No se está rompiendo una gran obra: cuando se abandona la “civilización” conocida es porque ya no sirve, y se ha evolucionado lo suficiente como para poderse reemplazar por algo mejor. Criminalizar el cambio social llamando a las personas activistas y la población que comprende el mundo desde posiciones más democráticas “antiSistema”, como si eso fuera una acusación inquisitorial, llamando a tanta y tanta gente “rompeEspañas” es indicativo de la resistencia que hay que dejar ir un mundo ya anacrónico, y sin duda, más violento e injusto que el que la evolución va trayendo. La historia está llena de “civilizaciones” que desaparecieron, y que sepamos, no fue por días de juicios finales ni porque los alienígenas las fulminaran, sino, probablemente, porque dejaron de ser sostenibles.

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