Category: Poemas


Superviviente

Exactamente

no soy como tú.

Conozco el territorio

de la exposición, al límite

de la pérdida de la identidad,

y he sobrevivido.

Mi biología no comprende

la frialdad y la distancia,

la mezquindad,

el sarcasmo.

Mi mundo de miedos y de silencios

no es como el tuyo;

digamos, de otro planeta.

No es de extrañar

que desconfíes,

te incomodes,

pretendas ignorarme;

que finalmente necesites

de alguna manera pequeña

hacerme daño.

Es tu renuncia a la vida,

tu condena

de no superviviente.

El mito de Narcisa

Estoy tan poblada de personas amadas
perdidas para siempre
que me pregunto si el mito de Narciso
es una distorsión más, la de un mito más profundo
y vital para quienes no creen en mundos espirituales.
Quizá se trataba de una mujer que se miraba en el agua
(que late, fluye y se transforma)
para encontrar en el universo de sus ojos
la valiosa compañía perdida para siempre.

Self-ReflectionbyKristygordon

Prose translation into English: I’m so populated by people I love who are lost forever that I wonder if the myth of Narcissus is one more distortion, that of a deeper myth and vital for those who do not believe in spiritual worlds. Perhaps it was a woman who contemplated herself in the water (that beats, flows and transforms itself) to find in the universe of her eyes the cherished company lost forever.

 

A veces te quieren mal.
No quieren que existas.
No pueden tolerar que respires:
les irrita oír tu voz, tu risa,
les agreden tus movimientos,
tus palabras. Desearían
que la población te sacara de un lugar
por los pelos, te arrastrara
a la plaza, poner de una vez por todas
fin a tu vida
que da miedo y les empuja
a la violencia.

Después, la náusea:
hablar con condescendencia de ti,
mostrar su infinita generosidad y decencia.

La maldad humana es insosteniblemente
estúpida.


Por la gente que no pudo, no ha podido y no puede decirlo.

Siempre he podido imaginar
cómo habría sido nuestra relación.

El silencio del día, el olvido de la noche,
un consuelo porque recuerda

la inteligencia de evitar la guerra.
Pero siempre te echo de menos.

Orgullo

De niña mi orgullo era inmenso,
como las montañas
para las personas pequeñas,
pero pasé tanto tanto miedo
que al final de la niñez
lo había perdido.

Al medio siglo de vida
me pregunto si este afán
altruista que no me deja
tiempo para bailar o pintar,
o escuchar el viento,
no será mi orgullo herido.

No es cierto que en los burdeles
las niñas de ojos inmensos almendrados
aguarden la embestida adornadas con flores y collares.

El poeta no sucumbe a su inocencia.
La usa en el estercolero pringoso del horror que crea
y corre a escribir un magnífico poema.

La única realidad del Poeta es su insensibilidad,
su odio profundo desatado hecho Arte.

Las niñas no importan, no sienten, no piensan,
no pasan a la historia.

 

(Del libro El hombre, la civilización monstruosa – escrito en junio de 1993, revisado en octubre del 2013)

A mis buenas compañías del cíberespacio

Resulta que tener ideales

es como venir de otro planeta:

nunca estás en casa,

siempre estás de viaje.

mygalaxy

 

Mi lucha primera y última ha sido conmigo misma.
Por eso tengo los huesos dolidos, los músculos
dados de sí, torcidos y astillados, gastados,
además de profundas moraduras.
Por eso, como hice ya de niña, he empezado a nadar.

Sobre las luchas, no he tenido opción:
no podía renunciar a ser ni a llegar a ser
–si no agua en el desierto o palito en la hoguera,
al menos no indiferencia y daño. Y he sido
todo un combate, no por mi afán, sino
por la crueldad del mundo humano y un poco
por la dureza de comprender.

Tengo un carácter temible, cierto: mi fiera no obedece
el mandato de irracionalidad y violencia,
ni siquiera por amor.
No suelo conseguir contemplarlo
sin saltar sobre él como una salvaje
empeñándome en no bailar su danza
de queja, guerra y muerte.
Esforzada siempre, a veces fracaso, a veces no.

Por otro lado, también es cierto que mi amor es claro,
que tengo momentos de lucidez, cúspides
donde sólo llegas si abres tu mirada y controlas tu miedo,
que la vida que contengo, un caudal robusto,
se nutre de ideales y genera cosas buenas, no sólo para mí.
Contengo, además, una protesta subterránea:
debería mi persona ser valiosa para la especie,
no un objeto de uso y para el abuso,
o una amenaza a exterminar.

Lo saben y no lo saben quienes me temen y desprecian.
Quedan expuestos, como después de un huracán.
Expuestas la cruel dependencia irreflexiva,
las pequeñas mezquindades,
el veneno destilado de la apisonadora de la obediencia ciega…
Expuesta la pequeña jaula cruenta
del miedo atroz a toparse con la vida,
esa insistencia por vivir en un Cuento siniestro.
No hay nada tan cruel como una persona normal.

Tengo cincuenta años y sé
que no debo golpear o golpearme,
que debo insistir en negar que la dictadura victimista
pueda contener alguna razón, y también sé
que persigo nunca cometer una injusticia
–aun siendo yo un llegar-a-ser combatiéndose la cultura
y un ser-cultura combatiéndose, es decir,
no sólo lo que deseo e imagino ser.

Nada de esto es fácil.

