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Activismo - Pacifismo - Pacifismo feminista/Feminismo antimilitarista

Ir a Pacifismo feminista / Feminismo antimilitarista Insumisas. Declaración de insumisión al servicio militar y civil (1980)

Esta declaración salió de la conferencia internacional "Mujeres y Militarismo",
celebrada del 26 de julio al 1 de agosto de 1980, en Laurieston Hall, Laurieston,
Castle Douglas, Dumfriesshire, Escocia, y organizada por
las Mujeres de la Internacional de Resistentes a la Guerra vínculo externo.
Mujeres del MOC asistieron, mujeres que tuvieron un papel fundamental en el movimiento de insumisión de los años ochenta en el Espanya. Traducción de michelle para CO Women vínculo externo

Insumisas al Servicio Militar (1980)

Nosotras, activistas comprometidas con el antimilitarismo y el feminismo, creemos que la insumisión al servicio militar es el papel que las mujeres deben asumir ante la militarización de la sociedad.

Consideramos que la guerra y la violencia han sido la acción masculina, siglo tras siglo, para resolver conflictos y lograr la paz, y que siempre han fracasado en este objetivo. El militarismo es la expresión de las estructuras y la violencia que los hombres han impuesto en la sociedad en detrimento de todas las personas, y en particular, de las mujeres.

No podemos aceptar el papel social femenino de ser pasivas, y entendemos que las mujeres deben emerger como una fuerza crítica que cuestione la estructura imperante, que está dominada por el militarismo. Sin embargo, no relacionamos nuestra emancipación con el poder desarrollar el mismo papel que los hombres, por lo que rechazamos la necesidad de imitarlos. La base nuestro pacifismo feminista y de nuestro feminismo antimilitarista es posicionarnos contra la violencia, la explotación y la injusticia.

Como insumisas y activistas de la noviolencia reconocemos la prolongada lucha que han entablado mayoritariamente los hombres, contando con el apoyo de las mujeres, negándose a realizar el servicio militar obligatorio, tanto en tiempos de paz como de guerra. Consideramos que se trata de una acción positiva contra el militarismo.

Valoramos los logros legales de la lucha por la Objeción de Conciencia. En muchos casos, ésta ha forzado al Estado a tener que establecer legalmente el derecho a que se pueda realizar un servicio alternativo al servicio militar. A lo largo de este periodo de desarrollo y reforma también ha existido la figura del insumiso, tanto en tiempos de guerra como de paz: el hombre que se niega a someterse a la exigencia del Estado, rechazando el servicio militar y también el alternativo que ya existe en algunas naciones.

Respetamos las elecciones de todo el mundo, sean éstas el aceptar cumplir con el servicio alternativo, o el voluntariamente optar por la nocooperación total. Sin embargo, para el caso de las mujeres, entendemos que el tema militarismo es  diferente y que requiere una respuesta radical. Consecuentemente, urgimos a que las mujeres se comprometan con la insumisión al ejército y al servicio alternativo, por las siguientes razones:

■ La insumisión como rechazo al militarismo es una opción política positiva, se encuentre basada en razones morales, emocionales, políticas o religiosas.

■ Aceptar el servicio alternativo, si bien indica un rechazo a participar en acciones militares directas, no transforma ni puede transformar la sociedad autoritaria, jerárquica y opresora representada y sostenida por el militarismo; es más, lo consideramos una concesión al gobierno, que socava el contenido radical de la objeción de conciencia y que se encuentra, en cualquier caso, asociada a medidas punitivas que consideramos inaceptables.

■ En la mayoría de los países, a las mujeres se las recluta para tareas no combatientes (que no obstante se encuentran bajo directo control militar), y no difieren apenas del servicio alternativo que realizan algunos hombres hoy en día (administración, salud…). Cuando las mujeres aceptan estos puestos, los hombres quedan libres para entrenar intensivamente para el combate, lo que las pone en la posición de estar apoyando eso mismo.

■ Aceptar el servicio alternativo implica aceptar la estructura y el propósito del militarismo, cuando el hecho es que éste nunca ha sido un instrumento de emancipación para las mujeres. Los objetores de conciencia han expresado un grado de consciencia rechazando la ideología tradicional masculina del ejército. Pero no existe el caso análogo con las mujeres, quienes permanecen en el acostumbrado papel femenino.

■ Es igualmente probable que las mujeres sean llamadas a realizar trabajos en la defensa civil, lo que podría parecerles bien porque supuestamente abordan necesidades humanitarias y esto encaja con su papel tradicional de cuidadoras. Rechazamos este papel con la misma determinación, puesto que es una pieza más de la maquinaria de la guerra y del mito de la defensa global.

Consecuentemente, no creemos que sea aceptable la posibilidad de un servicio alternativo para mujeres objetoras de conciencia. Nosotras no tenemos más alternativa que rechazar cualquier forma de conscripción militar. No podemos seguir los pasos de los objetores de conciencia. Aquí y ahora, las mujeres tenemos que posicionarnos en el rechazo radical, estemos o no directamente implicadas.

Urgimos, por tanto, a las mujeres a que muestren su intención de no cooperar con la guerra, dejándole claro a los gobiernos que su emancipación no tiene relación alguna con el militarismo, dado que éste sólo sirve para aplastar la iniciativa individual objeto de nuestra lucha.

Nuestra determinación a concienciar a las mujeres para que comprendan las implicaciones de todo esto no parte de que consideremos que las mujeres seamos pacíficas por naturaleza, sino de que no estamos dispuestas a acatar políticas que únicamente conducen a la explotación de las personas, a la violencia y a la guerra

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Publicado en mujerpalabra.net en abril 2011