Latest Entries »
Libro del bien
Sólo quiero que me escuches. Como la persona artista atendiendo al mundo de fuera. Escuchar jamás ha anulado la identidad de nadie; más bien, le ha ofrecido oportunidades para aprender, lo que es decir, para bucear, arrastrarse, saltar, trepar y volar. Así, tenemos cielos vistos por Van Gogh, y cuerpos vistos por Claudel. Sólo los padres de la crueldad pretenden convencer, lo que para ellos es decir, imponer el manto del miedo sobre la vida palpitante.
Quisiera hablarte de las mentiras. Se miente, como bien sabes, con buena y mala intención, constantemente por interés. Intereses erróneos si consideramos la aspiración a la alegría, que siempre va unida con el compartir, por propia que ella sea. Se miente porque no se aspira a escapar a la distorsión. Las semillas de alpiste caen al suelo húmedo, y las dejas crecer, para verlas crecer, convertirse en incontables mentiras que pueblan tu casa. Y luego están las mentiras de negarte a mirarte en el río, en los cristales de tu casa al anochecer, cuando los impulsos de violencia que aprendiste están más débiles y pueden ser cuestionados. Las mentiras que te impiden ver a quien tienes delante cuando esta persona no es lo que se espera que sea.
Cuando era una mujer joven, me ocurrió que me encontraba manteniendo conversaciones interesantes con hombres. No sabía yo, claro, nada de qué hondamente impacta la cultura patriarcal nuestras identidades. Me sorprendía que al rato de aquellas conversaciones ellos siempre encontraban que era un proceso “natural” pasar a mantener relaciones sexuales. Resultaba que el que un hombre conversara contigo como si tú fueras un hombre, tenía un precio. Pero esto no lo supe con palabras hasta muchos años después. No les interesaba en realidad lo que yo pudiera aportar intelectualmente (o sí, también, aunque siempre menos que lo otro). No hablo de hombres machistas sino de hombres que no se consideraban machistas, ni yo a ellos; en realidad en nuestros mundo ni existía la palabra “machismo”, ni el análisis del sistema social en el que vivíamos, ni sin duda alguna la palabra “feminismo”. Que yo sin sentir el mismo deseo me dejara llevar a la cama me lo explico como el mismo silencio pero hacia mí misma (de obediente a los mandatos patriarcales) que hace que las niñas callen a pesar de su malestar intenso cuando el viejo amigo de la familia las agarra de los genitales para montarles a caballito.
Gracias a mi cabeza, he podido mantenerme aprendiendo, lo que es decir inocente y vulnerable (abierta y vital). Y esto me ha llevado a relacionarme intelectualmente con las mujeres, en una relación igualitaria y libre. Sin trampa. Sin sorpresa que luego destapa que has sido utilizada. Eso sí, con tu propia colaboración.
Relacionarse con mujeres, a nivel intelectual, afectivo y emocional, haciendo todo, cualquier tipo cosas, incluido el arte, el activismo, transformando el mundo (“sin que se enteren (porque no quieren, claro)”), y también sexualmente (con ellas esto “surge” cuando el deseo es mutuo, y no como premio al esfuerzo de “hablar y hablar”), es más libre, más relajado, está más lleno de vida y potencial, de ideas, de conexiones, es más placentero que con la gran mayoría de los hombres (que siguen insistiendo en sus miedos y consecuentes violencias en lugar de aprender a escuchar y a convivir. Con mujeres, es como estar con una persona, con una persona como tú, diferente pero sobre la tierra, bajo el cielo como tú. Es mucho mejor que la “igualdad”, yo lo llamo “libertad”.
Así que no me sorprende nada de cosas que dice Annie Leibovitz sobre Susan Sontag. Puedo comprender con la mente y el cuerpo de lo que habla.
Y bien, que siga la sociedad ignorando todo lo valioso y apoyando el sistema de violencias. No saben lo que se pierden. Una fuente de valioso aprendizaje, como poco.
Hay un sola mujer y en un momento el entrevistador la pregunta algo, y ella dice, «bueno, esa pregunta me cabrea porque siempre piensan peor si eres una mujer» (no sé de qué hablaban, es sólo la idea general de su crítica, la de ella), y el entrevistador, ciego, inconsciente, a cómo la cultura nos influye lo queramos o no, suelta el comentario de superioridad infinita, y mentiroso en su supuesto halago: «Es interesante que lo veas así (cómo se puede ser tan cabrón), porque yo no estaba pensando en eso cuando hice la pregunta». Claro, listo, pero está claro: si eres una mujer en un país en guerra y te ganas la vida como reportera, y ves morir a niñas o niños, no se piensa de ti lo mismo que si eres hombre.
Cuando yo volví de trabajar en países en guerra nadie me invitó a hacer una gira, como se hacía con los hombres que volvían –y quizá con mujeres (me consta que en cualquier caso sería mucho menos) de las que linchan «a las feministas» para ganar el «respeto» de los líderes de izquierda de su barrio. Pero claro, es mucho más fácil hacer lo que manda la cultura: sospechar de ella, de que ella tiene algo muy oscuro y malo. ¡Cuánto más miedo da una mujer «loca» que un hombre! A pesar de la realidad de violencia del mundo, protagonizada horroríficamente por «los hombres».
Es como me pasó a mí en la universidad: al hablarnos de los escritores, si se habían suicidado, como Hemingway, quedaban presentados como antihéroes merecedores del respeto del papel. Sin embargo, cuando presentó el profesor a las dos únicas mujeres reconocidas como escritoras en quinto de universidad Literatura estadounidense, lo primero y único que se dijo, porque lo primero ya dejaba claro mucho, fue que se habían suicidado, y que eran madres, y que Silvia Plath dejó el biberón preparado (hecho que se interpretó como el colmo de la maldad?! y no como el hecho trágico que fue, y conmovedor si empatizas un mínimo con la presión a la que se somete a las mujeres para ser madres y lo que se las exige siempre: que sirvan a la humanidad y no tengan identidad propia). Y todo el mundo pensó, lo que una persona exclamó y nadie comentó: Qué egoístas. Qué grandes hijas de puta, verdad? Ah, sí, pero mi pregunta no era por eso, yo escapo al efecto de la cultura, estoy en otro plano.
Lo más triste de esto, es que si más gente han visto el documental, muy posiblemente piensen en lo clásico, que el análisis feminista distorsiona la realidad exagerando cosas sin importancia. Tan poco, tan poquitito, se puede conceder a la realidad siniestra de que las mujeres son seres inferiores para la especie. El Hombre, la medida de todas las cosas, nunca ha significado «las personas», «los seres humanos».
Es un documental sobre el hombre, no sobre las personas. Y han metido a un mujer no porque necesiten explorar ese lujo de saber lo que un ser humano con un papel muy distinto en la sociedad siente o piense.
Y con esto estoy diciendo que muy mal, el documental? No, hostias!, no! Me parece necesario que veamos a las personas hablando con sinceridad de algo. Lo que pido es que se incluya a las mujeres, lo que exigo es que se nos tenga un mínimo respeto, joder. Qué mala!
Mary Wollstonecraft: Because it is time to effect a revolution in female chicken roles–time to restore to them their usurped dignity–and allow them as a part of the species, enjoy chicken rights, for by renouncing our gendered idea of chickens we shall reform the world. (Vindication of Female Chicken Rights, 1792)
Hay que vigilar las interpretaciones, porque muchas siguen siendo nefastas (con el fin no declarado de validar el orden existente). Por ejemplo, con equipos interdisciplinares, pero no sólo de gente que estudia diferentes ciencias!! Tienen que estar ahí personas como activistas sociales, y personas artistas, y personas relacionadas con el conocimiento del lenguaje!
La ciencia al fin tiene caminos donde los dogmas religiosos no mandan. Combinada con el conocimiento de la vida y las sociedades desde varios lugares, no puede más que ayudarnos a ser mejores, pienso.
En mi pequeña experiencia como profesora, por ejemplo, ya con más de 20 años de experiencia volví a la universidad (90s) para hacer algún curso de lingüística (a nivel doctorado) y saber si mi metodología de enseñanza tendría sentido para las ciencias. Y encontré más apoyo en las ciencias que en los usos y costumbres de la docencia!!
Ahora en Qué son las lenguas, por ejemplo, leo hipótesis del autor, o de gente a la que ha leído, y veo que por el camino que yo tomé: aprender mientras enseñas, he llegado a ideas incluso iguales!
Hoy leyendo sobre el origen del lenguaje humano (que no es cuando al fin se da el paso de la sintaxis) he «visto» las cosas que yo explico en clase!!: Useful Language, Body language, Automatizing Production for fluency and accuracy and to avoid literal translation, using the multiple resources we have to understand, listening to the music of the language, thinking of context and situations…
Todo ocurre simultáneamente, en y desde todo tipo de direcciones.
Esto no niega el peso de un sistema de siglos en la naturaleza de las sociedades que tenemos, patriarcales, que es como decir, basadas en la prevalencia de una minoría violenta y sin escrúpulos (o que no consigue concebir que toda persona contiene una mente humana) que usa todo lo que tiene a mano para mantenerse en su poder de violencias.
Es fácil comprender que frente a un ser sin escrúpulos («demente») es difícil defenderse, se use la violencia o la noviolencia. Sin embargo, lo poco que hemos avanzado en tantos siglos (o quizá sea mucho, quién sabe, a mí como mujer en las sociedades humanas no me lo parece, ya que las de mi grupo sólo parecen haber conseguido «tener derechos humanos» a partir del siglo 20 de manera más generalizada en algunas sociedades sólo, además), se debe a ese ocurrir de todo al mismo tiempo. Por un lado nos marca el sistema social y por otro hay quienes saben aprender más allá de lo que lo que deben aprender.
¿Por qué importa hablar de «género» y no de sexo?
La trivialización de los términos acuñados para el análisis (científico, es decir, no dogmático) no es indicativa de un profundo conocimiento de la realidad, sino todo lo contrario.
«Género» se acuña para establecer el hecho de que el sexo no necesariamente genera el par de género que construyen las sociedades patriarcales y que son su base ideológica, desde donde todo en la sociedad, lo público y lo privado, se organiza. Pretender trivializar este concepto indica resistencia a razonar sobre un hecho social que el siglo veinte ha venido a cuestionar de manera más generalizada a través de la práctica que es la vida individual de las personas en sociedad.
Existe un hecho irrefutable: a lo largo de siglos, la mayor parte de las sociedades terrícolas se han organizado desde la base conceptual de que las personas se dividen en dos grupos, «hombres» y «mujeres», definidos en función de cómo el sistema que organiza la sociedad pretende darles realidad. Un «hombre» está asociado a un conjunto de rasgos y funciones que en la realidad de la vida del ser humano no es ni mucho menos todo lo que puede ser el hombre. Con la «mujer» ocurre lo mismo, sólo que además el siniestro sistema ideológico patriarcal la cosifica (contenedor o muñeca hinchable), dado que se le atribuye incapacidades varias y la obligación de servir voluntariamente al «Hombre».