*

Con todo, quisiera disculparme por la eventual desesperación
o falta de paciencia, por el daño y el dolor
que pudiera haber causado.

 

Revisado 2018 (Miriam, restablezco lo que cambié de lo que citabas! Tenías razón)

 

Tom Kalin

De día todo es luz.
Como una estrella de fuego
las zanahorias me llaman.
Las engullo ávida y cambio la piel
que cae como papel gastado
porque la nueva vibra de alegría.

De noche en las cavernas
azul cobalto en sombra de mi mente humana
se escuchan los torrentes subterráneos
del llanto y llanto y la pena y el desamparo,
pero se llevan lo perdido.
Arreglo mi muerte, me abandona una amiga.

En el desayuno,
junto al zumo de naranja y el café
con el azul intenso celeste estallando
sobre el pueblo y sobre el mar
descifro mis sueños
comprendiendo
la conclusión de dos décadas
y la vuelta de mis pies,
más viejos, más sabios, más libres.

El problema de la edad madura
es que la cultura ya ha conseguido generarte
algún tipo de enfermedad mental,
aunque si hay suerte,
o en la mayoría de los casos,
y gracias a las rutinas
de eso que se llama tradición
(a veces se confunde con sumisión,
a veces no),
se puede llevar la vida Normal,
máscara de salud y sensatez,
que no vida racional y solidaria.

Siendo totalmente sincera,
de lo anterior he de excluirme.
Tengo una cualidad, un rasgo atípico,
y constato que he sido machacada por ello
en el mortero de la masa y las relaciones,
y también de la familia y la amistad:
cada vez que la vida muerde,
o la insistencia de la cultura me deforma una fibra,
un músculo, un hueso, el tuétano,
a diferencia de lo que hace la mayoría,
yo lo nombro,
me siento y me miro en el espejo,
lo confronto, lo busco,
lo observo y analizo, acepto
la batalla con una valentía inconsciente
y curiosamente
desde un ideal de altruismo,
como si luchar por mi salud
fuera luchar por mi felicidad,
fuera luchar por un mundo más justo,
y es por eso,
que finalmente conservo la cabeza,
la cabeza corazón, a diferencia
de otras personas de mi edad
que la pierden en parte, sea evidente o no.

El mito de la juventud está en que entonces
no sabes que la cultura destruye a las personas,
no sabes lo que nos hace la cultura,
desconoces sus crímenes contra la humanidad.
Y la esperanza revolucionaria,
de llevar los ideales a la vida cotidiana,
está en seguir los pasos de quienes
tienen ese valor,
de mirarse con la mirada de pintora,
la que ve lo que tiene delante y lo transforma,
la que mira como una mujer de ciencia o de filosofía,
buscando explicaciones y conexiones,
como activista social, que ama y luego revoluciona.

Quien puede mirarse puede verse,
es una persona madurada –como la fruta
más arómatica y dulce siguiendo las estaciones–,
salvada del sobresalto y la insidia de la tara
por una fidelidad a la comprensión
de lo que existe y es,
y un amor inagotable y pasional
a lo que se imagina
porque se echa de menos.

Mudarse (poema)

Mudarse es cambiar de piel

ley de vida, el momento preciso

en que abandonas una historia de tu ser

para empezar de nuevo otra.

Como la marca en proceso

de otro anillo del árbol

dándote dirección y rumbo de crecida

mientras todo se consume y tus cenizas

quedan libres al fin para volar con el viento.

Como la resonancia de una piedra que cae

en el agua de un nuevo emplazamiento,

dándote cuerpo, fuerza y ganas.

Mudarse en respirar, es continuar

creciendo para alcanzar la luna.

Dictadura

Yo no sé cómo, quién sería
en una dictadura
aunque puedo imaginar
que el corazón me venciera
al menos en algún momento
y a pesar del miedo,
como el río en crecida
que arrasa el dique,
como en esos días
en que me vacío de monedas
en la calle
con las personas que piden
porque no tienen
y les ronda el frío
(el profundo también)
y el desamparo,
cuando la fuerza de la naturaleza
se funde con la lucidez emocional
de la justicia

pero sí me pregunto
con cierta intuición de pavor
cómo, quién serías tú

 

Dictadura (versión 1 pág. pdf)

Protesto!

Continuamente
ejerzo la tolerancia
la comprensión
la paciencia
continuamente
la razón empática
la honestidad
el altruismo

buscar salidas
encuentros
imaginación

y también

no querer nada
para saber querer

la continua educación
para compensar
la ideología depredadora
que se nos fuerza encima

Grotesco estridente
siempre está ahí
el dedo violador:
“peligrosa, excesiva, boba
desmedida
vaga
trivial
atrasada mental
¿por qué crees que soy yo
la imagen de dios?
asimílalo”

No tienes medida
Nunca te cansas
Continuamente
destruyes obsesivamente
Patriarca
obsesionado con lo más idiota
el poder, el dinero

Cuánta brutal estupidez

cuantas vidas valiosas
no escuchadas
interrumpidas
arrebatadas

sólo mujeres
alguna persona
algunas personas
y todas las personitas
y el resto de los animales
y la tierra y el universo

Cuántos crímenes más
antes de que aprendas
a escuchar y respetar
asesino torturador

A las salas abiertas de mi conciencia
en los días del aire electrizado,
llega el rumor de sus faldas,
de su furia y su estupor,
y el gemido al alzar los ojos,
ver el filo del hierro y abajo,
la madera húmeda de sangre.

