En Nature citan un estudio de series históricas de temperaturas urbanas en ciudades de los EEUU. De los últimos 55 años. Y les sirve para cuantificar el efecto ‘isla de calor’ de las ciudades (si no sabes lo que es, prueba a introducir en algún buscador las expresiones “isla de calor” “temperatura” y “urbana”, todas juntas; si te atreves con el inglés, escribe “heat island”). En casos extremos, las diferencias entre el centro urbano y el extrarradio llega a ser de 11ºC.

Te propongo un pequeño problema: ¿sabrías dibujar una gráfica de temperatura que describa como cambia a lo largo de una línea que atraviese tu ciudad?

¿Tiene esto algo que ver con tu vida? Depende de en qué ciudad vivas y depende de dónde en esa ciudad. Pero imagino que entenderás que el fenómeno urbano es consustancial a la humanidad tal y como la conocemos. Y el cambio de ciudad, o de área de residencia en una misma ciudad, para disfrutar de diferentes climas da lugar a movimientos de población muy llamativos, con importante repercusión social y económica (les llamamos “viajes de vacaciones”, “segunda vivienda”, “burbuja inmobiliaria”, etc.).

Hay mucha gente que se compra otra casa en la misma ciudad para disfrutar de diferentes lugares. Hay gente que se hipoteca toda una vida (la única que tiene). Hay que gente que renuncia a muchas cosas por tener dos climas.

Si el clima en el que está la vivienda habitual incide de modo tan poderoso en nuestra vida, hay un tema adicional sobre el que hay que reflexionar: ¿cómo afectará el cambio climático a los patrones de residencia en ciudades?