El Mundo
24-2-2004

OPINIÓN
Vampiro' escolar

FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS
La iniciativa de Blair en Gran Bretaña, permitiendo pruebas de sangre u orina a los alumnos de Secundaria para detectar el consumo de drogas, no es totalmente original. Está basada en dos hechos: el aumento vertiginoso de la drogadicción en adolescentes y la experiencia positiva en algunos estados de EEUU para tratar de combatir esa lacra. Claro que allí han tenido que instalar detectores de metales a la entrada de los institutos para evitar que los alumnos metan navajas y pistolas, pero si la violencia no ha llegado en Europa al nivel norteamericano, en lo que a las drogas se refiere vamos alcanzándolos poco a poco. O mucho a mucho.Para las personas que prefieren conservar una imagen idílica, casi infantil, de la Segunda Enseñanza estas iniciativas anglosajonas mostrarán un pavoroso autoritarismo. Sin embargo, son las consecuencias lógicas de la falta de autoridad, de la inseguridad creciente en las aulas y en los pasillos escolares; y son también parte (sólo parte) de la respuesta que las autoridades académicas y políticas deben dar a un fenómeno global. Si la prohibición francesa del velo debería producirse aquí cuanto antes, el debate inglés sobre las medidas para prevenir la drogadicción en los adolescentes escolarizados es también urgente. Porque más vale prevenir y porque, en esas edades, luego es muy difícil curar. En el argot ciclista, vampiros son los médicos que extraen sangre por sorpresa a los ciclistas, con nocturnidad y aleatoriedad, para detectar el dopaje, que es la plaga que está acabando con el ciclismo profesional. Pues bien, yo creo que pronto tendremos vampiros escolares, porque, primero en la enseñanza privada, y luego en la pública, acabarán fatalmente implantándose. Hay muchas razones, pero la primera y principal es el descrédito de la educación en general y de los profesores en particular.Cualquier padre con un hijo adolescente puede temer que su hijo ande metido en drogas sin que él se dé cuenta o dándose cuenta tarde. Hace no muchos años, unos padres podían dejar en la escuela o en el instituto a su hijo con relativa o casi absoluta seguridad.Confiaban en centros y profesores. Hoy, no. Y como en la Enseñanza Secundaria hay dos terroríficas enfermedades, la falta de disciplina y la llamada comprehensividad, que obliga a incluir por edad a los zánganos y a los gamberros en las clases normales, es muy natural que los padres quieran asegurarse periódicamente de que ni su hijo ni sus compañeros de clase son drogadictos. ¿Incluido el alcohol? Sí, incluido el alcohol. ¿Atenta esto contra las libertades? No hay libertad sin seguridad, o muy poca. Y los padres sensatos quieren tener la seguridad de que la libertad de sus hijos no se transforma en esclavitud, que eso es la drogadicción.Habrá vampiros, sí, pero porque empiezan a abundar los dráculas.

El País
Sociedad

El delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, César Pascual, los sindicatos, los padres de alumnos y organizaciones que luchan contra la drogadicción coincidieron ayer en censurar que las escuelas realicen análisis de saliva a los alumnos para saber si se drogan, tal y como van a hacer pronto las del Reino Unido. César Pascual señaló que en España nunca se ha planteado implantar este tipo de medidas. Los secretarios generales de las federaciones de enseñanza de CCOO y UGT, Fernando Lezcano y Jesús Ramón Copa, insistieron en que no es bueno introducir en la escuela un régimen policial. "El principio de inocencia se pervierte", dijo Lezcano. Copa añadió: "Se crearían más conflictos de los que se quieren arreglar". Para la presidenta de la confederación laica de padres de alumnos, Ceapa, Maite Pina, "las medidas pugnitivas tienen pocos resultados". El presidente de la Unión de Asociaciones y Entidades de atención al Drogodependiente, Luciano Poyato, insistió en "crear un clima de confianza entre la escuela y el alumnado" y el director general de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, Ignacio Calderón, señaló que lo que hace falta es educar para prevenir.

ABC
23-2-2004

MEA CULPA MEA
Por Fernando IWASAKI

Para que el Gobierno británico haya decidido combatir la drogadicción a través de la autorización de exámenes de orina por sorpresa en los colegios, muy mal tienen que estar los adolescentes ingleses en materia de disciplina y motivación. No hay como privarse de nada para carecer de todo. Los adolescentes europeos tienen a su alcance las mejores bibliotecas, los ordenadores más sofisticados y las fuentes más ricas de conocimiento, pero nunca como ahora ha existido una exaltación tan grande de la vida parasitaria, de la ignorancia y de la cretinez.En nuestra Europa políticamente correcta ya no se llevan virtudes individuales porque los Estados programan virtudes sociales. ¿Para qué ser individuos generosos si tenemos ministerios solidarios? Tenemos lo que merecemos.La iniciativa de Blair supone una situación escolar gravísima, pero la corrección política es muy escrupulosa y asaz puñetera: ¿Cómo obligar a mear a un estudiante sin atentar contra su intimidad? ¿Quién debería tener acceso a esos análisis, que podrían dar pistas sobre la salud y la sexualidad de los estudiantes? ¿Por qué los colegios tendrían que saber cosas de la vida privada de sus alumnos cuando ni siquiera los padres se interesan por saberlas? Y aunque no son más que sofismas, no se me escapa que estas preguntas se le antojarán la mar de razonables a muchos lectores políticamente correctísimos.Por eso me gustaría concluir congratulándome de que en nuestro país nunca prosperaría una medida tan reaccionaria como la que ha propuesto Blair, pues si los maestros españoles ya no pueden ni tomar exámenes de Matemáticas por sorpresa, ¿a quién se le ocurre que podrían tomar un examen de orina?