Qué crueldad inconcebible la de los patriarcas:
imponer a seres inteligentes la vida de objeto o la muerte.

Olimpia de Gouges, Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791):

“Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de los gobiernos (…) reconocen y declaran (…) los siguientes derechos del hombre y del ciudadano.
Las madres, las hijas y las hermanas, representantes de la nación, piden ser constituidas en Asamblea Nacional. Considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una solemne declaración los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer (…)”

Guillotinada por pedir que la Declaración de Derechos del Hombre fuera de Derechos Humanos, que las incluyera.

tengounpeligro

El poema-cuento lo escribí en los noventa, y era triste que no tuviera compañía! Pero eso ha cambiado ya!!

posterodetteninia_peque

Soñé que me iba con cualquiera.
Soy exploradora, eso lo hago, cierto.

Si me llamas voy, y cuando van me sumo,
hasta que tomo otro rumbo,
me distraigo, me demoro, salto,
me olvido, paro en seco, trepo.

El hecho lingüístico “compleja”
muere de olvido; es una palabra
desconocida, enterrada bajo
la brea común de “complicado”.

No anhelo la estructura ni me pesa el vacío.
No tengo un interés contable.
Soy un animal vulnerable e inteligente.
Estoy viva, es sencillo.

Todo se nombra mal, se entiende mal,
y difundiéndose se construye
el espacio deformante y sólido
del mundo atroz de la Identidad.

Me voy con cualquiera, cierto.
Me voy con todas las personas.
Y sé caminar sola.

(rev. dic. 2013)

Libro regalado a Atticus el 14 de abril, pero de 1998

Son tres relatos poéticos dedicados desde la artesanía del mucho amor

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

el cielo, esa casa extraña e inquietante

volver a

arena arrastrada por el viento – en silencio – te echo de menos

Escuchando dolores pasados que no escuchó (amistades perdidas)

Poema a C. (que no es Maruja Mallo), Que os arrastre el viento al Pacífico 

I. Jugar a las amiguitas. Después del pasmo de la primera vez, te eché de menos; después del pasmo de la segunda vez, no te echo de menos. Cuesta ver hasta qué punto la cobardía puede vapulear y degradar a una persona.

II. Nada que compartir.

III. Saludarse, si eso.

Los crímenes del corazón amarillo
son como manchas de humedad,
extienden su ácido en días de lluvia.

Los crímenes del corazón amoratado
son, con todo, los peores,
pero los puedes guardar en el sótano,
y vivir como si fueras una buena persona.

No es a Maruja Mallo, con toda claridad, sino a C.

 

Personas que querían volar lejos de la familia

y que como un yoyó invisible

de una única tirada trágica

volvían,

para quedar encajadas alrededor de la mesa camilla.

 

Me pregunto ahora si aquella vida que salía de sus manos creadoras

(fue mucha y parecía inteligente)

no era más que imitación, cosas vistas

en los libros de arte de los hombres,

escuchadas a ellos,

desde la banda inexistente del espacio de ser niña,

cosas anheladas y siempre sabidas ajenas

debido a la Razón genital que determina

naturaleza,

sueños y aspiraciones y sobre todo,

quiénes no pueden tenerlas.

 

Sabiduría, en cualquier caso, de las titánicas cobardes también,

que salían de casa

sin intención de implicarse en la vida,

sólo jugar a vivir,

disimulando que no pensaban jamás

abandonar su sitio,

ese nido protector suicida,

ese espejismo mortal.

 

*

 

Me pregunto

cómo es que la gente se afana por acumular

mentiras estructurales como imponentes catedrales,

miradas migajas susto en mirar a fondo y fresco,

en cuartos que convierten en trasteros,

recintos forzados

a altar voraz de la familia.

 

La mentira de la seguridad no tiene inteligencia.

Es miedo puro, falta de respeto pura

por una misma,

parturienta perpetua obediente

de regateos contra una misma,

con ese odio

misógino

que las mujeres saben

tan naturalmente ejecutar

siglos después de haber olvidado

que antes de aprender obediencia ciega,

a echar piedras y ácido sobre su propio tejado,

a ese voluntarioso saltarse los ojos y reír que es la cebolla,

vivían aterrorizadas.

Analfabetismo patriarcal radical y conveniente.

Adoctrinadas al fin

como el hierro bajo el martillo sobre el yunque

sobre el valor del Hombre

y su propio no ser nada, el de ellas,

pariendo, así, lo ajeno: lo ordenado

en este Universo Crueldad:

el desprecio propio sin fin, insistente insulto mudo,

bien doblado y guardado bajo el mantel,

consumiendo su genio y su potencial en el brasero,

escuchándose continuamente el salmo

“No hay más amor

que el de la misma sangre”.

Adoctrinadas al fin, perpetuando el Universo Crueldad:

el desprecio por las otras,

bien anunciado al mundo, finalmente,

cuando tiran las máscaras al fin de la verbena

para cerrarse tras la puerta casa,

cortar toda comunicación con el mundo,

y recogerse en la eternidad inmutable

del festín y la digestión familiar.

 

*

 

Sin embargo, ante mis ojos fue lo que soñaban,

Lo vivimos y lo compartimos,

lo generamos y lo creamos.

