¡¡¡Hola!!!
Me ha llegado este correo y no se que pensar.
Gracias por vuestras opiniones.
Rosa.
El correo recibido:
LA NUEVA DIRECTORA GENERAL DE ORDENACIÓN ACADÉMICA DE LA CAM.
El nombramiento de Dña. Alicia Delibes como Directora General de Ordenación Académica de la CAM ha causado estupor generalizado en medios educativos
de la Comunidad de Madrid y fuera de ella. Este cargo comporta dos funciones fundamentales: la responsabilidad directa en el desarrollo normativo de
la LOCE en la CAM y en la formación permanente del profesorado. El asombro tiene su origen en las opiniones educati-vas beligerantes, que ha venido
defendiendo durante los dos últimos años a través de los artículos en el periódico Libertad digital (
WWW.libertaddigital.es ) y en las tertulias de la Cope.
El problema surge, porque el perfil profesional y humano, que trasluce a través de esas opiniones, no parece el más adecuado para abordar la compleja
problemática educativa de Madrid ni el pluralismo de opinio-nes antagónicas de los agentes sociales de la comunidad educativa –padres, alumnos,
profesores y demás profe-sionales implicados- sobre los problemas, sus causas y sus posibles soluciones.
Para abordar eficazmente esa problemática compleja y ese pluralismo de posturas antagónicas, los res-ponsables de las políticas educativas deben tener
un talante firme y abierto al diálogo, a la escucha y a la com-prensión, que les permita navegar con serenidad entre el Escila del dogmatismo, del
fundamentalismo y del auto-ritarismo y el Caribdis del permisividad, del “laisser faire, laisser passer”, del todo vale y todo está igualmente
permitido. Este perfil humano debe ir acompañado de un perfil profesional coherente con él. En los temas a los que ha de hacer frente nadie tiene la
última palabra ni puede erigirse como portavoz de la verdad. Por eso, los responsables de las políticas educativas deben mantener un diálogo
permanente y sereno con todos los agentes sociales de la comunidad educativa y con investigadores y expertos de distintas tendencias para tomar
decisiones consensuadas en base a los mejores argumentos.
El perfil humano y profesional que manifiesta Dña. Alicia Delibes en sus artículos está en las antípodas de aquel que sería deseable para el puesto
que ocupa. Sus artículos rezuman una ideología educativa dogmática y fundamentalista, defensora de las esencias de la ortodoxia educativa tradicional,
que recuerda el estilo polémico y condenatorio del clericalismo más rancio y ortodoxo de los últimos siglos. Todo es pésimo salvo su catecismo. Es una
ideología del, rígida y lineal, repleta de tópicos y verdades de perogrullo, insensible a la complejidad de los hechos sociales y educativos, que
excluye la posibilidad de la duda, de la incertidumbre, del cuestionamiento y del debate. Desde los estereotipos valorativos carentes de fundamento
científico que le proporciona esta ideo-logía y desde un desconocimiento real o fingido de las realidades que juzga, descalifica irónica y
sistemática-mente a todos los que no piensan como ella, considerándolos como un conjunto de ingenuos e ignorantes, vícti-mas de ideologías
trasnochadas, egoístas e interesados, ávidos de poder, descalificando con ello a una gran parte de los profesionales de la escuela pública y a la
escuela pública en su conjunto.
Como botón de muestra examinemos la tesis dominante que defiende Dña. Alicia Delibes en los artícu-los que hemos leído. Se puede resumir así: todos
los problemas escolares de aprendizaje, de desmotivación, de falta de esfuerzo, de indisciplina y de violencia escolar tienen la misma causa en todos
los países de nuestro entorno: los principios educativos y los programas de los pedagogos, calificados irónicamente como progresistas, que dominan los
sistemas educativos de nuestro entorno y, especialmente, el nuestro a partir de la LOGSE que asumió esos principios y programas.
Este estereotipo dogmático que nutre todos los razonamientos de Dña. Alicia Delibes contiene cuatro errores de bulto, no sabemos si voluntarios o
malintecionados. En cualquiera de las dos hipótesis son graves. En la primera, porque serían una manifestación de ignorancia y en la segunda, porque
manifestarían una voluntad de calumniar y engañar.
El primer error: los principios educativos y los programas de actuación de los calificados como “pro-gres” son en todos los países de nuestro entorno
cultural posteriores a los problemas educativos que ya existían cuando se formularon. Surgieron precisamente como intentos, acertados o no, para
resolver los problemas exis-tentes. Por tanto, difícilmente pueden considerarse como la causa de los mismos.
Segundo error: afirmar que la LOGSE generó los problemas educativos a los que se refiere Dña. Alicia es no querer ver que éstos surgieron en todos los
países de nuestro entorno siempre que se amplió la educación obligatoria, especialmente cuando se introdujo una etapa de educación secundaria
obligatoria hasta los 15, 16 0 17 años, porque todos los problemas de aprendizaje y convivencia que tenían los adolescentes en la calle por razones
familiares, sociales, culturales y étnicas irrumpieron en la escuela y el currículo hegemónico y las prácti-cas docentes tradicionales no estaban
preparados para abordar esa problemática.
