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TRABAJANDO ESCRIBIENDO Y… Como según el lenguaje androcéntrico el masculino es neutro, el corrector de mi ordenador me dice que «Camino descalza», el título del poemario que me gustaría juntar, es erróneo, que debo decir «Camino descalzo».
Gracias RAE, el odio a las mujeres siempre paga bien, verdad? A ver si os incrementan las subvenciones y podemos eliminar, aprovechando la «inteligencia» artificial automatizada, todo rastro del jodío femenino, tan irritante.
A ver si la gente despierta de una vez: el lenguaje es espejo de lo que somos y construye la cultura que nos aplasta.
ANÁLISIS ES DIFERENTE A TESTIMONIO. Es problemático, no ayuda ni al movimiento social, ni a la población que desee entender y ayudar a construir soluciones, que cada vez que las mujeres que padecen guerras o violencias hablan de ello se ubique en que se trata de sentidos o conmovedores testimonios. Son análisis basado en experiencias. Verlo como testimonios es condenarlo a que no sea escuchado como análisis, como material fundamental para la búsqueda de soluciones. Así llevamos siglos, la ideología patriarcal sigue desvalorizando y distorsionando las fuentes de lo que puede ayudarnos a salir de tanta irracionalidad y violencia.
REFLEXIÓN. En mi vida, cuando he hecho algo motivado por cualidades humanas, de la especie, por ejemplo el natural e intuitivo amor o respeto a la gente y/o la comunidad, o la necesidad de cosas tan necesarias para evolucionar individual y culturalmente y en las relaciones, como la honestidad, no ha ocurrido lo lógico o consonante con lo que yo había hecho, porque la sociedad en la que vivo nos adoctrina como cultura de violencia-prevalencia que es, y sí ha ocurrido a menudo que me he visto con los ojos de esos valores destructivos generalizados en la sociedad (aunque no me ha durado lo suficiente como para «adaptarme» a perpetuarlos), que han querido explicarme cómo funcionan las cosas, o darme una lección, para socializarme correctamente, o incluso que malos sentimientos se han apoderado de quienes no tendrían por qué haberse sentido mal, o querido hacerme daño por esos hechos. En esta cultura de violencia-prevalencia, las cualidades humanas, practicarlas, te ubican en el territorio de ser sospechosa e indeseable, aunque o precisamente porque eres prueba andante de que tenemos otras opciones de ser y estar, que son mucho más agradables y alentadoras para vivir y convivir.
Por eso tengo muy informado cómo todo tipo de personas, casi siempre inconscientemente, ayudamos a educar a otras personas y nos educamos para perpetuar la brutal ideología patriarcal, tan irracional y violenta. Una cosa llamativa en su no ser pensada, es esto que dicen del grupo masivo denostado, «las mujeres», que las niñas desarrollan la destreza con el lenguaje antes que los niños. Esta mierda de idea, sustentada hoy con datos empíricos, excluye mucho que es relevante para explicarse de una forma más realista. Nuestros genitales o supuestos genitales no determinan nuestra capacidad de lenguaje. Pero está claro que la lingüística importa un pimiento y nadie va a atender o a querer saber sobre cómo a través del lenguaje somos y podemos evolucionar. Lo que pasa desde pequeñas en este mundo tan misógino entre otros muchos males es que al escuchar el lenguaje sabemos que «los niños», el Hombre, sí son nombrados, y por tanto respetados más que «las niñas» o «las mujeres». Es algo muy importante que se aprende muy rápido y muy bien, y nos lleva a ir como pidiendo permiso para ser y estar en el lenguaje y en todo lo demás, como es lógico, porque el lenguaje NOS HACE cosas. El lenguaje que usa la mayoría y también, por suerte, el que construimos al buscar nuestras voces.
Ojalá antes de morirme pueda escribir al respecto. Ciertamente, tendría que superar muchos obstáculos, pero no lo descarto.
La MENTIRA, el engaño, no sólo se construye por quien lo practica. Se construye por la comunidad, que por su parte construye cultura de violencia validando su orden, cuando da la espalda a la realidad que puede observarse y conocerse, y se niega así a atender, a escuchar a quien no miente ni engaña. Así se construye la respuesta de quienes observan, escuchan, piensan y empatizan cuando gritan: Yo sí te creo. Así se construye la desobediencia al mandato cultural de un mundo que saca lo peor de una especie con cualidades extraordinarias, como saber del valor de todo el mundo en la comunidad, y cuidarse, apoyarse mutuamente. Aprender a mirar lo que está ahí es liberarse del condicionamiento ideológico de la cultura imperante, construida con incontables sistemas de opresión para que nos tratemos a patadas, para que los perpetuemos a favor de quienes dominan.
the men are domestic tyrants, considering them as fathers, brothers, or husbands; but there is a kind of interregnum between the reign of the fathers and the husbands, which is the only period of freedom and pleasure that the women enjoy.
(Letter 19, A Short Residence in Sweden, Norway & Denmark, 1796)
los hombres son tiranos del hogar, como padres, hermanos o maridos; pero existe una especie de interregnum entre el reinado de los padres y los maridos, que es el único periodo de libertad y placer que disfrutan las mujeres.(Carta 19, Una breve estancia en Suecia, Noruega y Dinamarca, 1796) trad. mía
—
En esta época todo le era obligatorio a muchísimas mujeres. Una cosa muy obligatoria era ser de un hombre y darle descendencia. Nada menos. Una tortura si no era lo k tú harías.
Liberarnos de eso algunas mujeres no ha sido concesión del Hombre. Lo hemos hecho sin crear ejércitos ni guerras, sin matarlos. Entonces ?cómo lo hemos hecho? Luchar es visto hoy igual como cosa de Hombres y algo que se hace con violencia, o con armas?
Kiza se vea ridículo considerar esto que hicieron millones de mujeres a lo largo del tiempo una lucha. Verlo como una defensa, protección, k eso es solo cosas de Hombres, los grandes defensores y protectores, según la tarada mirada patriarcal.
Kiza no se vea mérito, pk no se vea el horror de k te obliguen a casarte, la familia o la sociedad, a k usen tu cuerpo, a gestar, parir, criar, a no poder hacer más k lo k te mandan desde el desprecio y la inferiorización…. Todo es el condicionamiento misógino de la ideología patriarcal.
El Hombre no hace la guerra para proteger a nadie. La cultura de violencia prevalencia patriarcal no va de proteger, ni de cuidar, sino de forzar y destruir para prevalecer, el Hombre. Y su primera guerra es contra las personas gestadoras, puedan o no gestar, y x extensión contra toda persona k no sea ese modelo k es el Hombre, rey de la dominación.
Culturas humanas
Soy de las personas que mientras otras duermen
sabe que el alimento es para compartir
y toma lo que necesita, esa comprensión.
En mi sociedad me consideran estúpida.
Soy de las personas que abre su casa
aun consciente del peligro: para mi sociedad amar
y proteger es poseer, acumular, atrincherarse.
Si no lo ves o vives así, acusan:
No valora lo que tiene,
No protege a “los suyos”,
¡Se cree mejor!
El castigo de justicia es el expolio.
Soy de las personas que sienten
el sufrimiento de cualquier otra
como algo que quiero escuchar:
valiosa compañía mutua,
semilla que lo transforma todo,
aporta sin generar carga.
Soy persona que imagina soluciones y canciones,
mi lenguaje un músculo,
amando no hay tiempo para temer a la muerte,
viviendo no cabe la guerra.
Mi sociedad me considera loca,
y a las locas, ya se sabe,
nos ignoran, nos violan.
Nacer en una cultura de violencia
no deshumaniza a las que no encajamos,
resistimos desde hace milenios.
Yo no me dejo, soy más, soy humana.
A través del océano, te escucho respirar,
allí donde the wild things are,
allí donde tu cultura no acata
la construcción de la destrucción,
donde existen comunidades que crean
palabras como naw’qinwixw.
