HISTORIAS DE MI MADRE. Bueno, ahora me voy a echar un partida de póker online (con dinero de mentira, eso sí). Me recuerda a mi adolescencia tardía y primera juventud. Mi madre organizaba timbas en casa con mis amigas y amigos o con quien pilláramos. Empezábamos con 5 pesetas, y a veces apostábamos 25 ptas. O sea, jugábamos de dinero, aunque eran cantidades pequeñas. Jugamos también mucho con la gente que trabajaba en el circo, cuando venían a Madrid, el Price. Con buffalo bill y el domador de monos y el de leones, y la troup de acróbatas búlgara. A mí eso me divertía pero me ponía triste el circo y ya sé por qué, claro. Volviendo a mi madre y las timbas de póker, suena fatal pero era lindo e inocente. Me decía siempre, “Si tienes candidatos, tráetelos. Si no saben perder, no te líes con ellos”, jajajaja… Mi madre fue adelantada a su época. Me dijo a los 16 lo que necesitaba saber para no quedarme embarazada. Yo entonces tenía como 10 años mentales y me parecía asquerosa la idea de besarse con las babas en la boca con nadie!! También me dijo algo que siempre he creído me salvó de muchas cosas: No tomes drogas con gente que no te quiera de verdad, y si las tomas, sólo pruébalas, no tomes la dosis que tomen quienes te las ofrecen. Cuando lo pienso, me admira. Ella sabía que yo volaría pronto y seguro que aunque temiera mucho que me pasara algo, temería más cortarme las alas. Y pobre! Siempre vivió con el complejo de ser una mala madre, con ese peso insoportable, y teniendo que escuchar a la gente decirla que una madre nunca haría todo aquello que hizo. Cuando me envió a las antípodas porque me preguntó y yo quise, para aprender inglés, la llamaron “mala madre”, dijeron que quería “librarse de tener que cuidar a la niña”. Qué barbaridad. La violencia patriarcal y sus caminos inexcrutables! Pues voy a echarme un poker! Para despejar la mente antes de irme a descansar. Y un abrazo a la gente que no ve cosas raras en las cosas inocentes y/o sabias.

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