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  ¿Podemos elegir la sexualidad?
  Por michelle
 
Parte III

II
I

El orden social exige que no elijamos.
Y no elegimos.
Y damos de lado, no vemos, a quien elije,
para no ser excluidas.
Pero el hecho es, por relativo que queramos ponerlo, que podemos elegir.
No puede elegir unas cosas quien vive en situaciones
donde la violencia es palabra
porque ahí luchan por no morir y no ser asesinadas,
pero incluso allí donde no hay espacio para elegir,
hay gente que elige su identidad, porque
te pueden forzar a hacer lo que quieran (si se ponen a ello),
pero nadie puede robarte tu cabeza (si la tienes y la respetas).
Hay muchas situaciones en que sí podemos elegir
sin que nos maten por hacerlo.
Deberían ser las que disfrutara todo el mundo, cierto.
(Por desgracia, socialmente, sólo las disfruta el 15% de la población mundial.
Aunque a nivel individual, allí donde comienzan
lo que aún son utopías sociales, la mente vaga por donde quiere
esté donde esté, a pesar de los pesares).
Por respeto al resto y a una misma, habría que entender:
quizá no nos sintamos capaces, pero que es posible elegir.
Y podríamos alegrarnos si alguien lo hace.
(En lugar de juzgar a esa persona, en defensa, consciente o inconsciente,
del callado y berreante sistema.)

Elegir la sexualidad, sí, el gran tabú. (Como elegir la muerte.)
Es cuestión de decidirlo y reeducarse.

Aprende a erotizarte
libre del condicionamiento impuesto
en silencio y a gritos a lo largo de los siglos.
Elige qué te erotiza y cómo lo expresas,
desde la libertad solidaria.

Es posible aprender a amarse y darse placer como persona,
no como si aceptáramos
nuestra identidad oficial (género, edad, ocupación...).
Es posible aprender a amar a las personas,
descartar amar a géneros,
pues al fin y al cabo fueron construidos por sistemas de poder
para organizarnos según determinadas conveniencias.

Hay que aprender a ver
y dejar de mirar como nos han enseñado
pues eso está lleno de crueldades.