Volver a poemario Tu muerte en mis sueños y los animales

BELLA Y LA BESTIA

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I

Me he cortado mis manos monstruosas y las he echado a una caja de latón,
mis manos inmensas, pintadas de azul,
inmensas anguilas en un mar de plata.
Son las siete y media y me revienta algo por dentro, quedamente,
aunque soy tu reflejo: asisto, tranquila, sumisa,
a las fiestas y los banquetes de aquel submundo.
(Son las ocho, he de limpiar la sangre.)

II

No llores, hará tibio sol de primavera cuando me marche.
Te he dejado el jazmín en la mesa, la droga blanca.
No me llevaré los despojos en el saco, no sé adónde. No llores,
queda mi espejo roto, para que veas mi fantasma siete veces, blanco de miedo.
No, no quiero nada de lo que hago.
Empezaré a romperme las uñas con una roca
en mi nuevo asentamiento, vacío y azul, te lo prometo.