 

Lo malo de la bondad

es que expone las mentiras,

por eso siempre prima

la ejecución,

incluso cuando la sorpresa

precipite un abrazo.

Podría decir: Gracias por hacerla silenciada.

Pero sería caminar en sus zapatos de lazo y trampa.

 

Hay que tener mucho valor para quedarse en un cuarto aireado

porque con la entrada de la luz, todo se ve

y todo cambia.

 

Ay que haber querido muy poco a las personas

para que lo único que importe y se valore sea

permanecer sentadas

con las otras únicas receptoras de su respeto,

las que saben que son lo que no dicen ser.

 

Constructoras de retratos, visionarias:

“captado tu vacío interior, tu carencia”.

Pero no era La Ella, era lo que sabían

que iban a hacerla;

era, más bien,

lo que sabían que iban a hacerse.

 

Esperemos que arrecie la furibunda primavera

y os restaure los ojos que abatisteis

y os arranque y lance lejos

de vuestros muertos y de vuestros vivos,

los dominantes y los que juegan a

no dominar.

 

Toda mi furia para que esto pase

y seáis arrastradas al Pacífico,

entregadas al mundo sin reglas del respirar profundo,

rojo palpitante,

el mundo real del arte y la vida.

 

Una vida de amigas

hubiera bastado.

La tierra no se asusta

cuando voy avanzando removiendo sus entrañas

cuando emerjo generando desprendimientos

y estoy sucia y huelo a sudor

y luego necesito un baño y dormir

hasta haber descansado suficiente

Al inicio de la primavera soñé que no me querían.
Me desperté enternecida por la bondad
de mi subconsciente, que me retuvo el mensaje
hasta que me hubiera recuperado,
y pudiera razonarlo con libertad,
evitándome juicios, victimizaciones.

Cierto. La gente cuando ama
une sus afectos a las obligaciones,
y yo siempre he sido vagabunda:
saben que podrías salirte del camino
para oler una higuera, subirte a un árbol,
tirarte en la hierba a mirar nubes;
no pueden agarrarte de ningún lado
para conducirte a esta u otra habitación.

Cada día me caigo mejor.

Identidad

Quizá identidad es
sobre la cuerda del tiempo
en el caos de la vida
este sentimiento
y esta fortaleza
que te hace posible
conservar el equilibrio.

Hay una grieta en el cuero viejo y duro
del terror impuesto y sordo, viejo y duro
y cubierto por el moho del vapor
de las lágrimas y el sudor
que se está resquebranjando ahora
tras siglos

de golpear la superficie
a pesar del ruido ambiente,
digamos batallas, invasiones,
digamos sí con dolor inconcebible, gritos,
que es el terror espeso, complejo
del crimen más invisible, la violación,
ese orden patriarcal del mundo.

Torturar así, tan particularmente,
degradados los hombres a objeto que es un arma.
Terrorismo del sistema.

La grieta anuncia un mundo bueno
que no llega lógicamente sino porque se busca,
sabiendo
que lo que eres es lo que se anuncia
y también lo que pretendes transformar.
En tu cuerpo, en lo que tú eres
se recuerda el pasado,
se anuncia el futuro.

Sólo hacía falta saber
que más sentían náuseas.
Que puedes saltar y caer
en sus brazos, los brazos
de quienes no se dejan confundir ya más
por los premios y los castigos…
(En qué mundo fueron concebidos,
desde qué tara de la destrucción impuestos…)

La inteligencia no imaginó laberintos de sufrimiento,
fue la cobardía de los incapaces.
Ciertamente son temibles, sin embargo,
quizá merezca la pena retirarles nuestro miedo,
el nuestro por ser objetivos militares
y el vuestro por ser hombres.

Tengo algún talento
a pesar de mi ubicación forzada
contra la realidad que Soy Yo
en el espacio teórico
de animal no humano
donde cualquier daño o dolor
será infligido
desde el estandarte
de mi reificación.

Con todo,
con tanto odio sobre mi espalda,
siniestro,
con tanto afán de hacerme daño,
ese usarme, ignorarme, aniquilarme,
todo el imaginable y todo
el dolor físico posible
(atiende, escucha),
no puede cambiarse este hecho,

Tengo una mente humana:
soy incapaz de ser Él,
el Dios Padre, el voraz Patriarca,
el Héroe, el Rebelde misógino,
incapaz de hablar su lenguaje.

Hasta cuándo seguirán
aprovechando el tiempo
los tatuadores del terror.
Hasta cuándo
la masiva humanidad
tatuada y tatuándose, siempre,
los ojos, los oídos, la capacidad humana,
se degradará acatando,
jaleando enajenada todos los daños,
el hecho del odio
que es ejercer y religiosamente creer
en el mundo del Más Fuerte, el Vencedor,
ese esclavo idiota de la violencia,
su único talento, y degenerado.
Hasta cuándo.

Conozco el destierro.
Es un buen lugar.
Mientras tanto.

(rev. dic. 2013)

Spell

Here I am
spelling out
what is just in front of my eyes
naming
what I can feel is happening to me
what you are doing to me
finding out
the weapons in your game
what I am like
and all of your crimes
naming it all
in front of your endless violence
your lies and silences
and rape, your private hunt
what any man is entitled to
you terrorizer terrorist
hiding this way your fear of me
your boundless fear of me
Here I am
not being fooled
silenced
or deceived
spelling out
my self
spelling out
what you call utopia
always denying
my existing world
my self
spelling it all out
for my life
while you log me out
unfit
and darken the world
with the smoke from
my burning body

you criminal
will you ever stop

Episodio 9

Múltiples cosas ocurren simultáneamente.