El concepto es que son «hombres» y «mujeres», dos grupos, se debe estudiar científicamente, es decir, dejando de lado la superstición, los dogmas religiosos, el afán de manipular el pensamiento transmitiendo que el sistema sexo-género patriarcal es «natural». Ahora sabemos que la mente humana es maleable y puede desarrollarse de infinitas maneras, lo que nos dice que la sociedad podría no estar organizada de base según este dogma de fe que es el ser «Hombre» y el ser «mujer» en el patriarcado.
El patriarcado toma un hecho biológico, el de que se requiere la combinación en el acto sexual para la procreación de la especie de una persona con útero y óvulos, y otra con espermatozoides, para transmitir una ideología particular que se pretende sea «universal» nada menos. El ser humano, las personas, no son ya sencillamente, sexuales o asexuales, con cuerpos diversos, sino símbolos de una idea binaria donde un elemento domina al otro, hasta tal punto de que teniendo ambos elementos la misma mente humana, el mismo potencial, se ha conseguido borrar durante siglos, negar durante siglos que el miembro «mujer» del par poseyera el mismo potencial.
Esos elementos, «hombre» y «mujer» patriarcales, lo son, patriarcales, porque vienen definidos de tal manera que quedan excluidos los cuerpos y las mentes, es decir, las personas, que pudieran tener diferentes rasgos y las personas como personas, pues son desde antes de nacer empujadas a uno de los grupos, sea como representantes idóneos o como ejemplos defectuosos. Todo ser humano que no se ajuste a dicha conceptualización de par, que además es complementaria-jerárquica, es decir, se entiende que uno de los miembros del par «generador de vida» es superior al otro, «el Hombre» superior a la mujer, y tiene la función de dominar la vida del inferior, es considerado inferior en todos los sentidos, un ser enfermo o idiota. Territorio, el de «inferior» por tanto poblado, por ejemplo, por todas las personas que teniendo teóricamente la obligación de incluirse en el grupo «hombre», son incapaces de reproducir los comportamientos e ideología del grupo dominante «Hombre».
SOBRE SI «HOMBRE» Y «MUJER» PUDIERAN TENER UNA REALIDAD: no se puede investigar esta cuestión si se da por hecho sin analizarse (científicamente) que ese par tal como lo ha definido dogmáticamente el sistema social patriarcal es «natural». En cualquier caso, incluso si aceptamos que la reproducción requiere el acto sexual de un varón y una mujer, y por tanto, se comprende la existencia de estos dos sexos, esto no implica necesariamente que todo el mundo humano deba quedar reducido a una conceptualización de estos dos sexos, dado que el ser humano es más variado, tanto en los hechos naturales como en el potencial que le da su mente, la imaginación. Además, igual que tener inteligencia no implica ser inteligente, tener la capacidad reproductora potencial (ser heterosexual) no implica querer usarla para gestar, parir, criar y educar, ni tampoco desear mantener una relación monógama.
Las personas somos como poco tan culturales como naturales. La base de la cultura habiendo sido un concepto de género que se ha impuesto sobre el de sexo. No podemos trascender (superar vitalmente y comprender conceptualmente) el aprendizaje cultural de cómo deben organizarse socialmente y en privado los sexos humanos descartando un concepto vital para poder realizar el análisis. Eso sólo juega a favor de la perpetuación del sistema patriarcal. Por mucho que moleste, para conocernos, individual y socialmente, hay que entender en qué sistema nos hemos organizado durante siglos y por qué. No son las personas con inteligencia feminista quienes deben demostrar que no deliran, lo que está plasmado en toda la cultura de muchas sociedades del planeta durante siglos. Es preciso que quienes no han desarrollado una inteligencia feminista se planteen aprender un poco a hacerlo.
Sin inteligencia feminista no se puede comprender el mundo que hemos creado, y por tanto, lo tenemos más difícil a la hora de trascender esas definiciones brutales de lo que son las personas, para desarrollarnos de maneras más libres, individual y socialmente.
Hay una grieta en el cuero viejo y duro
del terror impuesto y sordo, viejo y duro
y cubierto por el moho del vapor
de las lágrimas y el sudor
que se está resquebranjando ahora
tras siglos
de golpear la superficie
a pesar del ruido ambiente,
digamos batallas, invasiones,
digamos sí con dolor inconcebible, gritos,
que es el terror espeso, complejo
del crimen más invisible, la violación,
ese orden patriarcal del mundo.
Torturar así, tan particularmente,
degradados los hombres a objeto que es un arma.
Terrorismo del sistema.
La grieta anuncia un mundo bueno
que no llega lógicamente sino porque se busca,
sabiendo
que lo que eres es lo que se anuncia
y también lo que pretendes transformar.
En tu cuerpo, en lo que tú eres
se recuerda el pasado,
se anuncia el futuro.
Sólo hacía falta saber
que más sentían náuseas.
Que puedes saltar y caer
en sus brazos, los brazos
de quienes no se dejan confundir ya más
por los premios y los castigos…
(En qué mundo fueron concebidos,
desde qué tara de la destrucción impuestos…)
La inteligencia no imaginó laberintos de sufrimiento,
fue la cobardía de los incapaces.
Ciertamente son temibles, sin embargo,
quizá merezca la pena retirarles nuestro miedo,
el nuestro por ser objetivos militares
y el vuestro por ser hombres.
Para un punto crítico (inteligencia feminista), ver anterior: cap. 2 (2) – Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts
Copio citas que deberían ser de conocimiento general, para que así dejáramos de escuchar las tonterías que dicen personas que no saben nada de lingüística aunque hablen su idioma materno, y personas que habiendo quedado la institución donde trabajan o desean ingresar anacrónica/obsoleta desde el comienzo del estudio verdaderamente científico (no «científico» como antes era decir que las mujeres y los negros tenían el cerebro más pequeño y que por eso eran inferiores) de la lengua, en el siglo 20.
p. 43: «El diccionario ideal de una lengua debería contener todas las palabras usadas por sus hablantes, con indicaciones claras sobre el ámbito de uso: general, regional, propio de un grupo social, de un registro culto o coloquial, «malsonantes», anticuadas… Muchas lenguas disponen de un diccionario así. La nuestra, por desgracia, aún no.» (Pensando en el DRAE, pero dónde se reconoce el salto que da el María Moliner -al menos las ediciones que hizo ella- o el Clave luego, que sí son diccionarios descriptivistas, aunque no lleguen al ideal que se describe en p. 43?)
pp. 46-7: «Éste es el caso del gran Diccionario Oxford o de su equivalente en los Estados Unidos, pero no hay algo parecido en español. Como la lengua es de los hablantes, son ellos los que pueden decidir qué es estándar y qué no. Para decidirlo necesitan saber cómo hablan los demás, y un diccionario puede ayudarles. Si una palabra no les guta o les resulta innecesaria, dejarán de usarla y desaparecerá (igual que ya no se usan los bigudíes, igual que en los salones de los hoteles de lujo ya no hay escupideras estratégicamente colocadas). Si les gusta una palabra regional pueden acabar por generalizarla (hacerla estándar), no necesita que nadie les dé instrucciones.
Existe la creencia errónea de que sólo se puede «hablar bien» si existe una institución que establezca normas de obligado cumplimiento. En realidad, la idea de «hablar bien» no es exclusiva de las lenguas con academia, ni siquiera de las lenguas escritas. (…) La sanción social y la tradición creada por esa sanción social deciden quién habla bien.
Lo que hace falta es que cada uno sepa utilizar la lengua. Pero esto no sólo quiere decir «someterse a las normas gramaticales» sino, muy especialmente, expresarse adecuadamente a cada circunstancia».
p. 48: «El estándar le permite dirigirse a cualquier hispanohablante, o a cualquier persona que haya aprendido español, sin problemas graves de comunicación. (…) Somos tan distintos en nuesgtro vocabulario como en todo lo demás, pero eso sólo representaría un problema si la diversidad nos impidiera entendernos unos con otros. De modo que cada cual utiliza las palabras que quiere, pero conviene que conozca también las que, aunque no sean propias, son generalmente aceptadas como estándar».
(…) El estándar no es la consagración del hablar bien, es simplemente un acuerdo social más o menos tácito que permite entenderse perfectamente a personas de distintos orígenes nacionales, regionales y sociales: el vocabulario estándar no es de ningún sitio porque es de todos a la vez».
p. 49: «hablar bien [es] saber adaptar nuestra lengua al contexto, también a nuestro interlocutor. (…) Y algo muy importante: que una palabra figure o no en el famoso diccionario académico no quiere decir nada: ni una palabra es «mejor» por figurar en él, ni «peor» (mucho menos «inexistente») porque no se haya recogido en esos famosos volúmenes que tantísima atención pública merecen en cada nueva edición. Me parece patético que entre las noticias regionales de Navarra se incluya, como un triunfo de la Comunidad, que el término chistorra vaya a incorporarse al D[RAE] (…) o que se puedan escuchar cosas como: «ahora ya se puede usar la palabra gilipollas, porque está en el D[RAE]». O que se discuta en los medios de comunicación si una palabra de uso corriente desde hace mucho tiempo «merece» o no ser aceptada por los académicos».
p. 50: «Académicos, profesores, maestros, periodistas, incluso aficionados, claman (…) contra los errores del lenguaje que destruyen la lengua castellana (…). Normalmente tienen tanta razón como un santo… como un santo que condena a alguien a la hoguera por decir que la tierra es redonda, o que damos vueltas alrededor del sol, o que el ser humano ha evolucionado a partir de un antecesor común a nosotros y a los chimpancés. En otras palabras, no tienen razón. Sólo una concepción de la lengua estándar como propiedad exclusiva de alguna institución o algún otro ente semejante permite afirmar cosas parecidas.
¿De quién es la lengua? De quien la habla, no de una institución artificial, anticuada e innecesaria que actúa con criterios escasamente científicos».
p. 51-2: [Claro que se cometen errores, pero qué significa esto] En estas palabras estamos en una fase de cambio, de evolución (… la lengua está siempre cambiando). No podemos saber en estos momentos si [previó y preveyó, posible y plausible, añado: impreso e imprimido] acabarán [de una manera o de otra o especializándose como sandwich y bocata, o…]. Dependerá del conjunto de hablantes lo que suceda con estas palabras. (…) [M]uchas de las aparentes incorrecciones son cambios en marcha y muchas de ellas tienen una clara utilidad [tareas a realizar vs tareas que se deben de realizar, y similares] (…) De manera que la expresión, aunque sea nueva y esté calcada de otras lenguas, es útil y conveniente. Puede no sonar (…) bien, pero no puede decirse que «esa construcción no existe en español», porque efectivamente existe y cada vez se usa más. (…) En general (…) cuantas más posibilidades de elección pueda tener el hablante para expresarse, tanto mejor para la lengua».