Notas: Todas las mujeres que hay aquí…
Este poema escrito y traducido por mí, michelle renyé, ha recibido maravilloso feedback para su mejora de Pippa Marriott y Margarita López López, las mishermanas sisters, con quienes además trabajo el libro que escribimos, Sisters. Workshops with Poems, que está lleno de mujeres llenas de vida.
“Culturas humanas” lo escribí como imaginando hablar con dos autoras que aparecen en Sisters… también, en la parte 1/5: Million con un poema, “The Housing Poem” (el poema de la vivienda), y LaDuke porque la cito en relación al activismo por la naturaleza que es consustancial a la visión cultural de su pueblo de que nuestro papel en la naturaleza es cuidarla y protegerla, no como se cree en los estados nación, tan propietarios, explotadores y dominadores.
Winona LaDuke, del pueblo Anishinaabeg de White Earth, Indian Country, en el estado de Minnesota, Estados Unidos, dijo: I live where the wild things are (vivo donde están las cosas salvajes). Actualmente leo su To Be a Water Protector, sobre luchas indígenas por proteger la naturaleza, además de estar terminando el taller en español e inglés basado en su Ogichidaakweg, o Sociedad de las Guerrera, una narración de su Last Standing Woman, sobre siete generaciones en White Earth, una narración histórico-literaria. El taller aborda lo que pacifismo y feminismo no quieren hablar para ayudarse a pensar mejor estos temas tabú: la lucha noviolenta y la autodefensa feminista.
Dian Million, del pueblo Tanana Atabascano (Alaska, EEUU y Canada), residente en el estado de Washington (EEUU), me inspiró revisar mi taller de derechos humanos para incorporar los derechos humanos de los pueblos indígenas, y como ya no estoy en la pública, eso no podré darlo en clase pero sí va en Sisters, por si hay profes por ahí que se… ¿atrevan? No pasa nada, lo juro, yo di clases libremente 24 años! Leyendo su Therapeutic Nations: Healing in an Age of Indigenous Human Rights recomendaba una entrevista a Jeannette Armstrong, de la nación Okanagan Syilx en Penctinton, territorio indio, en British Columbia, Canadá. En esa entrevista explica lo que significa naw’qinwixw.
Tengo que decir que me sentí más próxima a lo que ella decía que a mi comunidad. Pienso que el modelo cultural humano de las naciones estado, fronteras que se apropian de la tierra y atrapan a poblaciones diferentes para hacerlas una patria, cuando no practican la guerra genocida y el expolio, es una destructiva plaga para la humanidad, y que las poblaciones deberían dedicar tiempo a implicarse en reconducirlas a algo más humanizante.
Incluiré “Culturas humanas” en Camino descalza. Poemas políticos. Creo que lo haré bilingüe el libro.
Human Cultures
I am the kind of person who while others sleep
knows that food is shared
and takes only what she needs, this understanding.
In my society I am considered an idiot.
I am the kind of person that opens her house
well aware of the danger: for my society love
and protection is property, accumulations, trenches.
If you can’t see it or live that way, you are accused:
She doesn’t value what she has,
She doesn’t protect “her people”,
She believes she is better!
Plunder is punishment for justice.
I am the kind of person that feels
any other person’s suffering is
something I need to listen to:
valuable mutual company,
a seed that transforms it all,
a contribution, no burden.
I am someone who imagines answers, songs,
my language a muscle,
loving leaves no place to fear death,
living has no room for war.
My society considers me a madwoman,
and madwomen, everybody knows,
are ignored, are raped.
Being born to a culture of violence
does not dehumanize misfits,
we have resisted for millennia.
When I don’t yield, I am more, I am human.
Across the ocean, I hear you breathing,
there where the wild things are,
where your culture refuses
the construction of destruction,
where there exist communities that create
words like naw’qinwixw.
¿CULTURA DE PAZ? CUANDO EN LOS CENTROS EDUCATIVOS SE HABLA DE PAZ
¿SE HABLA DEL DERECHO DE OBJECIÓN
DE CONCIENCIA?
SIEMPRE HAY PERSONAS PEQUEÑAS Y ADULTAS QUE SERÍAN OBJETORAS DE CONCIENCIA
¿SE AYUDA A COMPRENDER EL DERECHO HUMANO DE QUIEN NO QUIERE MATAR, VIOLAR, TORTURAR O DESTRUIR Y ROBAR EN UNA GUERRA?
LA GUERRA ESTÁ TAN JUSTIFICADA QUE SE VE COMO CUESTIÓN IDEOLÓGICA LO QUE ES DERECHO HUMANO
LA GUERRA ES UN CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD
Querida mamá,
Lo más que siento es no haberte conocido mejor. Mi furor adolescente por salvarte no me dejó ver que tú sabrias, ni lo intuí, que había algo profundamente roto al ver la inconcebible brutalidad de la gente. Y ahora, que he llegado a vivir más años que tú, pienso que sí sabrías, que te daría ternura verme tan resuelta a salvarte entonces, y que nada podría nada de aquello ante el hecho indefectible de que la gente no tiene suficiente empatía y abandona construyendo un búnker de justificaciones para cargarse de razón y apisonar lo que saben que nos sacaría de esa mierda espesa de violencia. En estupor y abismo, qué solitario debió de ser, porque la vida te había dado ese revés brutal, que habiendo sido generosa y empática, volcada a vivir tu propia vida sin destruir a nadie, fueras desechable, apisonable, abandonada cuando solo necesitabas un acompañarse para construir mundos vivibles para quien estuviera por ahí. La mezquindad de la humanidad tarada no da belleza.
En la noche más breve y mi vida más larga siento el peso de tu vacío, que no estás, y !cómo lo habrías disfrutado todo esto! De este mundo que abriendo brechas ayudaste a construir.
Poema en español y traducido por mí al inglés con revisión de mi sister Veronica Kelly (Irlanda) para las acciones «Alerta» de Café Feminista Fuengirola-Mijas.
UNA SIEMPRE SABE
I
Que las mujeres se llamen Hombre es síntoma
de irracionalidad y violencia, del odio del Sistema a nombrar
la realidad humana. Es cultura de violación de tu nombre,
un dejarse, para salvar una vida secundaria.
Aceptar la falta propia de respeto: no nombrarse
perpetúa tu boca manchada, tu voz estrangulada,
las magulladuras del cuerpo siempre feo o incapaz.
Es ningunación de una vida de cosa que se usa.
II
Aceptar ser enemiga de tu palabra es aceptar
la insignificancia a que te condena la jerarquía de la tara;
siglo tras siglo, no desarraiga la raíz de distorsión,
no hace visible el esfuerzo y la visión titánicas, nuestros hechos.
Aparecer en la foto del homenaje de la hilera, los cinco minutos,
sostener unos segundos el micrófono, descomprimirte un poco
al ocupar tu asiento, pagarte tú la ropa que es disfraz
es promoción –de renuncia, mutilación, genocidio.
Sin nombre, el espejo está velado, no puedes mirarte, re-conocerte,
el mundo se agolpa de palabras ajenas, reingresas, Sísifa,
al claustrofóbico lugar del Eterno Emparedamiento
tras el actor principal de esta obra falsa, torcida, malsana.
III
Sin poder nombrarte, no cambian las conexiones neuronales,
no se hace trizas la forma y el rumbo, no entra la luz,
el aire no se renueva, el universo no se expande.
¡Nómbrate de acuerdo a tu imaginación y semejanza!
¡Limpia tu mirada y contempla lo que te rodea!
¡Busca nuestra memoria, ahí está!
(Camino descalza. Poemas políticos, de michelle renyé)
Hablar por hablar,
deshumanización,
reducir al vacío
la comunicación humana
de emoción e ideas,
ese pulso, esa compañía.
Porque antes de dar la mano,
sentir ese calor,
está la descerebrada defensa
del lugar a salvo
que lo ocupa todo,
conveniente,
ordenada,
violencia inusitada
invisible
a quien no quiere mirar.
Qué paz.
La cabeza perdida
en la versión privada
del ansia y el victimismo
del poder.
Desconexión,
miedo que todo lo arrasa.
