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Pensamiento - Contra la violencia machista y misógina

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Ir a webita de autora michelle renyé (para mujerpalabra.net)

La violencia de género es posiblemente la violencia más antigua y también la más invisible por fundamental para la construcción de las sociedades patriarcales. En ellas, según nos consta en siglos de Historia registrada, ha sido preciso borrar todo rastro de las mujeres, de sus mentes humanas, y transmitir la idea de su inferioridad a todos los niveles. Para emprender tamaña misión imposible ha sido necesario desarrollar un complejo sistema de violencias contra "ellas": negar la evidencia requiere siempre un complejo sistema de violencia; forzar a ver lo que no está ahí requiere siempre un complejo sistema de violencia. Curiosamente, el sistema patriarcal ha conseguido lo más difícil, que es crear un Ser Hombre y un Ser Mujer deshumanizado y proclamarlo biológico, inmutable e inevitable. Ahora podemos apreciar esta hazaña porque empezamos a conocer cosas de la mente humana, la principal de las cuales nos habla de la asombrosa maleabilidad de la mente humana, de su compleja capacidad para desarrollar todo tipo de identidades y evolucionar si se usa. Cabe ahora al fin preguntarse abiertamente, en casa, en las plazas, en los cafés, en el campo a pulmón abierto, cómo he podido yo creer que por tener vagina o pene mi identidad y vida tenían que ser esa caricatura de ser que no soy, el Hombre o la mujer patriarcal.

Si con la idea de los derechos humanos a la que pudimos llegar en el siglo 20 nos empezábamos a liberar de la idea de identidad Hombre y mujer que transmitió la religión durante siglos, contra toda evidencia humana, el tiempo transcurrido desde entonces es una gota en un mar de adoctrinamiento centenario y el Sistema que nos ha convencido de lo natural e inevitable del Orden Sexo-género que ha impuesto con nuestra ayuda no se derrumba con unas décadas de valeroso y lúcido análisis y accionar feminista seguido al fin por un porcentaje mínimo suficiente de las poblaciones en algunos lugares de la Tierra. Esto explica lo absurdo que es "acusar" a personas que defienden los derechos humanos de la especie y en especial del grupo que tiene un peor papel en el reparto patriarcal de ridículas, inadecuadas, excesivas, o peligrosas. De eso se le ha acusado siempre a las mujeres en el patriarcado. No es nuevo. Pero sí es nueva la resistencia a aprender esa lección tan vieja, por distorsionante y generadora de injusticia y violencia. Sí es nuevo que seamos tantas personas sospechando que quizá si no nos metemos en la camisa de fuerza del género patriarcal podamos ser mejores o más felices.

De la misma manera que el 8 de marzo está empezando a ser comprendido como día para celebrar y/o conmemorar el importante movimiento social de derechos humanos de las mujeres que representa el feminismo (y la profunda transformación social que esto trae consigo), hoy, 25 de noviembre, el día contra la violencia hacia las mujeres, empieza a ser comprendido como el día contra la violencia de género, un día contra la violencia estructural patriarcal hacia el grupo de las mujeres por el hecho de que son quienes tienen la capacidad reproductora de gestar.

El término "violencia de género" aún no está bien comprendido en español, ni siquiera en una ley sin parangón, la Ley contra la violencia de género, que lo introduce por primera vez en nuestra historia, esta noción clave feminista donde se ubica la opresión de las mujeres en el marco de un término que hace temblar a los más machotes, "patriarcado". En inglés ni siquiera se utiliza, el día se llama "Against Violence Against Women". En ambos idiomas, se confunde o sustituye con "violencia doméstica", que es la violencia ejercida en los hogares, es decir, en los lugares supuestamente seguros, y donde la gente supuestamente se quiere y comparte la vida. La violencia doméstica tiene un porcentaje apabullante de violencia de género (es casi siempre violencia del Hombre a la mujer), pero incluye más tipos de violencia, por ejemplo, la ejercida por hijas e hijos a sus progenitores o abuelos, o de madres y padres a sus bebés. No es sólo violencia de género.

