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A mí lo que me fascina es tratar de acercarme a lo real, de Leonora Carrington

“Me gustaría deshacerme de las ilusiones. A mí lo que me fascina es tratar de acercarme a lo real, pero no sabemos nada. Y hoy vivo entre el aburrimiento y la vergüenza de pertenecer a un género animal como el ser humano. Por eso me gustaría ser un elefante, pero salvaje, no dejarme de nadie; aunque la tortura continúa, dentro de la poca libertad que logré”.

Dijo Leonora misma a Octavio Avendaño (UNAM, México) algún día.
Cita aparecida en la Página FB Me Gusta Leonora Carrington.

Leonora Carrington, que nació el 6 de abril, fue pintora, escultora, pensadora, narradora! Y vivió sin que el círculo misógino surrealista pudiera nada! 🙂

En Mujer Palabra hicimos una webita LC hace siglos (fue de lo primero que alojó el sitio, quizá, hacia 2001), que le enviamos, pero tendremos que actualizarla un día que tengamos más tiempo, en verano!

Sobre los surrealistas (1), por Remedios Varo

Remedios Varo no quiso ser llamada surrealista, lo que no niega lo que el misógino Breton y el machismo recalcitrante de sus compañeros hicieron con las mujeres artistas de sus años: existían, pero las excluyeron de todo. Así que si el descubrimiento del subconsciente pudo tener efecto en miles de artistas, al menos las mujeres “surrealistas” no quisieron tener nada que ver con el movimiento surrealista patriarcal (michelle renyé, para mujerpalabra.net)

mi posición era la de tímida y humilde oyente; no tenía la edad ni el aplomo para enfrentarme con ellos, con un Paul Éluard, un Benjamin Péret o un André Breton; yo estaba con la boca abierta dentro de ese grupo de personas brillantes y dotadas (…) Hoy no pertenezco a ningún grupo; pinto lo que se me ocurre y se acabó.

Fuente: p. 25 de Maruja Mallo y la vanguardia española, de Shirley Mangini (en inglés, 2010) (Circe, 2012. Traducción de Roser Berdagué), citado de Varo: en el centro del microcosmo (FCE, México, 1990), de Beatriz Varo.

Cuadro: Presencia inquietante, 1959, de Remedios Varo

 

Sobre la infancia, de Maruja Mallo

La infancia es trascendental para la vida de las personas. Maléfica influencia de la tradición o educación atávica.

Fuente: p. 37, Maruja Mallo y la vanguardia española, de Shirley Mangini (en inglés, 2010) (Circe, 2012. Traducción de Roser Berdagué)

ADNV Lenguaje: decía “para la vida del hombre”.

Cuadro Maruja Mallo por Vázquez de Sola encontrado en la web a Miguel Hernández

Mi vida militante arte-conocimiento (Maruja Mallo)

Esta idea y forma de nombrarla es lo que queríamos citar. Hoy diríamos, “mi ARTivismo?” y quizá ella añadiera “ARTivismo social-conocimiento”? La frase original completa es: Revista de Occidente marcó un hito en mi vida militante arte-conocimiento, abriéndome las puertas del mundo cultural en tres capitales: París, Nueva York, Buenos Aires y todo el continente de habla castellana” (1979), recogida en Maruja Mallo, Catálogo exposición, Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 1993.

