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Los teletubbies según Maggie Helwig

Del litzine, Crash, número 9

Sé que en el último número escribí sobre la televisión. Parecía que ya no podía caer más bajo y sin embargo ahora voy y escribo sobre la televisión para bebés de dos años. Pero he de deciros que tenéis que ver los Teletubbies. Se trata de un programa británico para bebés a punto de andar (...); la media hora televisiva más rara, surrealista y alucinada que vayas a ver en tu vida. Una especie de Monty Python para bebés, sólo que más extraño. (...) Los Teletubbies son cuatro criaturas humanoides de trapo llamadas Tinky-Winky, Dipsy, Laa Laa y Po (sí, en serio), que viven en la Súpercupula Tubbytrónica, en campos psicodélicamente verdes cuajados de flores artificiales y de conejos de verdad. Parece que son: dos mujeres, un gay y un tipo hetero. Al parecer, el tema gay fue añadido algo después, aunque se cuela ya normalmente, como por ejemplo, cuando Dipsy, el que parece el hetero, sale corriendo despavorido porque "le toca a él ponerse la falda". Bueno, los cuatro llevan pantallas de televisión en la tripa, y en ellas echan clips de niños y niñas hablando del camión de su papá o bailando a ritmo de jazz o haciendo lo que sea. El resto del tiempo lo pasan dándose un voltio por los campos. Una vez se encuentran un tambor mágico que hace que las flores cambien de color, que las nubes den volteretas y que los objetos salten de aquí a allá, hasta que -voz del narrador- "y desapareció". En otra ocasión, surgen cuatro ventanas en el cielo, y después, alrededor suyo, una casa, y entonces una extraña figura empieza a correr tras las cortinas murmurando algo y al final se abre la ventana y se ve una marioneta que lleva un gorro azul sacando la lengua y diciendo "muaa maa buaa baa mrrr blluu". Y la casa vuelve a evaporarse. Fin de la escena. Otra vez Dipsy se va de paseo, y luego vuelve a casa y se pone a bailar dando vueltas y vueltas y cantando "hogar hogar hogar hogar hogar" durante, como poco, un minuto entero, y os juro que la música era la de la canción Spam de Monty Python (¿recordáis: "spam spam spam spam..."?). Después hay un gran sol con una cara de bebé de verdad que hace extraños ruidos infantiles. Y al final de cada programa, del suelo sale un auricular de teléfono que entona "Llegó la hora del Tubby-adiós. Llegó la hora del Tubby-adiós". Bueno, estos auriculares salen cada dos por tres en los campos, como si fueran champiñones, y a veces cantan cancioncillas sin sentido y a veces sirven sólo para decorar. ¿Pero sabéis qué? Pues, de hecho, son bastante agradables. A mí me encantan. Y no transmiten la moralina de los Barney del yo te quiero, tú me quieres. Tratan sencillamente de, bueno, del momento, de vivir el momento, más o menos. María dice: "Con esto se demuestra que los bebés de dos años están colgados". Considerando que Simone [hija] me explicaba hoy que el sol brillaba "porque está bastante nuevo de dragones y payasos" puede ser que María tenga razón. En cualquier caso, tendréis que admitir que esa razón de que el sol brille es tan buena como cualquier otra...

 

Los teletubbies en la BBC

  I know I wrote about television last issue and it would seem like I could hardly sink any lower, and now I am writing about television for two-year olds. But I have to tell you that what you should be watching is Teletubbies. This is a British show for toddlers, now shown every morning on TVO, and it is just the strangest, most surreal, druggiest half hour of television you are ever going to see. Like Monty Python for babies, but more weird. As you may have gathered from the recent media hard-sell, the Teletubbies are four terrycloth humanoid creatures named Tinky-Winky, Dipsy, Laa Laa, and Po (yes, really), who live in the Tubbytronic Superdome among psychedelically green fields filled with fake flowers and real rabbits. They appear to be two women, one gay male Tubby and one straight guy -- this gay theme seems to have been a slightly later addition but creeps in regularly, e.g. when Dipsy, the presumably straight guy, runs away screaming because "it's his turn to wear the skirt". Anyway, all four of them have tv screens on their stomachs, on which they show film clips of children talking about their dad's truck or dancing to a jazz band or whatever. The rest of the time they wander the fields. One time they find a magic drum that causes flowers to change colour, clouds to flip over and objects to leap from place to place, until, says the narrator, "it simply disappeared". Another time four windows appear in the sky, then gradually a house appears around them, and then a strange figure runs around behind the curtains muttering and finally opens one window to reveal a puppet with a blue hat sticking out its tongue and going "mwaa maa bwaa baa mrrr blluu", then the house fades away again. End of sequence. Then another time Dipsy goes for a walk, then he goes home and dances around singing "home home home home home" for at least one full minute, and I swear it was to the tune of Monty Python's Spam song (remember the one, "Spam spam spam spam ..."?). Then there's this big sun with a real baby's face inside it making really strange baby noises. And at the end of every show a telephone receiver comes out of the ground and intones, "Time for Tubby-bye-bye. Time for Tubby-bye-bye." These telephone receivers pop out of the fields all the time actually, like vegetation, and sometimes they sing nonsense rhymes and sometimes they just pretty up the landscape. But you know what? It's actually really nice. I like it. And it's perfectly free of Barney-type moralizing about how I love you, you love me. It's just about, you know, getting into the moment, more or less. Maria says, "So what this proves is that two-year-olds are stoned." Given Simone explained to me today that the sun was shining, "because it's really quite new of dragons and clowns," Maria may have a point. Still, you have to admit that's as good a reason as any for the sun to be shining ...
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