Las violencias que las mujeres reciben por ser mujeres en una sociedad patriarcal son incontables y es muy complejo analizarlas porque son partes de nuestro sistema conceptual como seres culturales de sociedades patriarcales. Pero hay evidencia del hecho de Violencia de Género por todos lados, y el que la gente con miedo al cambio no lo vea y sólo vea a esas personas feministas tan desagradables, que siempre molestan, que siempre agreden, es elocuente de la profundidad del aprendizaje del machismo y la misoginia.

La violencia de género es un tipo de violencia fundamental para la construcción de sociedades patriarcales porque justifica y perpetúa que una persona, por el hecho de tener vagina o capacidad de gestar, tiene necesariamente que estar sometida al Hombre y toda vida privada y social se construye desde esa noción y como podemos comprobar empíricamente estudiando la historia de nuestras sociedades y la realidad que nos rodea (incluso si vivimos en sociedades donde existe algún grado de derechos individuales y sociales), todas las violencias que se ejerzan para lograr este Orden patriarcal de que el Hombre tiene más valor y la mujer debe estar sometida a él, respirar en función de su existencia, quedarán justificadas.

Incluso más importante que la violencia que el Hombre tiene necesariamente que estar dispuesto a ejercer contra su igual en la guerra está la violencia primordial para la construcción de este orden que es que el Hombre pueda y deba siempre ejercer violencia hacia la mujer si lo considera necesario o deseable. El Sistema patriarcal le dice al varón: "Eres Hombre, y por inferior que seas ante otros Hombres, siempre serás superior a las mujeres; es tu suerte, eres Hombre." (A violar se le llamaba seducir. ¡No hemos tenido que andar camino para poder llamarlo violación, tortura! ¡Y se sigue cuestionando contra toda evidencia!) Por eso los hombres son tan violentos con hombres que renuncian a este "privilegio". Y este Sistema de violencias a las mujeres les dice: "Eres mujer, tu único aporte con valor, ya que eres retorcida, poco inteligente, y un peligro si no se te tiene controlada, es servir y parir. Es peor ser mujer, pero para lo poco que puedes aportar y lo muy mal que haces las cosas, ya puedes conformarte y alegrarte, entender que es un privilegio servirle a Él".

En otras palabras, el término "violencia de género" alude al sistema sexo-género patriarcal, expone, denuncia una violencia del Orden Social fundamental, la del Hombre a la mujer.  Se trata de un sistema que nos ha impuesto durante siglos contra toda evidencia de lo que es en realidad "el ser humano", la persona, además. Según este Sistema, las ideas de identidad patriarcales de lo que es Ser Hombre y ser mujer son biológicas, naturales, y las mujeres son inferiores al varón físicamente, intelectual, psicológica e espiritualmente, por lo que deben aceptar su liderazgo en la especie, y aspirar a servirle bien. De hecho, y esto sería estremecedor si no estuviéramos las personas tan endurecidas por la ideología patriarcal, durante siglos de Historia no hemos echado de menos a las mujeres e incluso podemos encontrar a personas ahora en sociedades donde se ha empezado a aplicar la idea de que somos personas, con derechos humanos, con mentes humanas, que creen que esto se ha debido a que las mujeres no han tenido nada valioso que aportar a la historia de la humanidad.

Desarrollar inteligencia feminista, desarrollar la inteligencia para ser capaces de cuestionar las bases de nuestra formación cultural, de nuestra cultura patriarcal, requiere valor y lucidez, perseverancia, y un amor inmenso a las nociones de justicia y solidaridad. Las personas que emprenden este camino son percibidas en el mejor caso como inadecuadas, como personas que actúan para molestar o que molestan, y en el caso más claro como amenazas, como agresoras. Pero deberían recibir nuestro aprecio y gratitud, pues el hecho es que si hemos evolucionado hacia comprender la noción de derechos humanos esto se produce gracias a ellas. Deberíamos sentir incluso amor. Si esta percepción distorsionada y distorsionante de que personas que se comprometen con una lucha por la mejora de los derechos de todo el mundo (porque la lucha feminista ha beneficiado al conjunto de la especie, liberando al Hombre de su mandato de violencias) se analiza, se piensa, se puede comprender fácilmente su sinsentido y que es una reacción cultural de defensa del Sistema, no algo de lo que nuestra racionalidad empática pudiera querer producir. Porque la defensa de los derechos de las personas a llevar una vida sin recibir violencias que una sociedad justifica como necesarias es algo valioso, positivo, noble, inteligente, solidario y no una agresión o amenaza o algo excesivo y siempre inadecuado.

