¿Por qué fuerzan a las y los autores, y por qué éstos lo aceptan tan sin rechistar, a que sus textos de presentación se escriban en tercera persona? ¿Qué problema hay con usar la primera persona si los escribes tú, o con que los escriban quienes tanta preocupación tienen porque aparezcan como si no hubieses sido tú quien lo escribió? ¿Pero qué gran problema hay con esto?
Yo propongo denunciar a las editoriales por plagio, para el caso de autoras y autores que hayan escrito su presentación en primera persona y se la hayan apropiado como escrita por… por cierto, ¿por quién? Por “La Editorial”?
Ah, pero ¿cuántas autoras o autores hay que se hayan planteado la no necesidad de esta mentira? (Qué experta es nuestra sociedad en justificar la mentira en todos sus grados y matices. Será porque una de las cosas más valiosas humanas es la capacidad de confiar en las otras personas, valiosa por todo lo que da a cambio, cosas, claro, que en sociedades patriarcales, saturadas de violencias, son amenazas.) La sociedad la construimos todo el mundo: quien tiene la iniciativa de mentir y forzar y quien la sigue. No son responsabilidades similares, pero si la gente no acatara las imposiciones “irrelevantes” (al menos éstas, si no es un tema importante, ¿por qué no respeta la editorial y listo?) (¿No serán las imposiciones “irrelevantes” un taller de obediencia? Típico del poder: Te fuerzo a aceptar algo absurdo y así te como la moral, es decir, te amenazo el criterio de la racionalidad empática y te hago sentir nada porque participas en el acto).
Sí, ya escucho las muchas voces: “Hija, no es para tanto”. No, tú te callas, qué derecho tienes a decir nada, a poder opinar sobre lo que te hacen, a pensar, explicar, apuntar a lo absurdo y obligado… Todo esto no es importante. El problema no son las tradiciones de mentira, el problema eres tú, mujer y -horror- feminista.
Quizá debería contactar a un varón respetable para que dé voz a mi planteamiento, que no puede más que mejorar los procesos y no perjudica a nadie. ¿O sí? Sí perjudica, al parecer, y ese tema sí que es ridículo. Perjudica mucho a la sociedad y al poder respetar el texto que sobre sí escribe una persona en primera persona obviamente, de ahí la violencia de la respuesta: ese ninguneo y/o la burla absoluta ante el razonamiento legítimo y de mejora de los procesos.