Camino descalza. Poemas políticos
GENÉTICA Y DESCENDENCIA. La gente que quiere tener descendencia debería leer un poco sobre genética, para quitarse esa idea desinformada sobre que su descendencia tiene más genes suyos que si adopta, y llegar a la opción brutal que ofrece la sociedad patriarcal a quien tiene dinero de alquilar a una mujer para geste sus genes. Si supiera, creo que se organizaría entonces (todo ese esfuerzo y dinero) para luchar por leyes de adopción que ayudaran a millones de peques del planeta y de aquí que por pobreza (exclusión) necesitan quienes les cuiden.Ciertamente, entre amistades se pueden hacer cosas de prestarse el cuerpo y demás. Pedirle semen a un amigo para chutártelo a ver si te quedas, conozco un caso muy feliz. Quedarte sin formar pareja y haciéndolo con amante(s), libremente (donación de semen unawares, sin saberlo, pero no es oro, vaya, y no te van a pedir cuentas, y tú ya lo vas «regalando» incluso forzando por ahí, incluso sabiendo que la mujer no quiere quedarse embarazada y la estás poniendo en riesgo. Además, ser «padre» es más que echar un polvo, y si cuando lo echas no estás haciéndolo para tener descendencia, y de hecho te importa una mierda si ella se queda embarazada, pues que ella controle y elija si quiere o no es tema de ella, lógicamente, porque es una PERSONA con derechos humanos). O pedirle una pareja hetero a una amiga que le geste su bebé. En general eso ha ocurrido en el mundo libre en los 70 y 80 y no tenía nada que ver con la contratación de mujeres para gestar para desconocidos por dinero, es decir, por necesidad económica.HAY muchas cosas de génetica rulando que apuntan a la realidad que podemos verificar cotidianamente: que quizá, mira, entre hermanas y hermanos, los parecidos son escasos o nulos, y que puedes parecerte físicamente a millones de personas con las que no tienes parentesco familiar. Somos de una misma especie, lo de la semillita propia de una y uno es una mala razón para tener descendencia, un tema que debería, pienso yo que no la tengo ni la he querido tener nunca, relacionarse con el amor a convivir con, cuidar, proveer a una personita hasta que pueda valerse sola.
Recordando a Roberto Echevarría
No le conté a mi amigo (o hermano, feminista) Roberto, de Ecuador, la broma de los gordidedos, porque la reservaba para cuando nos viéramos aquí en España. Aunque trasladáramos el escenario de la terraza de Galdós del Retiro en Madrid (aún no habían aislado la escultura de la terraza) a un chiringuito de Fuengirola en compañía, esta vez, posiblemente, de nuestras parejas (a quienes no conocíamos), pensaba bromear con la tontería de que por qué a él le ponían cientos de gordidedos si posteaba “gatitos” y a mí, una pensadora de la racionalidad empática, la acuñadora del concepto “desarrollar inteligencia feminista” que tanta ayuda a evitar debates muertos, guerras, callejones sin salida, sobre todo en coeducación con personas adultas, la mayoría lectora mía no dejaba rastro alguno de haberme leído, esa pequeña mezquindad –más puzzling o inquietante para el caso de hermanas feministas.
Roberto sí había expresado su aprecio con un gordidedo, como hago yo (esté yo o no de acuerdo con el contenido), a mi aportación de ideas en la lucha “por la construcción de un mundo menos violento e injusto”, como decimos en mujerpalabra.net, y era una opinión valiosa para mí, por la cabeza-corazón de Roberto y porque Roberto leía habitualmente, mucho, enterándose, no como yo, que no soy una buena lectora desde el punto de vista académico-de-lo-que-existe. Cuando empiezo a leer enseguida entro en diálogo creativo. Roberto leía ensayo feminista. Aparte de fotos de animales y de la naturaleza en general, un descanso y un recreo visual del día, posteaba libros feministas, y obras de escritoras.
Aquel día del Retiro me regaló un libro de Beatriz/Paul Preciado, porque le interesaba mi opinión (que enseguida le medio di porque había leído la mitad, que es mucho para mí tratándose de ensayo). Me regaló también un CD de jazz, lo tercero que posteaba y nos unía como hermanos. Se trataba de un músico que yo no conocía y cuyas composiciones él veía como un mundo musical parecido al mundo de palabras que yo creaba.
El regalo de jazz, al escucharlo, me dejó muy impresionada, porque más o menos hasta cerca de los cuarenta yo pensaba que mi inteligencia tenía severas carencias y deficiencias. En mi casa, mi madre siempre la había apreciado, aunque no la tuviera en cuenta para sus decisiones de vida, pero fuera de casa, en el sistema educativo, en el mundo del activismo, en las relaciones de amistad, salvo fundamentales y maravillosas excepciones que no siempre supe usar para crecer en su medida, las personas que no toleran la convivencia con quienes no acatan y repiten, esa mayoría aplastante de autoproclamada “normalidad” o “verdad” (para otros casos), hizo lo que siempre hace, sin querer o queriendo: presionar por todos los medios para tu asimilación por esa masa de acción cultural prevalente, o contribuir a tu destrucción (ese parque temático del horror), por decirlo imitando el estilo de Jo cuando leía sus primeras obras a sus hermanas, en la Little Women (1868) de Louisa May Alcott, que yo conocí por el cine (dirigida por Mervin LeRoy en 1949).
Roberto, sin duda, ha sido una de las personas hermanas en la vida cuya amistad me ayudó a verme más allá de toda la mierda autodestructiva que la cultura te echa encima por ser una mujer en una sociedad patriarcal. La lucha por limpiar la mirada (otro concepto que él identificó como propio de mi trabajo de escritora) la llevamos cada cual, nadie puede hacerte ver, comprender, es un proceso interno. Pero podemos ayudarnos, acompañándonos de formas noviolentas, eso es una forma de apoyarse. Las cosas más importantes son sencillas en realidad (igual que las cosas más placenteras son “gratis”, para horror del Mercado). Hay gente cuya compañía facilita la tarea de vivir y hacer en la vida, y es que la mera compañía en este mundo brutal tiene un valor y un efecto extraordinario. Fijaos cómo dibujaba y pintaba Van Gogh al mínimo signo de vida de contacto, comunicación, reconocimiento de alguien, y mira que enfrentó mucha mezquindad, pero todo depende de todas las partes, y cómo recibía, con qué extraordinaria amplitud mental. Camille Claudel, sin embargo, al estar encerrada y torturada, sólo pudo responder no volviendo a hacer aquello por lo que de hecho dio su vida, crear esculturas. Además de encerrada y considerada loca, esa atrocidad indescriptible, inasumible, revientacabezas, nadie estuvo a su lado (y mira que su cuerpo la tuvo allí no sé si tres décadas o más). MiCamille.
En venganza noviolenta por esa arma de destrucción selectiva que es la envidia ejecutada cotidianamente por “buenas y malas personas”, quería hablar un poco de mi vivencia de la envidia, y de por qué importa el tema socialmente, unas pinceladas.
Aunque he vivido lo de ser objetivo de las personas envidiosas que no solo lo sienten, piensan o imaginan, he tenido un contexto más favorable que me ha ayudado a resistir, y poder ser y crecer por mis caminos. Aunque, como Van Gogh soy muy responsive, creo que si no tengo la obra que ciertamente podría tener como escritora o el impacto en el sistema educativo per se como docente, no ha sido sólo porque mi vida de ideales anarquistas me llevara a trabajar apasionadamente por mi comunidad (la que tenía delante, literalmente), como cuando vivimos en tiempos de guerra convencional, sin una idea del protagonismo del yo y su reconocimiento (nunca me ha sobrado tiempo para presentar proyectos a premios o subvenciones, no sé cómo eso se consigue cuando se coordinan, crean, informan proyectos, no hay tiempo material, y sólo los formularios son una camisa de fuerza y un molde desvirtuadora, porque quienes los elaboran no comprenden, pienso, la innovación, o no tienen tiempo de revisar su trabajo en relación a la realidad).
