su vida también. La antesala, efectivamente (¿acaso da miedo?), de que tras nombrarlas a ellas lleguemos a la noción de que en literatura, por ejemplo, personas que son mujeres puedan ser vistas como creadoras de una obra que toca lo humano, la esencia humana, en lugar de ser llamadas creadoras de la confesión de su pequeña, ridícula y desagradable existencia. (Cómo si la literatura de Proust fuera menos «confesional» que la de Sylvia Plath; y no entenderán el problema que plantean porque su ideología les impide pensar con amplitud de miras.)

Vamos de camino a un mundo inclusivo de las personas, lo que implica la superación de un tipo de sociedad que ha machacado la identidad de millones de personas limitando su desarrollo y vidas a unos papeles de género, dos, que si bien tienen algo que ver con la realidad, ya queda claro que son más destructivos que útiles o buenos. El amor, la solidaridad, la inteligencia, el valor, la nobleza, la fortaleza, todos los rasgos positivos humanos tienen un potencial de desarrollo diferente y mucho más amplio. Bastará con que dejemos de invertir tanta energía y recursos en desarrollar lo peor de lo que somos capaces y que le prestemos atención a todo lo asombroso de lo que somos capaces, superando el machismo, la misoginia, la homofobia y transfobia, el racismo, el clasismo… esos conceptos que sólo han servido para construir un mundo de renuncia al uso de la inteligencia a favor del uso de la violencia, partiendo de la violencia primera que es ordenar a una persona cómo debe construir su identidad, negando así su potencial, su identidad posible.

En nuestra recuperación de la Historia desde la investigación ya estamos viendo que a pesar de todo el Sistema de violencia, las mujeres, por ejemplo, han existido no sólo como mujeres patriarcales que encajaban con lo que el Sistema esperaba de ellas, sino como personas, por lo que siempre han estado ahí, luchando, eso sí, contra un Goliat, y existiendo, es decir: no se ha podido hacer de las mujeres lo que el Sistema pretendía, a pesar de todas las violencias ejercidas. Porque somos humanas, somos personas, no ese papel que se tradicionalmente se nos ha asignado.

Si no me nombras, eres tú quien no existe. Yo existo y tengo un nombre. No habremos pasado a la historia pero siempre hemos estado aquí y ahora no vamos a renunciar a ser nombradas.

RAEMUERTA

Yo creo que acuñé «desarrollar inteligencia feminista» al leer en Cynthia Enloe «curiosidad feminista». Veía que «machista» era todo el mundo porque vivimos en una sociedad patriarcal y como profesora en la pública veía que había que presentar el problema con un concepto en sí, que ayudara a reajustar el enfoque del problema y de una forma que todo el mundo pudiera asumir, pues lo cierto es que mientras no contemos con mayorías no se producirá la superación de la sociedad patriarcal. ¡Y quién no desea aprender a ser mejor, desarrollar inteligencia! Quizá no quienes necesiten dominar, pero la mayoría de la gente preferiría aprender a convivir desarrollando nuestras mejores capacidades, no las peores.

Sigo asombrada sobre que no se traduzca al español tanta cosa buena, como a esta autora, Enloe, o a las lingüistas feministas, como Deborah Cameron. Aunque cuando se animan, se lo dan a un hombre que no es feminista ni quiere serlo y que les hace cosas como lo que le han hecho a Chimamanda Ngozi Adichie con su magnífica charla-luego-librito «Todas las personas deberían ser feministas» (o «Todas y todos»), que se lo han traducido en masculino, para machacar ya de entrada, antes de empezar. Por suerte, esto ya se ha mencionado en las redes: aquí un post.

CREATIVIDAD LINGÜÍSTICA: me acabo de inventar una palabra, por un error al despotricar: «siempre imbecibilizando» fusión de «invisibilizar + imbécil» Jejejejeje… Canallas!