En la tele, unos agentes de la propiedad

asesinan por error; yo, mientras tanto,

corto un trozo de pollo,

dorado e intenso gracias a la sal,

y se me aparece un pasillo y una puerta entreabierta

a la derecha, la puerta donde la madre

de alguna manera

ha muerto o pela una lechuga rodeada de moscas.

Es la madre de Julio, pienso, para hacerme fuerte.

Y lo que siento es los ojos ardiendo de esfuerzo,

con furia, o desamparo, ardiendo por no desbordar,

desbordando contenidos (tú amor lo sabes y me sonríes,

para echarle luz a lo que compartimos…

un abrazo, un con suelo, un dejarme estar).

Y está ahí la conexión libre con otra historia,

una que no tiene importancia en el presente

pero que es una ráfaga invisible en el estómago,

un dolor accidental, un tornado estrangulado

en la garganta, miro la tele fija,

llega el trozo de pan a la boca,

los ojos rebasan, arden igual,

las moscas saben llenarlo todo,

accidentalmente,

como los somníferos,

y los niños atónitos

que saben ser el papá,

que se prepara la cena

y se coloca el batín

que no es de seda,

dejando atrás

la pila de platos

secos cubiertos

de cucarachas.

 

No todos los silencios significan lo mismo.

Y muchas cosas siempre pasan simultáneamente.

Y nunca se puede decir

cuál es significativa,

porque la vida no cabe

en ese pasillo tan estrecho.

 

(Modificado 3 dic)

En la escuela de arte, la dice Linda: “hay tanta tiranía en el mundo que a veces me da asco vivir”.

Y Ana dice le dice a la mecenas, después de escuchar su consejo: “yo pinto para liberarme, no quiero profundidad”.

Web de Julio Medem

Cuadro de Ana Medem, “La vida es un milagro”

Y tanto, asombra que exista con el asedio de tanta violencia.

You stand there
and every one
every one sees you
every one knows you
seeing is not knowing
nobody knows you

You be faraway
blowing mind running
after a poem far from
every one’s reach
(you too not your body)
far from Every One’s World
(worlds, there are, you blind?)
quite far      different

You be thinking
how rough and solid
branches be and trees
the rustle of leaves overhead
(not the deafening bombs)
the rustle in your feet
the wind      huge leaves
at the top     prehistoric
like a thick thick trunk
the little and the yellow
close to the ground
Not oranges in bloom
or eating dates in the sun
or the wet warm stones
but beautiful  see?

Anyway

Nobody knows you
Corners good for nothing

 

(Edited Nov 20)

Cómo el jazz de los treinta

llena de vida

el habitáculo leñoso

en la montaña boscosa

en la noche húmeda y terrible

Hay una cualidad
en el personaje de Bridget Fonda,
esa chica condenada a muerte,
secuestrada por la CIA por su fuerza
vital y libertad para sobrevivir
(que ellos usarán como arma),
una cualidad salvaje, decía,
de huida de todo y por siempre,
expresada en una imagen: ella descalza,
a galope en una yegua que atraviesa el espacio
de la voz áspera y ámbar de Nina Simone,
esa infancia…

Y hay un detalle en el episodio segundo
del quinto viaje del Mentalista,
tras una última ventana sucia,
que es la mirada de un hombre quien,
jugándose la vida, se prepara
un te de belladona para crear la visión de estar
hablando con su hija.

Así espero yo los sueños,
poder verte, poder conversar
contigo,
así espero yo mi pequeño consuelo,
la yegua de mirar por esa ventana,
esa nana.

 

En memoria de Carmen Reñé

 

(Mod. 24 octubre; y rev. dic. 2013; rev. nov. 2017)

Los olivos

La piel oliva es dorada y verde.
Los ojos y el pelo negro noche lluvia
y profundos,
como el verano en los jazmines.
Las hojas son verde ceniza por abajo
y se vuelven al cielo abierto,
tantas veces
con tanto esfuerzo, con dolor,
y levemente brillantes
por encima, como un recuerdo
de aceites y manos, de cuando
podían plantar olivos, verlos crecer.

La música está prohibida.
(Es ley en la democracia del genocidio.)
Las personas jóvenes no temen más
que aman, por eso cantan
en un espacio de ruinas secreto.
Sus ojos contienen al fondo cascotes
caídos sobre los olivos bajo el sol
sobre la tierra amarilla gastada agotada,
llana, terrosa, dura, persistente; hecha mirra,
y aprenden a tocar en cajas con cuerdas
y se juegan la vida cuando bailan.

Es lo que nunca cuentan las crónicas que escriben
los padres de todas las guerras.

29 sept. 2012, Graus, Huesca

100 Thousand Poets for Change – Huesca

 

Canción del Hombre blanco conservador

¡Qué ocurrencia, mujer!

–resuena sólida mi risotada

en el burdel. Si no fueras puta

podría llevarte a la tertulia.

Cómprate algo, y hasta el próximo.

Me espera la bruja de mi esposada

para ir a misa a comulgar.

 


Canción del Hombre blanco progresista

Tu cuerpo es dulce, bonita,

pero no haces más que decir

tonterías –escucha mi bonachona risa

y no protestes. Soy magnánimo al decírtelo

sin darte una paliza, con humor

y con ternura. Venga, te follo y luego

me traes un café,

que tengo mucho que hacer.

