CUIDAR LA COMUNICACIÓN Y PERPETUACIÓN DE SISTEMAS DE OPRESIÓN. Una forma de identificar(se) el superiorismo es notar si contestamos o no según a quién. Esta forma de clasismo se disfraza con encubridores como “No tengo tiempo”, “Pensé que se lo envías a todo el mundo”, “No entendí” y lo indicativo de que la actitud es más respetuosa o empática hacia cualquier persona es que sea tarde o pronto, haya respuesta positiva o no, se dice algo, o se pide o explica algo. Esto da libertad a ambas partes para seguir o no seguir comunicándose. El victimismo ideológico patriarcal, cuya otra cara es el afán continuado de forzar a otras personas a cosas, es muy feo y pesado, y lo practican y transmiten también las buenas personas, como el machismo y la misoginia, el racismo, el antigitanismo, el anti-identidades humanas, sean corporales, sexuales o de formas de ser y comprender… la lista es larga.
Personalmente, acepto bien escuchar de alguien que no quiere recibir comunicaciones mías, duela o no, porque respeto mucho la libertad, no sólo la mía, también la de otras personas. Sin embargo, creo que hay muchos silencios que a menudo no dicen nada bueno de las personas ni de las relaciones. Lo triste, lo que me preocupa al escribir esto, es cómo por nuestra tara ideológica patriarcal, tanta gente concluye dejar los lugares que son en realidad lugares que nos empoderan.
Sé que está el factor del volumen. Todo es tan masivo que es imposible atender. Pero se pueden establecer criterios más empáticos.
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