Tercer error: Dña. Alicia sostiene en sus artículos que la violencia se ha incubado en la escuela por la aplicación de los principios educativos de
los pedagogos “progres”. Por ejemplo: responsabiliza de la actuación criminal de los asesinos de Sandra Palo a los centros, donde probablemente
estuvieron escolarizados, por haber sido comprensivos y tolerantes con sus conductas indisciplinadas. Dña. Alicia ignora el hecho de que lo que generó
la violencia callejera en todos los países de nuestro entorno y en España fue la imposibilidad que tuvieron esos adolescentes de encontrar una
ocupación para ganarse la vida, dando lugar a las pandillas violentas, como ocurre actualmente en muchos países sudamericanos. La violencia callejera
es fruto de numerosos factores fami-liares, sociales, culturales (TV), económicos y étnicos, que no podemos analizar aquí. Las conductas disruptivas y
antisociales, la indisciplina y la violencia siempre vienen de la sociedad y de la calle a la Escuela.
Cuarto error: Dña. Alicia afirma que los “progres” dominan los sistemas educativos de nuestro entorno y el sistema educativo español. La evidencia del
error nos permite no entrar en la discusión de esta estupidez.
Como botón de muestra de las opiniones de la Directora General, pueden valer las siguientes citas que pueden verse en su contexto en la web citada más
arriba:
La carrera docente (24-11-2002)
“He visto a profesores mentir, falsificar papeles, duplicar documentos y perder la más elemental dignidad por con-seguir unas décimas de punto más que
un compañero. Nunca creí que mis colegas de profesión pudieran caer tan bajo. Pero en fin nunca está de más conocer bien el alma de nuestros
semejantes”
Enseñar lo que se ignora (sin fecha)
“Los maestros actuales no enseñan matemáticas porque no saben matemáticas. Así que, si de verdad quieren los decanos introducir alguna mejora en los
planes de estudio de las facultades de Educación, por favor, enseñen ma-temáticas a sus alumnos, porque nadie, por mucha didáctica o pedagogía que
estudie, llegará a ser capaz de enseñar lo que desconoce”
Revel y la enseñanza francesa (3-9-2003)
“Y es que si los hijos de los inmigrantes hubieran encontrado una escuela exigente, que de verdad instruyera, pro-bablemente hubieran tenido lo
oportunidad de ascender socialmente y no hubieran alimentado ese rencor generali-zado hacia sus otros compañeros de clase. Y, si en vez de encontrarse
con un profesorado tan comprensivo con las ‘diferencias culturales’ y tan temeroso de que se le pudiera tomar por racista se hubieran topado con unos
maestros dispuestos a subsanar, ante todo, las deficiencias culturales e idiomáticas de los hijos de inmigrantes, quizás estos no hubieran fracasado
en sus estudios y el vandalismo callejero hoy no sería un problema tan grave en Francia.”
La educación de los inmigrantes (24-9-03)
“Este año en España se han matriculado algo más de 200.000 escolares extranjeros. El 80% en centros públicos donde domina la pedagogía progresista
que, además de dificultar la adquisición de conocimientos apuesta mayorita-riamente por el multiculturalismo. No cabe duda de que una ‘educación
multicultural’, enfocada a mantener vivas todas las costumbres, lenguas y creencias, en lugar de facilitar la integración de los inmigrantes
favorecerá la for-mación de guetos cerrados.”
Integración o marginación (10-10-03)
“Lo mejor que puede hacer un país para ayudar al que llega huyendo de la miseria es ilusionarle con una prosperi-dad que depende de su esfuerzo y de
su trabajo. No se trata de hacer caridad se trata de permitir al individuo, sea cuál sea su origen y su cultura, que se labre un buen porvenir en
nuestro país. Claro que sólo se pueden enfocar así las cosas cuando se cree en el individuo, se desconfía del estado y se está convencido de que se
puede ayudar mu-cho más a la sociedad dando a sus gentes libertad que dándoles limosnas. Es decir, cuando se es un desaprensivo ‘neoliberal’.”
Inmigración (10-6-03)
“Es difícil saber cuál debe ser el papel del Estado en todo este complejo asunto, pero si se limita a observar cómo la libre contratación (libertad
que está y estará lejos de cumplirse) regula por sí sola la entrada de inmigrantes es posi-ble que se produzca entre las gentes una peligrosa falta de
confianza en la justicia y de respeto a la legalidad. Creo, sinceramente, aunque con ello pueda quebrantar alguno de los principios más liberales, que
el Estado debe ser el guardián de las libertades y que, por tanto, no puede permanecer impasible cuando ve venir el peligro de que en la sociedad se
impongan las leyes de la jungla.”
Si Dña. Alicia Delibes desempeña su cargo de Directora General de Ordenación Académica desde el talante humano y profesional, que manifiestan sus
artículos, no es previsible que los graves y complejos problemas educativos tengan una solución correcta, acorde con el derecho fundamental de toda
persona a una educación básica de calidad.
Los firmantes de este artículo expresamos el sentir bastante generalizado de los sectores a los que pertenecemos. Pero nos tememos que para Dña.
Alicia Delibes, desde su fundamentalismo ortodoxo, in-genuo o malintencionado, todos los que no compartimos su talante y sus opiniones seremos
considerados como conspiradores rencorosos contra ella y sus ideas, tan ajenas a la verdad y la justicia.
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