Comentario: ¿De hecho, qué hacemos continuamente al usar el humor con la palabra, al aplicarle al lenguaje nuestra creatividad, COTIDIANAMENTE, tanto porque escribamos literatura, como al hablar (p.e., usando una palabra de un contexto formal en una situación informal, o perteneciente a un grupo humano, sea la gente pija o macarra…, o trasladando una frase lírica a una situación cotidiana…) por hacer sonreír a alguien? Lo grotesco de la RAE (Real Academia de la Lengua Española, aka Real Museo de la Palabra Muerta) es que pretende restringir, reprimir el rasgo más humano del lenguaje, el que en principio pensamos que no tiene parangón con ningún otro sistema de comunicación animal o vegetal: su estar vivo, en continuo cambio de acuerdo con cómo es la sociedad que lo habla y para qué lo usa (cada vez más variado por la creciente libertad de expresión y movimiento…
p. 54-5: «Recuerde que el eslogan de la Real Academia Española es «limpia, fija, y da esplendor». Lo de fijar es peliagudo porque se puede entender de dos formas: «fijar lo que hay», poner por escrito el uso real de los hablantes (que es lo único que existe); o bien «fijar para que no cambie», que es como proclamar que hemos encontrado el elixir de la eterna juventud y castigar al que envejece. Podemos pensar que sería mejor seguir hablando latín, porque aún está generalizada esa idea de que hay lenguas más perfectas que otras, falsedad a la que volveremos enseguida. Pero no hablamos latín sino castellano y el de ahora no es el mismo que el de hace 500 años o el de hace mil o el de dentro de cien. Mi abuela decía cosas que ahora no dice nadie y mis hijos hablan un poco distinto que yo. Nos entendemos, que es lo importante (problemas generacionales aparete), de modo que no pasa nada: la lengua sigue sirviendo para lo que tiene que servir y los cambios son simplemente inevitables a menos que prefiramos un español muerto. (…)
El estándar es siempre una norma social. Ahora piense en otras normas de conducta social (…) «En los autobuses debe cederse el asiento a los sacerdotes» (…) Ya ni siquiera se espera que «los caballeros dejen pasar siempre delante a las damas» [añado: porque ahora todas las personas pueden ser amables con las demás, no sólo los varones con las mujeres]. Lo mismo sucede con el lenguaje, y cuando una norma ya no es válida socialmente, no hay institución que nos pueda obligar a someternos a ella.
En resumen: igual que en la conducta social, existen variedades más o menos formales de la lengua y normas lingüísticas sociales; no «académicas» necesariamente, ni «escolares» ni «gramaticales»: son los hablantes, en un proceso extraordinariamente complejo pero que se produce sin necesidad de ningún acuerdo previo, los que deciden qué formas de habla van a considerar más adecuadas para cada tipo de contexto, de situación».
p. 57: «[M]i opinión sobre la conveniencia de que exista una Academia de la Lengua con autoridad legal es radicalmente negativa. (…) incluso me atrevería a decir que dicha institución es un peligro pra la adaptación de nuestra lengua a los cambios que afectan al mundo y, en consecuencia, también a las lenguas. Es necesario buscar otras vías de regulación de nuestra lengua estándar, igual que se lleva años intentando redactar diccionarios modernos del castellano que recojan la realidad de nuestro idioma».
[Comentario: y añado la cuestión tan dañina que es que ahora que aquí la RAE no tiene credibilidad alguna (del mundo científico moderno) se está volcando en el continente americano, como la reina de Gran Bretaña gobernando en los territorios de su imperio, pretendiendo gobernar con su castellano las variedades del español en América. Es grotesco. Pero la pompa de su espectáculo seduce al grupo de personas del mundo de la cultura que es susceptible de ser seducido por esas normas del clasismo, de sentirse clase superior al pueblo llano, como aquí le pasa a quienes creen que la RAE tiene alguna autoridad, a pesar de cómo se demuestra continuamente, desde las ciencias modernas, su existencia anacrónica y grotesca, por autoritarismo/imperialismo.]
Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts
Del libro de texto para 2º de Bachillerato, Mujeres, varones y filosofía. Historia de la filosofía, por Amalia González Suárez (Octaedro, 2009).
Sociedad griega en el periodo arcaico (s. VIII-VI a.C.). Rige la moral aristocrática (valor, heroicidad, exceso). La sociedad: aristocrática (varones poseedores, convocan guerras y reclutan), agrícola (sociedad) y guerrera. Las mujeres en la casa, en el gineceo, administran recursos (economía), cuidan y atienden, honran a antepasados. El varón aristócrata emparentado con héroes o dioses; sus virtudes giran en torno conseguir objetivos, y para conseguirlos se puede matar, robar, engañar. El modelo es varón astutO, hábil; mujer, fiel y obediente. Ver La Iliada y La Odisea de Homero (s. VIII).
Hesíodo (s. VIII-VII a.C.): la mujer está fuera de lo humano y causa de los males de la humanidad (Pandora). Introduce como bueno el trabajo y la moderación, que se añaden a combatir y prevalecer. Y las mujeres, que están fuera, son holgazanas. Los hombres holgazanes se parecen a las mujeres.
Explicaciones del origen y el mundo, míticas. Divinidades y héroes = causas de lo que había.
En el siglo VI a.C. florece el comercio (aparece un nuevo estrato social: comerciantes, artesanos) y las ciudadesa (Asia menor). Polis (comunidad griega), territorio agrícola y urbano independiente (algunas son colonias de la metrópoli).
Filosofía presocrática. Origen de la filosofía occidental: Grecia del siglo VII-VI a.C.
Los filósofos (varones) buscan explicaciones del origen fuera de lo divino, centrándose en la naturaleza (son fisiólogos; physis, naturaleza, y logos, estudio). Meditan sobre realidad e ilusión. Para explicar el origen y funcionamiento de la physis hablan del arjé.
Los MONISTAS lo explican todo recurriendo a un solo arjé:
- Tales de Mileto: el arjé es el agua, y en la naturaleza todo está vivo.
- Anaximandro: el arjé es el ápeiron, no constatable empíricamente. Su movimiento continuo y eterno genera los cuatro elementos fundamentales del universo: el agua, la tierra, el aire y el fuego.
- Anaxímenes: su arjé es el aire.
- Heráclito: su arjé es el logos (razón, discurso, lenguaje) que se identifica con el fuego. La razón cósmica (oculta) regula todo lo que vemos: «Todo fluye» y «La guerra lo gobierna todo». Niega la moral aristocrática del periodo arcaico y plantea que la virtud está en el control de la razón (particular + cósmica = conocimiento).
- Parménides: su arjé es el ser, que es inmutable y eterno. Los movimientos y cambios son un engaño; no se puede pasar del ser al no ser.
Los DUALISTAS o pitagóricos (vivían en comunidad filosófica-científica con normas rígidas):
Creen que todo está representado por un número y organizan el mundo concibiendo pares de opuestos (!) a partir de limitado e ilimitado: impar-par, uno-múltiple, derecha-izquierda, recto-curvo, reposo-movimiento, luz-oscuridad, pero… ¿por qué masculino-femenino? No son pares opuestos!! El universo es armónico y tiene música (que no oímos, por la costumbre). Teoría = ver con el alma: el conocimiento nos viene de los sentidos pero también de la razón/alma.
Los PLURALISTAS o atomistas nos sacan del estancamiento a que lleva lo que dice Parménides. Proponen dos tipos de arjé: unos que no cambian y otros que son agentes de las combinaciones que percibimos.
- Empédocles de Agrigento (Magna Grecia) propone que el arjé son cuatro elementos inmutables y eternos, tierra, aire, agua, fuego, que se mezclan (sin alterarse) por dos fuerzas contrapuestas amor (unión) y odio (separación). Origen animales.
- Anaxágoras de Clazomene (Jonia) se traslada a Atenas y entra en el círculo de Pericles. El sol = piedra incandescente (no dios; proceso de impiedad). El arjé = semillas inalterables activadas a mezclarse y combinarse por noûs (fuerza). Digestión.
- Demócrito: El arjé no cambia y se compone de ser (átomos) y no ser (vacío). El mundo cambia por el movimiento que afecta al arjé, que sigue siendo inmutable y eterno. Edad Media y Renacimiento.
————————————————————————————————————-
TEXTOS
«Hombre» significaba y significa «varón». El patriarcado se basa en la idea demencial de que primero había hombres, cuando ya sabemos que no es posible. En el mundo animal existen hembras solas que puede procrear, no machos solos.
Fragmento de Los trabajos y los días de Hesíodo:
[Zeus] urdió lamentables inquietudes para los hombres y escondió el fuego. Mas he aquí que el buen hijo de Japeto (Prometeo) lo robó al providente Zeus para el bien de los hombres (…). Y lleno de cólera díjole Zeus:
-(…) Te alegras de que me has robado el fuego y has conseguido engañar mi inteligencia (…). Yo a cambio del fuego les daré un mal con el que todos se alegren de corazón acariciando su propia desgracia.
(…) Ordenó al muy ilustre Hefesto mezclar cuanto antes tierra con agua, infundirle voz y vida humana y hacer una linda y encantadora figura de doncella semejante en rostro a las diosas inmortales. Luego, encargó a Atenea que le enseñara sus labores, a tejer la tela de finos encajes. A la dorada Afrodita le mandó rodear su cabeza de gracia, irresistible sensualidad y halagos cautivadores; y a Hermes le encargó dotarle de una mente cínica y un carácter voluble.
Dio estas órdenes (…) y el mensajero Agrifonte configuró en su pecho mentiras, palabras seductoras y un carácter voluble (…). Le infundió habla el heraldo de los dioses y puso a esta mujer el nombre de Pandora porque todos los que poseen las mansiones olímpicas le concedieron un regalo, perdición para los hombres que se alimentan de pan.
Luego de que despachó su espinoso e irresistible engaño, el Padre despachó hacia Epimeteo al ilustre Agrifonte con el regalo de los dioses, rápido mensajero. Y no se cuidó Epimeteo de que le he había advertido Prometeo no aceptar jamás un regalo de manos de Zeus olímpico, sino devolverlo acto seguido para que nunca sobreviniera una desgracia a los mortales. Luego cayó en la cuenta de que lo aceptó, cuando ya era desgraciado.
En efecto, antes vivían sobre la tierra las tribus de hombres libres de males y exentas de la dura fatiga y las penosas enfermedades que acarrean la muertea los hombres (…). Pero aquella mujer, al quitar con sus manos la enorme tapa de una jarra los dejó diseminarse y procuró a los hombres lamentables inquietudes. Sólo permaneció allí dentro la Esperanza, aprisionada entre infrangibles muros bajo los bordes de la jarra.
Tengo algún talento
a pesar de mi ubicación forzada
contra la realidad que Soy Yo
en el espacio teórico
de animal no humano
donde cualquier daño o dolor
será infligido
desde el estandarte
de mi reificación.
