SUICIDIOS. Hoy leí de una cíberamiga que una amiga suya se había quitado la vida. 🙁 Y mientras me ponía hoy a pintar, venciendo miedo, yo estaba sentada sobre una banqueta de El Lisboa y tenía los platos de plástico donde hago las mezclas apoyados en la otra. El Lisboa fue un pub artístico-literario que abrió Delia, en Madrid. Una persona que también se tiró por la ventana, abrumada por la vida. Así que hoy la recuerdo por si también acompaña en el dolor de la pérdida. Las dos banquetas que me tocaron, del pub de Delia, que con su muerte desapareció tragado por las deudas, esas dos banquetas, con sus fuertes y altas patas de hierro negro y su madera mellada, sucia y gastada, encajan perfectamente en el mundo donde ahora están, ocupan su lugar propio, nos acompañan con toda su belleza. Las pérdidas son irreparables y rotundas. Pensar en la injusticia que lleva a que ocurran es enloquecedor. Así que lo mejor es centrarse en no olvidar a esas personas antes de verlas desde la lente de que han muerto. Verlas desde la vida, no sólo con la pena, sino también con todo lo demás, que, en el mundo humano, siempre hay mucho más, aunque por cultura y por pena nos cueste tanto verlo. Recordando a nuestras personas muertas por la brutalidad del mundo (ése que debería ser evitado) tiene que ser un sacar más fuerza para luchar por un mundo mejor. <3


Es un tema muy complejo. Está el tema del dinero, claro. Como que pagas con tu vida, para poder pagar, y es terrible. Quizá esa razón la comprendería mejor más gente, y deberían entonces pensarlo, y ver que una sociedad que tiene gente matándose porque no puede conseguir dinero es una sociedad indeseable a un nivel indescriptible. Pero igual de grave es que una persona se vea incapaz de vivir por cómo el mundo humano la hace sentir, y sentirse.

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