Mi comentario de los gordidedos nacía del humor, no de la envidia. ¡Ay, el humor, que se usa tan a menudo nada menos que como coartada de la envidia! Aunque la sabiduría popular en España dice que la envidia es el deporte nacional (de hombres y mujeres, aunque se asocie junto al cotilleo, al mundo femenino, presentado como menor incluso en las democracias del 21), creo que ese sentimiento lo sentí en un par de ocasiones, y muy flojito. Debí de procesarlo en seguida para descartarlo como modo mío de relación o asimilación. Creo que hago esas cosas desde pequeña y no sé si le pasa a más personas. Elijo. Asumo la responsabilidad de mi vida. Va con el amor a la libertad. A los seis años ya lo sabía. Y se ve que cuando experimenté la envidia no me gustó, que no estaba en mí como pasión, porque no la he vuelto a sentir.
Me pasó algo así con los celos. Los sentí, un vendaval destructor, en algunos momentos de la juventud, al punto en una ocasión de perder la voluntad, el habla, tres días, después de gritar y llorar como una verdadera posesa unos cuantos días antes, y luego ya, si te he visto no me acuerdo. Tengo la suerte de que mi cuerpo trabaja a mi favor, y cuando mi cabeza no me salva de algo malo para mí porque me vence la autodestrucción aprendida o el desánimo, mi cuerpo viene al rescate. Me ha salvado ya de varias destrucciones certeras, la última haciéndome pedir la excedencia voluntaria en la pública para salvar mi salud (aunque en otra esfera, también fue determinante la opinión de mi pareja), precisamente debido a los hechos de personas envidiosas y de ese grupo humano, uso una pintada de Rafael Sánchez Ferlosio, “Tolerante, piel de elefante”. Cero interés en los celos, en el mundo que incluye los celos. En la juventud, puedes llegar por accidente a esos mundos, porque desconoces muchas vivencias, pero luego ya sabes cosas y puedes elegir no entrar ahí. Esto lo pienso y lo he experimentado en mi vida.
Del mundo de la envidia, he observado a lo largo de la vida cómo se emplea a niveles de complicación y violencia extremos (por eso no debe verse como una emoción “menor”, fea sí, y como el alcohol, con capacidad destructiva potencial), al punto de pretender destruir las vidas de las personas, o intentarlo, claro. Introduzco un punto para subrayar esto: Intentarlo porque para destruir necesitas a todas las partes, ¡también a la que es objeto del afán destructor! Y a veces les sale muy mal, porque la persona no se deja destruir, no está en su naturaleza, a pesar del adoctrinamiento patriarcal a las mujeres, que afecta, pero no a ese punto. Cuántas personas admirables ha habido resistiendo esa brutalidad… Y ciertamente, la especie se ha quedado sin todo lo que podrían haber aportado, que es mucho más de lo mucho que ya es que resistieran y existieran.
Los movimientos social y artístico deberían abordar el tema de las personas que operan por envidia, siquiera para que seamos conscientes de todos los obstáculos y daños que generan, el espacio que le quitan a la sororidad y la solidaridad, a la colaboración y el apoyo mutuo, que son las cosas que nos ayudaron a sobrevivir en la prehistoria, cuando como especie éramos poca cosa frente a grandes peligros a nuestra supervivencia.
Como educadora a nivel profesional remunerado, pienso también que hay labor en plantear el tema en el sistema educativo, para ayudar a comprender que vivir en la envidia no es sólo malgastar la vida propia, si sólo se piensa en sí: es vivir cada día así, míseramente, una vida pequeña y mezquina, sin capacidad de mirar al frente y mucho menos contemplar el mundo y respirar. Y es hacer un daño importante a nuestra evolución hacia mundo más justos y menos violentos. Porque en la envidia se practica a diario con el lenguaje, la actitud, los hechos, los sentimientos, las ideas, todas las violencias patriarcales que justifican este sistema de violencias, siempre la sacrosanta violencia, forzar, imponer, juzgar, condenar, por identidad, por la libertad humana creativa y de pensamiento, esa sustancia de ser y estar.
Creo que el modelo de elegir pasiones (por ejemplo, la de despertar con la resolución de la alegría, por más difícil que lo pongan las personas y sistemas, y aunque a veces se tropiece y falten fuerzas y visión, contando con todo ello, la compleja realidad) tiene que crearse conscientemente como un modelo humanizante que dé más a cada persona y a la comunidad, porque hay una conexión íntima, igual que en toda vida cotidiana se rastrean las grandes guerras.
Con Roberto, no pudimos reírnos con mi broma de los gordidedos y los gatitos, que amamos con espontaneidad y resolución. Su Thelonius, y por aquí, quienes nos han adoptado y nos traen locatis, la Osipanda Gorgorita Porfavor y el Negrito Marramiaú, que son quienes reciben visitas, no de gatas y gatos callejeros como nos pasaba antes de que llegaran, en las madrugadas (que somos de acostarnos a las tres), sino de gatos vecinos, sobre todo de Totó el Destructor, que viene a descansar y nos bufa cuando le peta, como un poseso, porque lo educaron personitas y no se atreve a hacerlo en su casa por si lo castigan.
Traducido por michelle renyé (diciembre 2021, mujerpalabra.net)
Audios en inglés y español en Soundcloud, Literatura con inteligencia feminista (michelle renyé)
https://soundcloud.com/michellerenye/snow-white-the-seven-dwarfs-by-anne-sexton
Fanzine a impresión para el 8M 2022 EDICIÓN BILINGÜE
Es interesante cómo no se entienden algunas ideas sencillas desde el dogmatismo de la lucha. He leído, sobre el día de la madre, que si el Poder lo celebra, nosotras no lo tenemos que celebrar (¡me asombra! Parece una idea de una persona pequeña, pero no, es de una persona inteligente y comprometida en la lucha social). Es una idea poco inteligente, es decir, especialmente limitada, porque todo lo que se basa en un prinicipio (en lugar de un ideal) queda atrapado en la camisa de fuerza del dogmatismo, pasa a ingresar en esa clase de ideas que distorsionan el pensamiento y la comprensión para forzar a un lugar todo lo humano. Metafóricamente, es el Hijo Rebelde que pretende superar al Padre, haciendo exactamente lo mismo: negar que lo humano es mucho más que lo que los sistemas de opresión hagan forzando lo humano.
La idea de juntarse para celebrar algo, o para celebrar la vida de alguien, el amor compartido (y no pienso sólo en parejas heterosexuales monógamas), el haber logrado algo por lo que se luchó, no puede ser contenida y explicada por el Día de Celebración concebido desde el patriarcado (el Mercado, la Religión), porque es mucho más animal, y humana-animal: habla del afecto y de la celebración de un afecto, un mérito, un hecho valioso. Que la maternidad esté forzada en la camisa de fuerza patriarcal no debería quitarnos la libertad de entender que tiene valor ser una persona que gesta, pare y cuida a otras personas, y que es un tanto ridículo acusar-acusica a quienes celebran esto de estar obedeciendo al Poder, sin importar cómo lo estén haciendo o por qué. (¡No habrá diferencias importantes en cómo celebran las feministas el 8 de marzo, y cómo lo celebran los machistas!) Sin pretender ofender a nadie, creo que aquí enfrentamos (y es duro, por sus consecuencias autoritarias) la miopía del bloque «revolucionario» que metafóricamente yo llamo el Hijo Rebelde que quiere desbancar al Padre, como patriarca (siguiendo a Robin Morgan en The Demon Lover). ¿Por qué? Porque, pienso, sSi le damos al Poder establecido el poder de definir nuestro mundo así de absolutamente, ¿qué cambio a un mundo mejor (menos violento, más justo) estamos generando? Nuestra identidad contenida, condenada a ser el negativo de lo que se impone. Nuestra lucha por el respeto a la diversidad de identidades, que es literalmente un universo, como la vida en la naturaleza, inagotable, o por lo que se ha llamado inicialmente «derechos humanos» que quieras que no ha sido una idea valiosísima para impactar la tara patriarcal, aunque haya que mejorarla, por un mundo que no imponga un sistema de violencias, no se ve enriquecido por el que tengamos que aceptar la definición del Enemigo y construir nuestra identidad limitándola a ser una respuesta a ésta.