Con todo,
con tanto odio sobre mi espalda,
siniestro,
con tanto afán de hacerme daño,
ese usarme, ignorarme, aniquilarme,
todo el imaginable y todo
el dolor físico posible
(atiende, escucha),
no puede cambiarse este hecho,
Tengo una mente humana:
soy incapaz de ser Él,
el Dios Padre, el voraz Patriarca,
el Héroe, el Rebelde misógino,
incapaz de hablar su lenguaje.
Hasta cuándo seguirán
aprovechando el tiempo
los tatuadores del terror.
Hasta cuándo
la masiva humanidad
tatuada y tatuándose, siempre,
los ojos, los oídos, la capacidad humana,
se degradará acatando,
jaleando enajenada todos los daños,
el hecho del odio
que es ejercer y religiosamente creer
en el mundo del Más Fuerte, el Vencedor,
ese esclavo idiota de la violencia,
su único talento, y degenerado.
Hasta cuándo.
Conozco el destierro.
Es un buen lugar.
Mientras tanto.
(rev. dic. 2013)
Este tema es continuación de ¿Qué son las lenguas? – capítulo 2 (1) – Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts
La sección «Vocabulario estándar» de este capítulo, de la 43 a la 49 está muy bien [saco citas en capítulo 2 (3)], y eso hace más dolorosa la falta de uso de una inteligencia feminista, que podría haber proporciona varios ejemplos a lo largo de este capítulo: ¿cómo es posible que el análisis y la acción noviolenta lenguaje feministas no hayan aportado nada relevante para este análisis? Es imposible. En este capítulo hay varios momentos en que sería relevante poner ejemplos del análisis feminista del lenguaje y de cómo este movimiento social ha transformado el lenguaje.
El análisis feminista del lenguaje no existe en nuestra mentalidad de por defecto y esto no se debe a la escasa relevancia del feminismo, precisamente. Basta analizar cómo se ha beneficiado el lenguaje estándar de la inclusión de las mujeres en los últimos 30 o 20 años (empezaron a dejar de reírse e insultar abiertamente ya en el siglo 21, aunque también entonces se produjo la patética reacción de que «hombre» era neutro, cuando nunca lo había sido; el ridículo hecho en palabras de «Me revienta/pone de los nervios -en lenguaje de «mujeres»- y Es ridículo el uso de -en lenguaje de «hombres»- las arrobas»! (ridículo a dos bandas: 1. la propuesta de nombrar a las mujeres no nos dice que haya que usar arrobas, 2. Por qué pone eso «de los nervios»?)
Basta ver con qué facilidad asimilamos palabras tan raras como DVD o ipod y cómo aunque se haya extendido el uso de, por ejemplo, femeninos que no son ridiculizantes como antes (p.e., en profesiones: ahora «presidenta» no es la esposa del presidente, alguien que sin haber tenido más mérito que el de enamorar al varón en cuestión se arroga estatus), consistentemente hacemos como que no ha pasado nada, cuando no directamente nos burlamos.
Más, la creatividad lingüística humana, tan abierta a préstamos e invenciones expresivas, ¿por qué sufre tal ceguera frente a los usos del lenguaje que pretenden incluir y conceptualizar mejor a personas de diferentes grupos cuya existencia ha sido borrada del lenguaje, o cuya existencia no ha tenido acceso al lenguaje? ¿Por qué se ven y asumen palabras que el mercado quiere que usemos y consistentemente se practica el no ver ni entender con palabras sensibles a la justicia social? ¿Cómo se va a analizar la estupidez y el no-carácter científico de instituciones (es lo único que son: paquidermos de la pompa) como la RAE sin incluir los hechos lingüísticos de la transformación hacia la justicia social, hacia el derecho a ser nombrada la existencia de quienes no tenían ni ese derecho? ¿Por qué en Lingüística no se va a tener en cuenta la realidad de transformación conceptual y nominal que nos conduce a un mundo mejor, menos violento e injusto? Y no digo en monográficos del tema, digo en el explicarse de cualquier otro tema de lingüística.
La gente de Lingüística tiene que incorporar los usos transformadores de la realidad hacia la justicia, porque además han hecho mella en el lenguaje. Hay que hacer un esfuerzo. No vale con dejar fuera el análisis feminista del lenguaje, pues el modo por defecto dista de incluir algo tan valioso e interesante y que desde luego ser neutro o científico: se convierte en una acción a favor de la perpetuación de la no existencia humana de las hembras humanas y en especial de ellas como pensadoras. De Saussure explicó bien lo de que el uso de la lengua es lo que importa, pero hay también que explicar el potencial transformador de las lenguas respecto a la propia realidad social, ese pre-uso que luego se vuelve uso común generándose una realidad social muy distinta (no sólo vamos a tener en cuenta las realidades del mercado, repito), o que no y por qué, la dificultad que entraña construir un lenguaje que refleje que las personas son personas más allá del hecho del racismo, la misoginia, el nacionalismo, el clasismo…
El resto del capítulo (hasta la p. 59) también está muy bien (incluye “hablar bien y hablar mal”) y también se beneficiaría mucho si incorporara la inteligencia feminista.
(He seguido leyendo el libro, que a mí me parece maravilloso, y por ahora la crítica que hago aquí sólo me ha surgido con mucha claridad -quizá no haya dado con las palabras aún- en el capítulo 2.)
Siguiente post, citas: ¿Qué son las lenguas? – capítulo 2 (3)
Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts
He leído dos de June Jordan y me gusta mucho. Su autobio infancia, Soldier, y su pequeña novela primera, His Own Where. Por eso escribí Corners Good for Nothing.
- Sigo con la agonía de la biografía sobre la vida y muerte de Mary Wollstonecraft, por Claire Tomalin. Es realmente una agonía. Pero tengo que intentar acabarlo, si voy a animarme en algún momento a escribir algo para ayudar a difundir su obra. Pero los cotilleos en clase brillante y aguda historia me duelen en el estómago.
- Tengo justo por la mitad el de Enrique Bernárdez de Qué son las lenguas, y ya me ha llegado el siguiente suyo, El lenguaje como cultura.
- A medias también uno que me gusta muuuuucho: una selección de cuentos (¿de hadas?) de Angela Carter. Son cuentos donde las niñas y las mujeres no son esos seres pasivos e idiotas en que las convirtieron los soldados patriarcales Perault y los hermanos Grimm.
- Por abrir, pero teniéndole ganas, Don’t Bet On the Prince. Contemporary Feminist Fairy Tales in North America and England, compendiados y con intro de Jack Zipes.
- El libro de cuadros de Caravaggio (no es de leer, pero es un libro!)
- Releer Ten Little Indians, de Sherman Alexie.
- Terminar Every Day Is a Good Day. Reflections by Contemporary Indigenous Women, ed. Wilma Mankiller
- Terminar I Am an Emotional Creature. On the Secret Life of Girls around the World, de Eve Ensler (versión sobre niñas equiparable a los Monólogos de la vagina que escribió para las mujeres).
- Empezar The Curious Feminist, de Cynthia Enloe, quien acuñó (pienso) la expresión «curiosidad feminista», eso que le falta a tanta gente maja e incluso inteligente. (Bueno, se le habrá ocurrido a más gente, claro, pero a mí me vino de ella. soy de la opinión de que es imposible que haya habido un único Leonardo, o Camille… Creí que más gente así lo entendería, pero resulta que no: la gente cree que una persona pudo ser la «primera» en hacer algo.)
- Terminar los cuentos de Michel Faber Some Rain Must Fall. (Sigo enamorada de su Sugar, en The Crimson Petal & the White. O sea, por ahora no me gustan los relatos más que este tocho increíble de novela, que sólo verla creí saber que jamás podría leérmela. 900 páginas! Busqué al autor, para preguntarle si había algo en esta novela que pudiera haberse inspirado en Mary Wollstonecraft, pero nada.)
Terminar The Man-Made World, de Charlotte Perkins Gilman.
- Terminar sus relatos. (Traducir alguno y pensar su webita.)
- Seguir con notas en A Vindication of Women’s Rights, de Mary Wollstonecraft. (Pensar su webita.)
- Releer A Room of One’s Own de Virginia Woolf y los relatos de You Can’t Keep a Good Woman Down, de Alice Walker.
- Releer o terminar de leer entero Learning as Transformation, de Mezirow et al. o si acaso Transformative Dimensions of Adult Learning de Mezirow.
- Descartar por el momento La elegancia del erizo, de Muriel Barbery (belga).
- Ver si termino el final de Walking to Greenham, de Ann Pettitt, que me atasqué y no he conseguido volver a arrancar.
- Decidir si leo entero Mother Tongues. Travels through Tribal Europe, de Helena Drysdale.
- Terminar When Languages Die, de David Harrison.
- Leer algún artículo más de Sociolinguistics, ed. Bratt Paulston & R. Tucker.
Vaya. No me extraña que no sirva para estudios! 😀
Tengo ganas. De que se acabe este año, tan lleno de cosas malas de salud y de visiones sobre las personas. Vivir, al final, sí es una fuente de conocimiento, si se quiere.
Da igual, claro. El tiempo es relativo. Esto lo entiendo muy bien, creo. Pero como un juego, así me tomo yo el yo simbólico, como juego, es bonito pensar que existen transiciones del tipo: final de un tiempo, inicio de otro periodo.
Yo, además, estoy resuelta a ser muy simbólica en estos tiempos, respecto al tiempo, porque en la primavera que viene tendré medio siglo de vida en este planeta, y eso hay que celebrarlo, sobre todo porque sin entender nada, aquí estoy, no puedo más que celebrar la vida superviviente.
Por otro lado, estoy pedo. Las drogas tienen su utilidad. Siempre las hemos necesitado. Y yo soy del grupo minoritario que no depende de ellas, pero que sí se beneficia de ellas. Bicha rara.
Quería decir, sobre todo, que he aprendido cosas sobre las personas, pero que este aprendizaje sólo sirve para acompañarte, sin más relevancia. He aprendido que la gente hace lo que puede, y dado el contexto esto es decir que hace pero sin aspirar a la luna. La amistad es ciertamente una belleza de la vida humana, y hay que aprovecharla, vivirla cuando se dé, que será en periodos o momentos, como todo lo demás salvo las cosas raras.
Las cosas raras tienen un salvoconducto.
Lo siento. Duele imaginar el mundo en tu inteligencia. Siglos después, tenemos más espacio para sobrevivir, y de éste podemos sacar algo para vivir, pero seguimos sin entender nada. Toda nuestra fe para lo que nos destruye.
Si yo comprendiera lo que es una medalla, supongo que te daría una a ti. Por suerte, soy de tu saga: no puedo imaginar que la vida necesite una escala de valores.
Siguen tomándose esto como agresión. Sigue predominando la incapacidad de comprensión. Pero, es cierto, tenemos más aire. Yo intento siempre tomar todo lo que me cabe, y más, por si se puede más.
Nunca tengo tiempo para acordarme de cosas intrascendentales que se deben aprender. Me siento a su vera, en su borde, sobre su filo, y siempre ocurre algo: vuela una mosca, las nubes empiezan movimientos extravagantes, o veo abajo a un malvado y salto sobre él, fiera lucha por evitar males mayores.
