Estaba viendo un documental donde sale Ouka Lele entrevistada por una joven fotógrafa.

Me han gustado mucho varias cosas, y una es que ha mencionado que cuando empezó tenía el conflicto de Por qué dedicarse al arte si no servía para nada, en el sentido de cómo sirve hacer pan, por ejemplo. Y dice que lo resolvió un día en que estaba triste y escuchar una música la elevó por encima de ese estado, algo que posiblemente nos ha pasado a casi todas las personas no sólo una sino muchas veces. Entonces pensó que la función del arte era fundamental, valiosísima.

Y luego añadió algo que no sé si expresaré bien, o si he captado bien (estaba medio dormida), pero ahí voy: que cuando ella está desarrollando su creatividad, digamos, está en ese estado, que crear le proporciona algo que necesita para vivir, que le da equilibrio, digamos (el equilibrio literal, el de no andar haciendo eses y dándote golpes con las cosas).

A mí la cuestión de la dedicación al arte me ha importado sobremanera y nunca he conseguido hacerlo (por no ver con claridad que debía hacerlo, al ubicarme en la sociedad y el tema trabajo). Todo lo que cuento ahora es muy contradictorio, sin duda. Mi cuestión era: ¿por qué iba yo a poder vivir del arte? Es cierto que me da como repulsión mezclar el dinero con lo que más amo, es decir, la razón fundamental para mí no ha sido que no hubiera nadie que pagara por mi arte, digamos, jajajajaj, sino que sólo la idea de tener que hacer una transacción económica con esto me produce un rechazo absoluto. Lo que me ha llevado siempre a buscarme otros trabajos, otras fuentes de dinero, actividades que me gustaran o de las que pudiera aprender (al final, aprendes de todas!), pero que no fueran las más vitales para mí, mis pasiones.

Pero la cuestión de reflexión a partir de escuchar el documental, a lo que quería ir, es esto: vale, bien resuelto lo de la Necesidad que tenemos de Arte, pero… ¿y el tema de quién puede hacer arte? Es decir, aunque si el mundo fuera libre no todo el mundo se dedicaría al arte (a cantar, componer, modelar, pintar, escribir, etc.), es indudable que mucha más gente de la mucha que hay ya querría dedicarse a eso.

En un foro de filosofía, hablando de esto un día, pensamos que en la sociedad debería organizarse lo siguiente: que cada persona tuviera que trabajar 3 o 4 horas al día para el Bien Común, eligiendo qué hacer de una lista de trabajos que HAY QUE hacer, y que eso le diera ya el derecho a vivienda, alimentos, educación, atención a su salud, y a su tiempo libre, claro. De hecho, si el mundo fuera justo, esto ya estaría haciéndose y se vería que es posible, dado el desarrollo tecnológico y dadas muchas más cosas. Pero no, más vale seguir machacando a millones y haciendo guerras, que es lo nuestro.

Volviendo a mi tema, se supone que entonces habría que determinar qué es arte, quién es verdadera/o artista, ¿y cómo haces eso? ¿Quizá determinando si su obra comunica algo a alguien? Pero siempre habrá alguien que reciba comunicación de obras. / Nada de todo esto, en un mundo libre y justo, solidario, no habría que determinar qué es arte, quién es artista, la gente haría lo que deseara en su tiempo dedicado a su vida (y quizá hasta en esas 3 o 4 horas, pues es cierto también que aportar a la comunidad da felicidad, aunque no se esté haciendo la actividad que más gusta).

Pero estamos en éste. No digo que no me hubiera gustado haberme topado con una mecenas que se ocupara de que yo tuviera los mínimos materiales para vivir, para que así yo pudiera dedicarme todo el tiempo a vivir mi creatividad libremente, pero tampoco digo que seguro que me hubiera gustado. No lo sé. Pero sí sé que suponiendo que me hubiera llegado el reconocimiento y el dinero de mi actividad artística en algún momento, permitiéndome vivir de ello, eso me habría conflictuado de varias maneras, y una tendría que ver con la libertad, la otra, con la solidaridad, porque es cierto que por vital que nos sea el arte, yo no puedo escapar a la idea de que soy plenamente creando (felicidad, X), y no puedo superar la idea de que ese tipo de actividad esté vinculada a poder vivir en el plano material, pues entonces todo el mundo debería tener esa opción.

En el mundo que imagino, todo esto sería irrelevante. Nos ayudaríamos, la convivencia solidaria nos daría soluciones a todo esto, y cada cual podría dedicarse (al menos: también) a sus pasiones, sus cuestiones vitales.

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