Yo pienso que una crítica desde la racionalidad empática al Día de la Madre patriarcal, bastaría, sería más útil, y no incluiría la concepción de que quienes desean hacerle una celebración de cariño y/o reconocimiento a las personas que les parieron son algo así como personas faltas de inteligencia, que sostienen al hacer esto, el Sistema de Poder establecido. Yo pienso que más se sostiene aceptando que sólo se puede mirar desde la mirada del Opresor. Bienvenida la crítica, pero el desprecio no es una herramienta r-evolucionaria, pienso yo, el pensamiento crítico (al menos desde la racionalidad empática y la inteligencia feminista) no se basa en la subestimación, el no querer ver, y el desprecio, sino en el conocimiento del mundo que se crea y del mundo humano y en la búsqueda de espacios para poderse ser. Y de ahí, como a nivel social planteó el mayo 68 y conexos, siendo sería transformando, pues tenemos los sistemas que generamos. Si las piezas no funcionan, será la máquina la obligada a cambiar, no al revés. La visión estrecha de que sólo HACIENDO lo CONTRARIO de lo que dice el PODER se contribuye al cambio social es limitada y distorsionante del potencial inmenso de la vida que existe.
Como anarquista no dogmática tengo que decir que en mi opinión, el anarquismo dogmático pierde siempre los grandes apoyos sociales que podría tener (ya que qué mayor bien puede haber para el bien común que el ideal de libertad y solidaridad? 😀 ) por eso mismo, por sus dogmas continuados de visión patriarcal, desde el Poder, que no quiere ver la vida, lo que existe, la diversidad de experiencias y de formas de analizar y explicarse las cosas y quizá lo más importante: que quizá lo que piensen tan rotundamente no sirva, porque quizá sus mentes no estén tan libres de la ideología que combaten, como bien puede saber cualquier persona que quiera sentarse a pensar no para forzar y prevalecer, pero sí para aprender a vivir y ser.
Si las religiones patriarcales y el patriarcado como Sistema social se han mantenido tantos siglos ha sido posiblemente por dos cosas: por el complejo sistema de violencias que impone y porque se han tomado las cosas humanas y se las ha explicado desde el Poder. La solución no es entonces negar las cosas humanas, sino rescatarlas de tanta distorsión. No me extraña que tantas mujeres pensadoras y activistas se hayan enfadado con los hombres y mujeres con los que al menos nominalmente comparten luchas cuando les han hecho la broma o la recriminación de que qué hacían celebrando su maternidad o la maternidad de sus madres haciéndoles gestos de cariño o de reconocimiento. El Mercado podrá ganar dinero con el Día de la Madre, pero esta celebración puede tener vida más allá del mercado, al margen del mercado, porque es humano-animal celebrar/disfrutar/concentrar la atención en cosas del afecto (al que debemos limpiar de la tara patriarcal, pero al que no tendríamos por qué renunciar y menos en nombre de una lucha que pretende justicia, modos de la noviolencia y libertad), y que te hayan parido tiene posiblemente tanta importancia como la celebración del día en que naciste. (¡Y esto lo dice alguien que no celebra ni su cumpleaños! 😀 )
PATRIARCADO Y CAPITALISMO: «democracias occidentales» y China. Yo no sé de política de gobiernos y economía y eso, por lo que quería compartir una idea que se me ha ocurrido, para saber qué pensáis. China (ese gran misterio para mí: ¿trabajadores y trabajadoras son iguales en derechos? Entonces, ¿por qué la sociedad es tan patriarcal?) me parece tan patriarcal como mi sociedad en la época de Franco, y no me ha sorprendido que pueda abrazar el capitalismo porque es un sistema hijo del patriarcal, que sale muy fácil en los patriarcados porque está todo basado en ejercer la violencia y jamás la racionalidad empática. Lo único que creo que ha empezado a cambiar las sociedades ha sido esta explosión alrededor de la noción de identidad no patriarcal, que nos ha traído por ejemplo, la de derechos humanos, sin igual en la historia anterior que nos han transmitido.
Acabo de ver «No me llames fotógrafo de guerra» (2014), un documental que recomiendaría ver con la mente-corazón. Y lo recomendaría a pesar de que la existencia de las mujeres en el mundo de la lucha y el valor, no están bien reflejados, si quiera porque es masiva la representación de hombres.
Con todo, hay cosas importantes que trascienden el condicimiento cultural de ver el mundo del Hombre sólo, reconocer el valor en ese mundo sólo. Cosas compartidas y comunes porque son humanas, a pesar de la distorsión de la concepción patriarcal de todo. Entre otras cosas, porque al menos parte de cada fotoperiodista que aparece ha alcanzado a ver más allá del impulso inicial, debido a la terrible experiencia de la guerra y al conflicto que genera ganarse la vida, ganar una estima retratando el sufrimiento ajeno, como explican.
Afortunadamente, aparece alguna mujer fotoperiodista haciendo su análisis, y aparece alguna mujer en alguna foto, no como víctima y cuidadora «natural» sino como persona.
Del valor, que es algo que se representa continuamente asociado a lo masculino patriarcal (siempre asociado a la acción violenta. Y cómo me dolía el otro día cuando viendo un trozo de una peli de gánsters, el chófer de un gángster da por culo a una chica rusa metida en prostitución forzada ante el psicópata que se lo pide y luego queda como un buen tipo porque le da dinero a la chica, después de la palmadita en el lomo por ser una buena hembra, y le dice: «Sigue viva». Me cansa lo indecible el bombardeo de imágenes/mensajes de hombres violentos que resulta que son buenos en el fondo. Y cómo el cine estadounidense insiste siempre en esto, en lo necesaria que es la violencia para todo y en cómo dependemos de esos Héroes de la violencia), cualquier persona que se haya visto obligada por la violencia a controlar su miedo, sabe bien lo que es, eso: controlar el miedo, conseguir estar, olvidando el terror, el miedo, sobreponerse a esto. Y esto lo pueden hacer las personas, no el Hombre sólo. Y en esto las mujeres no están representadas culturalmente, y cuando lo están, no se las identifica como valientes, como realizando un acto que requiere valor, controlar el miedo. Porque temáticamente en el patriarcado el valor se da en el campo de la violencia, sólo. Sin embargo, el miedo se controla desde lugares distintos, y uno de éstos es la empatía, la solidaridad, el amor, emociones-ideas que podría sentir y siente cualquier persona, no «las mujeres», sólo. Y para que el Hombre no se reduzca a ser «mujer», para asegurarnos de que su valor siempre estará asociado a la violencia, siempre necesaria, el gran dogma: las mujeres cuando hacen algo de valor para la especie, como es «natural», «biológico», no tiene mérito. Cualquier acto de valentía, por ejemplo, en una mujer, que nazca de la empatía, la solidaridad, el amor, el afán de justicia, de cese del sufrimiento, no será visto, no existirá, no será nombrado ni representado.
El valor desde la capacidad de machacar, prevalecer, ejercer violencia no es valor, es guerra. El valor es algo valioso que ejercemos cotidianamente para justamente combatir con pura vida inteligente y solidaria un mundo de violencia e injusticia, y lo vemos a diario en todo tipo de actos incluidos los verbales.
FALTA DE INOCENCIA EN LA CULTURA PATRIARCAL. Leo en el libro de Deborah Cameron sobre feminismo y lingüística que Virginia Woolf y luego Simone de Beauvoir se asombraron sobre la cantidad ingente de estudios que encontraron (de los patriarcas de la cultura, supongo, porque sólo nos ha llegado lo que ellos hicieron, además de que se lo pusieron muy difícil a otras personas) abordando la cuestión de las diferencias de uso de la lengua entre mujeres y hombres. ¿Por qué tanto interés? Para, lo nombraran o no, demostrar en última instancia que la inteligencia de las mujeres era inferior, como se ha venido haciendo hasta el siglo 20 tan exclusivamente. Es asombroso el control que ejerce la sociedad y sus patriarcas sobre qué se difunde y qué no para que el Orden patriarcal se perpetúe. No hace falta siquiera tener la intención de hacerlo, aunque sí hace falta ser capaz de no ver, y de no sentir empatía hacia el resto de realidades.