Al final de la noche, despierto siempre a tu lado. Esto no es sólo una pasión, es una casa.
Las casas no se regalan, los cuerpos tampoco, lo saben todas las personas. Llegada a este punto, sólo veo en el reflejo un saltamontes, y no puede ser, lo sé.
De hecho, no hay una lengua madre de todas, ni un Leonardo, ni una Camille Claudel. La vida no funciona así. Y no entiendo por qué a tanta gente le parece un hecho, otro hecho. Eso no es así.
Creo que esta vez se me ha cruzado una idea interesante que dejará sin color, sin agua, sin sustancia a lo que son cosas intranscendentales.
Yo no sé cómo tienes esos ojos que ven el mundo. Y menos aun cómo estás a mi lado. Y lo que no comprendo es cómo puede ser que de nuestro amor nazca una casa en la que habitan nuestros cuerpos, como si hubiera casas y cuerpos, me asombra, no salgo de mi asombro, y despierto a tu lado.
Here I am
spelling out
what is just in front of my eyes
naming
what I can feel is happening to me
what you are doing to me
finding out
the weapons in your game
what I am like
and all of your crimes
naming it all
in front of your endless violence
your lies and silences
and rape, your private hunt
what any man is entitled to
you terrorizer terrorist
hiding this way your fear of me
your boundless fear of me
Here I am
not being fooled
silenced
or deceived
spelling out
my self
spelling out
what you call utopia
always denying
my existing world
my self
spelling it all out
for my life
while you log me out
unfit
and darken the world
with the smoke from
my burning body
you criminal
will you ever stop
En un documental, nos muestran su vida, con huerto ecológico, qué precioso es eso de trabajar con tus manos la tierra, y cultivar tus alimentos, ordenadores (¿podrán navegar?, no lo creo), alquileres de tierra a Codorniu (todo el mundo necesita dinero para vivir), otras fuentes de ingreso, incluidas estatales (!, en una sociedad laica), atención a gente discapacitada, talleres a gente que no pudo con la ESO (hombres y mujeres), y así… Y de paso mencionan un detallín: que al sitio de lectura y silencio y descanso no pueden entrar las mujeres. ¿Por qué?
Así es la relgión en el patriarcado: si el hombre tiene un problema, se castiga a la mujer, al fin y al cabo, ella debe de estar alegre por todo lo que recibe de los hombres.
Escucho en un programa llamado «Para todos La 2» (7 dic 2012) a un hombre incorporar el consumismo en su cosmos de comprensión (y animándonos a hacer lo mismo, claro) como un indicador de civilización, como algo que llevamos haciendo 200 años y que es parte de nuestra identidad.Hay que tener cero escrúpulos para decir esto. El ninguneo de quienes están abajo de este sistema ideológico, ya sin dudas, por mencionar algo. En su día, pensé «Hemos pasado de la dictadura al consumismo saltándonos la democracia». Pues aquí está un detalle que así lo confirma.
Ya lo tenemos en la tele, la idea que debemos tragarnos.
No es un análisis, es un ejemplo de manipulación, al estilo de la que durante siglos han aplicado los hombres de la religión. En la que se apela a algo humano, en este caso, el deseo de expresar amor de las personas hacia otras personas queridas, para forzarnos a tragar algo que no se puede tragar: que debemos consumir y callar.
Añade el hombre, algo más inseguro al parecer porque repite continuamente una palabra clave, que el bombardeo al que se somete a la gente cuando se acercan las vacaciones de invierno es «legítimo». Legítimo, legítimo, legítimo.
Los imbéciles de la propiedad, que se han quedado tontos de tanta ansia. Los imbéciles, que no se dan cuenta de que disponemos de mucha información y también de inteligencia para ubicarnos.
Que siga la gente juntándose en la calle y analizando.
Capítulo 1 – Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts
Capítulo 2
Los términos «lenguas, dialectos, idiomas, hablas, jergas…» son sobre todo términos sociales o políticos y no lingüísticos. ‘Dialecto’ y ‘jergas’ se han usado (para establecer jerarquías de validez, es decir, se han usado) peyorativamente. Por esto ahora más bien hablamos de variantes.
«¿Por qué los estatutos de autonomía de Valencia y Baleares hablan de las lenguas valenciana y balear, y no de la lengua catalana? Los baleares son ajenos a la discusión valencianista sobre los orígenes de su habla, pero se ha evitado el término lingüisticamente correcto «catalán», para no dar la impresión de que las Baleares son, o hayan sido, o puedan ser, «países catalanes».
La confusión, por lo general intencionalda, de nación y lengua tiene la culpa [es responsable] de casi todo esto.»
«ya no se habla de dialectos, jergas y todo eso, sino de variantes diatópicas (por lugar) y variantes diastráticas (por grupo social), así como de lenguajes especiales (jergas).
[No me gusta el ejemplo humorístico de p. 35 porque no diríamos «literatura en variantes diatópicas castellanas» para nombrar la literatura extremeña, murciana, canaria o andaluza. Se dice, que yo sepa, Literatura gallega, y otra, Literatura en gallego, etc. Y en general se habla de «variantes» de las lenguas, ¿no?]
Lenguaje (humano): «capacidad que poseemos los seres humanos [las personas] para hacer ciertas cosas por medio de una serie de señales sonoras o visuales.»
Lengua: lo que todo el mundo entiende por lengua. «Una lengua es un consenso social.»
«Algo fundamental es que toda lengua existe solamente en la diversidad: variantes sociales, regionales, de edad, sexo (ahora se suele decir «género» – [?? no suena bien: al margen de lo que pueda entenderse de esto, que es sólo una cosa, está la realidad, además. El análisis con inteligencia feminista también es científico y como tal, requiere la creación de terminología adecuada. Usarse esos términos fuera de contexto o sin explicación no genera más interpretación que la que se impone que tiene relación con negarse a atender a los análisis feministas])
«Más adelante nos enfrentaremos a la cuestión de la diversidad y cómo podemos someterla [abordarla] científicamente».
Lengua estándar: «Es lo que se enseña a los extranjeros, normalmente también lo que se aprende en las escuelas. La inmensa mayoría de los textos escritos* está en el estándar y es la forma de lengua que se utiliza pra dar conferencias y clases, en debates políticos y otros muchos ámbitos.» [¿Y por qué no incluir ya los estándares orales, ya que operan hegemónicamente y eso se podría evitar, para dejar de reproducir malas ideas. PIenso en el caso de gente que trabaja en canales nacionales y tiene en su español un acento andaluz o canario que pueden hacer estándar andaluz o canario culto, pongamos, una presentadora canaria trabajando en la tele nacional: ¿por qué tiene que imitar el acento castellano? El acento andaluz o canario no implica menos cultura o control del español. Los acentos distintos al español castellano tienen que ser disimulados forzando a la gente a adoptar el «acento español» según la Real Academia de la Palabra Muerta y sus secuaces? Uno de los autoritarismos lingüísticos más acatados por el público, a quien si se lo planteas te dicen que «hombre, es normal que…!»]
* …
«Pero hay bastante gente que en el ámbito privado puede usar otras formas de la «lengua española». Por ejemplo, pueden expresarse en lo que podemos llamar «ganadino cerrado», o sea el dialecto o variante diatópica de Granada. En ello no hay absolutamente nada de «incorrecto»: las cosas son así, y ya está.»
«Hasta los samoanos tienen una forma de hablar «culta» [socialmente consensuada como común, compartida], socialmente reconocida, y otra más coloquial.»
«El estándar no es otra cosa que la forma de lengua socialmente aceptada com la más adecuada para los contextos formales de uso.» p. 38
«Normalmente, el estándar es tan fuerte que va eliminando poco a poco los dialectos.»
«¿Quiere esto decir que todo el mundo que utiliza el estándar habla igual? ¡No, en absoluto! Un problema en la concepción no lingúistica de las lenguas es precisamente el pensar que hay una sola forma correcta y que el resto es dialecto (en sentido peyorativo) o puro y simple «hablar mal». No es sólo ni principalmente culpa de la gente de la calle, desde luego, porque esta idea ha sido la oficialmente predominante durante emucho tiepo y se ha visto favorecida hasta por las instituciones: las academias de la lengua, que deciden de manera artificial [violenta; que pretenden imponer haciendo uso no de argumentos sino de mala saña] lo que está bien y lo que está mal (…) Problemas causados por enfoques ya antiguos y anticuados de la lengua pero que seguimos inclulcando a la gente… ¡incluso algunos lingüistas!»
Resumiendo: Hablar distinto no es necesariamente hablar mal. Necesariamente tenemos que hablar distinto según con quién y dónde estemos o qué tengamos que hacer con el lenguaje. Mis ejemplos: utilizar el lenguaje epistolar en un sms es de ignorantes no ya de pedantes, como también utilizar lenguaje formal de textos escritos en una situación de comunicación de la vida más cotidiana, de hecho, eso se hace en humor para hacer reír.
«Lo cierto es que «estándar» no es exactamente lo mismo que «lengua normativa. (…) El estándar, por su misma naturaleza, admite diferencias. Normalmente no en la ortografía, que es fija: español, alemán, italiano, neerlandés, ruso, checo, griego… tienen una ortografía única para todos los que quieran usar el estándar. [Esto no incluye la vida real nueva que tenemos: la comunicación oral escrita, por escrito, como en chats, sms, foros… Es decir, antes (¡y no ahora, necesariamente! si aceptamos la existencia de otros lenguajes escritos, los orales!) el lenguaje escrito estaba vinculado a las élites que lo usaban casi exclusivamente para textos formales, de análisis, legislación, y similares. Hoy en día, nos comunicamos por escrito a niveles íntimos e informales y también teniendo en cuenta el medio de comunicación que usamos, por lo que los usos del lenguaje oral se han ampliado en número y naturaleza.]
??: «en Inglaterra se usan ciertas formas que son distintas a las habituales en los Estados Unidos, situación cuyos orígenes están en la idependencia de la nación: al ser otro país tenían que tener otra lengua… y empezaron por la ortografía» O no lo entiendo, o disiento: a mi modo de ver, partieron de lo mismo, como quienes en América habían sido forzadas y forzados a sólo hablar español, y ocurrió algo que yo entiendo ocurre en la evolución de las lenguas, pero quizá me equivoque: que la lengua en su lugar de origen evoluciona más rápido, o cambia más a lo largo del tiempo respecto a su propia estructura, que la lengua que después ha sido adoptada en un lugar. Me baso en la idea de que el inglés estadounidense será más moderno en las palabras acuñadas y su cantidad, refiriéndome a neologismos, pero sintáctica y morfológicamente y también en ortografía es más fiel a cómo era el inglés británico hace muchos años, es decir, tarda más en evolucionar en eso. Así, por ejemplo, nos encontramos cosas en inglés estadounidense y en español en las Américas que a la gente de Gran Bretaña, o bueno, Inglaterra, y de España, le suenan de un español más antiguo. (sin embargo, al tiempo, esas variantes americanas de ambos idiomas se nutren de las lenguas y culturas de su zona, claro, y por eso mismo hay varios estándares de cada lengua, pienso, porque no se puede ignorar el hecho geosocial, o como se llame). Cro-que-tando: que el dicho de lo de la lengua y el ejército aquí, en esto, no lo veo…
«Un estándar admite variaciones porque es una norma fundamentalmente implícita, no impuesta por ninguna autoridad externa a la dinámica de la lengua misma.»