ABC
23-2-2004

EMILI J. BLASCO. CORRESPONSAL
El plan para combatir el consumo de drogas entre los menores de edad se extenderá también a los jóvenes arrestados ante la sospecha de haber delinquido
LONDRES.

Los colegios británicos van a ser facultados para hacer pruebas aleatorias de orina a sus alumnos con el fin de determinar si toman droga. A los que la consumen podrán ofrecerles participar en programas de tratamiento o bien determinar su expulsión del centro si resultan reincidentes y así se estima oportuno.Estas medidas forman parte de un plan anunciado ayer por Tony Blair para combatir la extensión del consumo de drogas entre los jóvenes, con especial atención a los centros escolares de Secundaria, que acogen estudiantes con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años.En una entrevista publicada ayer en el dominical «News of the World», el primer ministro se comprometió a dar toda la ayuda necesaria a los colegios, que podrán ser registrados por perros amaestrados para buscar posibles escondrijos de droga.Pruebas con cárácter aleatorioDe acuerdo con las directrices que el Ministerio de Educación remitirá a los directores de los colegios el próximo mes, éstos deberán decidir si ponen en marcha la prueba de orina a sus estudiantes para saber si el alumnado toma droga. Las pruebas se harán de manera aleatoria, aunque si se realizan con frecuencia podría cubrirse toda la lista de matriculados una o más veces. «Nosotros no podemos forzar a los directores a hacerlo, pero si creen que tienen ese problema en sus colegios, entonces deberían estar autorizados para llevar a cabo el test», manifestó Blair.El primer ministro salió al paso de la posible preocupación de los directores de los centros de que si aplican la medida sería tanto como reconocer que en su colegio hay un problema de drogas. Según Blair, los padres son plenamente conscientes de lo generalizado que es el riesgo de las drogas, por lo que los directores no estarían haciendo nada más que tomar precauciones. Además, si en colegio se trafica y se consume droga, eso se acaba sabiendo.Según el plan, los directores deberán advertir a los padres que a su hijo se le ha tomado una muestra de orina para realizar el test, pero quedará a su discreción si se comunica el resultado de la prueba. En caso de que sea positiva, se podrá ofrecer al alumno el seguimiento de un programa de tratamiento. También los directores tendrán la posibilidad de expulsar al joven, o de denunciarlo ante la Justicia. El sistema de tests aleatorios se pone en marcha tras el buen resultado de la experiencia registrada en Estados Unidos, donde se reducido notablemente el uso de droga en los centros de Secundaria.Otra medida del plan es extender los test de drogas entre menores delicuentes. Así, será posible llevarlos a cabo a jóvenes de 14 años en adelante que sean arrestados bajo la sospecha de haber cometido delitos. El Gobierno británico destinará 2.140 millones de euros en dos años a combatir las drogas entre los jóvenes.Discrepancias entre profesoresLas últimas estadísticas del Reino Unido indican que cuatro de cada diez jóvenes de edades entre 14 y 18 años toma drogas ilegales. En una reciente encuesta, una cuarta parte de los estudiantes de 14 años aseguraba haber visto venta de droga en su colegio, mientras que uno de cada cinco consumidores indicó que la había comprado y consumido en el propio centro. Así las cosas, existe unanimidad en la comunidad escolar de que hay que actuar, pero mientras las asociaciones de padres aceptan la posibilidad de las pruebas anunciadas por Blair, existe discrepancia entre los profesores. Grupos sindicales advirtieron ayer que la medida puede alterar la relación entre profesor y alumno y además daría pie a éste para presentar acciones legales contra el centro. Asimismo, indicaron que supondría cargar a la administración del centro con una grave responsabilidad. En cambio, desde asociaciones de lucha contra la droga se considera que el riesgo de ser objeto de un test daría una buena excusa al alumno ante quienes quieren empujarle hacia el consumo.

Es de risa.
Jiménez Losantos como siempre, en su tónica. No sé cómo no le ficharon para filmar "el Nombre de la Rosa" (Penitenciágite!!!). Por cierto, en relación con ese caos en las aulas que describe con ese estilo suyo tan milenarista, quisiera saber cuántos IES ha pisado él y en cuántas clases se ha metido.
Cuando Iñaki Gabilondo cita alguna de sus aportaciones en su revista de prensa, es muy gracioso, siempre acaba diciendo simplemente, "Federico Jiménez Losantos". Es que no hay más que añadir si le habéis seguido un poco la trayectoria.

Pero bueno, la educación es como cuando estás embarazada: todo el mundo es ginecólogo y opina. Y cuando nace el bebé todo el mundo es pediatra. Y todos sientan cátedra, claro.

Lo de Blair, pues igual. Debe de ser una alucinación de cuando tomaba "pichicotrópicos" en sus años hippies. Le deberían hacer la prueba de la saliva a él, a ver si...Por cierto, preveo lluvia de "sipis" si a alguna mente privilegiada de las que abundan entre nuestras autoridades educativas se le ocurre poner pruebas de saliva en los IES...si es que se lo poneis a huevo a los chavales