CONTRA LA ADMIRACIÓN, RADICALMENTE. Hay algo que a mí siempre me ha dado miedo en la admiración, y por eso he salido por patas (si posible y a veces cuando imposible) cuando la veía en el amor (en sentido amplio, lo de “amor”): admirar como ese recibir lo que comparte la persona admirada como si fuera siempre verdad inmutable, razón absoluta, oráculo. Admirar como ese suspender todo criterio, que es suspender el ejercicio de la libertad y el amor a comunicarse entre personas (“iguales” en ese sentido). Admirar como renunciar al diálogo para crecer en mutua compañía. Gracias a huir y esquivar la admiración, además, pienso, no me he entrenado en ser sensible al halago, algo de lo que me alegro cuanto más pienso sobre el mundo patriarcal. (El halago, ese corroer que deja reducida la inteligencia de la gente, corta alas, reduce cabezas, somnífero de pereza, por ponerme malota en esta frase, ¡lo siento!)
Así que seguiré sospechando de la admiración, guardando mis distancias, escuchando muy atentamente y saliendo por patas donde la halle. Y seguiré amando pasionalmente la crítica, como gesto valiente del amor más amante y amoroso, del amor que intenta ser lo más libre posible de todas las cadenas de admiración y desprecio que nos rodean.
Admirar, la sacrosanta transmisión del desamor, la soledad, la incomunicación.
Prefiero que me escuchen y me hablen con libertad a que me admiren. Contiene mucho más amor.
Admiración 2: más sobre el HALAGO (la versión para nenas de la admiración en el patriarcado). Pensaba que en el patriarcado, halagar está bastante relacionado con algo que se le hace a las mujeres y no a los varones. Y el mundo del halago a las mujeres es degradante para ellas, como ridículo, pues no se centra en sus talentos o virtudes sino en todo lo que las hace muñecas, animales bonitos y dóciles. No?
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Marisa: Pero a los nenes y a los hombres tambien se les halaga justo por esas “cualidades” que el patriarcado les otorga no? Como esa cualidad de “machote” para niños, o los halagos al supuestamente “buen jefe” o buen politico o deportista etc no?
Rosa: Una cosa es la adulación y otra el halago. El halago si parte de un hecho real gratifica y eso no es malo si no dependemos de el. Es un reconocimiento afectuoso dirigido a quien creemos que lo merece. El resto es llevar las cosas a un extremo excesivamente puritano que nada tiene que ver con la noción gozosa de la vid
MF: Cierto, pero no creéis que la versión patriarcal del halago hacia las mujeres ha jugado un papel monstruoso en la construcción de la identidad de la mujer según el patriarcado? Yo tengo la sensación de que millones de mujeres están perdidas en un mundo de halagos que las destruye! Y se ve en las niñas, cuando “juegan a mujer”
Marisa: Si, eso es cierto
MF: En ellos es como el honor, algo más grande. Bueno, no sé… Pero creo que es un tema muy común que si se viera, quizá salvaría a más mujeres de sus fauces! 😀
Rosa: No és el halago es la mentira… Hay un dicho popular que actúa como barrera defensiva, prometer hasta meterla y después de metido nada de lo prometido.
Hay que desenmascarar las técnicas de seducción del amor romántico, y el halago va mucho más allá del amor romántico que es el verdadero veneno
yo: (No entiendo lo del dicho)
Rosa: Bueno que ya las abuelas conocían las desventajas de escuchar a aduladores y prometedores… Y recordarlo era una manera de poner un escudo en sus nietas para no escuchar
Si un educador halaga por halagar no educa. Padres y educadores no son muchas veces capaces de ejercer la crítica, que x si sola contaminaria tanto como lo hace un halago mentiroso repetido una y otra vez xq no permiten a la niňa tener una medida correcta de si misma y luego se convierte en presa fácil del carroňero seductor de labia fácil que consigue lo que busca sólo por endulzar oídos que no halagando
MF: Sí, sí, luego viene un imbécil maltratador y eso. Se ve mucho en las pelis que ya no nos ponen de antes. Las ves ahora y piensas; cómo pudo colar esto? Y sin embargo, sigue en nuestras mentes. La cultura es algo muy profundo. A mí como profe me pasa esto: cuando les señalo lo que pueden mejorar, tengo que dar talleres de autoestima porque se pueden romper en mil pedazos, y cuando les felcito y digo que algo está bien hecho, no me creen. Es profunda la cultura. Por eso hay que prestar mucha atención, y trabajar mucho, y no rendirse! 🙂 (Ah, yo trabajo con personas adultas)
helena. Cierto. To praise con motivo y no porque sí es educativo e inspirador.
Helena: Imagina con adolescentes. Pero la gente joven es más pura e intuye o reconoce generalmente cuando les hablas desde tu honestidad
Sí, saben qué profes les quieren bien! <3 No que luego se acuerden, jajajaja, pero bueno! (Yo lo llamaba la traición del tercer trimestre, cuando deciden de alguna manera que les has regalado la nota.
yo: De lo que dices de evaluar, cierto. Una cosa que yo eché de menos en la uni, cuando volví la segunda vez, ya mayor, que se me ocurrió entonces es que me hubiera gustado que me evaluaran mejor (porque oscilé mucho entre suspender y sobre, y me di cuenta de que eso era sospechoso, realmente!)
Helena: La honestidad pasa por la libertad de expresarse. De ahí la diferencia entre el halago y la adulación. Qué buena distinción, rosa!!!