Archive for febrero, 2012
«Hay que visibilizar el hecho continuado e irrefutable de que usamos la lucha noviolenta a diario para defendernos de y transformar un mundo patriarcal construido desde la violencia. La lucha noviolenta ha sido permanente por parte de las mujeres, no porque exista un género trascendente que sea la Mujer que por su capacidad de generar vida evita producir la muerte. Yo no creo esto. Pero sí que perteneciendo a un grupo sometido durante siglos a todo tipo de violencia, tiene un valioso conocimiento no sólo de la violencia, sino además de cómo sobrevivirla y cómo incluso construir a pesar de ella. Hay que visibilizar, coherentemente, la violencia que usa todo el mundo a diario: la violencia verbal, conceptual, pues ésta tiene un papel fundamental en la construcción de la sociedad.» (michelle renyé, 2012)
Escrito para el proyecto en mujerpalabra.net de aportar citas de mujeres, y así rescatarlas de la violencia del ninguno histórico de siglos.
Mujeres, difundid vuestro pensamiento, vuestra creatividad, vuestras luchas, no puede ser que cuando queramos citar a gente valiosa, sólo se nos ocurran hombres.
Nació en 1917, año en que también nacieron Leonora Carrington (pintora y escritora surrealista) y Carson McCullers (próxima a Faulkner al escribir, pero muy distinta).
Considerando el estrangulamiento que sufre esta escritora a manos de quienes han «heredado» sus derechos de autora (que además la tía y su ejército de abogados persigue legalmente a todas las webs y blogas que quieren apoyar la difusión de su obra), estoy pensando en hacer un dibujo de ella, basado en una foto (este artículo lo quiero traducir también, está muy bien) que posiblemente fuera tomada hacia el final de su vida (1917-1973), y traducir menos su relato «Simple Pleasures«, «Placeres sencillos» (patatas asadas), que escribió en algún momento entre 1944 y 1951 (parece que en 1946, cuando tenía 29 años) y que publicó en 1966 en una colección de relatos y obras de teatro que tengo la suerte de tener porque mi amigo Fernando lo encontró creo que en Los Angeles y me lo regaló a su vuelta.
Me enfurece lo indecible lo que considero una visión misógina sobre su literatura, artículos de la prensa española, escritos por hombres insensibles e ignorantes: visión incapaz de entender que no todo el mundo posible ha sido imaginado por ellos. Dicen que sus historias son malas. Pues bien, señores, no todo el mundo quiere escribir «historias» tal y como ustedes las conciben. Lo que pasa es que hay literatura que te lleva en viajes a lo desconocido. Si no se puede hacer el viaje, guárdese el mínimo respeto de no echar mierda a lo que no se comprende.
(Para mí, lo que intenta captar, describir, plasmar son los procesos desconocidos inconscientes de la mente humana en su fluir del día. Es puramente exponente de aquello que se llamó en el mundo anglófono, el modernismo (distinto a lo que se entiende en español por esta palabra), captar instantes, el de Dorothy Parker (nada conocida para el público mayoritario), Katherine Mansfield, Virginia Woolf, y otra gran olvidada que a mí me asombra, Jean Rhys.)
Jane Bowles lo sabía, supongo, que no la leían e incluso que no la leerían. Tras la publicación de Two Serious Ladies / Dos damas muy serias (1943), escribió en una carta a su compañero Paul: «I am serious but I am isolated and my experience is probably of no interest at this point to anyone.» Trad.: «[Voy en serio]?, pero estoy aislada y mi experiencia probablemente no le interese ya a nadie».
Toda mi furia contra el mundo por esta autora. Como por Camille Claudel (ay, y no voy a dejar que me lleguen más nombres y más no nombres que nunca conoceremos), lo que le hicieron a una impresionante escultora que tuvo que sufrir la tortura que debe de ser no poder crear porque te encierran en un psiquiátrico. Sométete, experto-de-mierda, a la incomprensión radical, y ya veremos cómo lo llevas, qué haces. Canalla.