Por amor a la historia no contada y por ubicar la cita históricamente, sobre el filósofo Ortega y Gasset y la Revista de Occidente, donde Maruja Mallo fue autora de varias portadas y de otros trabajos: “El filósofo José Ortega y Gasset, espíritu liberal y reconocido como padre de la estética vanguardista escribió, entre otras cosas, que la mujer es un invento del hombre, invento que cambia de contenido según los momentos históricos. En alguno de sus textos aduce: ‘Que el destino de la mujer no es la actividad […] que la profunda intervención femenina en la historia no necesite consistir en actuaciones, en faenas, sino en la inmóvil, serena presencia de su personalidad’ (de Obras Completas, pp. 328-331). Este discurso misógino, esencialista, en el que se pone en duda la capacidad intelectual de las mujeres, como afirma la profesora Manghini, era defendido por intelectuales liberales como Marañón, Jung o Simmel, por citar algunos nombres. En esta línea de pensamiento Magdalena Mora señala que, en los años veinte, y desde las páginas de la Revista de Occidente (1923-1929), se revelaba “una deficiencia moral e intelectual de la mujer” (de MORA, Magdalena, “La mujer y la Revista de Occidente: 1923-1936”, Revista de Occidente, 74-75, 1987, pp. 191-209). Paradójicamente, Ortega cedió por primera, y única vez, los salones de la Revista para que una pintora expusiera allí sus trabajos en 1928. Nos referimos, naturalmente, a Maruja Mallo, quien escribió sobre la importancia de este evento que “marcó un hito en mi vida militante arte-conocimiento, abriéndome las puertas del mundo cultural en tres capitales: París, New York, Buenos Aires y todo el continente de habla castellana”. Fuente: “Maruja Mallo (1902-1994). De las cloacas al espacio sideral,” de Rosa Mª Ballesteros García, en Aposta. Revista de Ciencias Sociales. ISSN 1696-7348. No. 13, Diciembre 2004

Cuadro: En 1943, tiene una serie (de pocos más años) de Naturalezas Vivas, y ésta además tiene el subtítulo de Vida Vibrante.

Charo Domínguez, insumisa, en apoyo de su hijo Quique, insumiso

A mi hijo Enrique, que me hizo insumisa

“La desobediciencia civil es la llave del poder. Imaginaos a un pueblo entero negándose a conformarse con las leyes vigentes y dispuesto a soportar las consecuencia de esta insubordinación. Toda la maquinaria legislativa y ejecutiva se encontraría de repente totalmente paralizada. Es verdad que la policía y el ejército suelen recurrir a la fuerza para someter a las minorías por muy poderosas que sean, pero ninguna policía y ningún ejército pueden lograr que se doblegue la voluntad de todo un pueblo decidido a resistir hasta que se agoten sus fuerzas.

No se puede ser una persona noviolenta de verdad y permancer pasiva ante las inusticias sociales. Mi noviolencia no admite que se huya ante el peligro. La noviolencia es el medio más inofensivo y el más eficaz para hacer valer los derechos políticos y económicos de todas las personas que se encuentran oprimidas y explotadas. La noviolencia es una regla de conducta para vivir en sociedad, ya que asegura el respeto a la dignidad humana y permite que progrese la causa de la paz.

No dudo en sostener que la noviolencia vale también en el marco de las relaciones entre los Estados. Si esta loca carrera de armamentos tuviera que proseguir, no habría más salida que una matanza sin precedentes en la historia. El único medio de librarse de esta espada de Damocles consiste en aceptar audazmente y sin reservas el método de la noviolencia.

Fuente: p. 65. Insumisión, una forma de vida, por Rosario Domínguez, Asamblea Antimilitarista de Madrid / LaMalatesta Editorial, 2012.

Texto modificado para incluir a las mujeres (ADNV Lenguaje mujerpalabra.net), que existen y luchan, como la que escribe Insumisión, una forma de vida, Rosario Domínguez, que como madre del insumiso Enrique (Quique) organizó lucha de apoyo a los insumisos encarcelados cuando en España el servicio militar era obligatorio.

