Archivo del Autor: Patricia Narbona

¿Qué es el feminismo?

Desde mi mirada subjetiva, el feminismo es un movimiento político que pretende la liberación de las personas de las cadenas de la sociedad patriarcal en la que llevamos viviendo al menos, desde hace 6000 años.

Esta estructura ha estado oprimiendo a todas las personas (hombres y mujeres) que nacen en ella, sin embargo, históricamente, el sujeto mujer se ha llevado la peor parte, pues ha estado olvidado e invisibilizado, habiéndosele arrebatado la posibilidad de desarrollar su poder. Es por ello, que las primeras reflexiones y pataleos contra este sistema, vinieron de grupos de mujeres con la sensibilidad necesaria como para darse cuenta de lo injusto de la situación, y la fuerza como para querer luchar contra ello.

Actualmente, es innegable el daño que el patriarcado (ese sistema de creencias que todas asimilamos al nacer, esa estructura social, política y económica que se crea basada en este sistema de creencias) provoca en nuestras vidas. Y desde ahí, diversos y variados grupos (ya no solo de mujeres, también mixtos y solo de hombres) se reúnen para reflexionar, criticar, cuestionarse, crear y luchar juntas para la eliminación de este sistema opresor. Lucha que empieza por una misma y por las opresiones que llevamos dentro y que guían nuestra manera de estar en el mundo.

Cada grupo, cada persona, tiene un proceso diferente de deconstrucción de su opresor patriarcal que lleva dentro. Por ello, cada grupo tiene un enfoque feminista diferente y enfoca su lucha hacia un punto determinado (transgenero, emancipación de la mujer, movimientos de gays y lesbianas, aborto libre, movimientos de putas…). Me da rabia y pena, que todavía sigamos peleándonos porque queramos que todas luchen por el mismo aspecto o punto que el mío. Porque el grupo de al lado tiene métodos de lucha diferentes a los míos, porque tiene un enfoque demasiado agresivo, o demasiado empático, o demasiado dulce, o demasiado…. Somos pocas, todavía, las sensibilizadas con este tema, vamos a luchar juntas, aceptándonos tal cual somos. Porque no queda otra, porque el mismo hecho de querer que todas sigan mi camino y yo lo lidere, no es más que otro síntoma del ego patriarcal que quiere llegar al poder él solito.

Señoras. Señores, vamos a cambiar la realidad que no nos gusta: las estructuras de poder, el pensamiento, la cultura y la educación. Pero incluyéndonos todas, pues todas somos hijas del mismo sistema y como tal, hermanas en la lucha.

¿De verdad nos enamoramos?

Las Evas tenemos una manera de enamorarnos que nos caracteriza. Y es la de hacerlo del más gilipollas de todos los de la fiesta. ¿Por qué?

Porque nos pone el más fuerte, duro y machito. El más chulo de sus amigos. El que se ríe del débil. El que gana las peleas. El más admirado. Y no es casual. Es que queremos ser como ellos. Es que deseamos esa fortaleza, esa chulería y esa independencia. Queremos también ganar las peleas y proyectamos en el objeto de amor nuestros deseos más inconscientes.

Y es que en nuestro interior, allí dentro del medio de las entrañas, no nos creemos que podamos nunca llegar a ser fuertes, admiradas, independientes. Y lo vemos en el otro, y lo deseamos, al menos, en el otro.

Y así, lo idealizamos y lo montamos en un pedestal en el que nosotras estamos debajo mirando y esperando ser miradas, seduciendo, poniendo ojitos, haciéndonos las débiles (al macho en cuestión le mola el rollo de proteger, pa´eso es el principe azul…), inventándonos cabriolas para conseguir su atención, y su amor.

¿Lo conseguimos? A veces. Algunas de ellas, resulta que el principe sale rana, y nos acostamos con él una noche y a la siguiente se acuesta con otra y ya no nos mira a la cara… Qué lindo hombre, ¿verdad?

Otras nos quedamos esperando hasta hartarnos. E incluso ya al final, nos decidimos y se lo soltamos a la cara cuánto lo amamos. Y ahí descubrimos lo poco que se merece nuestro amor, pues no da la talla.

Quizás salga de estos vínculos (gilipollas-tontaenamorada) alguna relación estable. Contádmela por favor. Yo aún hoy no la conozco.