A las personas que tienen el don de explorar deberíamos amarlas y apoyarlas, porque hacen lo que casi nadie se atreve a hacer, su vida, sobre el alambre del mundo.
Frente a una persona que se niega a regir su comportamiento por el ánimo o la inteligencia de convivir (alejándose o quedándose), ¿qué se puede hacer? Es como la educación: no puedes enseñar nada a quien no quiere aprender. Es como la violencia de los que lo acaparan todo: ni con tu violencia ni con tu noviolencia podrás nada contra quien se niega a dejar de abusar. Por ello, como activista, yo intento aportar esfuerzos que ayuden a las personas a desarrollar su inteligencia-sensibilidad (cabeza-corazón), me alejo del activismo de presión (el culpabilizador o de convencer, pienso que aunque pueda cosechar algún resultado, sobre todo hace daño, porque maneja conceptos violentos), porque si la mayoría comprendiera algunas ideas fundamentales para la convivencia, eso tendría un impacto en la sociedad y en la evolución de nuestras mentes y relaciones. Ahora bien, queda sin resolverse siempre la cuestión de qué hacer frente a quien no tiene intención alguna de dejar de hacer daño.
En la vieja película de ciencia ficción «Ultimátum a la Tierra», el representante de civilizaciones más inteligentes que las que pueblan la Tierra, que viene aquí con la misión de decirnos que es un desastre total lo que nos hacemos y lo que hacemos en lo que es nuestra casa, que procede de sociedades que han rechazado la violencia en su vida cotidiana, viaja acompañado de un robot gigante que es capaz de borrarte del mapa con un limpio rayo. Y es ése el ultimátum de civilizaciones noviolentas: si pretendemos seguir adelante por el camino de la violencia y la injusticia, nos fulminarán como cualquier terrícola fulmina una plaga, pongamos, de cucarachas: sin ningún problema moral, dado lo dañina que es la especie.
Con esto, claro, no renuncio a la noviolencia, a ninguno de mis ideales, pero es importante abordar este problema, porque aunque falte mucho para que la mayoría comprenda que se vive mejor abandonando la violencia verbal que ejercemos cotidianamente, la violencia conceptual, de actitud, el problema quedará y quizá intentar resolverlo nos ayude a dar con algo que, obviamente, nos falta.
He estado ordenado las Páginas (barra de navegación de arriba del todo), para vincular en ellas cosas que tenía. No sé si ya estará todo, pero al menos ¡hay algo!
La barra de navegación de más abajo (aquí arriba también) con las secciones en bilingüe es para que os salgan los mensajes posteados en esa categoría, o sea, facilita las búsquedas de lo que he posteado aquí. Considerando la barra de Páginas, lo que se buscaría mejor con esta otra barra de navegación son los textos de las categorías: Raro y Pensamientos. Lo demás creo que está ya vinculado en las Páginas.
Gracias por leer! 🙂
No es que me niegue a relacionarme con gente que por su labor intelectual / artística haya tenido la fortuna y el fruto de su arduo trabajo de recibir cierto o mucho reconocimiento público a su obra. Es que se me hace pesado porque es como andar por un campo minado (cuidado con esto, cuidado con lo otro), temo a sus amistades, y me entristece ver cómo por voluntad propia, como cuando vas a la ginecóloga o a la dentista, se van limitando el espacio, para poder caber.
Podríamos decir que mi arrogancia no encuentra límites; o sencillamente, que trabajo con mi vida porque es el único material que tengo a mano y no es de nadie.
Podríamos decir que soy dañina para la sociedad, y también que soy necesaria porque soy buena.
Hay otra manera de ver las cosas. No soy ingenua; soy idealista, impulsiva y espontánea. Lo sé: una fuente inagotable de imperfecciones, de error; y también: una posibilidad de hallar puertas y ventanas.