Es más fácil e interesante relacionarse con mujeres

Cuando era una mujer joven, me ocurrió que me encontraba manteniendo conversaciones interesantes con hombres. No sabía yo, claro, nada de qué hondamente impacta la cultura patriarcal  nuestras identidades. Me sorprendía que al rato de aquellas conversaciones ellos siempre encontraban que era un proceso “natural” pasar a mantener relaciones sexuales. Resultaba que el que un hombre conversara contigo como si tú fueras un hombre tenía un precio. Pero esto no lo supe con palabras hasta muchos años después. No les interesaba en realidad lo que yo pudiera aportar intelectualmente (o sí, también, aunque siempre menos que lo otro). No hablo de hombres machistas sino de hombres que no se consideraban machistas, ni yo a ellos; en realidad en nuestros mundo ni existía la palabra “machismo”, ni el análisis del sistema social en el que vivíamos, ni sin duda alguna la palabra “feminismo”. Que yo sin sentir el mismo deseo me dejara llevar a la cama me lo explico como el mismo silencio pero hacia mí misma (de obediente a los mandatos patriarcales) que hace que las niñas callen a pesar de su malestar intenso cuando el viejo amigo de la familia las agarra de los genitales para montarles a caballito.

Gracias a mi cabeza, he podido mantenerme aprendiendo, lo que es decir inocente y vulnerable (abierta y vital). Y esto me ha llevado a relacionarme intelectualmente con las mujeres, en una relación igualitaria y libre. Sin trampa. Sin sorpresa que luego destapa que has sido utilizada. Eso sí, con tu propia colaboración.

Relacionarse con mujeres, a nivel intelectual, afectivo y emocional, haciendo todo, cualquier tipo cosas, incluido el arte, el activismo, transformando el mundo (“sin que se enteren (porque no quieren, claro)”), y también sexualmente (con ellas esto “surge” cuando el deseo es mutuo, y no como premio al esfuerzo de “hablar y hablar”), es más libre, más relajado, está más lleno de vida y potencial, de ideas, de conexiones, es más placentero que con la gran mayoría de los hombres (que siguen insistiendo en sus miedos y consecuentes violencias en lugar de aprender a escuchar y a convivir. Con mujeres, es como estar con una persona, con una persona como tú, diferente pero sobre la tierra, bajo el cielo como tú. Es mucho mejor que la “igualdad”, yo lo llamo “libertad”.

Así que no me sorprende nada de cosas que dice Annie Leibovitz sobre Susan Sontag. Puedo comprender con la mente y el cuerpo de lo que habla.

Y bien, que siga la sociedad ignorando todo lo valioso y apoyando el sistema de violencias. No saben lo que se pierden. Una fuente de valioso aprendizaje, como poco.

Fuente: mi blog de notas, Palabras

Rita Levi-Montalcini, desde una vejez sabia!

A los cien, mi mente es superior, gracias a la experiencia, a cuando tenía 20 años

De una entrevista del 2009, tomada del inglés: “At 100, I have a mind that is superior – thanks to experience – than when I was 20.”

Ha muerto a fines del 2012.

Feminidad políticamente extrema

‎”No encarnamos una feminidad dulce y autocomplaciente, ni mucho menos. No reivindicamos la feminidad de las chicas buenas, somos perras malas. La nuestra es una feminidad extrema, radical, subversiva, espectacular, insurgente, explosiva, paródica, sucia, nunca impecable. Feminista, política, precaria, combativa, incómoda, cabreada, despeinada, de rímel corrido, bastarda, okupa, desfasada, perdida, prestada, robada, excesiva, exaltada. Borde, canalla, borracha, viciosa, barriobajera…”

Itzíar Ziga, en Devenir perra, Melusina, 2009
Cita enviada por Lula

 

