Quizá debería intentar escribir esta hipótesis. El beneficio para mí misma es que tiene relación con mi relación con el dinero, que es muy difícil, y no sólo por ser anarquista, que, claro, para la gente anarquista la relación con el dinero es casi como una humillación, continua. Pero no sólo por eso.

1. Todo el mundo usa el dinero, así que las buenas ideas son eso, buenas ideas, no lecciones morales sobre que hay que hacer lo que te dicen que es lo correcto, de esas que ubican a unas y otros en posiciones inferiores. Todo queda englobado por el hecho irrefutable: el dinero es impepinable en nuestras vidas. No hay héroes en esto del actuar bien. Todos y todas estamos sujetas al dinero. Podremos actuar y elegir más o mejor, pero no debemos sentirnos superiores moralmente porque necesitamos el dinero para vivir.

‎2. ¿Cuál es la diferencia en alguien con mentalidad de pobre y alguien con mentalidad de mendiga? Os voy a contar una historia:

Cuando era joven, y empezaba mi vida, viví un tiempo en la calle. Estaba mal, no quería irme de casa de mi madre, pero no soportaba discutir, y discutíamos mucho. Yo ya trabajaba “para sacarme unas pelillas” (así llaman ahora el trabajo las personas adultas que viven con sus padres), así que trabajar para vivir no me fue difícil. Pero como no estaba bien, tenía confusión y no coordinaba bien las cosas, y entonces iba a trabajar pero vivía en la calle, y bueno, un poco un lío, un tiempo breve, pero intenso. Hasta que reaccioné controlando con mi pensamiento. Conseguí una buhardilla, sin baño, sin luz, sin agua, y con efecto nevera, pero era un lugar seguro. Y al tiempo conocí a una chica que vivía en la calle. “Rara” según la gente. Pero yo también era rara, así que a mí no me pareció rara. Como no podía soportar que viviera en la calle, igual que me pasaba con los animales, que me subía a casa siempre, mientras les buscaba casa, le pedí que viniera a mi casa, a compartir, y vino. Yo salía de mañana a la uni (pero ya empecé a llevarla a tirones) y por la tarde a trabajar a una academia del sur muy sur. Llegaba de noche a casa, sin haber comido apenas, por nervios con tanta acción, y a veces tenía que pasar la noche en el descansillo porque dentro hacía tanto frío que M. si estaba metida en la cama y había echado el cerrojo a media, no se atrevía a salir de la cama para abrirme. Yo lo comprendía, es decir, no me hacía mala sangre, aunque cuando conseguía entrar la decía cosas con furia o desesperación, claro, porque necesitaba dormir. Al cabo del tiempo, compré un fuego de camping gas, y un cuenco gigante de barro, y hacíamos comida para todas. Bien, como yo sabía que lo de la comida en esa casa no era una gran noticia, le dije a M.: si tienes hambre, baja al bar de abajo, que me fían. Al cabo de unos pocos meses, o quizá de un mes, no sé, todo puede ser, el dueño del bar me dijo que si podía pasarme la cuenta. Era una cuenta inmensa, que yo no podía pagar de golpe. Y de qué era? De tartas de merengue de limón. Esto es la mentalidad mendiga.

3. La mentalidad de pobre es dividir lo que hay para estirarlo y poder comer algo todos los días. La mentalidad mendiga es pedirse una tarta de merengue de limón, porque se vive literalmente al día.

2. Intentando volver al tema. Yo creo que mi mentalidad está mucho más próxima a la mentalidad mendiga que a la mentalidad de pobre. He tenido muchos problemas en la vida, de malas interpretaciones, cuando, por ejemplo, doy dinero. La gente no puede concebir que des dinero si te hace falta, ¿no? Pero en mentalidad mendiga todo es posible. Porque se vive el momento. Y desde ahí, al combinarse el hecho de que siempre puedes sacar pelillas (ahora ya las tengo fijas, uno de los más beneficiosos accidentes de mi vida, sin duda, pues yo tenía comprados muchos boletos para acabar con mis huesos en la calle, una mendiga de verdad, y no por falta de conocimientos o habilidades ofertables en el mercado, sino por cosas que son más difíciles de explicar), pues siempre me he sentido como sobrada, aun viviendo al día y siendo pobre. Por eso, pienso, siempre he podido compartir todo en el presente, pienso. Pienso. No como sacrificio, ni como generosidad. Como hecho mendigo.

4. Otra escena: “No le des dinero, que se lo gasta en drogas”. Si vives en la calle, ¿en qué hostias quieres que se gaste, para soportar la situación?!!! No sería mejor evitar que la gente viva en la calle?! No, claro, porque hay gente que Se Lo Busca, hay gente que Lo Merece. Ahí está la caridad para contarlo y tener Piedad, la piedra piedad de empujarles al nicho. La caridad: tu culo. tu culo tu culo tu culo! Es condena. Métetela por el culo, dicen muchas y muchos mendigos. Por algo será: están renunciando a algo regalado, no? Por algo importante será. Y la gente que no vive en la calle y tiene un walkman además, y toma zumos en su casa, y va a algún lugar cuando sale a la calle… ¿CÓMO SE ATREVE A JUZGAR? Por eso no soporto que digan: qué morro, ese mendigo estaba en la cafería súperpija tomándose un zumo de naranja natural y escuchando música en un walkman, y yo estoy aquí… Aquí qué, canalla?! Aquí qué, tu culo!!!!!

5. Así que si regalas dinero, sólo cabe una opción; la gente decente no regala dinero; de hecho, está prohibido, penado por ley. No desprecies a quien roba, es natural robar. Regalar dinero no es natural, es SOSPECHOSO. Haz donativos. Ubícalo en la palabra precisa. Vale, donativos. La caridad desgrava, recuerda; la caridad se ubica bien en el territorio de la rentabilidad; pero el regalo!!! El regalo! A la hoguera! Jamás regalar dinero. Quieres parecer una loca. De qué vas. Te crees superior. Estás en el fondo podrida de dinero y encima quieres aparentar pobreza. Es seguro que no sabes lo que es la carencia, si no, no regalarías dinero. La mentalidad mendiga es una gran incomprendida. La mentalidad rebelde: hay quien no puede valorar el valor del dinero, aunque lo necesite. Al menos, no puede darle más valor que a otras cosas. Cuánto valor le das, en realidad, al dinero? ¿De cuántas formas pierdes el dinero, o se te olvida? ¿Y cómo asegurar tener dinero? ¿No quedarte en la calle?

6. ¿Y cómo no ver la metáfora?: la necesidad genera esclavitud y odio. ¿Por qué no se ve lo mucho que dice esto del amor?

« »