–Lo que pasa es que la gente no se entera. Si nos votaran a nosotrOs, nos iría bien a todOs.
–La última vez votamos a los entonces buenOs y cuando llegaron al poder los entonces buenOs se empezaron a parecer cada vez más a los malOs…
–¡No eran los auténticos buenOs! NosotrOs sí. Votadnos, veréis cómo lo haremos mejor.

Y votaron a lOs mejores, y al subir éstOs al poder empezaron a parecerse a los desbancadOs…

Y es que no sabían que las diferencias dan igual cuando lo que importa es llegar a la estructura y acomodarse en ella para que la Gran Máquina siga funcionando pero esta vez con los buenOs a los mandos…

–El problema es que votasteis mal. Votadnos a nosotrOs, que somos los verdaderamente buenOs… –dijo un nuevo grupo…

Y siguieron insistiendo en no pensar, ni observar, ni escuchar, segurOs de saberlo todo de la gente, por qué la gente era idiota, los “argumentos” que tenía cada cual, los deseos, pensamientos de la gente, siguieron con sus viejos manuales, repitiendo, inasequibles al aburrimiento, lo mismo…

Esta especie se extinguió. Tenía inteligencia, pero no la suficiente. Se deslumbró con haber creado la Gran Máquina, y en lugar de que la máquina se amoldara a la gente, fue la gente la que se tuvo que amoldar a la máquina, hasta que todo reventó.

« »