Un documental contó

que existieron civilizaciones

en el Pacífico Sur que llevaron

a pequeñas islas perdidas,

donde el huracán había depositado semillas,

gallinas, conejos y ratas,

porque querían construir vida buena

comunitariamente.

 

Con el paso del tiempo

las esculturas que empezaron a crear

para vincularse a los dioses

alcanzaron un tamaño que aún hoy

necesitamos descifrar.

Y mientras tanto, las ratas

sin depredadores

prolificaban y se alimentaban

de los frutos caídos.

 

Por su parte, la especie humana

talaba desde su creciente fiebre

al punto de olvidar que las palmeras

nacen y crecen, y que para eso

es necesario el tiempo.

 

Así, la isla quedó pelada y alguien dijo:

no hay madera para construir canoas.

Fue el inicio de la segunda fase del terror.

 

Cada escultura ubicada

en los límites que son las playas

era un barrote que les cercaba

en la Isla del Hambre:

la piedra no flota en el mar, tampoco da frutos,

aunque sus anillos marquen el paso del tiempo.

Y tuvieron que buscar cuevas

y vivir en la oscuridad, cegando sus entradas

con rocas y piedras pequeñas

porque habían descubierto el miedo

a sus congéneres.

 

La Isla de Pascua está desierta,

sus seres humanos se mataron a golpes

y algo más: se comieron por hambre.

El viento no puede ayudar,

no puede trasladar nada a tanta distancia;

el huracán, sí, tiene esa capacidad.

Podría llevar allí semillas de cocoteros

y a alguna geca que en soledad

pondría un huevo,

lo que sería como encontrar agua en Marte,

el inicio de una nueva oportunidad.

 

(Todo es siempre tan peligroso e incierto.)

 

(Revisado el 16 sept.)

La guerra es un tipo de conocimiento

por eso lloramos al nacer.

 

El grupo manda y la guerra gobierna mientras tanto,

y las personas que comprenden cosas que se oponen

son, en todos los casos, parias.

 

La duda está siempre en el aire, para quien pueda verla:

matar para comer no equivale a tener que hacer la vida

en un campo de batalla.

 

Con todo,

las conclusiones claras y esbozar caminos posibles

no permiten que el agua corra por los cauces:

la imaginación frente a los dioses

es un dulce que devoras u olvidas.

 

(Revisado el 16 septiembre, 8 octubre, y no sirve)

Relaciones

No a quienes creen que el silencio es profundo y elocuente

y te abandonan ante ese abismo.

No a quienes no te ven porque sólo se ven

y no pueden entender lo que les dices.

No al juego de las marionetas de hilos en las que te guían por tu bien.

Fuera la tortura emocional, la destrucción psicológica de los cimientos,

en nombre de que no existe la felicidad.

No a los gritos, al estrangulamiento, no a las amenazas,

al sufrimiento que se niega la empatía del consuelo,

el uso de la inteligencia, el placer de los sentidos,

o las musarañas escuchando las ramas el día en el viento.

No a las personas que exponen su cariño

acusándote de todas las cosas que no son tus crímenes

sino sus hechos y a veces, tus errores.

No a las relaciones que se llaman pacíficas y son

lapidar con labios como lascas los problemas

(esa mano dura convicción, incapaz, que enmascara

el miedo al riesgo de vivir, al criterio).

No a las relaciones que fijan su visión de ti en el punto de precisión alfiler

que atraviesa el cuerpo de un ser con alas.

No a la necesidad desatada

que se pone gorda porque te conmueve y siempre

desde esa boca otra te escupe y te devora.

No a la culpa culpita pena que son nuestras cadenas.

 

Fuera esos pozos de la mentira y la muerte de seres humanos.

Amar no es una fosa donde nada se respeta.

 

(revisar)

Escuchas “mujer” y piensas en sexo.

Escuchas “feminismo” y te burlas,

subestimas,

desprecias,

odias, que es decir, tienes miedo.

Desobedece de verdad.

 

(Revisado en marzo 2015)

Mayo 98

He andado muy oscura, amarga,

como la raíz del tejo, como su mirada verde,

un lobo perdido, hasta encontrarte.

 

Y ahora no sé dónde colocar las letras de la humareda,

los sólidos signos que anuncian las catástrofes,

ni este pesado cofre de la madre asesinada y muerta,

el amor perdido para siempre,

los espejos del odio gigante.

(Pero me esfuerzo en apartar las leñosas raíces negras,

para quererte como si fuera otra).

 

Ésta es la historia:

Caes sobre mí como la lluvia de un mundo antiguo y fresco,

y me haces mirarte con un brillo inocente,

de infancia salvaje y buena.

 

Madrid, 1 y 2 de junio, 1998. A JM

 

Caramba! Me lo acaban de leer!!

No lo recordaba, ni lo tenía…

Bueno, una alegría, no suena mal, aun hoy, en el 2012! Es una gran “prueba” resistir el tiempo para la autocrítica… Quizá sirva, pues. Iría a Poemas de mucho amor (y tengo que quitar el poema en inglés, que no me gusta nada!)

De qué me sirve leer a Hemingway si yo aprendí el valor de mi madre

y no nacía del egocentrismo y los mitos,

sino del amor a vivir, la imaginación libre y la empatía.