Así, pongamos, lo que sabe “la gente” así como el mundo de la Cultura Establecida es que cuando los filósofos e historiadores hablaban del Hombre eso nos vale a todas las personas (pues como dice la religión patriarcal, es él quien está hecho a imagen y semejanza de Él, dios, y con eso basta: nos representa también a los seres inferiores de la misma especie y esto es un honor, así que chitón). Y lo que no llega nunca a nuestras consciencias o conocimiento es lo que explican esos mismos filósofos e historiadores sobre las mujeres, a pesar del volumen de textos; y tampoco cuánto trabajo han desplegado para demostrar siempre la inferioridad intelectual de las mujeres (y, al fin añadimos, de toda persona que no se conforme a los dos únicos tipos humanos concebibles en la cultura patriarcal, definidos hasta la náusea).
Cuánta violencia puede ejercerse con la omisión y la ocultación es algo que no todo el mundo comprende. Y sí tendemos a al menos sospechar, quienes que vamos desarrollando inteligencia feminista. A pesar de ello, a menudo seguimos sin poder nombrar con claridad las violencias recibidas. ¿Por qué molestarse en la ocultación y la omisión si se tiene todo el poder?
Si hoy en día sacáramos a la luz todo lo que han dicho sobre la capacidad intelectual de las mujeres, esos Hombres de la cultura, de la política, de la religión, sencillamente avanzaríamos más hacia la comprensión de realidades, lo que nos ayudaría a evolucionar en sentidos más transformadores de raíz. Pero no interesa. Porque cuestiona nuestra identidad, la que cree conocer la mayoría sobre sí y sobre todo sobre el resto de las personas. Va a resultar que nuestro primitivismo violento como especie gira en torno a querer que todo sea simple por pánico a la complejidad de la vida y sus relaciones…
Otra idea útil, pienso, es que cuando hablamos, necesariamente lo hacemos desde niveles y enfoques distintos según contexto. Así, por ejemplo, cuando desde la inteligencia feminista se hace una crítica al Sistema, se maneja el par del sistema sexo-género patriarcal “hombre-mujer” (que no es persona con pene y persona con vagina sino “El Hombre” y “las mujeres” patriarcales, por cierto), pero eso no quiere decir que sólo se conciba ese mundo. Pudiera ser que sí, como quienes identifican que el problema es que se ha omitido y combatido una cultura de mujeres, de personas mujeres que no serían como el “mujer” que define el patriarcado. Pero pudiera ser también que sí se esté concibiendo un mundo de personas, donde los genitales no determinarían nada respecto a inteligencia-sensibilidad por sí mismos. Y no es lo mismo manejar el par de conceptos criticados a manejarlo para explicar el mundo. No todo lo mismo es lo mismo. A mí me sigue asombrando como la gente insiste todos los días a todas horas en la idea de que tener pene o vagina determina cómo desarrollamos nuestra mente-corazón, y me asombra porque no hago más que ver ejemplos que como poco cuestionan esa idea.
¿Por qué no recoger también información sobre lo que las personas comparten? Porque yo he conocido a hombres sin mucha inteligencia abstracta o matemática y a mujeres con mucha inteligencia abstracta o matemática, a mujeres que conducen increíble y a hombres que conducen fatal (de hecho las aseguradoras en algunos lugares, por los datos que arrojan las cifras, le ofrecen seguros más baratos a las mujeres), a mujeres incapaces de introspección o de expresar con palabras sus sentimientos y a hombres que se les da muy bien (de hecho, nos han llegado sus obras de literatura, por ejemplo), a mujeres fortísimas físicamente, no sólo por poder parir y echarse al camino para traer agua o labrar la tierra o por poder soportar una violación múltiple y levantarse y cargarse con las personas vulnerables a su alrededor para trasladarse de zona, fortísimas también a la hora de mover peso, y a hombres que no tienen nada de fuerza física, ni de la de sostener su cuerpo, ni de la de empujar y levantar; o a hombres sin mucho interés en la vida de los orgasmos o del placer físico y a mujeres que lo disfrutan y necesitan cotidianamente porque si no no pueden dormir o bien porque si no viven mal, es decir, sufren.
Lo evidente, si miras, sencillamente, es que no es el tener determinado genital lo que determina lo que una persona puede llegar a ser o es. La práctica, sin duda, marca, así como lo que se espera de ti. Pero si la mente humana tiene un rasgo es la maleabilidad, su capacidad para adaptarse, evolucionar, aprender (y si ahora lo presenta empíricamente al fin la ciencia, siempre lo hemos sabido si no nos tenían el cerebro lavado con dogmas). Allí donde hay más libertad para construir la identidad, enseguida surgen ejemplos que desmienten el Orden Tradicional que han impuesto las sociedad patriarcales y sus ideólogos. Basta mirarte al espejo. E incluso a pesar del Orden Patriarcal, siempre ha habido personas cuya identidad no podía explicarse, reducirse a lo que se suponía que eran. Todos los días veo lo que tengo de mujer por mi cultura, lo que habiéndolo tenido, a fuerza de consciencia y trabajo, he conseguido superar, lo que dejo estar o bien porque no me molesta o bien porque no es prioritario, lo que soy gracias a que me he cuestionado y he cuestionado el orden del sexo-género…
Las simplificaciones del Poder siempre me han parecido sospechosas, en el sentido de que en realidad les falta inocencia, ya que tienen intención, y muy mala, pienso. La diversidad de la vida sólo es desbordante para quien la quiere dominar. Para quien no, es una fuente de asombro y alegría, ya que todx ser vivx tiene su lugar.
El problema de ser mujer en el Sistema (patriarcal) es parecido al problema de ser de cualquier grupo oprimido en el Sistema (patriarcal). Quizá la invisibilidad y la cosificación de ser mujer sea extrema, pienso, quizá, porque son sometidas a todo tipo de violencias, muchas aún no visibles para la mayoría, justamente por lo poco que importan, por el poco valor que tienen las mujeres como personas. Es una violencia extrema, estremecedora, lo poco que importan, como animales vivos independientes, propios, con todo su potencial humano. Pero el caso es que las mujeres son personas, lo fueron, lo han sido, lo son, y lo serán. Negarlo siempre radicalmente no ha servido de nada.
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Pepa <3
APG: Pero es tan triste tener que estar luchando siempre…
Yo: Sí, pero al tiempo te llena de amor y de inteligencia. Pero cierto, es jodido! Al tiempo, vivir es luchar. Yo lo pienso mirando las y los gatos salvajes de la aldea. Muchas veces vienen sólo para descansar un poco, porque saben que si estamos las grandotas otros animales no las atacarán. Pienso esto cuando me pongo triste. Que en realidad es una suerte poder tener ratos para hacer tus cosas libremente! Cierto que como ves que eso podría ser el mundo, un mundo de libertad, amor y justicia, te desespera lo poco que es, a la poca gente que le toca tenerlo, pero…
Quería deciros que cuando escribía la última frase fue porque un peligro que hay que vigilar en las muchas conclusiones que pienso podrían ser patriarcales, o sea, erróneas, a las que se llega desde esa maravilla que es la aproximación científica (frente a religiosa) a la realidad, al conocimiento, que dice que algo que se repite mucho se vuelve genético. Dices, claro, los caballos perdieron los dedos porque no los usaban, pongamos, pero qué cosas se ven afectadas por eso, porque yo lo que veo es que las mujeres no han perdido la inteligencia a pesar del extremo bombardeo, y que a pesar del patriarcado de siglos, extremadamente violento, sigue habiendo mucha gente que no lo ve así.
No?