Hemos tardado hasta el siglo 20 en comprender que ser mujer o ser una persona negra o ser pobre o no ser de la nobleza no justifica que no se reciba un trato digno en la vida, que no se te tenga un respeto a tus derechos humanos. ¡Cómo se pasaron muchos siglos pero en especial el siglo 19 aquellos Hombres de Ciencia intentando demostrar denodadamente la inferioridad de la mujer por métodos "científicos"! ¡Cuántos esfuerzos para negar la evidencia! Por haber pasado ni un siglo con al fin más impacto social de estos movimientos sociales que nos han empezado a salvar de la barbarie radical del sistema patriarcal, no vamos a superar el daño hecho en nuestras mentes, en nuestros hábitos de relación, en nuestras costumbres y tradiciones, pues como estamos viendo, a cada paso se vuelve a cuestionar lo que podría construir una sociedad menos violenta e injusta, diciéndonos: "Ya vale, ya está solucionado este tema, de qué os quejáis", volviendo a tratar a las personas que luchan por mejoras en la vida individual y social como si fueran agresoras.

Siglos de lavado de cerebro sobre nuestra identidad y consolidación sobre cómo deben ser nuestras relaciones (siempre determinadas por nuestros genitales, según el patriarcado, y no por nuestras mentes humanas) no se superan ipso facto.

En el patriarcado, el Hombre tiene la misión de usar la violencia contra sus iguales por honor, por poder, por acaparar lo que no es suyo, y contra las mujeres por ponerlas en su lugar. Mirar el mundo hoy en día también, y también incluso allí donde al menos a nivel legal ser mujer no significa que sólo puedas desarrollar tu vida encerrada sirviendo a los demás y con la única libertad de amar si aceptas tener un o una bebita, es ver esta violencia de género, las cifras son estremecedoras, y ni siquiera las tenemos todas por la dificultad y la complejidad de identificar todas las violencias de género (por ejemplo, la increíble violencia conceptual de no esperarse ni necesitarse nada de las mujeres a nivel de pensamiento) a las que las somete este sistema social.

Este cuerpo es mío!Realidades planetarias. Dale de comer al varón porque él será quien nos dé de comer luego. Mátala, una niña no nos traerá más que problemas. Véndela. Mutílala porque si descubre el placer va a desarrollar criterio y voluntad propia. Es necesario darte un cachete de vez en cuando porque es vaga, no presta atención. La tengo que forzar porque no quiere cumplir con su deber de esposa y un hombre tiene sus necesidades. Todas las mujeres son unas putas = estamos autorizados a violar. La tenemos que linchar —verbal o físicamente— porque no aprende (quiere elegir, no obedece el mandato patriarcal), es una amenaza para nuestra comunidad. La tenemos que atar porque se escapa. La he tenido que matar porque no paraba de moverse. (Las mujeres se mueven... ¡Serán putas!) Quiere que la pague por su trabajo, es una deslenguada. ¡Quién se cree que es: intenta darnos lecciones! ¡Dice que tiene derecho a estudiar! ¡Desobedece el mandato de Dios…!

Luchemos contra la violencia de género con todo nuestro ser y posiblemente ocurrirá algo increíble en el mundo, algo que ya vemos ocurrir en nuestras increíbles mentes humanas individuales. No habría que derrocar ni destruir ningún sistema, porque caería sólo. Generaríamos un mundo libre de la barbarie que nos asola ahora.

 

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Publicado en mujerpalabra.net en noviembre 2014