«En todo estándar hay variación. En primer lugar, (…) pronunciación. (…) El problema puede empezar cuando se trata de gramática. Sin embargo, el estándar lo único que hace es reconocer las formas socialmente aceptadas. Argentinos, uruguayos o chilenos se expresan en el estándar español (…) aunque usen el voseo y formas especiales del verbo que no existen en España u otros lugares de América. Un «leísta» («yo le vi») es tan estándar como un «loísta» («yo lo vi»), y así sucesivamente. Si un hablante de otra lengua aprende español en Latinoamérica las cosas serán distintas que si lo aprende en España.»
«El inglés nos ofrece quizá el ejemplo más radical. (… Pigmalión, de Shaw) en inglés estándar normativo [y eso sin Real Museo de la Palabra Muerta, pero eso sí, con patriarcas que usan el lenguaje como manda la tradición, para establecer clases sociales y repartir lugares en la historia] británico único e invariable era la señal de cultura por antonomasia.» [Pero en la web de la British Library te dicen qué porcentaje de la población habla el Received Pronunciation: el 2% de la población… Sin embargo aquí, los soldados del Real Museo Muerto pueblan los periódicos, las «discusiones», etc., sin dejar, con sus autoritarismo socarrón, espacio para ninguna presentación o discusión de más ideas, todo por defender a los amos o por un sillón en la Academia Asesina de la Lengua]
«Desgraciadamente, las tradiciones tardan en morir y la visión prelingüística del estándar/lengua normativa como obelisco inmutable, intocable y único sigue perdurando; a veces incluso causa ciertos problemas psicológicos a los hablantes de estándar que utilizan una variante regional, pues se ven a sí mismos como «incorrectos» [Claro, porque para eso existe la Academia Autoritaria; el empeño en dejar fuera a las mujeres es el caso más claro de que usan el lenguaje para crear clases, méritos, respeto a autoridades, o todo lo contrario hacia el resto, el «pueblo llano» del que ahora dependen para defenderles (pues gracias al desarrollo científico en las áreas de conocimiento, en nuestro caso, la lingüística, ya es difícil que ocupen un lugar relevante) y al que siempre han despreciado ostensiblemente. Misóginos, homofóbicos, racistas, clasistas… Es anacrónico que sigan por aquí. Habría que reunir todo lo que han hecho para impedir que la situación de las mujeres, al fin, promocionada, no se reflejara en el lenguaje.]
«Y es que el estándar es un compromiso implícito entre los hablantes y cambia cuando ellos así lo deciden al admitir como estándar formas que antes estaban socialmente estigmatizadas. Y ninguna academia de ninguna lengua puede hacer nada por evitarlo (…) es cuestión de aceptación social, no de imposición externa de normas artificiales» [pero no diría yo (o únicamente) artificiales, son del poder; el poder ha usado siempre el lenguaje para crear la sociedad también. por eso nos impidió acceder a la cultura, la propiedad, los viajes y el uso «legítimo» de la violencia, y desde luego, mucho más, figurar en ella].
«En épocas más recientes se han creado otros estándares: el finés, el eslovaco, el griego (tienen 2), el noruego (ídem), el hebreo, el samoano y muchas lenguas que no contaban con una tradición escrita reciente. Dicho sea de paso, quienes critican el euskara batua o vasco estándar por ser artificial tendrían que echar un vistazo a la historia: prácticamente todas las lenguas estándar son tan artificiales como esta forma ahora oficial de la lengua vasca. (…) Por naturaleza, el estándar es artificial, no corresponde exactamente al habla de ninguna región concreta (el castellano no es de «Valladolid», por ejemplo).» …
Vocabulario estándar p. 43 – sigue en los comentarios posteados en este tema.
Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts
de Enrique Bernárdez (1999) – Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts
SUBRAYADOS Y APUNTES EN EL LIBRO
¿Qué es una lengua? (pp. 25-26)
«las lenguas humanas, pese a sus enormes diferencias entre sí, son esencialmente variantes de la misma cosa, igual que todos los seres humanos somos» «variantes de» «una misma especie».
La lengua: un dialecto con ejército (pp. 30-31)
«algo es «una lengua» por motivos sociales y políticos, no lingüísticos. Y aquí vuelve a aparecer un problema: los lingüistas utilizamos el término lengua en forma muy diferente a cómo lo usa la mayoría».
«Que catalán central y valenciano son dos lenguas es una cuestión puramente política, no lingüística. Si se decide que inglés estándar norteamericano y ebónico son dos lenguas distintas, se hará igualmente con criterios políticos y tendrá consecuencias político-económicas: por ejemplo, que para garantizar el aprendizaje del inglés estándar por los niños afroamericanos habrá que dotar de fondos adicionales a las escuelas y otorgar formación, consideración y paga especiales a los maestros encargados. El tema está claro: ¿quién decide? No una comisión de lingüistas, sino el Senado de los Estados Unidos, una institución política.»
(Nota mía: ese hecho de la realidad del poder (la política concebida por poder) no implica (¿o sí?) que equipos interdisciplinares que incluyeran a lingüistas necesariamente, en especial a gente de lingüística que comprende el papel condicionante que tiene el lenguaje a la hora de que se conciban ideas y relaciones, estuvieran óptimamente capacitados para decidir cuestiones políticas relacionadas con el lenguaje. Es decir, el único motivo que racionalmente (racionalidad empática y no la patriarcal, tan anacrónica realmente para el conocimiento de que somos capaces ya) pueda existir para ignorar los análisis de la gente dedicada a la ciencia del lenguaje sería que ésta siguiera ciega a todo lo que se puede descubrir con una mirada más libre, y que siempre es lo que tiene que ver con las revoluciones/transformaciones sociales, sobre todo, las feministas).
«En Indonesia se hablan muchas lenguas pero la oficial es el indonesio, el bahasa Indonesia o «lengua de Indonesia», derivada del malayo hablado en Malasia y Singapur. ¿Son dos lenguas distintas? El siglo pasado por estas fechas no había duda: eran, efectivamente, la misma. Hoy día hay ciertas diferencias en todos los aspectos, desde el vocabulario a la pronunciación y la gramática, en parte porque muchos neologismo del indonesio proceden del neerlandés mientras que en malayo se derivan del inglés. Lo cierto, sin embargo, es que quien entiende una entiende la otra prácticamente sin ningún esfuerzo.»
(Como pasó con el serbocroata tras las guerras en los Balcanes a la muerte del dictador Tito: ahora el serbio, y el croata, y no es sólo político en el momento en que las fronteras contribuyen a desarrollos de las lenguas independientes y por tanto, con un alto porcentaje de posibilidades de que vayan desarrollando diferencias, sin saberse hasta qué punto, ¿hasta el punto de no entenderse sin dificultad?
Una cuestión aquí: esto podría tener relación con la vergüenza que me da a mí (superada finalmente la no transición que tuvimos y la dictadura y sus destructivas políticas con las lenguas), hablante de español castellano, llamar a la lengua que hablo (no a la variante que hablo) «castellano», pues «español» es a mi modo de ver, una lengua hablada por diferentes comunidades y pueblos, y éstas y éstos serán también variantes de esa lengua común que compartimos. Así, si estoy en Catalunya, tenderé a adaptarme a emplear el término que se considera aceptable al nombrar ‘español’, y que es ‘castellano’, sin embargo, en Catalunya hablan español catalán (como en Andalucía hablan español andaluz, o en Galicia, español gallego: todas «español» pero todas con sus rasgos culturales distintivos plasmados en la lengua), digamos, ese estándar y no español castellano, pienso. En el ámbito internacional, sin embargo, mantengo el uso de «español» para nombrar la lengua que hablo yo al margen de la variante de esta lengua que yo emplee. Igual que llamo «inglés» a las variantes de esta lengua en Canadá, Gran Bretaña, Sudáfrica, India, Estados Unidos…
Y sobre entenderse sin esfuerzo: ¿cómo establecer el grado de esto? Según me consta a mí, la gente de habla portuguesa comprende bastante el español y que la gente hispanohablante no parece comprender nada el portugués, aunque de hecho se escuche que «se entiende bien».)
Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts
Múltiples cosas ocurren simultáneamente.
En la tele, unos agentes de la propiedad
asesinan por error; yo, mientras tanto,
corto un trozo de pollo,
dorado e intenso gracias a la sal,
y se me aparece un pasillo y una puerta entreabierta
a la derecha, la puerta donde la madre
de alguna manera
ha muerto o pela una lechuga rodeada de moscas.
Es la madre de Julio, pienso, para hacerme fuerte.
Y lo que siento es los ojos ardiendo de esfuerzo,
con furia, o desamparo, ardiendo por no desbordar,
desbordando contenidos (tú amor lo sabes y me sonríes,
para echarle luz a lo que compartimos…
un abrazo, un con suelo, un dejarme estar).
Y está ahí la conexión libre con otra historia,
una que no tiene importancia en el presente
pero que es una ráfaga invisible en el estómago,
un dolor accidental, un tornado estrangulado
en la garganta, miro la tele fija,
llega el trozo de pan a la boca,
los ojos rebasan, arden igual,
las moscas saben llenarlo todo,
accidentalmente,
como los somníferos,
y los niños atónitos
que saben ser el papá,
que se prepara la cena
y se coloca el batín
que no es de seda,
dejando atrás
la pila de platos
secos cubiertos
de cucarachas.
No todos los silencios significan lo mismo.
Y muchas cosas siempre pasan simultáneamente.
Y nunca se puede decir
cuál es significativa,
porque la vida no cabe
en ese pasillo tan estrecho.