Pepa: Claro amora. Siempre nos kedara Madrid! Usease la generación espontánea. Pompitas d love
Insultar no alivia, lo que alivia es la justicia (la basada en racionalidad empática y no en la lógica patriarcal)
Hablando de musas, «ser musa» fue la jodida estrategia patriarcal para anular a las mujeres artistas, al menos, respecto a que pasaran a la historia como artistas (consiguieron hacer daño, sin duda), no que consiguieran que ellas dejaran de crear (la música siempre ha estado ahí, a pesar de todo el ninguneo, subestimación, desprecio, miedo y odio)… Otorgándoles el honor de Ser Musa, se suponía que no podrían elegir otra cosa: qué mayor honor que ser inspiración del Hombre artista? Muy triste, abusivo y bobo.
Era bastante asqueroso porque el tema era: había una mujer artista entre muchos hombres artistas (no era fácil para las mujeres ser nada que no fuera madre, puta y poco más) y la anulaban como con los «piropos», cosificándola y distorsionando el valor de su aporte. Y encima colaba.
Sin el dolor igual, me pregunto si se parece a cómo opera la violación en el patriarcado: si los chicos se quieren acostar contigo, has sido elegida, mola (que luego en lugar de a 5 se te tiran sólo 2, por qué será), y luego es tu condena. Si te conviertes en musa, mola, y luego es tu condena.
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Maria Luisa Latorre: Musa=objeto. Artista=sujeto
FALACIAS PATRIARCALES: INSULTAR ALIVIA. No luches (con tu inteligencia, desde la noviolencia, consecuentemente), perpetúa el sistema, acátalo. Uno de los modos en que el sistema de violencia se perpetúa haciendo que todo el participe es a través de la violencia en el lenguaje. No es sólo insultar, es que los insultos a su vez se generan de injusticias conceptuales, y un clásico es «hijo de puta», que perpetúa como siempre el mandato de distorsión y traslada la violencia a quien no tiene nada que ver, en este caso, siendo además invisibilizada radicalmente (al punto que si recuerdas el significado literal mereces las más de las veces que te escupan en un ojo). Por qué si hablamos de un torturador asesino va a desahogar más llamarle «hijo de puta»? Y por qué va a desahogar insultar en lugar de describir sus crímenes? Buscamos justicia o mejor desahogo? Lo que «desahoga» es perpetuar la «solución» de violencia. Te ampara en el sistema, te acoge, te protege.
Arrancaron nuestros frutos, quebraron nuestras ramas, quemaron nuestros troncos,
pero no han podido secar nuestras raíces (pueblos originarios)
En América, ensalada de flores exóticas
cortadas y abandonadas
en los bajos de barcos que nunca zarpan,
en aviones fantasma.
Plantaciones de coca para la exportación
porque aquí nadie va a comer.
El precio del arroz estadounidense
es de tortillas de barro con sal en Haití.
Mientras violan a las mujeres.
En África el hambre quema en el aire
y mientras te violan, insistes buscas
raíces, escarbas hasta saltarte las uñas,
para que no sufra un instante más
el bebé que llora, la niña que calla.
No es distinto en Asia, a excepción del paisaje.
El mercado alimentario internacional,
la peste negra del siglo veinte,
la nueva paz
de los cementerios,
el nuevo campo
de concentración, violación y exterminio.
Y mientras leo y pienso
no puedo olvidar que mi vida no vale más.
Que todas las vidas y la vida
está protegida en el mundo del que soy capaz.
Que sólo las plagas destruyen su hábitat,
sólo las mentes contra natura, esos psicópatas.
Sé quién soy yo y quiénes son ellos.
No estoy confundida. No tengo
problemas de memoria o ignorancia.
Desobedezco el mandato.
Podrán estrangularme o cortarme las manos,
encerrarme por más siglos de los siglos,
difamarme, distorsionarme, disolverme en ácido.
Pero nunca: nunca, escuchad bien,
nunca podrán tocar mi pensamiento,
mi cabeza-corazón
humana, inteligente, solidaria.
ELECCIONES. Aunque soy muy crítica con la política de partidos, porque el sistema mismo distorsiona lo que se intenta hacer, voy a votar a las feministas (si se presentan, pues nadie se plantea nunca apoyar este movimiento de derechos humanos que tanto ha cambiado la vida para bien de personas con sensibilidad a los derechos humanos) en las elecciones europeas, igual que voto al partido de izquierdas que pueda sacar más votos en las generales, para evitar que la derecha, que debería ser ilegal (es una anacronía para la mente sana) en un estado democrático porque no respeta los derechos fundamentales humanos de la mayor parte de la humanidad, no salga votada. (Todo es un proceso, no hay nada que pueda darse en estado absoluto y puro. Así que quieras que no, no todo es exactamente igual, y de hecho, si evolucionamos es por eso mismo, aunque evolucionemos tan despacio, con tanta tara en la inteligencia a cuestas…)
de otro mensaje en el muro fb, sobre los retrasos con publicar a la gente en mujerpalabra.net, o las irregularidades de ritmo!:
Tenemos a gente que ha enviado cosas hace un par de años… y sin publicar aún… No tengo palabras para disculpas, la verdad! Pero es que esto de tener que robar tiempo al tiempo es así. Si veis que el retraso es importante, no nos molesta recibir un email recordatorio, porque a veces se quedan tan abajo las cosas en la carpetita que las perdemos de vista! Necesitamos mecenas!!!! En fin, no caerá la breva… somos feministas…
Hoy pensaba, justamente, con lo del partido de Anonymous y Equo, que hasta la gente de izdas monta antes un partido político de cero antes que plantearse «por razones de estrategia política» siquiera apoyar a las feministas… Impresiona un poco, desde fuera, la verdad…
Un adoctrinamiento cultural clave patriarcal es forzarnos al pensamiento totalitario, no sólo a través de los binomios cuyas partes se enfrentan como opuestos y donde una debe prevalecer, sino también a través de cómo nombramos a las personas y nos agrupamos, el tema de la identidad. No hay persona buena o mala, todo el mundo hace cosas variadas, y claro que una onda puede predominar, o varias ondas, pero el pensamiento totalitario dice: si alguien es UNA COSA no puedes ni rechistar sobre que tenga otra cosa. No puedes decir que Gandhi no te sirve para aprender más, y que de hecho ya aprendiste algo de él, lo posible, y estás más adelantada. No puedes decirles a los objetores de conciencia que se les olvidó decir que se negaban a hacer la mili porque no quieren aprender misoginia ni violar porque lo toman como agresión (al punto que no entienden lo que dices, te responden: es que no estamos de acuerdo, la violencia doméstica es cosa de las feministas…?!!, los que te responden) en lugar de como ayuda hermana. No puedes intentar ser amiga de personas que te ignoran, desprecian o temen (sus mentes, inescrutables) porque sospechan e intentan hacer daño, por si acaso, o justificadamente, piensan siempre que dan un mazazo. La verdad, no sé cómo se las apañó Mandela… Y pienso que quizá el feminismo, por todo eso que enfrenta, es el movimiento social que más espacio nos da para escapar al pensmiento totalitario, porque justamente como movimiento tiene clarísimo que la mierda que se combate fuera la llevamos dentro. Debería generar alguna admiración, siquiera un ratillo, siquiera para compensar el machaque continuo.
Por eso persiguen a las personas pensadoras críticas. Estoy harta de ver a buena gente con comportamientos de manipulación, abuso, mezquindad… De igual manera con los movimientos sociales, siempre con sus posicionamientos gregarios que tanto daño hacen a su propia causa. Como si dar con una buena idea te hiciera automática del bando de Quienes Merecen Prevalecer (!!!).
Y si no nos libramos del totalitarismo conceptual, seguiremos avanzando como caracoles hacia sociedades de racionalidad empática. Porque nos imponemos la mediocridad, y sus innumerables mentiras y violencias, y toleramos consecuentemente las violencias en muchos grados y variantes, ad nauseam, no sólo con nuestros Héroes, sino también con nuestras personas próximas. ¿No sería más fácil decir: Yo hago lo que puedo, y así sabríamos que siempre tenemos cosas que mejorar, y que podemos mejorarlas?
