Considerando el mundo humano, he de decir que he tenido mucha suerte, primero en el sentido individual de haber sido alguien que desarrolló su criterio, sin querer, cierto, por vitalismo, pero no el vitalismo popular, sino el sencillo amor a estar viva y no sufrir, y segundo en el sentido cultural, de no haber nacido en un contexto que habría multiplicado el sufrimiento físico y psíquico.

No puedo si no recordar las palabras de Audre Lorde, “We were never meant  to survive“. Y siento también la compañía hermana también de Mary Wollstonecraft, esa lucha sin esperanza pero empecinada, al fin se ve, porque tenía razón, la razón vital, y la razón de la inteligencia.

Hermana nacida en sociedades posteriores, querida Nina Simone, hermana también, quisiera haberos podido decir que nos da más espacio. He podido avanzar en nuestro camino. Sé con menos obstáculos, con más claridad, que podemos, como especie, y que los violentos y la gente buena en otro sentido, y también en el mismo, son un obstáculo innecesario. Que les falta inteligencia, que es decir también sensibilidad. Es decir, que es posible que un día entiendan. Que hay cosas duras y otras duras que no podríamos ahorrarnos.

Y sobre todo, no perder el rumbo a pesar del bombardeo. Y no perder la capacidad de amar. A cualquier persona, la vida.

No me puedo creer lo relativo del tiempo. La velocidad y los siglos en la percepción.

Vivir requiere siempre coraje y generosidad, si se tiene suerte, y para poder vivir, porque al cabo, es lo que tenemos, nuestras vidas, esa pequeña realidad.

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