(Modificado 3 dic)
Ayer vimos una buena peli, aunque el prota era un psicópata, por lo bien que actuaban la prota y los dos protas, y por la historia, quizá. Empezaba mal y me lo perdí. Siempre se me ocurren tareas urgentes en ciertos momentos televisivos. Realmente estoy muy saturada de violencia. Es como un rechazo instintivo y viejo. Una insumisión general. Pero volví a la peli: al menos tuvieron la delicadeza o la inteligencia de no hacer a una mujer picadillo, como en las pelis de psicopátas, que rechazo o me rebotan por eso. Mataba(n) a cuchilladas a un hombre, corrupto, claro, en el patriarcado las muertes de los hombres tienen sus sentidos relevantes. No como las de las mujeres. El caso es que hoy estábamos de zafarrancho y al sacar el paquete de detergente para lavar la ropa, vi que podía echar lo que quedaba en el nuevo y me puse a ello, sabiendo que tendría luego que meter la mano para intentar arrancar los cachotes de detergentes como petrificados, las rocas jabonosas, y que te duelen las uñas porque cuesta, y por eso al final, tiras la caja de cartón con detergente en el fondo, como para unos dos lavados, medio mes de ropa sucia. El caso: justo antes de meter la mano lo vi como un rayo. Abrí la caja nueva, volteé la vieja sobre ella y lancé cuchilladas sobre el fondo. Se desprendió todo el jabón y luego sólo tuve que deshacer las rocas jabonosas. Nada de dolor bajo las uñas. Lo que se aprende de la tele…
Seguro que la estampa de una mujer acuchillando el fondo de una caja de cartón para que se suelte el montón de detergente adherido y como petrificado (porque le da vergüenza tirarla tal cual, porque le da vergüenza la sociedad de consumo con su pornografía de lo que es basura) da más miedo que la de un psicópata haciendo su nauseabunda función misógina siglo tras siglo en el patriarcado.
De Enrique Bernárdez (1999) 🙂 Recibo dos ejemplares! Esperando otro ensayo… 🙂
La gente opina siempre sobre temas de lingüística e ignora, incluso le discute sus ideas sobre la lengua a gente estudiosa y rompehielos de la lingüística. Si lees esto y quieres crearte una opinión fundada, o si siendo de filología quieres reenfocar las cosas mejor, y actualizarte, píllate este libro, por ejemplo.
Entrevista a Enrique Bernárdez
Mujer Palabra – Pensamiento – Sobre el lenguaje – Aquí hallarás más. Eulália Lledó Cunill tiene en su web varias joyas descargables gratis.
Ir a Página Lecturas de Lingüística con posts
You stand there
and every one
every one sees you
every one knows you
seeing is not knowing
nobody knows you
You be faraway
blowing mind running
after a poem far from
every one’s reach
(you too not your body)
far from Every One’s World
(worlds, there are, you blind?)
quite far different
You be thinking
how rough and solid
branches be and trees
the rustle of leaves overhead
(not the deafening bombs)
the rustle in your feet
the wind huge leaves
at the top prehistoric
like a thick thick trunk
the little and the yellow
close to the ground
Not oranges in bloom
or eating dates in the sun
or the wet warm stones
but beautiful see?
Anyway
Nobody knows you
Corners good for nothing
(Edited Nov 20)
Cómo el jazz de los treinta
llena de vida
el habitáculo leñoso
en la montaña boscosa
en la noche húmeda y terrible
Hay una cualidad
en el personaje de Bridget Fonda,
esa chica condenada a muerte,
secuestrada por la CIA por su fuerza
vital y libertad para sobrevivir
(que ellos usarán como arma),
una cualidad salvaje, decía,
de huida de todo y por siempre,
expresada en una imagen: ella descalza,
a galope en una yegua que atraviesa el espacio
de la voz áspera y ámbar de Nina Simone,
esa infancia…
Y hay un detalle en el episodio segundo
del quinto viaje del Mentalista,
tras una última ventana sucia,
que es la mirada de un hombre quien,
jugándose la vida, se prepara
un te de belladona para crear la visión de estar
hablando con su hija.
Así espero yo los sueños,
poder verte, poder conversar
contigo,
así espero yo mi pequeño consuelo,
la yegua de mirar por esa ventana,
esa nana.
En memoria de Carmen Reñé
(Mod. 24 octubre; y rev. dic. 2013; rev. nov. 2017)
La piel oliva es dorada y verde.
Los ojos y el pelo negro noche lluvia
y profundos,
como el verano en los jazmines.
Las hojas son verde ceniza por abajo
y se vuelven al cielo abierto,
tantas veces
con tanto esfuerzo, con dolor,
y levemente brillantes
por encima, como un recuerdo
de aceites y manos, de cuando
podían plantar olivos, verlos crecer.
La música está prohibida.
(Es ley en la democracia del genocidio.)
Las personas jóvenes no temen más
que aman, por eso cantan
en un espacio de ruinas secreto.
Sus ojos contienen al fondo cascotes
caídos sobre los olivos bajo el sol
sobre la tierra amarilla gastada agotada,
llana, terrosa, dura, persistente; hecha mirra,
y aprenden a tocar en cajas con cuerdas
y se juegan la vida cuando bailan.
Es lo que nunca cuentan las crónicas que escriben
los padres de todas las guerras.
- michelle renyé en 100 mil poetas por el cambio 2012 Graus Huesca – 4 pp. en pdf
- El audio para Carlos (he dejado sólo los 5 minutos de intro dedicada)
100 Thousand Poets for Change – Huesca
http://youtu.be/1kBo1Xc_MeY
http://youtu.be/Xz-UvQYAmbg
Canción del Hombre blanco conservador
¡Qué ocurrencia, mujer!
–resuena sólida mi risotada
en el burdel. Si no fueras puta
podría llevarte a la tertulia.
Cómprate algo, y hasta el próximo.
Me espera la bruja de mi esposada
para ir a misa a comulgar.
Canción del Hombre blanco progresista
Tu cuerpo es dulce, bonita,
pero no haces más que decir
tonterías –escucha mi bonachona risa
y no protestes. Soy magnánimo al decírtelo
sin darte una paliza, con humor
y con ternura. Venga, te follo y luego
me traes un café,
que tengo mucho que hacer.
Modificado
No sé si tú analizarías, si vivieras ahora, lo que analizaste cuando lo analizaste, tan bien visto todo (salvo en el no ver a las mujeres como personas, como trabajadoras, pero quién las había visto más que un grupo bien pequeño de personas), porque todo era la industria, no? Pero pienso que no, que, encerrado en la biblioteca, con la suerte de poder dedicarte a pensar y a analizar y a escribir por tu inteligencia y también por tu colchón económico, no habrías podido llamar a los elementos como aún siguen llamándolos porque tú así los llamaste (como quien corta el cordero en tres para asarlo y no sabe por qué y resulta que antes se hacía porque no cabía en el horno), ahora que el feminismo ha calado algo más, que la guerra ha incorporado Todo masivamente, que existe internet y la mayoría de los trabajos son paro y servicios, y «los obreros», bueno, tienen tele, coche, casa desde hace ya varias décadas, y sus hijos e hijas tienen acceso a internet y móviles asombrosos, y las fábricas tienen a cuatro gatos, literalmente, vestidos de blanco, porque todo está automatizado… Bueno, y la mayoría de los obreros y las obreras que viven en países lejanos a donde van los objetos que producen, en el sur del planeta, no sé si así les llamarías, obrer@s, a mí se me parece más a esclavitud…
Bueno, también siento no haberte leído, es pesado para mi cabeza autodidacta y necesitaría profe, pero eso, lo que pudiste influir está en el aire de la cultura que respiramos,* ha ayudado a formar el pensamiento moderno, pienso, algo quizá más fiel a lo que pretendías que lo que se hizo interpretándote en las políticas de los partidos políticos.
Disculpa mi ignorancia. Me mueven estas grandes sospechas y me hubiera gustado preguntarte, eso sí, si personalmente fueras un hombre capaz de no temer el cambiar de idea sobre algo, al aprender más cosas.
*Fíjate, tenemos en la sangre esto: «¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades!» Una bellísima idea.
- Porque no soy creyente, no creo que haya cosas “sagradas”, ni intentaría llevar a las masas a la acción por tocar su fibra espiritual o religiosa, eso me daría mucha vergüenza y políticamente me parece efectivo pero no revolucionario, transformador de raíz.
- Porque no soy nacionalista, mi respeto por las identidades colectivas vive al margen del mundo geopolíticomilitar de las naciones; además, todo nacionalismo requiere un ejército, como el noviolento gandhiano, considerando “ejército” al grupo de personas que sigue ciegamente (y siendo capaz de ver la diferencia entre ejércitos, y “ejércitos” noviolentos, como la veo también entre ejércitos y guerrillas sociales).
- Porque no soy clasista, y no me parece sana la idea de Héroe, Mártir y sacrificio.
- Porque no apoyo el Sistema patriarcal: soy autocrítica con mi machismo cultural y tengo mejor idea que Gandhi (más evolucionada) sobre lo de que los fines son los medios.
¿Cómo se puede ser pacifista si no se es gandhiana?
Basta dejar de pensar en el pacifismo desde la Razón patriarcal, esto: como movimiento de hombres que se niegan a ir a la guerra (sin incorporar la crítica feminista: nunca mencionando que también se niegan a violar; porque sólo piensan en las mujeres para que se nieguen a pedir la igualdad sobre ingreso en los ejércitos) o como movimiento de madres (patriarcales) que piden la paz porque ellas dan la vida (las mujeres son personas con una mente humana, y no necesariamente madres y se puede pedir porque entiendes que los problemas se resuelven mejor a través de soluciones noviolentas). Es muy positivo que haya hombres patriarcales que hablen de lucha noviolenta, y madres patriarcales que les recuerden a todos que es mejor la vida que la muerte, pero… ¡hay más mundo, y estas personas no ayudan a que se vea, no lo necesitan, porque no tienen dudas!
El pacifismo político feminista existe pero no se ve (¡casi no lo vemos quienes lo estamos haciendo!, aunque sí sabemos algo de a qué nos enfrentamos para ser visibles), por más evidente que sea, por las limitaciones de no tener suficiente valor y honestidad como para hacerse la autocrítica en lo que tenemos de transmisores del Sistema, porque en el fondo, mucha gente, no cree que otro mundo, fuera del patriarcado, sea posible, sólo saben construir identidad como dios manda, en contra de un oponente.
—
Aclaración
Estudié y aprendí de Gandhi, tomé lo que me sirvió, pero como es lógico, estoy más r-evolucionada porque comprendo algo más que él no comprendió, el respeto a todas las personas, aunque sean mujeres.
—
La dificultad para verlo es que los grupos antimilitaristas escupen fuera a las feministas, y que los grupos pacifistas son percibidos como gente mística, espiritual, donde, por ejemplo, ¡nunca iría una anarquista feminista pacfista! Pero la mayor dificultad es lo profundamente que llevamos el patriarcado en la mente, que nos impide ver a las personas mujeres, como seres pensantes, ejerciendo política, es decir, implicación en la construcción social. Esa mente patriarcal que nos hace odiar el feminismo (odio que no es hecho individual, sino sello de cómo de hondo se está asimiladx al Sistema, odiar la única herramienta que ha podido atacar a la raíz patriarcal, al padre de todos los subsistemas que nos machacan.
Lo más jodido del análisis feminista es que es un espejo de cosas que no queremos ver porque pensamos que somos por ser individuxs. Nos falta inteligencia para comprender a fondo. Y desde aquí, lo evidente: que la lucha pacifista no se hace en un frente sino desde adentro. Esto produce desconfianza o risa, porque no se entiende.
Pondré algunos ejemplos.