Una problemática importante que existe a la hora de compartir análisis crítico sobre los sistemas de dominación es que no podemos encontrar un espacio de lenguaje compartible (yo lo busco sin descanso, a pesar del riesgo a decir algo mal –pero en eso no tengo problemas con rectificar, lo que me importa es conocer–, a pesar de lo que considero malas interpretaciones o interpretaciones que no ayudan al intento) porque todo está minado por la mirada que impone el sistema de dominación que se combate: la guerra de los binomios cuyas partes se enfrentan para Imponerse o ser Esclavizada. El diálogo y el aprendizaje se hace muy difícil y por eso más que hablar acabamos leyendo cuando podemos, o escribiendo si hay suerte (en especial ahora que alguien te puede leer y hablarte aunque no seas nadie en el mundo de la cultura, digamos). Sin embargo, como la saga de gente idealista del planeta, capaz de imaginar y luchar por ver la parte de la realidad que no vemos, no puedo renunciar a la idea de que es posible, siendo diferentes, y habiendo sufrido diferentes grados de dominación y diferentes sistemas de dominación, llegar a un lenguaje (no digo Inmutable y Verdadero, como las biblias, sino Mutable y relativo a las realidades que se dan por tanto) que nos permita comprender con profundidad la violencia para superarla como sistema que organiza las sociedades. [Dice bell hooks: «Reading…on race and racism…by men in this society, I discovered repeated insistence that racism will never end. The bleak future prophesied in these words stands in sharp contrast to the more hopeful vision offered in progressive feminist writing on the issue of race and racism. This writing is fundamentally optimistic even as it is corageously and fiercely critical precisely because it emerges from concrete struggles on the part of diverse groups of women to work together for a common cause, forging a politics of solidarity» Traduzco rápido: «[leyendo mucho de lo escrito sobre racismo, por hombres] descubro su machacona insistencia en que el racismo no terminará jamás. Este brutal futuro profetizado en estos escritos contrasta radicalmente con la visión más lúcida/esperanzada de los análisis feministas progresistas sobre el tema del racismo; análisis fundamentalmente optimistas porque aún siendo feroz y valientemente críticos, surgen de luchas concretas de diversos agrupamientos de mujeres que están generando juntas algo común, forjando la Política de la Solidaridad», lo que también me recuerda al análisis feminista antimilitarista de Stasha Zajovich, de Mujeres de Negro Belgrado, durante la guerra de los Balcanes de los 90, cuando hablaba de que su Política internacional era tener una Casa Abierta, algo, lo multiculural, por ejemplo, que recibía la acusación enfebrecida en el contexto de la guerra abierta de «antipatriótico» y su terrorista consecuencia: merecedor de violación y muerte.]
FURIOSIDAD FEMINISTA. Desde la palabra que me acuñé para nombrar algo que lleva siglos ocurriendo, «furiosidad feminista», busco leer sobre la rabia, la furia, pues sospecho que no es toda como la de Rambo y Maquiavelo, que hay rabia y furia como la que siento y realizo y veo en otras personas, que no se ha manifestado según el mandato patriarcal, y me encuentro con bell hooks, por ejemplo, diciendo cosas fundamentales para el desarrollo de nuestras inteligencias sobre racismo en el mundo, y que podrían servir de inspiración (a mí, al menos más que muchas cosas feministas que leo) para mejorar los análisis de género también (la falacia biologicista patriarcal de que existen El Hombre y las mujeres, con sus rasgos dictados por el patriarca, y listo). La furia que bell hooks llama «militante» y yo «furiosidad» está llena de búsqueda de justicia y sabiduría de que somos capaces de más que de esta mierda de mundo humano que prevalece a través de los conceptos (mirar el mundo) y estructuras impuestos desde el Sistema (patriarcal). Dice: «We need to talk seriously about ending racism if we want to see an end to rage. White supremacy is frightening. It promotes mental illness and various dysfunctional behaviors on the part of whites and non-whites. It is the real and present danger — not black rage», Traduzco rápido: «Tenemos que hablar en serio sobre cómo acabar con el racismo si queremos terminar con la furia. La supremacía/dominación blanca da terror: provoca enfermedad mental y diferentes comportamientos disfuncionales tanto entre personas blancas como entre personas no blancas. Es éste el verdadero peligro, la furia blanca, no la furia negra», porque claro, como en temas de género patriarcal, se percibe como fuente de miedo que «las personas negras» o «las mujeres» estén furiosas, cuando la realidad es que son objeto de violencias innumerables, conceptuales y físicas, por ejemplo, y que de hecho no ejecutan esas violencias hacia quien se las impone! Es tan loca la percepción inconsciente, como la dogmática. La furia de quienes reciben la violencia puede ser la llave de la transformación social, si se guarda en no ser succionada por la mirada de los sistemas de dominación. Es una furia llena de inteligencia, a diferencia de la furia del sistema de violencia, que está llena de miedo.
Conversaciones espontáneas relacionadas: Sobre la representación de la violencia por las artistas, Sobre la violencia en el arte, ¿Porno o Acción Directa Noviolenta feminista? y las no dadas aún sobre lenguaje político maniqueo.
El Sistema patriarcal, origen de los sistemas de violencia que se nos imponen en el planeta, no puede ser transformado (abandonado) sin que desarrollemos inteligencia feminista, una herramienta crítica especializada en enfrentar la violencia de este particular Sistema a través de medios noviolentos.
El feminismo (recuerdo también que con su inmenso campo de trabajo en toda identidad sexual y de sexualidad) ha generado un movimiento social increíblemente diverso que sobresale por su capacidad autocrítica y de evolucionar a partir de lo aprendido en dicha autocrítica. Debería ser un ejemplo a considerar porque ha generado la idea lúcida de que todo lo que se pretende cambiar por injusto y violento lo llevamos dentro, en nuestra ideología por defecto, la construida socialmente durante siglos y la ejecutada por los usos y costumbres que imperan en todos los ámbitos humanos.
El feminismo en su interpretación más amplia, como herramienta que cuestiona el Sistema desde la razón empática (que cuestiona directamente la clásica razón patriarcal) y que aporta alternativas que incluyen de lo más particular a lo que nos permitiría convivir en libertad y solidaridad, y como movimiento social autocrítico (cuestionándose continuamente porque continuamente se encuentra lleno de ideología que desvirtúa lo que busca y debe transformar desde dentro también), ha generado la mayor revolución social que conocemos, que está siendo además de carácter noviolento, aunque todos los cambios que genera sean percibidos como violentos. ¿Qué violencia hay en pretender que una persona (sea Hombre o Mujer patriarcales, o cualquier otra identidad), al margen de qué genitales tenga, pueda decidir libremente con quién relacionarse, si desea relaciones sexuales y con quién, si desea ayudar a personas pequeñas a crecer y desarrollarse y, o se prefiere dedicar la vida a otra actividad, si desea trabajar la tierra, investigar, estudiar, crear, razonar desde la empatía…?
Que no seamos capaces de ver que el feminismo está generando una revolución noviolenta sin precedentes es indicativo de hasta qué punto nuestras mentes son patriarcales, despreciativas de todo lo que puedan generar las mentes humanas de una de las supuestas mitades de la humanidad.
No sabemos si los genitales deberían tener el papel que han tenido en la construcción de las sociedades humanas patriarcales. Sospechamos que esto es innecesario, pues no es necesario imponer roles según genitales, ni para aprender a convivir ni si se desea generar sociedades donde cada cual pueda desarrollar su identidad, individual y colectiva-libre. Lo que sí sabemos cada vez más personas en el planeta, vivamos allí donde nos nos matan de hambre y sed, torturan (incluye la violación), encarcelan y asesinan, o donde sí nos marcan la vida así, es que hemos generado y estamos generando en todos los lugares realidades personales, compartidas, comunitarias, que demuestran que la violencia y la injusticia no son inevitables, que la inteligencia humana puede desarrollarse de otra manera. Desarrollos especialmente notable allí donde se aprecia el valor de las personas que no se imponen por la fuerza, esa más de media humanidad cuya inteligencia ha sido despreciada, ignorada, perseguida, reprimida o aterrorizada.
Una sociedad que opte por el uso de la inteligencia no puede proceder de un sistema patriarcal que no haya sido revisado y combatido a fondo, porque continuaremos reproduciendo todo lo aprendido.