Si yo no tengo que aprender a ser el desahogo de los Héroes,

a tortas en sus caídas, a violaciones en sus frustraciones y alegrías,

porque las mujeres me hablaron en mi adolescencia del placer,

y aunque tardé algunos años (por los acosos e insistencias),

finalmente seguí su consejo: elijo cuándo y con quién.

Si mi lenguaje es claro por distintas razones, como ves,

puentes de lianas para vuelos que arriesgan,

vegetación espesa con olor a bosque o a mar,

raíces entrelazadas, olor a estratos de tierras,

nada que ver con la imposición, la prevalencia,

esa triste y violenta identidad. Si pertenezco

a la saga de lo invisibilizado que es evidente porque

no recibí la suerte de nacer con esa arma que es Tener Cojones,

bolas de plomo para aplastarlo todo y así, ¡así¡, elevar

al Hombre a su gloria… El Hombre –lo último que yo querría ser, psicópata–

ese guerrero violento de paja, abuso y miedo.

 

No soy de tu mundo, aunque lo conozco bien. Tú, sin embargo,

no sabes nada del mío. Nunca nos has echado de menos,

nunca nuestras mentes… humanas como la tuya,

tuyo y vuestro ese crimen contra la humanidad.

Yo aspiro a otra cosa, a mucho más.

Lee tú a Hemingway, si lo necesitas.

 

(Modificado el 11 de septiembre, 2012)

Luna oscura

Quizá no sea un problema

y lo que lo explique todo

sea que nací en primavera y por eso,

siempre estoy volviendo

a empezar…

 

Cada edad es nueva

y pasa y se colma y pesa

y luego es vieja y se pone

compleja y ligera,

hasta que se la lleva el aire,

se condensa y cae,

no como Sísifa, como lluvia,

que hace crecer

la tierra, el mar y el fuego.

 

Un proceso antiguo

y los cuerpos,

siempre otros.

 

La vida en primavera inicia la espiral.

 

No obstante, tengo varias preguntas.

 

(Revisado 1 sept 2015: fue a partir de este “Sírsifa” que decidí conscientemente cambiales el nombre)

Sueño extraño

El horror me ha saltado encima

y me tiene los ojos tan abiertos

que van a estallar

tengo que sacudírmelo de encima

La cuestión es

que me siento impotente

vencida por verlo todo al mismo tiempo

y sentir que no entiendo nada, que no puedo

nada: tengo que guardar la calma,

respirar hondo, concentrarme,

no perder mi estela, seguir:

hay que proteger

a la gente que ama la vida

Quieras que no, eso me incluye

La Justicia es mi amor

Para Ximena Morales y activistas guatemaltec@s, en sororidad y solidaridad

 

La justicia es mi amor

 

Ríos Montt

el responsable

de los ríos de sangre

no de fuego

de la sangre

que riega la tierra

y mantiene vivos

los volcanes y está

como un rumor

que habita pueblos

valles

montañas

como una nana

desgarrada

de estas ausencias

desgarradas

in

so

por

ta

bles

de estrellas con nombre

de soles y lunas

que fueron

enterradas

en fosas en sótanos

en llegadas violentas

de hombres que disfrutaron

del horror de torturar

mientras jugaban

a la guerra

 

no sabemos por qué

ni cómo

pero no debemos

olvidar los hechos

jamás

permitir que se repitan

jamás

no debemos

repetir

jamás

el horror

 

sólo

el amor

que nos arrebataron

en cinco minutos

en cinco años o siglos

que crece

como las frutas dulces

en cualquier camino

de polvo

en nuestra voz

en nuestras manos

en el fondo de nuestras miradas

y en todos y cada uno

de nuestros pasos

 

22 de mayo, para Ximena

You’re wondering if I’m lonely
Adrienne Rich, “Song”
Escuchar / Leer el poema

Sí, creo que lo comprendo:
sola
como la mujer que extendiendo
sus músculos en aspa
en las entrañas de la cumbre de hierros
sostiene la colosal estructura
para que se pose leve, al tocar la tierra
sin despedir al vacío
a la despavorida progenie humana
sola
como la mujer que se sumerge,
creyendo que todas las personas
poseen la misma capacidad, si quieren,
y al llegar al fondo
de las abisales simas se ve
sola
como la saltadora centenaria
que en su vida toda compartió su saber
para que otras personas volaran
y un día se sienta a descansar
sola
como quien conoce
la vulnerabilidad y con ella
es capaz de mover el planeta
sola
como quien olvidó que se teme y no teme
porque es capaz de alegría porque
es capaz de aprender a amar
sola

Si la tranquilidad se basa
en la suspensión de la observación y el razonamiento,
en el brutal acuerdo tácito
de que no se hacen preguntas ni comentarios,
diré que soy desobediente,
y que conozco mi saga,
aquella que siempre fue lapidada.

Y si el amor es dominación y sumisión
su única paz, diré que mi amor no admite
cementerios porque late de vida
y la vida no es eso, lo sé bien
porque sé y siento.

Así, temblando de vulnerabilidad,
incontenible a la represión,
brotando libre, llega siempre
la primavera.

Y la única muerte que concibo
es sólo muerte, no el final de la tortura.

