Charlotte Perkins, pensadora crítica

Sonrío al escuchar a la gente joven, con su joven memoria, presentarme como “una de las Pioneras”. Pionera fue Mary Wollstonecraft, que inició el movimiento feminista a principios del siglo pasado, movimiento que ha quedado desnaturalizado cuando han empezado a escuchar lo que plantea, con mucha buena educación.

It amuses me when the short-memoried young people of to-day introduce me as “one of the Pioneers.” The pioneers of the Woman’s Movement began with Mary Wollstonecraft, early in the last century, and ceased to be such when their message was listened to politely. 

Fuente: p. 216, capítulo 15, de The Living of Charlotte Perkins Gilman. An Autobiography (1935), después de su viaje en 1896 a Londres, donde con motivo de un congreso internacional socialista obrero, al que asistió como delegada (independiente) de California, dio además charlas por distintos lugares de la isla (viajando sola, viviendo de quien la ofreciera hospitalidad y del dinero recogido en las charlas, como estuvo todo un turno de largos años). En la p. 198 (inicio del capítulo 14, “Inglaterra”) explica:

Entre las varias cargas innecesarias que me han surgido en la vida está que me han desacreditado las personas conservadoras por considerarme socialista, mientras que para las personas socialistas ortodoxas yo estaba lejos de ser de “los suyos”. Análogamente, la mayoría antisufragista me ha llamado con desprecio “sufragista”, mientras que las sufragistas me consideraban una aliada dudosa, cuando no peligrosa, por mi teoría de que las mujeres necesitan tener independiencia económica.* Una de las líderes sufragistas me dijo una vez, “Bueno, con todo, creo que le vas a hacer más bien que mal a nuestra causa porque como lo que tú pides es mucho peor que lo nuestro, decidirán ceder a nuestras reivindicaciones  para escapar de las tuyas”.

*Charlotte Perkins Gilman escribió un ensayo importante, “Women and Economics”, en  1898, ensayo traducido al alemán, holandés, italiana, húngaro, japonés, francés y ruso.

Among the various unnecessary burdens of my life is that I have been discredited by conservative persons as a Socialist, while to the orthodox Socialists themselves I was quite outside the ranks. Similarly the anti suffrage masses had me blackly marked “Suffragist,” while the suffragists thought me a doubtful if not dangerous ally on account of my theory of the need of economic independence of women. One of the suffrage leaders once said to me, “After all I think you will do our cause more good than harm, because what you ask is so much worse than what we ask that they will grant our demands in order to escape yours.”

Traducción mía

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