Dossier Gertrude Stein (DGS). Escrito y diseñado por MIchelle Reñé para un taller en la Biblioteca de Mujeres de Madrid en abril del 2001. Escenografía del taller: Cristina Albert. Moderadora del taller: Lola Robles. Música: Javier Albert.
GERTRUDE STEIN
EL CÓMO INCANSABLE Y LIBRE. PARÍS 1904-44
 
Fragmentos deThree Lives
1. Melanctha Herbert

Tres vidas: Melanctha
(Cada cual como guste)

Traducciones Ilegales ¡aceleradas!, 2001
Leer la novela en inglés

De esta lectura, quisiera plantear dos temas: Melanctha Herbert y la comunicación entre personas.
(pp. 62-64)


Melanctha Herbert no se había simplificado la vida como Rose Johnson. A Melanctha no le parecía fácil hacer que coincidiesen sus deseos con lo que tenía.

Melanctha Herbert siempre estaba perdiendo lo que tenía al desear todas las cosas que veía. A Melanctha siempre la estaban abandonando cuando ella no estaba abandonando a otros.

Melanctha Herbert siempre amaba con demasiada intensidad y demasiado a menudo. Estaba siempre llena de misterio y movimientos sutiles y negando algo y con desconfianzas imprecisas y complicadas desilusiones. Entonces Melanctha hacía algo de repente, impulsiva, desmedida en lo que creyera, y entonces sufría y era fuerte en su represión.

Melanctha Herbert siempre buscaba la paz y la tranquilidad y siempre sólo encontraba nuevas formas de tener problemas.

Melanctha a menudo se preguntaba cómo era que no se mataba cuando estaba tan triste. A menudo, pensaba que esto sería en realidad la mejor forma que ella podía hacer.

[4 §§ sobre su madre y su padre.]

Melanctha Herbert casi siempre odiaba a su padre negro, pero adoraba el poder que sentía dentro y que le venía de él. Y así su sentimiento estaba en realidad más cerca de su padre negro y rudo que de su madre amarilla pálida y de aspecto dulce. Las cosas que ella tenía de su madre dentro de sí nunca la hicieron sentir respeto.

Melanctha Herbert no se había amado a sí misma en la niñez. Toda su juventud era amarga de recordar.

Melanctha no había amado a su padre ni a su madre y a ellos les había parecido muy problemático tenerla a ella.

[2 §§ sobre los padres.]

La joven Melanctha no amaba a su padre ni a su madre, y tenía un coraje suicida*, y podía llegar a decir cosas muy desagradables. Entonces, también, Melanctha fue al colegio y fue muy rápida en todo lo que tuvo que aprender, y supo muy bien cómo usar este conocimiento para enojar a sus padres que no sabían nada.

Melanctha Herbert siempre había tenido un coraje suicida. Melanctha siempre adoraba estar con los caballos; adoraba hacer cosas salvajes, montar los caballos y hacerlos quebrarse y domarlos.

[6 §§ sobre el padre.]

Su hija, Melanctha Herbert, más tarde se reía fuerte y duro. Ella sólo era fuerte y dulce cuando tenía algún grave problema, cuando luchaba a brazo partido, con todo lo que tenía dentro de sí, y entonces no usaba su risa. Esto siempre era verdad de la pobre Melanctha que estaba tan convencida de que odiaba los problemas. Melanctha Herbert siempre estaba buscando la paz y la tranquilidad, y no hacía más que buscar nuevas formas de sobreexcitarse.


*N. de la t.: breakneck courage sería ‘coraje suicida’, pero Gertrude escribe break neck courage, que es lo mismo sólo que las dos palabras que componen breakneck cogen peso individual: break = romper, neck = cuello. Más abajo por eso aparece lo de “hacerlos quebrarse” [a los caballos; la voluntad, se entiende], que parece, si no se percibe esto, que no tiene sentido.

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