Aporte para el Festival Itinerante por el aborto seguro, legal y gratuito en América, llena de pueblos, 8 de marzo del 2012, de michelle renyé, pobladora de mujerpalabra.net

 

Licencia poética

 

Mi licencia poética es hablar

de lo que el Hombre ha silenciado

mientras estrangulaba a las mujeres:

la mula de carga, la sucia coneja, la mantis, la zorra,

la urraca estéril, incapaz de pensar, estridente

en el sentir, buena sólo para ser usada.

 

Todos son nombres del Hombre para ellas.

Así es la guerra totalitaria visible e invisible del horror.

 

Es la licencia poética de quien tiene menos valor

que un vientre gestando la posibilidad

de un futuro hombre;

la licencia poética de un ser

insignificante, frívolo, maldito,

cuya muerte, desangrándose en el suelo,

es siempre merecida, cuya vida es ser acosada,

violada, morada de golpes y de esfuerzo,

sepultada viva, difamada, ninguneada hasta la aberrante

enésima vuelta que es “Di ‘Sí’, ‘Me gusta’,

‘Nos lo merecemos’; confirma el brutal universo

de la razón patriarcal, pon tu huella aquí:

‘Sí, éste es mi lugar’”.

 

Lo inmoral hecho decente, conveniente, castigo justo.

Son los hechos del Hombre hacia ellas.

 

Me tomo la licencia poética de existir

negando con mi vida

que haya justicia donde no la hay,

constatando con mi vida

la existencia de otra lengua,

puro amor en la cabeza corazón,

cuyo cuerpo crece en nuestra voz

que vamos a conservar porque es

pura vida: camino de polvo arcilla,

de volcán, de agua sonora, olor a yerba,

vuelo de viento entre los campos y los árboles,

luces, cuevas, lagos, noches,

existencia,

 

y si tienes valor,

únete a nosotras las personas.

Llego a las ideas con todo el cuerpo,
por eso todo aparece contradictorio, imperfecto.
Sin embargo, me guía el ideal.

Hay días en que agarro el mundo con una mano,
y soy como un árbol que conecta
las simas y el cielo.

Y hay días
en que el mundo me engulle y me posa
en alguna cueva laberinto, para mi protección.
La cuestión es que siempre me pierdo.
La suerte es que sus túneles en sombra
siempre conducen a la tierra roja.

Por eso llego a las ideas con todo el cuerpo.
Estoy hecha de carne, sangre y hueso.

Soy hija de la luz.

Camino por los territorios de las estaciones

los días broncos con sus colores vibrantes,

los atardeceres de humo,

las noches densas de agua,

camino sobre mis pies descalzos que generan luz

al contacto con la tierra roja del mundo,

con esa tierra que no siempre registra los caminos,

aunque sí, temporalmente, las huellas

(que yo en ocasiones ignoro porque hay veces

en que algo que entiendo me impone coherencia).

 

Soy hija de la vida.

Sé moverme, puedo moverme

(no sólo en sueños,

buscando tu cuerpo tibio y mío;

ese asombro de encontrarte

cuando está ocurriendo

que somos una persona)

físicamente sola

entre las cosas que respiran, las que mutan, las inertes…

por espacios geográficos y por palabras

que no consiguen retenerme y, sin duda,

no tienen la capacidad de contenerme.

Quizá esto lo explique todo.

 

Mi piel está llena de imperfecciones.

No hace falta comprenderlas todas.

No es necesario.

No es utópico.

No es ni siquiera un mal.

Es sencillo,

como decir “soy hija de la luz”,

que es decir eso nada más,

y no es decir

que no exista la sombra, o la oscuridad,

ni tampoco

hablar poéticamente

del mal.

 

El mal es la obsesión del Hombre.

Profundamente enfermo,

construye espacios acotados,

para poder jugar dominando,

disimulando su pánico a la vida,

jugar a las casitas, eligiendo

muñecas del catálogo,

para usarlas, incrustarlas

en las paredes, tirarlas

en lechos de espanto y pena.

Jugar así a Ser un Hombre:

el Dios Misógino,

el Marido Abusador,

el Soldado Violador,

el Mercader Psicópata,

aterrorizando a todas y todos,

haciendo daño siempre,

obsesionado

con decorarse con moneditas

oh Señor del Universo Patriarcal,

arrogante en su ignorancia,

aplaudido por todas las personas cobardes,

incapaz de escuchar, incapaz

de meditar, de dejar de temblar,

de dejar ser o dejar hacer,

incapaz de vivir sin aniquilar.

 

Soy hija del conocimiento.

Desde hace siglos sé quién es el Hombre,

conozco su pozo sin fondo

de violencias que impone,

palabras trampas, besos balas,

monedas medallas incontables,

enfermo de debilidad, miedo y muerte.

Todo lo que toca lo convierte en infierno

porque sólo es capaz

de concebir el infierno

y de imponerlo.

 

No tiene nada que enseñarme.

No puede impedir lo que sé.

No puede detener mi movimiento.

No sus muros, no sus fronteras,

no sus celdas, no sus fosas

que abre para todo ser vivo…

No ha podido destruir mi inteligencia.

 

(Y no sé qué tendrás tú que ver

con ese Bobo. Ni yo con su especie.

Ni nuestro amor

con las guerras permanentes

de ese dictador imbécil.)

 

Viajo como la luz, confiada en mi vuelo,

libre por el espacio,

por el conocimiento (que Él distorsiona),

por la risa (que demoniza),

por el amor (que desconoce)

porque yo

no soy hija del miedo,

sino del movimiento.