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Safo, por Luz González Rubio: patriarcado y violencia

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Poema en Sangre de la luna, de Luz González Rubio

Pocas veces encontramos en las novelas experiencias vitales tan importantes y profundas para las mujeres como son la menstruación, el aborto o el parto. En Sangre de la luna, título que hace referencia a la primera de estas experiencias, la protagonista decide recluirse esos días para indagar en su vida y buscar conexiones cósmicas con el astro que rige los ciclos vitales de las mujeres y de los mareas. Aislada del mundo del mundo de hombres en el que ha sido una víctima más busca una salida, otro camino que conduzca a un mundo mejor y más justo: el camino de las mujeres y de la noviolencia.

En la página 17, un poema habla de la solidaridad entre mujeres, la anciana curandera asiste a la guerrillera en el parto del niño muerto.

Tus manos, dueña del saber antiguo,
cubrieron el vacío lacerante de mi vientre.
Las punzadas de dolor, el río sangrante que era yo,
quedó detenido.
Tus manos, hermana,
me rescataron del tiempo interminable
y me trajeron, otra vez,
al mundo de las flores, de las caracolas y de los volcanes.
Pero no pudieron traer, y allí quedó,
en aquella frontera infranqueable
que ni tú ni yo pudimos traspasar,
el niño que no nació,
el niño muerto que parió la mamá grande.
Hermana, hermana,
haz que griten de dolor todos los pájaros del continente,
que los volcanes rujan como vientres de la tierra
y que todas las quenas enmudezcan
para acompañarme en la nana a mi niño muerto.

¿Alguien de América quiere grabar el poema en audio para aquí?

Más fragmentos de la novela sobre la menstruación

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La menstruación en Sangre de la luna, novela de Luz González Rubio

Sangre de luna, de Luz González RubioSangre de la luna es una novela de 1992, publicada en 2012. El tiempo de la narración son los tres días del periodo de la protagonista. Tenemos la alegría de presentaros tres citas que ha elegido Luz para nuestra sección de Creadoras: Sangre, para dar voz a la relación humana con la sangre, que es compleja y muy diversa, pero esta vez desde el siempre omitido punto de vista de las personas que menstrúan, que también es complejo y diverso.

Fragmento 1

Ya estoy menstruando. Esta palabra es más bonita que período. Más bonita también que regla. La prefiero porque tiene que ver con la luna. Mens significa eso, luna, y el resto de la palabra, según he leído, significa cambio, giro, ciclo o algo así. Nuestros indios tienen leyendas en las que nos relacionan a las mujeres con la Luna. La Luna fue la Primera Mujer. Su verdadera forma es redonda, como la vemos los días de luna llena, pero enferma todos los meses, como las mujeres, y va adelgazando por los fluidos que pierde hasta quedar menguante.

En alemán a la menstruación se le llama la Luna. Ah, y en francés también, a estos días en que la mujer menstrúa se le llama “le moment de la lune”. Los mandingo usan la misma palabra, carro, para llamar a la Luna y a la menstruación. Tienen razón, tener esto todos los meses es una carga, un carro que hay que tirar de él. En la India también llaman lo mismo a la Luna y a la sangre de la menstruación. ¡Sorprendente! Todos los países le echan la culpa de nuestros males a la luna. Las niñas maoríes empiezan a ser mujeres después de haber tenido contacto con la Luna durante el sueño. Bien, pues yo, siguiendo las costumbres indias y de la mayoría de los pueblos que habitan el planeta Tierra, voy a concederme un tiempo sagrado para menstruar. No voy a salir a la calle, no voy a hablar con nadie. Voy a cerrar la puerta de mi habitación a cal y a canto.

Leer los Fragmentos 2 y 3 en la webita de Luz González Rubio en Mujer Palabra

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