Los derechos del Hombre no eran derechos humanos

Si no fuera por el feminismo, los derechos humanos seguirían siendo derechos del hombre y del ciudadano, lo que en el siglo 18 estableció la Revolución francesa a pesar de la protesta de las revolucionarias, que fueron ejecutadas o ignoradas. Tardamos más siglos aun en llegar a la primera noción que comprende que toda persona tiene “derechos humanos”, y esto fue a mediados del siglo 20. Bastante tiempo, para algo tan fácil de comprender desde la racionalidad empática y desde el sentimiento de empatía del que somos capaces. ¿Cómo ha sido posible? Porque la gente defiende el Sistema (patriarcal, el padre de todos los sistemas que conocemos, el Creador) con toda su inconsciencia y rabia, siempre. Es la “ideología por defecto” que tenemos a no ser que nos hagamos la autocrítica. Esta ideología por defecto encarna la peor versión posible de lo que es la identidad colectiva, la más violenta e injusta, la que es igual al Sistema, lógicamente. Y lo sabemos también porque ningún sistema se sostiene en pie únicamente por usar la violencia física.
La violencia que recibe por acción y por omisión el movimiento feminista (los movimientos de la inteligencia feminista) no es sólo que siempre se ignore a las personas con inteligencia feminista (o que gobierne la ceguera, no poder ver lo evidente porque las mujeres ni siquiera están en el lenguaje), es también que obsesivamente se alimenta, se difunde, cualquier mito o distorsión que sirva para desacreditar, aislar, destruir a sus activistas.
El feminismo es el movimiento social que más desprecio recibe por parte de todo tipo de personas, y al tiempo el que ha conseguido justicias diversas para mucha gente y de la única manera verdaderamente civilizada: de forma noviolenta (sin torturar ni asesinar en nombre de una divinidad o un sistema ideológico) sino luchando por, exigiendo y encarnando vitalmente hechos de libertad, justicia y sororidad y solidaridad. Es ilustrativo de que vemos lo que la cultura (patriarcal) nos permite ver y no vemos lo que la cultura no quiere que veamos. Es lamentable y real (aunque podría corregirse usando la honestidad) que la gente más inconsciente se siente justificada a la hora de tratar a las personas con inteligencia feminista como si éstas ejercieran una violencia especialmente abyecta y que no tratan así justamente a quienes sí son capaces de realizar todo tipo de violencias, desde negarte el mínimo respeto de nombrarte a los tipos más abyectos, como desarrollar la guerra, exprimir los recursos animales, vegetales y minerales del planeta, violar, forzar a la gestación, al parto y a la maternidad forzada (que una maternidad deseada y con recursos es, al parecer, una peligrosa amenaza para el Sistema), demonizar a personas adorables que podrían aportar cosas muy valiosas a la especie…
Con todo, quien desarrolla inteligencia feminista no puede dejar de tenerla, no puede vivir al margen de las ideas que genera, y el hecho es que cada vez hay más gente capaz de esta gran valentía, de esta asombrosa rebeldía, de este ingente esfuerzo, de esta impresionante generosidad.”

(Fuente: aporto a este proyecto esta cita basada en varias conversaciones en Mujer Palabra y en Internet en 2012)

michelle, para Mujer Palabra: Como trabajo altruista, administro Mujer Palabra y soy escritora en la masa anónima del cíberespacio. En el mundo social más físico, me gano la vida en la enseñanza pública y estiro mi tiempo y sueldo para poder abrir y alimentar espacios para la comunicación, el pensamiento, la creatividad y la creación de relaciones, de ideas que nos permitan superar el mundo patriarcal y convivir sin generar toda esta violencia. Mi webita está alojada en Creadoras – Mujer Palabra.

Revolución copernicana sexual

“Es necesario acometer una revolución copernicana relativa a la diferencia sexual. Los hombres deben darse cuenta de que realmente no son el centro. Y aunque se identificaran ahora con el sol, no deben perder de vista que la tierra (las mujeres) gira sobre sí misma. La tierra ya no es un “objeto” fijo, un objeto plano en el que se refleja el sol (los hombres), la tierra gira sobre sí misma y con su espejo cóncavo (espéculo) desenfoca los reflejos del sol.”

Luce Irigaray, Speculum. Espéculo de la otra mujer, Madrid, Saltés, 1978. Pp. 149-164.