Banner Greenham

Puerta Azul
1989-1994

In English

Volver a El campamento Seguridad, Kay y michelle

Allí había armas nucleares y los americanos estaban dispuestos a utilizar lo que llamaban 'Fuerza Mortífera' para proteger esas armas, si fuera necesario.
(Mick Marsh, Comandante de las RAF, 1983-1986)

La gente, normalmente los periodistas, siempre creía que te pegaban un tiro si entrabas en la base, si pisabas la pista de aterrizaje, te acercabas a la zona de seguridad o incluso a la de alta seguridad. El hecho es que muchas mujeres lo hicimos a menudo, durante muchos años, sin que nunca nos pegaran un tiro.

Una vez creí que me habían pegado un tiro, pero resultó que era el sonido de los espantapájaros acústicos de la pista de aterrizaje, que se habían puesto en marcha porque iba a aterrizar un avión. Por los altavoces que recorrían el borde de la pista se oía un ruido como de cuervo al que están estrangulando despacito, seguido de unos ensordecedores disparos. Con mi reputación de llorica frente a un peligro improbable intacta, me rendí de inmediato, y mis ruegos de "no disparen" se vieron acompañados de risas burlonas tanto de la policía como de mis compañeras.

Cuando tenían que trasladar los misiles las fuerzas aéreas estadounidenses (USAF) se ponían a patrullar por el perímetro de la base en vehículos blindados, apuntando sus ametralladoras a quien pasara por allí. Considerando que el lugar era tierra comunal, eso incluía a gente normal de Newbury, de la que paga sus impuestos. Las armas nucleares salían y entraban a la base en diferentes ocasiones, porque las llevaban a revisar, pero las transportaban en aviones viejos que se caían a cachos, y al principio el rumbo que llevaban era dando un rodeo para no sobrevolar el pueblo, pero enseguida, como pensaban que no aguantarían una vuelta tan larga, pasaban por encima de las casas del pueblo.

PERCEPCIÓN EQUIVOCADA

El tema de la seguridad era muy raro. Las y los "ciudadanos medios" nos insultaban por estar allí, en el campamento, luchando contra la guerra, y no se daban cuenta de lo evidente: toda aquella carísima seguridad militar era inútil pues las mujeres estábamos entrando en la base a cualquier hora, te podías pasar horas allí, y hacer todo tipo de cosas ilegales, allí, en la base, a pesar de que estaban armados hasta los dientes y que vigilaban constatemente.

Es algo que siempre me ha alucinado: cómo la gente se las apaña para ver lo que le dictan sus prejuicios y no ver la realidad.

Subir