Evolución: cita de Charlotte Perkins (p. 273 de su autobio en inglés), evolucionada por mí (cambiar “mujeres” por “hombres”; más traducción actualizada también):
“Cuando los hombres logren saber crecer, lograrán ser más justos en sus evaluaciones”.
Original: “When women men really grow up they will be more fair-minded” Charlotte Perkins.
—
¿Cómo pueden los «hombres» liberarse? Aprendiendo a abandonar la posición que les esclaviza: el egocentrismo.
—
El egocentrismo patriarcal implica una identidad específica: ser “hombre”, y saberse (creerse) la razón (la Razón patriarcal, la única inteligencia posible) sobre todas las formas de vida, incluidas personas que no se sometan al Sistema. Nacer “hombre” implica partir de esta perspectiva, que siempre es jerárquica (Sistema) porque siempre hay otro ser humano por debajo, que de entrada siempre son las “mujeres”. Y esa identidad, el patrón de esa identidad, se puede rastrear en todos los sub-sistemas patriarcales, todos sustentados por los mismos valores de violencia.
(Combatir el Sistema es revisar el propio egocentrismo, y no decirle a las personas menos marcadas por ese tipo de egocentrismo lo que tienen que hacer.)
Un documental contó
que existieron civilizaciones
en el Pacífico Sur que llevaron
a pequeñas islas perdidas,
donde el huracán había depositado semillas,
gallinas, conejos y ratas,
porque querían construir vida buena
comunitariamente.
Con el paso del tiempo
las esculturas que empezaron a crear
para vincularse a los dioses
alcanzaron un tamaño que aún hoy
necesitamos descifrar.
Y mientras tanto, las ratas
sin depredadores
prolificaban y se alimentaban
de los frutos caídos.
Por su parte, la especie humana
talaba desde su creciente fiebre
al punto de olvidar que las palmeras
nacen y crecen, y que para eso
es necesario el tiempo.
Así, la isla quedó pelada y alguien dijo:
no hay madera para construir canoas.
Fue el inicio de la segunda fase del terror.
Cada escultura ubicada
en los límites que son las playas
era un barrote que les cercaba
en la Isla del Hambre:
la piedra no flota en el mar, tampoco da frutos,
aunque sus anillos marquen el paso del tiempo.
Y tuvieron que buscar cuevas
y vivir en la oscuridad, cegando sus entradas
con rocas y piedras pequeñas
porque habían descubierto el miedo
a sus congéneres.
La Isla de Pascua está desierta,
sus seres humanos se mataron a golpes
y algo más: se comieron por hambre.
El viento no puede ayudar,
no puede trasladar nada a tanta distancia;
el huracán, sí, tiene esa capacidad.
Podría llevar allí semillas de cocoteros
y a alguna geca que en soledad
pondría un huevo,
lo que sería como encontrar agua en Marte,
el inicio de una nueva oportunidad.
(Todo es siempre tan peligroso e incierto.)
(Revisado el 16 sept.)
La guerra es un tipo de conocimiento
por eso lloramos al nacer.
El grupo manda y la guerra gobierna mientras tanto,
y las personas que comprenden cosas que se oponen
son, en todos los casos, parias.
La duda está siempre en el aire, para quien pueda verla:
matar para comer no equivale a tener que hacer la vida
en un campo de batalla.
Con todo,
las conclusiones claras y esbozar caminos posibles
no permiten que el agua corra por los cauces:
la imaginación frente a los dioses
es un dulce que devoras u olvidas.
(Revisado el 16 septiembre, 8 octubre, y no sirve)
No a quienes creen que el silencio es profundo y elocuente
y te abandonan ante ese abismo.
No a quienes no te ven porque sólo se ven
y no pueden entender lo que les dices.
No al juego de las marionetas de hilos en las que te guían por tu bien.
Fuera la tortura emocional, la destrucción psicológica de los cimientos,
en nombre de que no existe la felicidad.
No a los gritos, al estrangulamiento, no a las amenazas,
al sufrimiento que se niega la empatía del consuelo,
el uso de la inteligencia, el placer de los sentidos,
o las musarañas escuchando las ramas el día en el viento.
No a las personas que exponen su cariño
acusándote de todas las cosas que no son tus crímenes
sino sus hechos y a veces, tus errores.
No a las relaciones que se llaman pacíficas y son
lapidar con labios como lascas los problemas
(esa mano dura convicción, incapaz, que enmascara
el miedo al riesgo de vivir, al criterio).
No a las relaciones que fijan su visión de ti en el punto de precisión alfiler
que atraviesa el cuerpo de un ser con alas.
No a la necesidad desatada
que se pone gorda porque te conmueve y siempre
desde esa boca otra te escupe y te devora.
No a la culpa culpita pena que son nuestras cadenas.
Fuera esos pozos de la mentira y la muerte de seres humanos.
Amar no es una fosa donde nada se respeta.
(revisar)
Si bien hay mucho a lo que atender del feminismo de la igualdad y del feminismo de la diferencia, como feminista quisiera exponer por qué no me considero una feminista de la igualdad o de la diferencia.
Está el plano teórico y el de la vida práctica. Al no ser yo una estudiosa del feminismo, abriendo este tema sí me alegraría recibir alguna aportación al respecto. En lo que respecto al plano de la vida práctica…
La cuestión de la igualdad de derechos y la cuestión de identificar del ser mujer con el mundo simbólico de la madre (con su capacidad de gestar) no me parecen aproximaciones pensantes transformadoras de un mundo regido radicalmente por el sistema sexo-género patriarcal, un sistema, por su parte, que ignora la naturaleza humana y en general del mundo animal, y haciéndonos creer que está basado en hechos biológicos.
Los derechos se establecen desde una ideología, y al estar tratándose en el marco del sistema patriarcal, los derechos humanos se conciben desde el patriarcado. Da igual que las ideas que han ido más allá nos digan que todas las personas de la especie deben no ser objeto de comportamientos abusivos; en el marco del feminismo de la igualdad se acepta que lograr unas cosas implica dejar otras cosas, se aceptan, como en política (y por eso la política no parece un lugar bueno para el activismo social, al menos coherente), el mundo de prioridades que se establece en función de lo que la ideología patriarcal pueden asimilar, y curiosamente, a esta ideología se le da muy mal entender que las mujeres son seres humanos y que deben ser ellas las que decidan si quieren o no ser madres, o cuando, cómo y con quién.
El feminismo de la diferencia desea construir un mundo simbólico para «las mujeres» puesto que ellas han sido, como en el lenguaje y por tanto en la cultura patriarcal, omitidas como personas con una mente humana, y no tienen nada, como personas, sólo como mujeres, y como mujeres son, patriarcalmente, inferiores a los hombres, que sí pueden ser personas, además de personas-hombre. Esto ciertamente lo echamos de menos. Yo misma el otro día, al escribir un poema (y por poner un ejemplo) «me inventé» a Sírsifa, condenada a subir eternamente una piedra. Sin embargo, desde mi punto de vista, cualquier idea que dé a la constitución biológica una explicación sobre lo que somos las personas, nuestros grupos, es peligrosa y tiene necesariamente que ser injusta con alguien, pues en la naturaleza hay todo tipo de posibilidades de constitución biológica, y en una especie con imaginación, sobre todo y además, la constitución biológica no es tan determinante para la vida humana como la mente humana: la imaginación, la cabeza-corazón, pues en la mente nacen los pensamientos y los sentimientos, el lenguaje, las relaciones. Así, si biológicamente sólo las personas con útero pueden gestar a otra persona en su cuerpo, humanamente (desde la inteligencia humana), desear gestar, por no decir todo hecho que pudiera vincularse a la gestación, es algo que puede sentir cualquier mente humana. Así, si hay personas con un deseo de cuidar a pequeñas personas, lo que esto pueda tener que ver con la biología es ciertamente insignificante frente a querer hacerlo, desear hacerlo como persona que utiliza su mente humana.
«La imaginación al poder» (como «la libertad sexual», por cierto) es una idea que no se ha podido asimilar aún. Como personas con una mente humana (puede verse en el día a día), la biología juega un papel no fundamental en el tipo de vida que desarrollamos. Lo que desarrolla un papel fundamental es la ideología patriarcal y su sistema sexo-género. Si bien esta cultura determina profundamente no sólo nuestras relaciones sociales, nuestras sociedades, sino también nuestras relaciones íntimas y la constitución de nuestras personalidades o formas de ser, estar y actuar, tendríamos que saber con claridad, que esto que determina no es la biología, sino la cultura (p.e. ¿qué hay de biológico en querer cierta marca de ropa, en mirarse al espejo, escribir poemas, en darle la mitad de bocadillo a otra persona que no volverás a ver cuando pasas hambre?, ¿qué hay de la biología del sistema sexo-género en estos deseos?), y que como especie tenemos mucho más potencial, el potencial de trascender esos papeles patriarcales para desarrollarnos como civilizaciones inteligentes, con personas libres del mundo de identidades que nos han convertido en una especie tan violenta, tan confiada aún en que la solución a los problemas pasa por la violencia, en lugar de por el mejor uso de este tesoro que es la inteligencia humana, capaz de empatizar con sufrimientos ajenos y de colaborar para el bien común de cada grupo que decida constituirse como tal.
Cuanto más ahondamos en lo que es el Sistema patriarcal, más claro se ve cómo éste ha usado la biología, el miedo a la muerte, y el miedo a la carencia para desarrollarnos como sociedades violentas. El genio del sistema no ha sido aplicar la tortura y el asesinato únicamente: ha sabido convertir en violencia todo lo que toca, el lenguaje, el silencio, los sentimientos, las estructuras…
Por eso, desde aquí entiendo el eslógan que usamos en esta época, «La revolución será feminista o no será«. No podemos acceder al cambio profundo de las sociedades que creamos en nuestra interacción (sería bueno que la mayoría entendiese que el sistema de violencias patriarcal no se sustenta sólo por la ejerción de la violencia física, sino también por los silencios de las mayorías, o por sus acciones directas violentas masivas, por ejemplo) sin aprender a ver desde otro punto de vista lo que somos. Y viéndolo, si se tiene el valor de verse, hará falta más, hará falta más: autotransformación. No hay revolución social sin la transformación de la mente individual.
Se empieza a saber ahora que formaciones tan perfectas en tantos sentidos como la forma V del vuelo de las aves, por ejemplo, no responden a un plan global de la especie, ni a que sigan a un líder (mentalidad patriarcal). Responden a unas pocas pautas que sigue cada ser individualmente (el gráfico que adjunto, de la red, es un pequeño ejemplo, pienso, de lo que hacen, pero para la especie humana!). Sin embargo, crean un conjunto eficaz, armónico y bello! (esto último ¿lo notamos sólo nosotrxs?). Como especie humana podemos combinarlo todo, porque tenemos imaginación, pero tiene que acelerarse el proceso de comprensión más inteligente de cómo sobrevivir y vivir en el planeta, y éste no puede ignorar la necesidad de convivir.